Alemdar Karamanov (1934-2007) en cirílico Алемда́р Саби́тович Карама́нов, nació el 10 de septiembre de 1934 en Simferopol, capital de la República Autónoma de Crimea, ubicada al sur de Ucrania.
Crimea situada en la costa norte del Mar Negro se había convertido en el año 1921 en una República Autónoma Socialista integrada dentro de la URSS, que después de la segunda guerra mundial pasó a Ucrania. Cuando se desintegró la URSS su posesión fue un foco de tensión entre Rusia y Ucrania, hasta que en 1996 pasó a depender de Ucrania conservando cierta autonomía. Sebastopol y Yalta, situadas en la costa del mar Negro, son sus ciudades más conocidas.
El padre de Karamanov era de raza turca, graduado en la Universidad de Moscú ocupó un cargo dentro del partido en Simferopol. Su madre descendiente de los cosacos del Don trabajaba como bibliotecaria. La familia tenía un piano que tocaba la madre, enseñando a su hijo los conceptos básicos de la música. En el otoño de 1941 el niño fue admitido en una escuela de música de Simferopol.
En 1944 su padre fue deportado a Kazajistán por colaboración con los alemanes durante la ocupación, junto a miles de cosacos que no pudieron volver a su patria hasta finales de siglo. Alemdar se dedicó desde niño a la composición, recibiendo una beca para proseguir sus estudios. En 1949 pudo matricularse en la Escuela de Música de Simferopol, graduándose en 1953.
Se trasladó a Moscú estudiando en el Conservatorio Estatal Tchaikovsky, composición con Semyon Bogatyreva y piano con Vladimir Nathanson. Terminó sus estudios en 1958, iniciando un postgraduado con Dimitri Kabalevski y Tikhon Khrennikov entre 1958 y 1963
Durante sus estudios compuso una gran cantidad de música, entre ella nada menos que diez sinfonías, música para piano, coral, ballets y varios conciertos.
La “Sinfonía Nº 1" fue compuesta en 1954 constando de cinco movimientos.
La “Sinfonía Nº 2" fue compuesta en 1955 estando construida en dos movimientos. En 1975 fue revisada.
La “Sinfonía Nº 3" fue compuesta en 1956 y revisada en 1964. Escrita en cuatro movimientos hace uso de una amplia orquesta compuesta por tres piccolos, dos flautas, dos oboes, corno inglés, dos clarinetes, clarinete bajo, dos fagots, contrafagot, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales, percusión, que comprende xilofón, campanas y piano, además de la cuerda habitual.
El primer movimiento, andantino, empieza con un motivo cromático en la cuerda, en un estilo dodecafónico usado libremente. Continúa con una serie de episodios con la intervención de instrumentos de viento solistas. En la parte central usa glissandos micro tonales de la cuerda, antes de llegar a un episodio de máxima tensión con el uso de la percusión. Luego la madera nos devuelve mediante nuevos solos la tranquilidad inicial. La cuerda recuerda el motivo inicial. Unas series interpretadas por el piano se superponen a un motivo de las cuerdas. En la coda el trombón con sordina es acompañado por la tuba y el tam-tam.
El segundo movimiento, moderato, empieza con un solo para clarinete de carácter dodecafónico, seguido por un motivo fuertemente rítmico realzado mediante el uso de la percusión. Corresponde al scherzo de la obra tratado de un modo muy libre. En la parte central un motivo más lírico es presentado por la trompeta acompañado por un ostinato de los cellos, como si se tratara del trío. En la parte final la flauta y el clarinete interpretan referencias temáticas del anterior movimiento.
El tercer movimiento, andantino, empieza con el uso del vibráfono seguido de un motivo lírico iniciado en la cuerda grave. Este tema lírico se desarrolla de un modo casi malheriano interrumpido por diversos ostinatos. El vibráfono cierra el movimiento.
El último movimiento, allegro, empieza mediante un solo de la trompeta. La cuerda inicia un motivo rítmico al que se añade la madera. Solos de la flauta, e intervenciones de la trompeta se unen a secciones más líricas y a diversos ostinatos. En la parte central aparece un desarrollo poco convencional, que nos conduce a una sección fuertemente rítmica, antes de un solo de la percusión, que nos llevará mediante intervenciones del metal en un estilo casi jazzístico y usando elementos repetitivos hacia una poderosa coda final.
Una sinfonía que usa elementos modernos del dodecafonismo. Un ejemplo de lo que era llamado por las autoridades soviéticas formalismo. Usa los elementos de la sinfonía clásica pero mediante una interpretación libre con elementos sonoros vanguardistas. Por ello sus primeras sinfonías fueron raramente interpretadas.
La “Sinfonía Nº 4" (Mayo) fue compuesta en 1956 constando de cuatro movimientos.
La “Sinfonía Nº 5" (Vladimir Illich Lenin) fue compuesta en 1957 para narrador, voces solistas, coros y orquesta está dividida en tres movimientos. Se trata de una cantata dramática sobre versos en ruso de Vladimir Majakovsky (1893-1930), un poeta revolucionario iniciador de la corriente estética denominada futurismo.
El primer movimiento se inicia mediante una amplia obertura. La música adopta un carácter épico, con fragmentos de marchas, de supuestas llamadas revolucionarias junto a temas líricos. El estilo es parecido al usado en la música cinematográfica. El narrador inicia una sección más calmada mediante un largo recitativo acompañado por comentarios de la cuerda. El tenor canta un tema interactuando con el narrador. Continúa con el narrador sin acompañamiento, interrumpido por breves comentarios orquestales. El coro inicia un himno mientras el narrador continúa su relato. Breve aria dramática del bajo continuada por un recitativo, contestado por el coro. El narrador continúa su relato con una interrupción de un aria para tenor y coros.
El segundo movimiento empieza con un recitativo del narrador sin acompañamiento. Sigue un aria del tenor acompañado por el coro y el bajo. Continúa la narración melodramática interrumpida por una nueva entrada del tenor y luego por el coro, mediante un canto patriótico. En la sección final se encuentra una explosión orquestal seguida por un dramático relato del narrador evocando los hechos revolucionarios. Luego sigue una parte orquestal en la que entre diversos temas se interpreta una marcha militar. Un tema lírico representa al pueblo, como podemos suponer. Finalmente el narrador nos conduce a una breve coda orquestal.
La última parte empieza con un extenso recitado del narrador sin acompañamiento en su parte inicial. Luego la orquesta aumenta el dramatismo de las palabras. El coro añade sus comentarios. El narrador continúa como casi en toda la obra su relato. Una nueva aria es interpretada por el tenor. El coro entona un himno elegíaco. El narrador continúa su dramático relato. El canto de la internacional cierra como era de esperar esta obra.
Una extensa obra que supera los setenta minutos de duración. A pesar de su título de sinfonía se trata de una cantata melodramática, en la que tiene mucha importancia el texto declamado por el narrador. Al no poseer su traducción resulta imposible su comentario. Se puede suponer que se trata de una obra programática para alabar los logros efectuados por el camarada Lenin mediante sus ideas comunistas. Una obra propagandística para el régimen en que se encontraba inmerso el compositor.
La parte musical no tiene nada en común con el estilo de la anterior sinfonía comentada. Basada en ritmos y melodías populares sirve en gran parte de la obra para acompañar las palabras del narrador.
La “Sinfonía Nº 6" (Sinfonietta) fue compuesta en 1957 constando de cuatro movimientos.
La “Sinfonía Nº 7" (Noche de luna) fue compuesta en 1958 estando dividida en tres movimientos. Se trata de una obra de una duración sorprendentemente breve si la comparamos con la última obra comentada.
El primer movimiento nos presenta un tema lírico con un estilo parecido a la música impresionista de Debussy, con intervenciones de la madera. Una música intimista nos describe la noche, dominada por los agudos del piccolo.
El segundo movimiento tiene un carácter más rítmico pero continuando en un estilo impresionista. Una especie de danza es acompañada por el ritmo marcado por la percusión. Se trata de un breve intermedio.
El tercer movimiento empieza con notas líricas adoptando el estilo del primer movimiento. Un tema lento melódico se desarrolla hasta ser interrumpido por un motivo más grave. En la parte final el tema lírico reaparece con fuerza, conduciéndonos a una tranquila coda que se basa en el motivo inicial de la sinfonía.
Una obra de carácter poético usando una música totalmente tonal mediante melodismo, integrando la música impresionista francesa con la cinematográfica americana.
El "Concierto para piano Nº 1" compuesto también en 1958 tiene un estilo conservador con referencias a la música de Rachmaninov.
La “Sinfonía Nº 8" (Clásica) fue compuesta en 1960 construida en cuatro movimientos.
Karamanov compone varias sonatas para piano y en 1961 las "Variaciones para piano"
La “Sinfonía Nº 9" (Liberación) fue compuesta en 1962 en cuatro movimientos.
La “Sinfonía Nº 10" (Juventud del mundo) fue compuesta en 1963 constando de tres movimientos.
En 1963 compone "El crimen estaba en Granada" para soprano, violín, flauta y dos pianos, a la memoria de Federico García Lorca.
En el año 1965 se produce un cambio trascendental en la vida del compositor. Viviendo en Moscú el día 7 de enero paseando por la Avenida Gorki escucha unas trompetas, sintiendo una llamada de Cristo. Era como si hubiera vuelto a casa. Desde este momento, el cristianismo, mi música y yo mismo éramos todo uno.
En el mismo año se trasladó a su nativa Simferopol en Crimea. Me di cuenta de que en Moscú, en realidad no tenía nada que hacer, que en mi país natal podía hacer mucho más, a pesar de que algunos pensasen de que había destruido mi carrera.
Se convierte al cristianismo siendo bautizado en Simferopol convirtiéndose en un feligrés de la Iglesia de Todos los Santos. Abandona casi totalmente la composición para el piano y la música de cámara, empezando a componer música sinfónica y sinfónico coral de carácter espiritual.
La “Sinfonía Nº 11" fue compuesta en 1965 empezando un ciclo formado por cuatro sinfonías para solistas vocales, coro y orquesta titulado Sovershishasja que significa cumplido en el sentido de realizado. La obra está basada en los textos de los Evangelios y en el Apocalipsis.
La primera sinfonía del ciclo, que podríamos definirlo como un Góspel sinfónico, actúa como la obertura de un ciclo formado por cuatro sinfonías dividido en diez movimientos. Escrita en un solo movimiento empieza con un tema reflexivo con múltiples repeticiones. Un segundo tema añade notas más trágicas.
Un segundo episodio de carácter más dramático es interrumpido por un tema lírico de carácter melódico. Después de una serie de sonidos que recuerdan cantos de pájaros la trompeta solista presenta el tema lírico, que después de su desarrollo pasa a la cuerda. La parte central presenta fuertes contrastes, alternando episodios dramáticos con otros de gran lirismo. Un potente crescendo es apoyado por la percusión. Las notas de la trompeta en sordina interrumpen el proceso.
La última parte empieza con el tema dramático en una forma de recapitulación variada, donde aparece seguidamente el motivo lírico. Diferentes episodios se van sucediendo adoptando dispares estilos. El violín solista interpreta el tema lírico, que luego es tomado por la cuerda. Una serie de repeticiones y cantos de pájaros nos conducen hacia una tranquila coda.
Con esta sinfonía se inicia un gran ciclo místico escrito en su peculiar estilo lleno de contrastes, sin abandonar nunca la tonalidad, con una música marcada por un sentimiento de espiritualidad.
Las "Sinfonías Nº 12, 13 y 14" fueron compuestas entre 1965 y 1966, basadas en textos de los cuatro Evangelios y del Salmo 117 de la Biblia, completando con la anterior el ciclo sinfónico Cumplido.
Están divididas en diez movimientos usando el coro en su parte final. A continuación adjuntamos la traducción de sus respectivos títulos.
1- Porque Dios ha amado tanto al mundo
2- Suyo es el Reino de los Cielos
3- En hebreo, en griego, en romano
4- Se ha cumplido
5- El que ha sido atravesado
6- Golpeándose el pecho con el puño
7- Con vestidos, embrocados con ungüentos
8- No está aquí. Ha resucitado
9- Siempre estaban en la Iglesia
10- En la Gloria de su Padre
Viviendo en una sociedad donde Brezhnev proclamaba el ateísmo, donde la posesión de una biblia era considerado un crimen contra el estado, el mensaje claramente religioso lanzado por Karamanov en su ciclo sinfónico no le reportaría grandes amigos.
Entre sus grandes obras sinfónico corales religiosas se encuentran el "Stabat Mater" compuesto en 1967 y el "Réquiem" de 1971, revisado en su versión orquestal en 1991, extensas obras para solistas vocales, coros y orquesta, escritas en un estilo conservador pero conteniendo emocionantes páginas corales.
El "Concierto para piano Nº 3" (Ave María) lo compuso en 1968 por la insistencia de su madre Paulina. Escrito en un estilo tonal, que en algunos compases recuerda la música de Rachmaninov, presenta una alabanza a la Virgen María como nos señala la oración que le da título.
La “Sinfonía Nº 15" (In Amorem et Vivificantem) fue compuesta en 1974, íntimamente unida con la siguiente.
La “Sinfonía Nº 16" (Recuerdos) compuesta en el mismo año con la intervención de coros con textos en ruso de Alla Sampurova.
La “Sinfonía Nº 17" (América) fue compuesta en 1975 inspirada en los viajes de Cristóbal Colón, escrita en plena guerra fría de la URSS con los Estados Unidos.
Empieza con un tema de estilo impresionista, descriptivo del viaje por el mar. Un segundo tema posee un marcado acento americano. El desarrollo adquiere aspectos ravelianos. Contrastan los motivos americanos, como el de la trompeta con sordina que inicia un tema lírico. Un estilo musical propio de las bandas sonoras con tintes de Hollywood. Al desconocer los hechos narrados se hace difícil su valoración. El tema lírico es totalmente homologable con alguno de los usados en las composiciones escénicas.
Se interpreta sin interrupción entre las distintas escenas, como si se tratase de un poema sinfónico. La parte central toma la forma de un adagio, con temas reflexivos e intimistas. Luego vuelve el tema lírico empezando una recapitulación. El tema es interpretado por el saxofón en un estilo con aires americanos. Se intensifican los motivos rítmicos hasta llegar a un explosivo clímax resuelto mediante la vuelta al motivo lírico. Entramos en la parte final de la obra con el retorno del tema lírico principal, que es acompañado por el coro en un estilo muy cinematográfico. Una breve coda acompañada por campanas tubulares cierra esta insólita obra.
Dentro de la etapa mística de este desconcertante compositor encontramos una obra de aires americanos, escrita en una época en que las relaciones entre las dos potencias se encontraban muy deterioradas. Karamanov se enfrentaba nuevamente con las autoridades soviéticas.
Karamanov compone un nuevo ciclo de sinfonías religiosas, de la 18 a la 23, basadas en los textos del Nuevo Testamento, de la Revelación de San Juan, que puso por título "Así Sea", basadas en los temas del Apocalipsis. Para poder ser interpretadas en la URSS tuvo de cambiar el título del ciclo por el de "Poema de la Victoria".
Las primeras ideas sobre este ciclo provienen del año 1974, cuando descubrió un manuscrito medieval sobre el Apocalipsis. Durante días intentó encontrar una relación con los acontecimientos contemporáneos.
La “Sinfonía Nº 18" (A Aquel que nos ama) compuesta en 1980. El título aprobado por las autoridades soviéticas fue "Caminos al conocimiento".
La “Sinfonía Nº 19" (Sangre del Cordero) compuesta en 1976, cambió su título por el de "Nacido para la Victoria".
La “Sinfonía Nº 20" (Bienaventurados los muertos) fue compuesta entre 1977 y 1978, adoptando el título de "Gran Sacrificio". Está compuesta en un solo movimiento que comprende diversas secciones.
Empieza con un tema trágico entonado por los trombones, que seguidamente se dulcifica al pasar a la orquesta. El segundo tema es de carácter lírico. Sigue una sección de desarrollo empleando su estilo poco convencional. Un tema en ostinato de carácter minimalista es típico de su estilo. Después de una pausa, un tema rítmico iniciado por la percusión y el piccolo nos conduce a una sección más dramática, pero llena de contrastes.
En la parte central el desarrollo llega a uno de sus puntos álgidos, seguido después de un período de transición, sorprendentemente por la melodía lírica que entona el clarinete. Sigue una música impregnada por un sentimiento de paz, mezclada con motivos más dramáticos que nos conducen a un nuevo clímax, que se resuelve con su especial orquestación, terminando con una breve marcha marcada por la percusión.
La sección final empieza con una melodía interpretada por el oboe. Sigue con un atractivo tema lírico finamente instrumentado, que se desarrolla en un estilo agridulce conduciéndonos a una tranquila coda.
Una sinfonía que forma parte de su ciclo espiritual, resuelta con su estilo ecléctico integrando emocionantes formas melódicas y una orquestación bien definida que le otorga un carácter muy especial.
La “Sinfonía Nº 21" (La Gran Ciudad) compuesta en 1978 fue bautizada como "Más alto que ninguno".
La “Sinfonía Nº 22" (Así Sea) fue compuesta en 1980, cambiando su título por el de "Represalias". Es la última sinfonía que compuso dentro del ciclo de las dedicadas al Apocalipsis. Su motivo de inspiración es la caída de Babilonia pero la causa inmediata fue provocada por la vivencia de una tormenta.
Está compuesta en un solo movimiento que se puede dividir en seis partes que se interpretan sin interrupción.
La primera parte, vivace infernale, empieza con trágicas notas graves que nos conducen a un crescendo con sonidos disonantes. Constituye el preludio de la obra evocando el momento en que la ciudad de Babilonia es condenada a su destrucción. El compositor nos relata que este comienzo hizo nacer tal tensión mental, que le dio la sensación física de tener un anillo alrededor de la cabeza.
La segunda parte, meno mosso molto, comienza de un modo reflexivo pero mostrando una creciente tensión. Trágicas llamadas del metal nos conducen hacia un poderoso clímax, dominado por la percusión. Nos presenta la tragedia de la caída de Babilonia. Una música descriptiva que termina con un motivo victorioso interpretado por el metal, significando que la misión se ha cumplido seguido de los horrorizados lamentos de la población. Según el compositor se encontraba sometido a tal presión que le permitiría evocar la caída de Babilonia con la intensidad deseada.
La tercera parte, lento, nos muestra mediante sonidos atonales y un motivo evocado por la madera el ambiente creado por la destrucción, terminando con un trágico motivo. Es un breve fragmento musical.
La cuarta parte, grave funebre, l'istesso tempo: Lagrimoso, empieza con notas graves que inician una marcha fúnebre lenta llena de disonancias. Continúa con un motivo de carácter elegíaco, que va incrementando su tensión hasta llegar a una nueva explosión sonora
La quinta parte, l'istesso tempo, nos presenta en su primera sección una continuación de lo expresado hasta ahora, muerte y destrucción, junto a trompetas vencedoras. Continúa con una sección reflexiva intermedia, como una dolorosa constatación de los daños sufridos, terminando con poderosos tuttis orquestales. Una pausa la separa de la parte siguiente.
La última parte, allegro non troppo, risoluto, es la recapitulación de la obra. Empieza con los sonidos graves del comienzo de la obra, continuando con el motivo del destino en el metal, que nos llevará a la destrucción de la ciudad, terminando con los lamentos y un motivo trágico victorioso en los metales que significa claramente, que todo se ha cumplido, así sea, el título de la obra.
Karamanov escribió esta partitura en la paz del campo de Crimea, volviendo cada noche a su casa de Simferopol. Se identificó tanto con la música que estaba componiendo, que lo sumió en un estado de desesperación que afectó a su salud psíquica. Bajo una gran tensión mental terminó la obra. Un cuadro sinfónico de características descriptivas, que se puede comparar a un poema sinfónico.
Después de los esfuerzos gastados al escribir esta obra, Karamanov se tomó unos días de descanso en la exótica costa de Crimea, donde mediante remedios naturales pudo recuperar su salud física y mental.
La “Sinfonía Nº 23" (Yo soy Jesús) compuesta también en 1980, pero antes que la anterior numérica, pasó a llamarse en la época comunista "El renacer de las cenizas". Escrita en Sebastopol a orillas del Mar Negro, está inspirada en las ruinas de Quersonesos, una antigua ciudad griega donde llegaron los primeros cristianos provenientes de Bizancio. Quería reflejar un paralelismo histórico entre la sangre derramada durante la ocupación nazi de 1942 y la persecución sufrida por los primeros cristianos de Bizancio.
La sinfonía fue interpretada en Berlín por la Deutsches Symphonie-Orchester Berlin dirigida por Vladimir Ashkenazy en el mes de septiembre de 1995, alcanzando un gran éxito y luego fue grabada para el sello Decca.
La sinfonía está dividida en seis movimientos o partes, que se interpretan sin interrupción.
El primer movimiento, andantino, empieza con una introducción lenta fantasmagórica de la que surge una melodía lírica interpretada por el violín, que dará paso al tema principal que se presenta seguidamente.
El segundo movimiento, l'istesso tempo, enlaza con la parte anterior desarrollando el melódico tema lírico. Un solo del violín incrementa el dulce lirismo, que se interrumpe bruscamente mediante notas trágicas del violoncelo. El tema grave trágico alterna con el lirismo del violín en su registro agudo. Después de un corto intermedio rítmico, el tema lírico parece querer dominar la escena, mediante un largo desarrollo que va elevando su tono hasta llegar a un clímax, donde el lirismo se mezcla con trágicos sonidos. El compositor realiza una pintura musical de San Juan, mezclando su dulzura con trágicos acontecimientos.
El tercer movimiento, l'istesso tempo, empieza de modo calmado hasta ser interrumpido por explosiones del metal. Un tema melódico apoyado por las trompetas, que nos anuncian la aparición de Cristo, pasa luego a la cuerda con una expresión más dulce. El tema se desarrolla aumentando su melodismo, hasta la aparición de un motivo más reflexivo que se va transfigurando lentamente. El compositor nos presenta la imagen de Cristo, de un modo a la vez majestuoso y dulce.
El cuarto movimiento, vivo, nos recuerda mediante explosiones sonoras los trágicos acontecimientos, hasta que una nueva entrada del violín nos conduce a un ambiente menos tenso, que nos llevará a una confirmación del tema lírico. Una transición mediante secuencias ascendentes lo enlazará con la siguiente parte.
El quinto movimiento, adagio, empieza con un solo del contrabajo, que realiza una cita de "Chansons que m'a apprises ma mère" de Dvorak[1], dando paso al dulce tema interpretado por la cuerda, resolviéndose trágicamente mediante el contrabajo en su registro más bajo. Estos movimientos representan a San Juan en Patmos y su muerte en el martirio.
El último movimiento, allegretto tranquillo, nos presenta la culminación de la obra mediante el tema principal interpretado solemnemente por el metal apoyado por la percusión. Una breve sección rítmica nos conduce a la concluyente coda. Representa la glorificación de San Juan después de su muerte.
Quersonesos, en griego Χερσόνησος, en ucraniano Херсонес, empezó siendo una colonia griega situada en la costa del Mar Negro cerca de Sebastopol. Durante la Edad Media fue una posesión bizantina. La ciudad fue destruida en el siglo XIV y abandonada. Excavada por el gobierno ruso ha sido convertida en un recinto arqueológico.
El compositor se inspiró contemplando sus ruinas, pero el tema fundamental proviene del Apocalipsis y de su idea de una Gran Ciudad, la Nueva Jerusalén. La sinfonía utiliza una mezcla de temas melódicos que expresan una gran dulzura, relacionada con la santidad junto a motivos trágicos que evocan imágenes de destrucción, todo expresado con su personal estilo.
La “Sinfonía Nº 24" (Adzhimushkaj) fue compuesta en 1983. Su título puede referirse al sitio donde tuvo lugar una batalla durante la Segunda Guerra Mundial, en la que estuvo presente la madre de la descubridora del asteroide del mismo nombre, que orbita entre Marte y Júpiter.
En 1991 Karamanov realiza una gira por Checoslovaquia, empezando a ser conocido fuera de sus fronteras. En 1992 compuso el "Himno de la República de Crimea". En los últimos años había experimentado dificultades financieras como explica en una entrevista realizada en 1994 para el periódico "El Eco de Moscú".
El empresario británico Keysvin Rodell le ofrece una actuación en Londres, realizando el primer concierto el 3 de octubre de 1995 con su "Concierto Nº 3 para piano" y el "Stabat Mater". Como resultado de su actuación se realizó la grabación de tres discos con sus obras. A principios del siglo XXI su ciclo sinfónico Sovershishasja se pudo escuchar finalmente en Kiev.
Karamanov murió en Simferopol el 3 de mayo de 2007. Dimitri Shostakovich lo consideró como uno de los compositores más originales y más personales de nuestro tiempo. Su amigo íntimo Alfred Schnittke dijo de él: "Es una persona excepcionalmente dotada, que vive aislado en el campo, prácticamente desconocido. No es simplemente un hombre con talento, es un genio".
Pues este genio, que escribe con un personal estilo, actualmente continúa siendo el gran desconocido. Uno de los muchos compositores provenientes de la antigua Unión Soviética, que por diferentes causas han sido ignorados. Sirvan estas breves páginas para despertar el interés en su trabajo.
[1] "Canciones que me enseñó mi madre" es la cuarta parte de "Chants tziganes" Op. 55 de Dvorak. Según el compositor simboliza la belleza absoluta.