“Kullervo” Op.7 fue terminada en el mes de abril de 1892. Aunque Sibelius pensaba en términos sinfónicos no la llamó Sinfonía sino Poema Sinfónico, debido a su naturaleza descriptiva y al uso de solistas y coro. Pero la causa principal era que no se atrevía a realizar una verdadera sinfonía. Lo cierto es que el propio compositor la retiró de los programas poco después de su estreno el 28 de abril de 1892 en la sala de la Universidad de Helsinki, a pesar del éxito obtenido colocándolo como el gran compositor nacionalista finés. La obra no se volvió a interpretar hasta 1958, después de la muerte de su autor.
El primer movimiento Introducción, allegro moderato es puramente orquestal. El primer tema nos recuerda al Bruckner de la tercera sinfonía, pero su repetición posee el estilo típico de Sibelius. El segundo grupo temático es presentado por la trompa después de un acorde. Este tema se transformará durante el desarrollo en una melodía con aspecto muy folclórico finés, característico de su autor. La recapitulación termina con una fanfarria del metal basada en el primer tema que se detiene repentinamente, continuando con motivos en las maderas que se van apagando.
La obra está basada en los poemas 31 al 36 del Kalevala que cuentan la historia de Kullervo. En este movimiento Sibelius lo describe como un héroe inmerso en la tragedia. El amplio primer tema nos muestra la grandeza épica del héroe, seguido por el más trágico segundo tema.
El segundo movimiento se titula La Juventud de Kullervo y corresponde al movimiento lento de la sinfonía. El tema principal está cargado de pesimismo, acaso presintiendo el funesto destino de Kullervo. Escrito en forma de balada contiene también reminiscencias de temas rúnicos. La atmósfera se llena de misterio antes de aparecer en la parte central un episodio contrastante más rápido, protagonizado por las maderas, pero en el fondo continúa la atmósfera opresiva que caracteriza la vida del héroe desde su juventud. En la parte final encontramos una escena fuertemente romántica, interrumpida por fuertes llamadas del viento, antes de que reaparezca el tema inicial con que termina el movimiento.
Narra la desgraciada vida de Kullervo, que está con su tío responsable de la muerte de su padre y que más tarde lo vende como esclavo al forjador Ilmarinen. Estos dos movimientos serían los de una sinfonía convencional, pero en el tercer movimiento introduce los coros y solistas vocales, convirtiéndolo en la parte más importante de la obra, apartándose de la forma sinfónica clásica.
El tercer movimiento lleva el título de Kullervo y su hermana, introduciendo un coro masculino, una soprano y un barítono. La narración corresponde al poema, runo 35 del Kalevala. Kullervo ya no es un esclavo, viste como un poderoso caballero. Montado en su trineo regresa de un viaje realizado para pagar sus impuestos. Encuentra a una muchacha con su rubia cabellera ondeando en el camino, se detiene e intenta atraerla a su trineo. La atmósfera es completamente diferente a la del anterior movimiento. La orquesta mediante un enérgico tema en las cuerdas, describe al arrogante Kullervo, viajando en su trineo arrastrado por un brioso corcel, de regreso a su casa. El coro de hombres relata la escena, con un canto al unísono, pero poderoso, en forma de ostinato. Luego empieza un diálogo entre Kullervo y la muchacha, interpretados por el barítono y la soprano en un modo casi operístico, con los comentarios del coro masculino. El hombre no logra convencer a la muchacha que suba a su trineo. Mas adelante encuentra una segunda muchacha y ocurre lo mismo. Pero al tercer encuentro lo consigue. Fascinada por la riqueza de los vestidos que le muestra, por el reluciente oro que la aturde, la muchacha es finalmente corrompida por el poder del dinero. En este momento el coro se calla y la escena de la seducción es descrita por la orquesta sola, de un modo intenso y realista.
Al finalizar la escena de amor, ambos se preguntan sobre sus orígenes, dando lugar a la trágica escena del descubrimiento. En un largo monólogo, interpretado por la soprano, descubren que son hermanos. La muchacha evoca su infancia, deseando haber muerto y finalmente en un acto de desesperación se suicida. Sibelius logra una música muy convincente acompañando el relato. En la parte final del movimiento Kullervo canta un poderoso lamento, acompañado por fuertes acordes de la orquesta que consiguen realzar la tragedia. Como curiosidad lingüística reproducimos una de las frases cantadas por Kullervo en esta parte final.
Minnekä minua loitte, ¿Para qué me habeis criado,
kunne kannoitte katalan? criado para ser tan desgraciado?
Comprobamos que la palabra finesa katalan significa desgraciado. Podemos sacar nuestras propias conclusiones. ¿Ha sufrido el pueblo catalán una opresión parecida a la del pueblo finés?.
El cuarto movimiento lleva el título Kullervo va a la guerra. La música es impetuosa, en ritmo de marcha. Kullervo se dirige a la guerra para vengarse de su tío Untamo. La música vuelve a ser puramente orquestal y está en forma de rondó. Corresponde al poema 36 del Kalevala. En el primer tema Kullervo se despide de su familia. Luego se dirige hacia la lucha. El viento y la percusión subrayan periódicamente la escena. Pero también encontramos momentos más relajados. Termina con una fuerte explosión del viento acompañado de la percusión.
El último movimiento lleva el título Muerte de Kullervo. Emplea nuevamente el coro de hombres. El relato es trágico como refleja la música que lo acompaña. Después de haber derrotado a su tío, culpable de todos sus males, regresa casualmente al lugar donde sedujo a la muchacha, donde deshonró a la hija de su madre y solo puede liberarse de su culpabilidad suicidándose mediante su propia espada, que le había regalado el dios Ukko. El movimiento está formado por un largo crescendo. Empieza con la entrada del coro cantando misteriosamente en forma salmódica. La música aumenta su impulso cuando los hombres relatan el suicidio de Kullervo. Aparecen temas recordando la juventud del héroe. Finalmente el tema del viento de la introducción aparece en forma solemne, acompañando las últimas palabras del coro en una forma casi wagneriana.
Se oli surma nuoren miehen, Asi es como muere el joven
Kuolo Kullervo urohon, Kullervo, el héroe, muere así.
Loppu ainakin urosta, De este modo acaba la vida del héroe,
Kuolema kovaosaista. Así murió el desgraciado héroe.
Kalevala, Runo 36
Con estas palabras se cierra el círculo, terminando la obra. Sibelius había conseguido su primer éxito en el campo de la música sinfónica.
Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya
Ari Rasilainen 13/12/2015