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Paul Creston (1906-1985) nació el 10 de octubre de 1906 en New York. Su nombre real era el de Giuseppe Guttoveggio. Hijo de italianos emigrados procedentes de Sicilia. Su padre era un modesto pintor de paredes que había abandonado la pobreza de su tierra natal. Siendo niño el futuro compositor visitó Sicilia acompañado por su madre. Allí conoció las canciones y danzas populares, lo cual le influyó en su amor por la música. A su vuelta a los Estados Unidos pidió a sus padres que le dejaran tomar lecciones de música. A sus catorce años ya demostró su precocidad en el campo compositivo. Pero pronto se vio obligado a dejar la escuela debido a la falta de recursos de su familia.
Como habían hecho otros compositores de origen italiano, decide americanizar su nombre, tomando el de Paul Creston porque le sonaba bien. Trabaja como repartidor, empleado de banca y agente de seguros. Pero no olvida nunca la música, practicando por las noches.
En 1926 gracias al cine mudo, obtiene su primer trabajo como pianista de cine, puesto que ocupará hasta 1929. Luego en 1934 obtiene el puesto de organista en la St. Malachy’s Church de New York, cargo que no dejaría durante los próximos 33 años.
Aunque había estudiado piano con Gaston-Marie Dethier y órgano con Pietro Yon, su formación como compositor es de carácter autodidáctico, empezando con la escritura de danzas para el piano.
En 1933 muestra al compositor Henry Cowell su obra para piano “Seven Theses” Op.5,que es publicada. También gracias a Cowell, realiza un recital tocando al piano sus propias obras en la New School for Social Research en el mes de octubre de 1934.
Una de sus primeras obras orquestales es “Out of the Cradle” Op.5 (Fuera de la cuna), compuesta en 1934 sobre un poema de Leaves of Grass del recurrido escritor Walt Whitman. Se trata de una obra de estilo neoclásico.
En 1937 compone la “Partita” Op.12, una obra para flauta, violín y orquesta de estilo barroco, que evoca los Conciertos de Brandenburgo de Bach. En los siguientes años recibe dos becas Guggenheim, en 1938 y en 1939. En este último año compone una obra para el saxofonista Cecil Leeson, es la “Sonata para saxofón contralto” Op.19. Una partitura que se ha convertido en una de las clásicas para los virtuosos del saxo.
Creston obtiene una plaza de profesor en la Cummington School of the Arts en Massachusetts, donde enseñará piano y composición en 1940. En el mismo año compone su primera sinfonía.
La “Sinfonía Nº 1” Op.20 fue escrita durante el año 1940, siendo estrenada el 22 de febrero de 1941, interpretada por la NYA Symphony Orchestra dirigida por Fritz Mahler. Cada movimiento está presidido por un título especificando su carácter.
El primer movimiento, Whith Majesty, empieza con un tema algo solemne pero lleno de fuerza, que pronto da paso a un motivo más dulce interpretado por la cuerda. El segundo tema es presentado por el metal con un aire de inspiración en la música medieval. El tema se desarrolla hasta llevar a la orquesta a su climax. Una breve recapitulación de la música inicial cierra el movimiento.
El segundo movimiento, With Humour, es el scherzo de la obra. Una danza de ritmo irregular con cierto aire de vals, precede a un trio interpretado por la cuerda de corte romántico, casi una música que serviría para una banda sonora. Se repite el material de danza inicial pero de una forma variada, terminando el movimiento con calma. Este movimiento era el preferido por Léopold Stokowski, que lo interpretaba en sus programas.
El tercer movimiento, With Serenity, es el movimiento lírico de la obra. Está interpretado calidamente por la cuerda, con contrastes empleando solos de los instrumentos de viento. En algunos momentos nos recuerda el estilo impresionista de Debussy. Después de llegar a su máxima expresividad termina con calma.
El último movimiento, With Gaiety, utiliza un tema alegre de ritmo sincopado, que recuerda anteriores motivos rítmicos. Es presentado por el oboe y repetido por el clarinete. El segundo tema es más majestuoso interpretado por los metales. En la reexposición el tema de los metales toma más fuerza, llevándonos a la coda.
Esta obra llena de fuerza juvenil consagró a Creston como un gran sinfonista. En 1943 gana el Premio del New York Critic’s Circle. Una obra llena de ritmo y melodía, totalmente apartada de la música experimental que muchos realizaban en la época.
La “Sinfonía Nº 2” Op.35 fue terminada en el mes de junio 1944, presentando las preocupaciones de su autor por el carácter de la música. Según sus propias palabras, los dos elementos fundamentales de cualquier música son la canción y la danza, o sea sus elementos melódicos y rítmicos. Con estas ideas construye su obra en dos movimientos, uno dedicado a la canción y el segundo a la danza. Se estrenó el 15 de febrero de 1945, interpretada por la New York Philharmonic-Symphony Orchestra dirigida por Artur Rodzinski.
El primer movimiento, I. Introduction and Song (Slow, with deep emotion – Moderately slow), empieza con una sombría introducción en la que se presentan los temas básicos de la obra. El tema principal o sea el tema de la canción aparece como una variación del tema inicial, siendo presentado por la flauta y luego pasa a la trompa. El tema se va desarrollando mediante diversas frases. Después de una pausa, el tema es nuevamente tomado por la flauta, pasando luego al oboe. Posteriormente, detrás de un breve motivo rítmico, el tema de la canción reaparece acompañado por el dulce motivo ritmico de las cuerdas. El tema nos conduce hasta su climax, junto con un desarrollo del motivo rítmico. Siguen varias explosiones sonoras de la orquesta. Después de una brusca pausa, el tema de la canción cierra el movimiento.
El segundo movimiento, II. Interlude and Dance (Moderately slow – Moderately fast), comienza con un violento interludio, una variación del primer tema de forma agresiva, que contrasta con el final del anterior movimiento. Bruscas entradas de la orquesta se suceden con partes más calmadas. Una transformación del tema da lugar a una danza fuertemente rítmica. Una danza construida sobre un motivo melódico, se desarrolla acompañada por la percusión, recordándonos en algunos momentos los tropicales ritmos de Villa-Lobos. El ambiente se calma, dando paso a una reexposición de la introducción de la sinfonía de forma variada. Un motivo en ostinato del fagot y cuerdas graves da paso al tema de la canción, que nos conduce a una animada coda.
Se puede considerar como una de las mejores obras de Creston, demostrando la importancia que siempre ha tenido el ritmo para el compositor. Una música que en la actualidad todavía conserva su frescor.
Desde 1944 hasta 1950 Creston trabaja como director musical del programa de radio “Hour of Faith” de la emisora ABC, escribiendo numerosas partituras para la radio y la televisión. En 1947 compone su “Trombone Fantasy” Op.42, una obra de carácter melódico sin olvidar un aspecto primordial, el ritmo.
La “Sinfonía Nº 3” (Three Mysteries) Op.48 fue terminada en 1950. Se estrenó el 27 de octubre de 1950, interpretada por la Philadelphia Orchestra dirigida por Eugene Ormandy. Se trata de una obra de inspiración religiosa, con los temas derivados del canto gregoriano. Presenta en forma orquestal los hechos fundamentales de la vida de Jesucristo, mediante tres escenas, el nacimiento, la crucifixión y la resurrección.
El primer movimiento, I. The Nativity (Lento – Allegro moderato), empieza con una introducción lenta representado la noche. El tema principal es presentado por las trompas, derivando del antiguo canto gregoriano del Alleluia. Continúa con un fragmento en forma de danza mientras el tema principal se va desarrollando. Aparece un motivo de carácter pastoral con intervención de solos de la madera. La recapitulación empieza con el tema danzante seguido del tema del Alleluia de un modo lleno de alegría.
El segundo movimiento, II. The Crucifixion (Adagio), empieza con tristes acordes del viento acompañando a una sentida melodía del violoncello. Un ambiente de tragedia invade la música, después de una explosión sonora. El oboe inicia una solemne melodía que pasa a la cuerda, creciendo gradualmente en intensidad. La música aumenta en su dramatismo. La sección final presenta el carácter percusivo de la orquesta imitando una nefasta marcha, que nos conduce a una reexposición del tema inicial de un modo trágico, terminando con las notas agudas de los violines.
El último movimiento, III. The Resurrection (Lento moderato – Allegro ma calmo), empieza mediante vibraciones de las cuerdas, mientras una melodía de carácter gregoriano aparece en los violoncellos y contrabajos, pasando luego a los metales. La trompeta acompañada por el arpa interpreta el tema de manera muy melódica. Continúa con una sección más rápida alternando el viento con la cuerda. El tema principal es tomado de manera fragmentada por la madera y el metal. En la parte final el tema gregoriano es interpretado solemnemente por el metal, acompañado alegremente por la cuerda en su registro agudo.
En el primer movimiento expresa la alegría por el nacimiento de Jesús, mientras que en el segundo aparece con todo su dramatismo la escena de la crucifixión. Termina de forma gloriosa con la escena de la resurrección, completando el tríptico basado en la vida de Cristo. Una sinfonía escrita de modo sencillo como una expresión de fe de su autor.
Durante la década de los años 1950 Creston escribe gran cantidad de obras logrando alcanzar fama internacional. En uno de los compositores americanos más interpretados fuera de los Estados Unidos, comparándose a Gershwin, Barber o Harris.
La “Sinfonía Nº 4” Op.52 fue terminada en 1951 cumpliendo un pedido de Viola Malkin, en memoria de su esposo Joseph Malkin, un melómano de Philadelphia. Se estrenó el 30 de enero de 1952 en Washington, D.C., interpretada por la National Symphony Orchestra dirigida por Howard Mitchell. La obra fue muy bien acogida por la crítica, alabando su alegría y vitalidad.
El compositor describe su obra como una sincera composición siguiendo las líneas clásicas, construida en los convencionales cuatro movimientos, poniendo su énfasis en la alegría y la brillantez.
El primer movimiento, maestoso, allegro, empieza con una frase grandilocuente, que servirá de base al tema principal, desarrollado en el allegro. El segundo tema posee un carácter más lírico. Los temas se combinan durante la sección de desarrollo. La reexposición termina con el retorno del tema lírico interpretado por el metal y la madera en forma de himno, acompañado por la cuerda en su registro agudo.
El segundo movimiento, andante pastorale, nos presenta una serena escena pastoral, con un tema interpretado por la flauta y luego por el oboe. En su parte central aparece una especie de danza pastoral, como un scherzetto o pequeño scherzo. Termina con la reaparición del tema inicial interpretado por la cuerda.
El tercer movimiento, allegretto giocoso, es el scherzo de la obra. Un tema juguetón es interpretado mediante una serie de variantes. En la parte central el trio es interpretado por la cuerda mediante un tema ondulante. Luego termina con la repetición variada de la danza inicial.
El último movimiento, vivace saltellante, posee un aire ligero, presentando un tema rítmico despreocupado. El segundo tema, con un carácter más lírico, conserva su alegría mediante su forma dulcemente romántica. Durante el desarrollo conserva su estilo eminentemente rítmico, como dice su título saltarín. Una apropiada coda llena de fuerza cierra la obra.
Es la sinfonía de Creston que posee un carácter más alegre y despreocupado. Parece encontrarse en el momento más eufórico de su vida. Una obra construida en las formas clásicas en la que predomina el empleo del ritmo.
Creston compone en 1953 “Invocation and Dance” Op.58, una obra con influencias de Stravinsky, pero sus ritmos sincopados le otorgan su carácter americano.
La “Sinfonía Nº 5” Op.64 fue compuesta en 1955, para celebrar el 25º aniversario de la National Symphony Orchestra. Se estrenó el 4 de abril de 1956 dirigida por Howard Mitchell. Una obra más seria que su anterior sinfonía, en la cual el compositor desea expresar su lucha existencial.
El primer movimiento, con moto, empieza suavemente mediante un amplio desapacible tema interpretado por la cuerda, que evoluciona hacia un episodio contrapuntístico más rápido. La entrada del metal y la percusión aumenta la dinámica orquestal con una fuerza agresiva. Aparece un breve motivo sinuoso en el oboe, inmerso en la agresiva textura orquestal. Un tema noble interpretado por el metal en su registro grave parece llevar la calma, pero continúan apareciendo elementos agresivos que lo impiden. El noble tema principal se repite de modo solemne, pero acompañado por la agresividad continuada de la orquesta, que mediante el ritmo fuertemente marcado por la percusión nos lleva a la enfática coda.
El segundo movimiento, largo, presenta un tema mediante la cuerda, que crece de modo dramático. La orquesta responde con frases algo menos agresivas que en el primer movimiento, pero que se encuentran lejos de la tranquilidad. Un tema de carácter inquisitivo es presentado por el oboe. El contrapunto de la cuerda mantiene una atmósfera cargada. Un nuevo tema presentado por la flauta añade patetismo. Solos de la madera quieren añadir algo de esperanza sobre el ambiente dramático presentado por la orquesta, que se incrementa en la parte final llegando a su climax. En la última sección el corno inglés presenta una triste melodía acompañado por la cuerda, terminando el movimiento calmadamente.
El último movimiento, maestoso, allegro, empieza con mayor dramatismo, mediante agresivas frases del metal acentuadas por los golpes de la percusión. Después de un silencio, aparece un tema melódico interpretado por la cuerda aguda de carácter consolador. El metal introduce un nuevo tema más positivo. El tema principal se desarrolla con intervenciones marcadamente rítmicas de la percusión. Una expresión de alegría contenida parece querer disipar los negros nubarrones introducidos en los anteriores movimientos. La música alcanza un ritmo frenético, que la conduce a una breve pero decisiva coda.
Una sinfonía con un carácter muy diferente de la anterior que refleja con dramatismo la lucha por la supervivencia. El último movimiento nos da una respuesta positiva al problema planteado. El empleo del ritmo continúa siendo el recurso más importante empleado por el compositor, sin olvidar sus momentos melódicos.
Creston tiene el honor de ser nombrado Presidente de la National Association of American Composers and Conductors. Ostenta el cargo desde 1956 hasta 1960.
En el año 1957 compone la “Toccata” Op.68 para celebrar el 40º aniversario de la Cleveland Orchestra, la cual es estrenada por George Szell. Concebida especialmente para el lucimiento de la orquesta, que Szell ha llevado a su prestigio internacional, contiene solos para sus virtuosos instrumentistas.
La década más productiva de Creston se cierra con dos nuevas obras, “Janus” Op.77 compuesta en 1959 para la Association of Women’s Committees for Symphony Orchestras y el “Concierto Nº 2 para violín y orquesta” Op.78, compuesto en 1960 para el violinista Michael Rabin, mediante una subvención de la Fundación Ford. Por desgracia el violinista murió en 1972 víctima de un accidente con solo 35 años.
La primera obra contiene una especie de danza de bacantes, que hace honor al gusto del compositor por las formas rítmicas. El concierto para violín se estrenó el 17 de noviembre de 1960 en Los Angeles, interpretado por el citado violinista con la Los Angeles Philharmonic Orchestra dirigida por Georg Solti. Una obra escrita para el lucimiento del solista, en un estilo clásico. La crítica la encontró demasiado falta de las modernidades que empezaban a dominar la escena, acogiéndola de un modo bastante frío.
Siguiendo en su línea rítmica, en 1965 compone su “Choreografic Suite” Op.86 para la Rebekah Harkness Foundation. En el año anterior había escrito su obra “Principles of Rhythm” exponiendo sus ideas teóricas sobre composición.
A finales de la década de 1960, la música de Creston empieza a ser olvidada, dando paso a compositores jóvenes que presentan una música más experimental y vanguardista. Creston se encuentra amargado por el camino que estaba tomando la música, pero continuó componiendo. En 1975 se retira de todas sus actividades docentes, residiendo en un rancho situado en las afueras de San Diego. Todavía compone una última sinfonía.
La “Sinfonía Nº 6 para órgano y orquesta” Op.118 fue compuesta en 1982, estrenándose en el Kennedy Center de New York.
En 1984 se le diagnosticó un tumor maligno siendo intervenido quirúrgicamente. Nunca se llegó a recuperar totalmente de la operación, muriendo el 24 de agosto de 1985 en Poway, California, cerca de San Diego.
La música de Creston se olvidó al aparecer los compositores que escogieron los caminos fuera de la tonalidad como la música serialista y otros modernismos. La crítica relegó al silencio a los compositores que estaban anclados en la música tonal, considerando un estilo anticuado.
En las últimas dos décadas se ha redescubierto su atrasada música y muchos melómanos se han deleitado nuevamente escuchando sus obras. Es un ejemplo más de como la música, aunque se la llame clásica, se deja arrastrar por las modas pasajeras. Pero las composiciones que tienen calidad, vuelven a renacer una y otra vez de sus cenizas.