Franz Berwald (1796-1868) nació el 23 de julio de 1796 en Estocolmo, hijo de una familia de músicos de origen alemán. Recibió lecciones de violín de su padre, pero su educación fue bastante autodidáctica. A los 16 años entró en la orquesta de la Opera Real de Estocolmo, continuando hasta el año 1828. Realizó giras como solista por Finlandia y Rusia junto a su hermano. Escribió una sinfonía parcialmente perdida la “Sinfonía en la menor” en 1820.
Después de pasar cierto tiempo en Noruega, en 1829 recibe una beca para ampliar estudios y se traslada a Berlín, estudiando contrapunto, pero interesándose también en temas médicos. Abrió un instituto ortopédico en 1835 y lo mantuvo con bastante éxito durante seis años, hasta que en 1841 decide venderlo y trasladarse a Viena. Allí se casa y empieza la composición de sinfonías. Regresa a Estocolmo para interpretar sus obras.
La “Sinfonía Nº 1 en sol menor” (Sinfonie sérieuse) fue compuesta durante su estancia en Viena en 1842. Se estrenó en la Opera Real de Estocolmo el 2 de diciembre de 1843 dirigida por su sobrino Johan Frederik Berwald, con escaso éxito debido en parte a su mediocre ejecución y por otro lado a las importantes novedades estilísticas que presentaba.
El primer movimiento, escrito en la forma sonata, allegro con energia, empieza de forma dramática con el primer tema. El segundo tema presentado por la cuerda contrasta por su lirismo melódico. En el desarrollo aparece el uso de formas contrapuntísticas. Termina brillantemente en modo mayor.
El segundo movimiento, adagio maestoso, presenta una atmósfera recogida y grave. Está escrito en forma de lied, A, B, A. El solemne lirismo del primer tema nos anticipa a Nielsen. El tema central es más dramático. Este movimiento fue interpretado durante el funeral del compositor.
El scherzo está denominado como stretto. Por su nervio rítmico nos recuerda al Mendelssohn de “La noche de Walpurgis”. El trio contrasta con su melodía aparentemente sincopada y su mayor serenidad. Al repetir el scherzo no lo concluye, enlazando con el movimiento siguiente.
El movimiento finale empieza con un adagio directamente unido, como se ha dicho, al anterior movimiento, usando material del segundo, para seguir con el allegro molto mediante un tema de marcha subrayada por el trombón. Después del segundo tema lírico, al reaparecer la marcha, su desarrollo llega a una forma casi fugada. Cuando parece que la obra termina, aparece un repentino tremolando de las cuerdas y una señal del trombón para acabar mediante unos triunfantes acordes.
La “Sinfonía Nº 2 en re mayor” (Sinfonie capricieuse) fue compuesta también en 1842. La partitura original para orquesta se perdió y solo se conservaba una versión primaria, que no se podía interpretar al no estar completada su orquestación. El manuscrito lleva la fecha de 18 de junio de 1842 y fue compuesta en Nyköping, donde pasaba el verano con su mujer. Ernst Ellberg realizó una versión ejecutable de la obra en 1913 y se estrenó el 9 de enero de 1914.
El primer movimiento, allegro, empieza después de una introducción con el primer tema, que contrasta con el segundo de una mayor amplitud, al que se podría llamar caprichoso. Escrito en forma sonata se repite la exposición, siguiendo luego el desarrollo y la recapitulación.
El andante comienza con un primer tema presentado por las cuerdas. Escrito en forma de lied la parte central contiene un tema mas marcado, interpretado en primer lugar por los segundos violines. Después de su desarrollo vuelve al primer tema terminando dulcemente.
El último movimiento es un allegro assai escrito en forma de scherzo. Cortas frases del viento son intercambiadas por las cuerdas con un tema juguetón. Después del trio central se repite el scherzo terminando con una conclusiva coda.
La “Sinfonía Nº 3 en do mayor” (Sinfonie singulière) fue terminada en el mes de marzo de 1845, pero no se estrenó hasta el 10 de enero de 1905, dirigida por el compositor sueco Ton Aulin. Esta sinfonía es la más nórdica de las compuestas por su autor, recordándonos al que más tarde será famoso Sibelius. Sus anteriores sinfonías las podríamos nombrar como germánicas. Esta pertenece a la escuela nacionalista escandinava, que contará con Grieg, Nielsen y Sibelius como sus miembros más notables. Pero también usa técnicas que más tarde dominarán autores como Bruckner, Brahms y Dvorak.
El primer movimiento es un allegro fuocoso en forma sonata. El tratamiento de sus temas da una atmósfera nacionalista a la obra, separándose de la forma clásica de la escuela alemana. Anticipa el estilo que desarrollará Sibelius años mas tarde.
El movimiento central es un adagio en forma ternaria de lied. Sorprende la parte central que parece corresponder a un scherzo, empezando con un sonoro golpe de timbal. De repente se vuelve al adagio inicial con su melódico tema, terminando suavemente.
Acaba con un presto dramático empleando técnicas corales brucknerianas. Reaparece el tema principal del adagio central. Luego llega la recapitulación repitiendo el principio del movimiento. Se escucha de nuevo el coral en la madera antes del victorioso final.
La “Sinfonía Nº 4 en mi bemol mayor” (Sinfonie naïve) fue terminada en el mes de abril de 1845. Pero tampoco logró que se estrenase durante su vida, a pesar de su viaje a París. Para que el título de naïve no tuviera implicaciones peyorativas, el propio Berwald lo suprimió mas tarde. Su primera interpretación fue el 9 de abril de 1878 dirigida por su gran defensor Ludwig Norman.
El subtítulo empleado originalmente era para sugerir que se trataba de una obra sencilla y natural. Para ello utiliza la forma clásica en cuatro movimientos, observando la estructura en forma sonata de sus movimientos extremos.
El primer movimiento allegro risoluto empieza con el primer tema de modo relajado. Una figura en staccato nos conduce al segundo tema lleno de paz, que es la base del desarrollo. El movimiento termina con un breve postludio para cuerda sola.
El adagio presenta el tema inicial mediante el primer violín y luego es repetido por la flauta y el clarinete. Es un tema noble y pastoral. La armonía usada en las cuerdas nos recuerda a Grieg. Sin pausa este movimiento enlaza con el scherzo. Un breve trío aporta el carácter contrastante.
El final corresponde a un allegro vivace con fuertes contrastes dinámicos. El segundo tema es más lírico, presentado por los primeros violines, que luego es tomado por la flauta y el oboe. Después de la recapitulación los primeros violines abren el camino a una brillante coda, terminando triunfalmente.
Berwald viaja a París con la intención de poder hacer interpretar sus obras sin conseguirlo, a pesar de las promesas de Auber de su estreno con la orquesta del Conservatorio. Al parecer la revolución de 1848 lo impidió. Visita Viena y Salzburg, donde es nombrado miembro del Mozarteum. En 1849 regresa a Suecia sin conseguir tampoco ser reconocido. En 1850 dirige una fábrica de vidrio, alternando la música con otros trabajos más lucrativos.
Solo una de sus sinfonías ha podido ser estrenada. Parece que por ello abandona la composición de obras sinfónicas. Hasta el año 1867 no consigue una plaza de profesor en la Academia Real de Música Sueca, pero poco más tarde el 3 de abril de 1868 muere en Estocolmo a causa de una pulmonía.