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Anton Rubinstein (1829-1894) nació en Vikhvatinets (Ucrania), cerca de la frontera con Moldavia, el 28 de noviembre de 1829 en una familia de ascendencia judía, que se bautizaron para asimilarse en una sociedad en la que prosperaba el antisemitismo. Cuando tenía cinco años se trasladó con su familia a Moscú. Estudió piano con su madre y a partir de los siete años con Alexander Villoing. A los 10 años ya daba sus primeros conciertos públicos. En 1840 Villoing lo acompaña en una gira a través de toda Europa, llegando hasta Londres, tocando para la reina Victoria.
Acompañado por su hermana Luba y su hermano Nikolai, ambos con talento musical, viaja a Berlín para ampliar estudios. Toma clases de composición con el profesor de Glinka, el prusiano Siegfried Dehn hasta el año 1846, cuando su padre muere repentinamente en Rusia. El resto de su familia vuelve a Rusia, pero Anton se dirige a Viena y luego a Pressburg (Bratislava), donde vive con gran pobreza dando clases particulares durante un par de años. Durante el invierno entre 1848 y 1849 retorna a Rusia.
La Duquesa Elena Pavlovna, una princesa alemana cuñada del Zar Nicolás, tomó al joven bajo su protección. Vive en las lujosas habitaciones de sus palacios hasta el año 1854. Da frecuentes conciertos para la nobleza, incluido el Zar. Durante este tiempo compone diversas obras, entre ellas varias sinfonías.
La “Sinfonía Nº 1 en fa mayor” Op.40 fue compuesta en 1850 durante su estancia en San Petersburgo protegido de la Gran Duquesa Elena Pavlovna. Rubinstein rechaza las influencias del folclore ruso, escribiendo una música al estilo centroeuropeo.
El primer movimiento allegro con fuoco muestra la influencia de la música de Mendelssohn desde su comienzo. Su escritura es totalmente clásica destacando el segundo tema lírico. El segundo movimiento allegro tiene forma de scherzo con un melódico trío para cuerda acompañado por pizzicatos.
El moderato escrito en forma tripartita recuerda en algunos momentos la marcha de los peregrinos de Mendelssohn. El allegro final posee interesantes temas melódicos intercalados con frases de claro sabor mendelssohniano. En ocasiones suenan fragmentos parecidos a la obertura de “Las Hébridas”. Después de una nueva presentación del tema melódico, una breve coda concluye la obra.
La “Sinfonía Nº 2 en do mayor” Op.42 (Ocean) fue compuesta en 1851, en una primera versión, un año después de su anterior sinfonía. Pero sufrió varias revisiones, aumentando los movimientos en cada una. Originalmente tenía cuatro partes. En 1863 realizó una segunda versión con seis movimientos y finalmente una tercera definitiva en 1880 con siete movimientos. Comentaremos esta última versión.
Los siete movimientos quieren representar a los siete mares. En una especie de pintura sinfónica, representa el viaje a través de los distintos mares. El estilo puro de Mendelssohn de sus comienzos, irá evolucionando hasta contener melodías parecidas a las que utilizará su alumno más importante, Tchaikovsky. Una obra notable de más de una hora de duración, que introduce en la sinfonía elementos parecidos a los poemas sinfónicos.
El primer movimiento moderato assai, nos presenta el mar con toda su noble fuerza. Escrito en un estilo que seguramente hubiera sido aprobado por Mendelssohn. Un tema poderoso y triunfal contrasta con el lirismo del segundo tema.
El lento assai contrasta con el triunfal movimiento anterior, exponiendo una imagen más siniestra del mar. Una terrible tempestad amenaza con hundir la nave. Empieza de un modo contemplativo, pero pronto aparece un tétrico motivo en la cuerda, acompañado por los aullidos del viento. La tempestad va en aumento. Redobles de la percusión acompañan a las sombrías escalas de las maderas y cuerdas. Luego la tormenta se aleja y el mar se va calmando, terminando tranquilamente.
El tercer movimiento es un andante. La tormenta ha cesado y se escucha un placentero tema en la cuerda. Pero todavía pueden oírse lejanos rumores de la tempestad, hasta que un sereno tema presentado por el oboe y una melodía rapsódica en la cuerda parece acabar con ellos.
El cuarto movimiento es un allegro, cuya invención melódica se parece a la de su discípulo Tchaikovsky en sus momentos alegres. Termina vivamente con una explosión sonora.
Sigue un andante dramático en forma de aria operística. En su parte final aparecen reminiscencias de la anterior tormenta.
El sexto movimiento es un scherzo. En un estilo parecido al de Tchaikovsky se escucha una alegre danza de marineros. Contrasta con el apacible trío.
En el último movimiento andante, Rubinstein parece realizar una síntesis de todo lo acaecido anteriormente. El marinero cansado vuelve a casa. Una intensa y nostálgica melodía le recuerda el mar. Escucha las tempestades y también la noble fuerza del océano. Unas llamadas de la trompa nos avisan de los peligros del mar. Pero todo ya se ha superado por fortuna y solo quedan los recuerdos. Como coda utiliza una solemne coral, marcada por los metales, indicando el triunfo sobre los elementos.
La “Sinfonía Nº 3 en la mayor” Op.56 fue terminada en 1855. Rimsky-Korsakov la criticó duramente durante su interpretación, en un concierto celebrado a la memoria de Rubinstein, pero hoy la podemos escuchar con una visión mas abierta, reconociendo sus cualidades.
Esta orquestada para dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagots, dos trompetas, cuatro trompas y timbales, además de la cuerda habitual.
El primer movimiento allegro risoluto empieza presentando el primer tema mediante las cuerdas, el cual es contestado por las maderas. El segundo tema es más lírico. En el desarrollo se encuentran solos para el clarinete y el oboe. La reexposición termina con el tema complementario en la madera que servirá como coda.
El adagio es presentado por un pizzicato en las cuerdas y una melodía del clarinete con cierto aire ruso. El violoncello presenta mas tarde una expresiva melodía. El desarrollo usa técnicas que recuerdan a las que más tarde usará Tchaikovsky.
El tercer movimiento es un scherzo iniciado por las cuerdas graves. El trio, en fuerte contraste, utiliza una cadenciosa melodía. Se repite el scherzo y en la coda se utiliza nuevamente el tema del trío.
El último movimiento allegro maestoso empieza presentando el tema principal con gran énfasis y continuando en un estilo próximo a Mendelssohn. Sus melodías siguen el desarrollo clásico, terminando con la recapitulación, en la cual el tema principal es expuesto dramáticamente, enlazando con la coda.
Con la ayuda de la Gran Duquesa Elena Pavlovna, en 1859 funda la Sociedad Musical Rusa y tres años mas tarde el Conservatorio de San Petersburgo. Mientras su hermano Nikolay funda el de Moscú. Entre los primeros alumnos de Rubinstein en San Petersburgo encontramos a Tchaikovsky.
El grupo de los cinco capitaneados por Balakirev se opone a las enseñanzas del Conservatorio, mientras que Rubinstein ataca la obra de Glinka por nacionalista. Pero más tarde se llegará a una síntesis entre las cualidades de ambos grupos. En su obra Rubinstein irá introduciendo elementos rusos, mientras que los nuevos compositores introducirán sus enseñanzas académicas en la forma de sus obras.
Rubinstein dirigirá el Conservatorio de San Petersburgo hasta 1867, abandonando también la dirección de los conciertos de la Sociedad Musical Rusa, puesto que pasará a Balakirev. Entonces se dedica plenamente a sus actividades de compositor y de concertista. Entre los años 1867 y 1870 realiza varias giras a través de Europa y los Estados Unidos.
La energía del compositor es enorme. Entre el 10 de septiembre de 1872 y el 24 de mayo de 1873, acompañado por Wieniawski en una gira por los Estados Unidos, da 215 recitales, con un repertorio que comprende obras desde Bach hasta sus contemporáneos. En aquellos tiempos, su fama como pianista era comparable a la de Liszt.
La “Sinfonía Nº 4 en re menor” Op.95 (Dramatic) fue escrita en 1874. Durante su visita a Londres en 1877 el propio Rubinstein la dirigió en el Crystal Palace. Su orquestación es clásica, similar a su anterior sinfonía.
Escrito en la clásica forma sonata, el primer movimiento se inicia con un lento. Una siniestra introducción mediante el violonchelo y el contrabajo, con el violín presentando el primer motivo, nos lleva a un allegro moderato que recoge este primer tema dramático. El segundo tema es lírico y contiene un tercero de corte triunfal. Estos temas se utilizan en el desarrollo, que aumenta el dramatismo con nuevos motivos. Después de la recapitulación el primer tema de carácter dramático se utiliza en la coda.
El segundo movimiento es un scherzo. Consta de un motivo rítmico en el cual pares de instrumentos de viento se intercambian y otro motivo más melódico. Una sección contrastante contiene un solo de violín sobre un bajo en ostinato. El trio aparece poco tiempo después, con solos de clarinete y un motivo rítmico en la cuerda. Luego se repite el scherzo, incluyendo el solo para violín.
El adagio empieza con una melodía interpretada por las cuerdas. El segundo tema es presentado por la madera. Antes de terminar aparece un solo de flauta acompañado por las cuerdas bajas y se produce un retorno al primer tema.
El último movimiento empieza con una introducción largo creando un ambiente dramático. A la orquestación se añaden trombones y piccolo. Las cuerdas atacan el primer tema del allegro con fuoco, una angulosa melodía de gran fuerza. Un segundo tema en moderato es iniciado por los violines primeros. Durante el desarrollo se escucha una sección contrapuntística con intervención de las maderas. En la reexposición escuchamos nuevamente el tema principal y luego el segundo tema interpretado por el corno inglés. La coda empieza con dramatismo, para terminar triunfalmente en el modo mayor.
La “Sinfonía Nº 5 en sol menor” Op.107 fue escrita en 1880. Está dedicada a la memoria de la Gran Duquesa Elena Pavlovna que le ayudó en su carrera. Aunque su construcción es clásica, sus melodías son auténticamente rusas, como las de su discípulo Tchaikovsky.
El primer movimiento, moderato assai, empieza con un tema claramente ruso presentado por la madera. El segundo tema es menos marcado pero más rítmico. Sigue el clásico desarrollo y la reexposición.
El segundo movimiento está construido en forma de scherzo. El tema también de origen eslavo va saltando del clarinete al oboe, a la flauta y finalmente a los violines. Sigue una parte rítmica también con acento ruso. El trio presenta en contraste, una melancólica melodía de origen parecido a la del primer movimiento. Se repite el scherzo apareciendo nuevamente el tema del trio en la coda.
El tema principal del andante es presentado por el corno inglés. Una melodía apacible sigue en la cuerda. El acento eslavo está presente en todo el movimiento.
Acaba con un allegro vivace compuesto por agitados temas con intervenciones del clarinete solista, proporcionando el ambiente ruso adecuado. Una coda construida con los elementos del movimiento, termina la obra con gran fuerza.
La “Sinfonía Nº 6 en la menor” Op.111 fue escrita en 1886. El primer movimiento, moderato con moto,combina dos temas, el primero de carácter dramático, presentado con fuerza en los primeros compases y un segundo más lírico. Una solemne coda termina el movimiento.
El siguiente movimiento es un moderato assai. Su ambiente más recogido contrasta con el anterior movimiento. Pero su lirismo no está exento de cierto dramatismo. Sigue con un scherzo de carácter alegre contrastando con su trío mas lírico. Después de repetir el scherzo termina con una chispeante coda.
El último movimiento moderato assai, continúa en el estilo propio del compositor, con un tema melódico eslavo. Las maderas son protagonistas del rítmico segundo tema con caracter de danza popular. Después de presentar el primer tema en forma de coral, termina con una breve coda.
En 1887 volvió a su cargo de director del Conservatorio de San Petersburgo, jubilándose dos años mas tarde. Desde el año 1891 hasta el 1894 vivió en Dresde, volviendo a Rusia en el mes de enero de 1894. Murió el 20 de noviembre es su dacha de Peterhof, actualmente llamada Petrodvorets, donde se había retirado.
Conocido como un gran virtuoso del piano, fue despreciado por la generación joven de compositores rusos, que lo trataron de demasiado conservador. Entre ellos nació la expresión “C’est du Rubinstein”, para designar algo superficial. Pero no podemos olvidar que fue el introductor de los conciertos públicos profesionales en Rusia y el creador de un sistema serio de educación musical, que daría sus frutos en las siguientes generaciones.