INDICE
William Henry Fry (1813-1864) nació en Filadelfia el 19 de agosto de 1813. Hijo del editor de la National Gazette aprendió a tocar el piano junto a su hermano. A los catorce años compuso una obertura. Estudió composición con Leopold Meignen, un alumno del Conservatorio de París. Además escribía artículos sobre música en el periódico de su padre, llegando a ser redactor en jefe. Viajó por Europa durante los años 1846 a 1852, como corresponsal para periódicos de Filadelfia y de Nueva York. A su vuelta trabajó para la New York Tribune.
En 1845 terminó la primera ópera publicada y representada de un autor nacido en América, “Leonora”. También fue el primero en componer obras sinfónicas, entre ellas las llamadas sinfonías. “Childe Harold”, “A Day in the Country”, “The Breaking Heart”, “Santa Claus”, “Niagara Symphony”, “Hagar in the Wilderness” y “The Dying Soldier”, son los títulos que reciben sus siete obras sinfónicas. No pueden considerarse verdaderas sinfonías si las examinamos de modo académico, pero haremos un pequeño comentario por tratarse de las primeras obras de este género escritas en América. Pueden considerarse como oberturas o más bien, por sus características descriptivas, como poemas sinfónicos.
La “Santa Claus, Sinfonía de Navidad” fue terminada en 1853. Compuesta en forma de una Fantasía o mas bien una Obertura. Escrita para la Jullien Orchestra, que promocionó su música mediante sus giras por América. Utiliza la orquesta destacando diversos solos instrumentales, para instrumentos inhabituales, entre ellos el contrabajo y el saxofón, recién inventado. La obra sigue un desarrollo programático que se describe a continuación. Está dividida en tres partes que más o menos siguen el modelo, allegro, andante, allegro. La obra tiene un sabor muy americano en el modo de emplear los temas.
La trompeta anuncia el nacimiento del Señor, seguida por el coral de los ángeles. El viento interpreta el tema principal, seguido por la respuesta melódica de la cuerda. El tema principal se repite, interrumpido por unas notas disonantes, para terminar armónicamente. Un solo de clarinete nos indica el cambio de cuadro. Se representa la cena de Navidad. La familia la celebra con diversos bailes, al parecer de origen escocés. Un melódico tema nos señala la felicidad de la velada. Luego se reemprende la danza de un modo más íntimo.
Una tormenta de nieve aparece representada por los cobres y las cuerdas ondulantes. Los invitados vuelven a sus casas. Las danzas se van apagando. La familia se retira a descansar, escuchándose la oración al Señor interpretada por la cuerda aguda. El saxofón soprano interpreta una canción de cuna, que termina apagándose lentamente. Después de una pausa, reaparece la tormenta de nieve. Un viajero solitario y perdido se muere durante la tempestad. Es representado por un solo del contrabajo. Las campanas tocan a muerte. Pero pronto se olvida el trágico cuadro. Una pausa da paso a la cuerda aguda. Aparece Santa Claus en la voz del fagot. Acompañado por su trineo, con sus campanillas y el restallar del látigo. Baja por la chimenea representado por el sonido de las flautas. Los niños duermen todavía. Santa Claus va desapareciendo con sus campanillas y golpes del látigo.
Salida del sol. El coro de ángeles, representados por los violines, entona el Adeste Fideles. Con el sonido de la trompa se despierta la familia. Las trompetas acompañan el juego de los niños. Se interpreta nuevamente el tema de la primera parte de la obra y luego reaparece el Adeste Fideles, que a modo de solemne coral nos lleva al final de la obra.
La “Niagara Symphony” fue compuesta durante el año 1854 para un concierto de P.T. Barnum. Es una representación de la fuerza de las famosas cataratas, adelantándose un siglo a la conocida suite de Ferde Grofé. Para ello utiliza nada menos que once timbales.
Estructurada en tres partes como una obertura, empieza con un largo crescendo, en el cual la percusión indica la fuerza del agua. La cuerda oscilante refleja el torbellino del agua. En la parte central se escucha una coral interpretada por el viento. Representa un himno producido por la contemplación de esta maravilla natural. Luego se vuelve a la representación de la cascada, con el redoble de la percusión y las ráfagas del viento. Reaparece el tema de la coral acompañada por el rugir del agua, antes de volver a la descripción de la furia del agua.
No comentamos el resto de las llamadas sinfonías por tratarse de puros poemas sinfónicos. Antes de su muerte en Santa Cruz (Islas Vírgenes), debida a la tuberculosis, el 21 de diciembre de 1864, Fry compuso una segunda ópera “Notre Dame of Paris”.