Louise Farrenc (1804-1875) la mujer compositora. La sociedad burguesa del siglo XIX imponía sus reglas, las cuales más o menos se han conservado hasta la actualidad. La mujer estaba destinada a la vida familiar y normalmente apartada de las actividades musicales que la separasen del ámbito de la familia. Pero hubo diversas excepciones. Así encontramos a Fanny Mendelssohn, Josephine Lang y a Johanna Klinkel. Pero en estos casos su actividad musical era secundaria, imponiéndose las obligaciones familiares. Su círculo de influencia se encontraba forzadamente limitado.
Clara Schumann llevó una brillante vida como pianista, manteniendo muchas veces a su familia. Pero su trabajo como compositora estaba limitado a pocas obras, principalmente escritas para su propia interpretación.
Un caso excepcional lo encontramos en Louise Farrenc. Una francesa con un catálogo de 51 obras numeradas, entre las cuales destacan sus tres sinfonías. La composición de obras sinfónicas por una mujer era aun más inusual y todavía sigue siéndolo actualmente.
A pesar de las diversas teorías presentadas a lo largo del tiempo, la ciencia no puede demostrar diferencias esenciales entre los cerebros de mujeres y hombres, para poder afirmar que únicamente los hombres tienen el genio, para poder crear obras de arte como son las sinfonías. Podríamos debatir las causas, que puedan explicar que la actividad creadora, en el caso de la música sinfónica, siempre ha estado en manos del sexo masculino.
Louise Farrenc nació el 31 de mayo de 1804 en París. Su nombre de soltera era Jeanne-Louise Dumont. Perteneciente a una familia de artistas, su padre era escultor, vive en un ambiente liberal. A los 15 años estudia armonía con Anton Reicha, profesor del Conservatorio de París. Más tarde recibe consejos de Hummel y de Moscheles.
En 1821 se casa con el flautista y editor de música Aristide Farrenc, que no impide su carrera musical. Después de una serie de viajes por Francia con su marido, continúa sus estudios con Reicha, que comprenden contrapunto, fuga y orquestación.
En 1826 nace la única hija del matrimonio, Victorine, que también se dedica a la música, pero morirá de tuberculosis en 1859. Después de escribir obras para piano, en 1834 empieza a componer para orquesta. El resultado son dos oberturas. En 1841 compone su primera sinfonía.
La “Sinfonía Nº 1 en do menor” Op.32 como se ha dicho fue terminada en el año 1841. La obra se estrenó en Bruselas en el año 1845 dirigida por François-Joseph Fétis. Pocas semanas más tarde, en el mes de abril de 1845 fue interpretada por la orquesta del Conservatorio de París en un concierto benéfico.
La obra empieza con una introducción andante sostenuto, mediante un sombrío tema teñido de melancolía. El allegro está construido en la forma sonata clásica. Los dos temas son poco contrastados, pero el segundo es más melódico.
El segundo movimiento adagio cantabile empieza con unas notas introductorias, antes de que el primer violín inicie un tema melódico de amplio desarrollo. El tercer movimiento es un minuetto de líneas claras que contrasta con el delicado trío.
Termina con un allegro assai de ritmo rápido construido en forma sonata, interrumpido por frecuentes paradas con cambio de ritmo debido al segundo tema lento. En la coda final reaparecen las notas del principio de la sinfonía, terminando luego la obra de manera resolutiva.
En el año 1842 Farrenc consigue la plaza de profesora de piano en el Conservatorio de París. Empiezan a interpretarse sus sinfonías. Escribe una nueva sinfonía en 1846, seguida por otra al año siguiente.
La “Sinfonía Nº 2 en re mayor” Op.35 se estrenó en un concierto especial en el mes de mayo de 1846, pocos meses después de haberla terminado.
El primer movimiento andante, allegro tiene un cierto parecido a la música de Beethoven en su introducción. Los temas principales están interpretados por la cuerda y el viento respectivamente. Continúa con un clásico desarrollo seguido de la recapitulación.
El segundo movimiento andante nos presenta un tema ligero de características de la escuela de Viena, alternando partes para la orquesta con otras donde destacan los instrumentos solistas. El tercer movimiento es un scherzo, con un trío contrastante con intervención de la madera.
El último movimiento andante, allegro es el más característico de la obra. Empieza de modo arcaizante, seguido de un tema que dominará todo el movimiento. El empleo de un amplio fugato parece ser un homenaje a Bach.
La “Sinfonía Nº 3 en sol menor” Op.36 es su última obra sinfónica. Terminada en 1847, su estreno el 22 de abril de 1849 supone un gran éxito para la compositora, al ser interpretada en uno de los prestigiosos conciertos de abono de la Société des Concerts du Conservatoire. Ha sido su obra más interpretada.
Después de una corta introducción adagio, una transición para aumentar el ritmo nos lleva al allegro. Un primer tema de ritmo marcado, con una sonoridad decidida y potente. El segundo tema es contrastante con una melodía más pausada confiada al oboe y adornada por los otros instrumentos. El movimiento sigue las pautas de la forma sonata clásica.
El segundo movimiento adagio cantabile está escrito en forma de lied. El tema principal está confiado al clarinete alternando con los primeros violines. Es una amplia cantinela con recuerdos mozartianos. La parte central es más dramática.
El tercer movimiento es un scherzo con un vigoroso ritmo ternario. El trío se caracteriza por el empleo del viento como solista. Como es normal se repite el scherzo.
El movimiento final es un allegro con sus dos temas muy unidos. En pocos compases son presentados al principio de la exposición. El primero marcado y el segundo más lírico. El desarrollo se basa en gran parte en el primer tema de sabor un poco beethoveniano. Termina con una coda también proveniente del mismo tema.
Louise Farrenc terminó su etapa de compositora en 1859, coincidiendo con la muerte de su hija. Luego se dedicó junto a su marido a la publicación de una antología de piezas para teclado denominada “Trésor des Pianistes”. Continúa como profesora del Conservatorio hasta el año 1872. Muere en París el 15 de septiembre de 1875.