Samuel Adler (1928- ) nació en la ciudad alemana de Mannheim el 4 de marzo de 1928. Su familia era judía, siendo su padre el Cantor de una sinagoga. La familia emigró en 1939 a los Estados Unidos, huyendo de las persecuciones de judíos de la Alemania nazi. Su padre se convirtió en el Cantor de una sinagoga en Worcerter, Massachussetts. Samuel seguiría la profesión musical de su padre.
La palabra hebrea para designar al Cantor es Chazzan. En las sinagogas existen tres personajes con funciones jerárquicas. Son el presidente de la comunidad, el rabino y el Chazzan. El rabino se ocupa de las cuestiones litúrgicas religiosas y el Chazzan o Cantor es el encargado de la música, de los cantos litúrgicos, componiendo obras para dichos fines. Sería un cargo similar al de organista en las iglesias cristianas.
Adler estudia en las Universidades de Boston y Harvard. Entre sus maestros encontramos a Walter Piston, Randall Thompson, Paul Hindemith y Aaron Copland en composición y a Serge Koussevitzky en dirección de orquesta. Durante su servicio militar entre los años 1950 y 1952 funda y dirige la Seventh Army Symphony Orchestra. Cuando terminó con sus obligaciones militares le ofrecieron una plaza que Leonard Bernstein había dejado vacante en la Brandeis University, que no aceptó. Prefirió ser nombrado en 1953 director musical del Temple Emanu-El en Dallas, Texas, cuyo rabino era amigo de la familia.
La “Sinfonía Nº 1” fue compuesta en 1953, estrenándose en el mes de diciembre del mismo año, interpretada por la Dallas Symphony Orchestra, dirigida por Walter Hendl.
La “Sinfonía Nº 2” fue compuesta en 1957, estrenándose en el mes de febrero de 1958, interpretada por la Dallas Symphony Orchestra, dirigida por Walter Hendl.
La “Sinfonía Nº 3” (Diptych) fue compuesta en 1960, bajo un pedido de la American Wind Symphony Orchestra, siendo estrenada en el mes de julio de 1961 interpretada por el Eastman Wind Ensemble. Entre los años 1980 y 1981 realizó una revisión que se estrenó en enero de 1981. Es una sinfonía para instrumentos de viento.
Como Cantor de la sinagoga de Dallas, formó varios coros, dedicándose a la renovación de la música religiosa. En 1966 dejó el templo para ser profesor de composición y dirección de orquesta en la Eastman School of Music de Rochester, New York, cargo que ostentaría hasta su jubilación en 1994.
La “Sinfonía Nº 4” (Geometrics) fue compuesta en 1967, siendo estrenada en mayo de 1970, interpretada por la Dallas Symphony Orchestra dirigida por Donald Johannos.
La “Sinfonietta for Orchestra” fue terminada en 1971, estrenándose en el mes de mayo de 1971, interpretada por la Allegheny College Orchestra dirigida por el propio compositor.
La “Sinfonía Nº 5” (We Are the Echoes) fue terminada en 1975, siendo estrenada en el mes de noviembre de 1976, interpretada por la Fort Worth Symphony Orchestra dirigida por el propio compositor, con Jan DeGaetani como solista vocal. Es una obra para mezzo-soprano y orquesta.
Los textos empleados en cada uno de los movimientos pertenecen a cinco poetas judíos, entre ellos Muriel Rukeyser y el teólogo Abraham Joshua Heschel, describiendo hechos históricos de los judíos durante el transcurrir de los siglos.
El primer movimiento lleva el título We Go. Después de una violenta introducción orquestal la mezzosoprano recita el texto del primer poema. Usa un moderno lenguaje atonal para comentar el obligado exilio de los judíos.
El segundo movimiento, Even During War, corresponde a la sección lenta de la sinfonía. El poema expresa la esperanza de que algún día llegue la paz, después de interminables siglos de persecución y exilio.
El tercer movimiento, The Future, corresponde al scherzo de la obra. Una violenta introducción orquestal precede y acompaña las primeras frases de la soprano. En la parte central emplea un lenguaje hablado lleno de susurros y suspiros. Termina con las violentas frases orquestales del inicio. Expresa la voluntad de caminar hacia el futuro a pesar de la certeza de la lucha.
El cuarto movimiento, We Are the Echoes, es el que da título a la sinfonía. Empieza con una tranquila introducción orquestal con referencias al canto tradicional hebreo. La soprano canta un expresivo texto, que muestra el compromiso con la continuidad de su historia y su colectiva experiencia que ayuda a definir al pueblo judío.
El último movimiento, God Follows Me Everywhere, después de una tranquila introducción orquestal llena de paz, la soprano canta el último texto, un canto a la esperanza, que a pesar de las desventuras que acompañan al pueblo Dios se encuentra a su lado. El canto es de carácter dramático con violentas explosiones orquestales.
El compositor comenta la obra en las siguientes líneas. “La especial experiencia judía se refleja en los pensamientos de los poemas escogidos: La idea judía de una relación personal entre el hombre y su Dios; la ardiente convicción de que la misión de los judíos en la tierra es ser “una luz entre las naciones”; la conciencia insistente que nunca le deja descansar pero lo llama a un continuo servicio de toda la humanidad; tanto como la esperanza siempre presente y la fe de que el hombre es básicamente bueno y que al final de los días todos los hombres serán hermanos. Estas ideas recogidas en los textos son las que la sinfonía intenta expresar”.
Adler usa un lenguaje dramático contemporáneo sobre temas de inspiración hebrea, usando para ello efectos disonantes, que hacen que la obra sea bastante dura, a pesar de sus métodos hábilmente usados para aumentar su expresividad.
La “Sinfonía Nº 6” fue compuesta en 1985, para un pedido de la Koussevitsky Foundation para la Baltimore Symphony Orchestra dirigida por David Zinman.
Adler ha dado clases y seminarios en universidades de todo el mundo y en muchos cursos de verano. Como director de orquesta ha colaborado con muchas importantes formaciones. En el mes de mayo de 2003 recibió el Premio Aaron Copland por su dedicación en los campos de la composición y de la enseñanza.