George Walker (1922- ) nació en Washington, D.C., el 27 de junio de 1922 de una familia negra del caribe. Su padre emigró a los Estado Unidos donde se graduó como médico. Con su madre aprendió las primeras lecciones de piano. A los 14 años daba su primer recital en la Howard University. En 1937 ingresa en el Oberlin College, logrando el puesto de organista de la Graduate School of Theology del Oberlin College en 1939.
Estudia en el Curtis Institute of Music, piano con Rudolf Serkin, composición con Rosario Scalero y música de cámara con William Primrose, graduándose en 1945, siendo el primer negro en graduarse en dicha escuela de música.
Empieza una carrera como concertista de piano, debutado en el mes de noviembre de 1945 en el Town Hall de New York. Dos semanas más tarde es el primer concertista negro que toca con la Philadelphia Orchestra dirigida por Eugene Ormandy. En 1954 realiza una gira visitando siete países europeos.
A su regreso a los Estados Unidos enseña en la Dillard University en New Orleans. En 1956 es el primer negro en recibir el título de Doctor of Musical Arts de la Eastman School of Music. Recibe diversas becas como compositor, pasando dos años en París estudiando con Nadia Boulanger. Luego realiza otra gira como concertista de piano.
Entre sus obras como compositor encontramos “Lyric for Strigs” compuesta en 1946, “Adress for Orchestra” terminada en 1959, una de sus obras más interpretadas y el “Concierto para piano y orquesta” de 1975. En 1961 había compuesto también una sinfonía que destruyó, pero conservando su segundo movimiento que usó para el movimiento central de su “Serenata para orquesta de cámara”.
La “Sinfonía Nº 1” fue compuesta en 1984 gracias a una comisión de la Fromm Foundation. Su escasa duración, en parte puede atribuirse al poco dinero recibido de dicha fundación. Está dividida en dos movimientos llevando unicamente la descripción del tempo en sus títulos.
El primer movimiento, negra=92, tiene la estructura de una pequeña sonata. Después de la introducción, que nos define el carácter atonal de la obra, aparece el primer tema en la cuerda. El segundo tema empieza con una llamada de los oboes. Durante la reexposición la presentación de los temas se invierte.
El segundo movimiento, negra=60, toma la forma de un scherzo, con un intercambio de rápidos motivos entre la madera, la cuerda y el metal. El empleo de la percusión se va incrementando en la sección final.
La “Sinfonía Nº 2” fue compuesta también en 1984, siendo revisada en 1996.
En el año 1996 Walker se convierte en el primer compositor negro en recibir el Premio Pulitzer de Música, por su obra “Lilacs for Voice and Orchestra”, estrenada por Seiji Ozawa dirigiendo la Boston Symphony.
La “Sinfonía Nº 3” fue compuesta en 2003, estrenándose al siguiente año interpretada por la Detroit Symphony Orchestra. Escrita en tres movimientos que solamente llevan como título el tempo.
El primer movimiento, negra=76, nos presenta un motivo atonal formado por cinco notas que formará el cuerpo del movimiento, manteniendo un estado de tensión. No posee ningún segundo tema contrastante. La tensión se mantiene hasta el final.
El segundo movimiento, negra=54, nos presenta un tema dodecafónico interpretado por el oboe. El tema es repetido por otros instrumentos. La cuerda inicia un intenso pasaje ascendente al que se añaden los trombones y la tuba. En su parte final el oboe repite las seis primeras notas del tema acompañado por la cuerda, terminando de manera tranquila.
El tercer movimiento, negra=72 a 88, empieza con una ondulante introducción mediante las flautas, cuerda, arpa y percusión, seguida por un potente motivo de tres notas en el metal. Este motivo se expande a seis notas formando el cuerpo del movimiento, que se desarrolla de una manera dinámica, aumentando su tempo y su fuerza.
Walker es elegido en 2005 por Las Vegas Philharmonic para la composición de una obra para la celebración del centenario de la orquesta. La obra se titula “Hoopla” (A Touch of Glee).
Walker ha realizado su labor didáctica en diversas universidades, alternando con sus labores de pianista y compositor, con más de 90 obras publicadas. Su estilo emplea las técnicas contemporáneas mezcladas con estructuras arcaicas, que le dan su personalidad. Su técnica compositiva ha sido reconocida actualmente por importantes directores de orquesta como Zubin Mehta. Sus sinfonías son obras serias, poseyendo una áspera expresividad, sin ninguna concesión de carácter popular.