PARAY

Paul Paray (1886-1979) nació en Le Tréport en la Alta Normandía, en la costa del Canal de la Mancha, el 24 de mayo de 1886. Auguste Paray, el padre de Paul, que era escultor y organista en la iglesia de St. Jacques en Le Tréport, lideraba una sociedad musical de aficionados. Introdujo al joven Paul en la orquesta de la sociedad musical como percusionista. Posteriormente, Paul Paray fue a Ruan a estudiar música con los abades Bourgeois y Bourdon y música de órgano con Haelling. Durante esta época de estudiante escribe la cantata "Pastorale de Noël" en 1904.

De esta forma se preparó para entrar en el Conservatorio de París ingresando en la clase de armonía de Xavier Leroux en 1904. Estudió contrapunto con Georges Caussade y composición, primero con Charles Lenepveu y más tarde con Paul Vidal. Terminó sus estudios en 1908 con un primer premio en armonía y un segundo en contrapunto.

Sus brillantes estudios le permitían presentarse al prestigioso Prix de Roma, pero antes hubo de realizar su servicio militar. Cuando regresó a París encontró un empleo como violoncelista en el Teatro Sarah Bernhardt  En 1909 aceptó el puesto de pianista acompañante en el famoso cabaret de Montmartre, el Quat'Z'Arts, establecido por Gabriel Montoya.

En 1910 decidió finalmente presentarse al Prix de Roma pasando la primera selección. La cantata elegida era "Acis et Galatée" sobre un tema de las Metamorfosis de Ovidio ganando el segundo premio. En 1911, Paray se volvió a presentar y ganó el Gran Prix de Roma con su cantata "Yanitza". Durante su estancia en Roma entre 1912 y 1913 compone el oratorio "Jeanne d'Arc", que se estrenó en la catedral de Ruan el día de la Santa, el 13 de mayo de 1913.

Cuando se declaró la Primera Guerra Mundial, Paul Paray sintió la llamada de las armas y se alistó con el ejército francés. En 1914, cayó prisionero de guerra y quedó recluido en el campo de prisioneros de Darmstadt, Alemania, en donde compuso un cuarteto de cuerda.

Terminada la guerra, Paray fue invitado a dirigir la orquesta del casino de Cauterets, que incluía músicos de la Orquesta Lamoureux. Esto resultó ser el trampolín para poder dirigir esta última orquesta en París. Posteriormente dirigió la Orquesta de Montecarlo y fue director musical de la Orquesta Colonne y presidente de Conciertos Colonne.

En 1920 Paray compuso el ballet "Adonis troublé" basado en la mitología griega. En 1931 escribió la "Misa para el 500 aniversario de la muerte de Juana de Arco", que fue estrenada en la Catedral de Ruan, con motivo de la celebración del quinto centenario del martirio de la santa.

La “Sinfonía Nº 1 en do mayor" fue compuesta en 1934. Se estrenó en París el 31 de marzo de 1935, interpretada por la Orquesta de la Sociedad de Conciertos Colonne dirigida por el propio compositor.

El primer movimiento, allegro energico, escrito en forma sonata presenta un primer tema de carácter vigoroso interpretado por la cuerda al unísono, acompañada por sincopados acordes de maderas, trompas y arpa.. El contrastante tema secundario es interpretado primero por la flauta y el oboe. La trompa añade luego un nuevo elemento. Una figuración en contrapunto adorna el primer tema. La música se vuelve más agitada cuando el segundo tema en diminuendo es tomado primeramente por la trompeta y luego por los violines.

Después del desarrollo de ambos temas la recapitulación empieza con el tema inicial interpretado por los primeros violines y violoncelos, con una textura orquestal ligera mediante aéreos arpegios de las arpas dobladas por los segundos violines y violas sobre la pulsación de las maderas. La orquesta completa reexpone el segundo tema. La coda se inicia con un golpe de gong introduciendo breves fragmentos de temas de los posteriores movimientos, mientras la música se va desvaneciendo, sirviendo de transición sin pausa al siguiente movimiento.

El segundo movimiento, quasi lento, escrito en modo menor, empieza con el corno inglés introduciendo una melodía triste, consistente esencialmente en una figura oscilante de dos notas. Empieza un pasaje fuertemente lírico, con una armonía que se intensifica hasta llegar a su clímax mediante la intervención del metal. Un retorno a la calma del comienzo del movimiento nos conduce a la coda, con un eco del segundo tema desapareciendo dentro de la armonía sostenida de la cuerda.

El tercer movimiento, allegretto con grazia, posee cierto refinamiento francés presentando una ternura algo inquietante, según dice el compositor. Su seductora inocencia de una especie de vals evoca las adorables jovencitas, que se encuentran algunas veces en las pinturas impresionistas. Escrito en la estructura ternaria de un scherzo con un melódico trío central, hace la función de entreacto, entre el pensativo segundo movimiento y el divertimento final.

El cuarto movimiento, alla scherzando, empieza con fuerza mediante un motivo vivo y malicioso, cuya armonización modal le da un extraño encanto. Continúa con un extenso motivo como si fuera una reflexión tardía. Un ahogado restablecimiento del tema nos conduce a unas fanfarrias del metal, que preparan el camino hacia una nueva sección, en la cual un tema algo urgente del violoncelo es contestado de manera calmada por la flauta doblada por el clarinete. El tratamiento antifonal de los materiales melódicos continua durante un tiempo. Motivos del primer tema empiezan a surgir en el fondo, mientras las violas y violoncelos soportan una nueva melodía, coronada por elegantes notas de escalas en octavas de la flauta.

Estas frases contrastadas sostenidas frente a agitadas maderas, trompetas en sordina y caja, continúan durante cierto tiempo, con un breve episodio de dos violas solistas interrumpido por florituras de la trompeta. Este recurso con elementos diferentes se repite de forma variada con un ritmo menos agitado del motivo del tema inicial. Se intensifican las fuerzas orquestales preparándose para un repentino traslado a un delicado tratamiento del primer tema tocado en octavas por el viento y campanas, con arpegios revolantes de la cuerda y arpas Con una ligera pausa la música se desliza hacia el segundo tema conduciéndonos a la coda, que utiliza algunos de los elementos temáticos en una jubilosa conclusión.

La “Sinfonía Nº 2 en la mayor" (Le Tréport) fue compuesta entre 1936 y 1939. Muestra la profunda emoción sufrida por la muerte de su padre. Lleva la dedicatoria a mis padres. Su escritura final en Le Tréport le sirvió de consolación durante los terribles días de la escalada nazi en Europa.

Se estrenó en el Théâtre du Châtelet de Paris el 28 de abril de 1940, interpretada por la Orquesta de la Sociedad de Conciertos Colonne-Lamoureux. Paray recibió el primer premio Charles-Martin Loeffler otorgado por el Instituto de Francia.

Construida en los clásicos cuatro movimientos, está inspirada como dice su título en los motivos recogidos en su juventud y posterior tiempo en la localidad marinera de Le Tréport, cuyos sonidos estimularon al compositor.

El primer movimiento, largo, allegro ma non tanto, utiliza un antiguo canto marinero de Le Tréport como epígrafe, sirviendo de panegírico por la muerte de su padre y su madre. Esta melodía que no se utiliza más en la obra, es extendida mediante tres tonos para formar las primeras notas del primer tema en forma modal.

El oboe presenta el nostálgico tema acompañado por la cuerda. Después de un clímax a ritmo marcial la música se desvanece hacia el ondulante segundo tema. Todos los elementos de la exposición se desarrollan alcanzando una serie de clímax, que nos conducen a una recapitulación abreviada, concluyendo en la coda.

El segundo movimiento, scherzo, vivo, presenta un tema principal fuertemente rítmico reminiscente de Beethoven, con una frescura y alegría asociada a la juventud. El trío de carácter bucólico, iniciado por el oboe evoca las danzas antiguas. Después sigue con un tratamiento en forma de fuga del material del comienzo, combinado con el motivo de danza. En la coda la tensión armónica nos conduce a un acorde, cuyas notas sonarán de nuevo en orden inverso al comienzo del siguiente movimiento.

El tercer movimiento, larghetto, consiste en una solemne zarabanda de carácter fuertemente religioso. El clarinete vocaliza tristemente un lamento sobre el persistente toque de campanas, reminiscencia del de la iglesia medieval de St. Jacques de Le Tréport. Un segundo tema con pasos marcados en la línea de bajos, evoca una pintura de una procesión que avanza.

La sección central más brillante y esperanzadora, expresa la fe cristiana mediante una música recordando a Bach. El desarrollo combina los temas preparando el retorno de las melodías originales, punteadas por una épica figura rítmica. Siguiendo a una tranquila coda el movimiento termina con una cadencia del Amen entonada por las violas.

El cuarto movimiento, allegro moderato, según dice el compositor es un himno de alegría y gratitud  filial, de confianza en la vida. Empieza con una amplia melodía. El inicio del segundo tema es anunciado por los violoncelos y contrabajos. Una escala ascendente acompañada por acordes es respondida por una variación del tema de las campanas.

La pequeña melodía folclórica intercalada con una figura saltarina en los violoncelos, derivada del tema de danza del trío del segundo movimiento, podría evocar Le Tréport de la juventud de Paray. El segundo tema es vigoroso completado con un motivo canónico. Una idea sinuosa entrelaza y conecta algunas secciones musicales.

Varios temas familiares se recomponen de modo inventivo hasta llegar a una figura estática en forma de coral, que reaparecerá en la coda interpretada por el corno inglés. Al final de la sección de desarrollo un solo de trombón adiciona un nuevo elemento. Después de la recapitulación abreviada, el coral es interpretado solemnemente en la coda y tras unas figuraciones del metal la obra termina con afirmativos acordes de la orquesta.

La “Symphonie d'Archets" fue compuesta en 1944 durante la guerra, en un tiempo que lo mantuvo apartado de su trabajo como director de orquesta. Convirtió su anterior "Cuarteto de cuerdas" en la sinfonía para cuerdas, mediante la adición de una sección de contrabajos. Se estrenó el 19 de marzo de 1944, interpretada por la Orquesta de la Ópera de Montecarlo dirigida por el compositor.

El primer movimiento, animé, empieza con un vivo motivo interpretado por violoncelos y contrabajos, estableciendo la tensión armónica del movimiento. Las violas introducen un nuevo motivo y un tercero, que reaparecerá en la coda, completando el primer grupo temático. El segundo tema presenta una sencillez rústica. Las células melódicas son explotadas con todo su potencial dramático en la sección de desarrollo, que incluye un nuevo elemento con notas alargadas, contrastando con la agitación que le envuelve. Después de la recapitulación termina con una concluyente coda.

El segundo movimiento, assez lent, es el centro estético de la obra. Empieza con una amplia melodía casi religiosa. Está seguida por un tema descendente sincopado. Una sección episódica en el centro del movimiento aligera momentáneamente el ambiente, hasta que un tranquilo retorno del tema sincopado, nos conduce a un clímax rítmico nervioso y apasionado. El movimiento termina con el retorno del tema inicial en stretta acabando serenamente.

El tercer movimiento, vif, corresponde al scherzo. Un tema rítmico vivo imita una danza popular. Un nuevo tema también de carácter rítmico aparece en la sección del trío. Finalmente se repite el tema inicial.

El cuarto movimiento, très rythmé, comienza con una vigorosa frase, que es seguida por un motivo explotado durante la sección de desarrollo. Un tema secundario de la primera sección es interpretado primeramente por las violas. Una nueva melodía contrastante de carácter expresivo es introducida después del retorno de cada tema inicial. Todos estos elementos son recogidos en una rápida interpretación durante la sección de desarrollo. La obra termina después de la recapitulación, mediante un pasaje de atrevida y brillante bravura.

Más conocido como brillante director de orquesta, que como compositor, fue director principal de la Orquesta Lamoureux en el periodo  1923–1928         , director musical de la Orquesta de Montecarlo entre 1928 y 1933. Sucedió a Gabriel Pierné como director musical de la Orquesta Colonne  entre 1932 y 1956. Director musical de la Orquesta Filarmónica de Israel entre 1949 y 1950.

Paray debutó en los Estados Unidos con la Filarmónica de Nueva York en 1939. En 1952 fue nombrado director musical de la Orquesta Sinfónica de Detroit, cargo que dejaría en 1962, a la que dirigió en numerosas grabaciones para la serie Living Presence de Mercury Records.

Paray dirigía con facilidad todo el repertorio para orquesta, pero se especializó en la obra sinfónica francesa. Una de las más reconocidas grabaciones de Paray es la de la Sinfonía núm. 3 en do menor de Saint-Saëns. Paray había llevado la calidad de la Sinfónica de Detroit a uno de los niveles más distinguidos a nivel mundial. Marcel Dupré, amigo y compañero de estudios desde la infancia, fue el organista en esa sesión. Paul Paray falleció en Montecarlo, el 10 de octubre de 1979.