3 – La Sinfonía en el siglo XIX
Con motivo de las guerras napoleónicas, Rusia aliada con los franceses invadió Finlandia en el año 1808, siendo evacuada por las tropas suecas. El congreso de Viena ratificó su situación al colocarse Rusia finalmente en la parte vencedora. El zar Alejandro incorporó el Gran Ducado a Rusia en el año 1809, pero respetando su autonomía. Trasladó su antigua capital Turku a Helsinki. El idioma finés empezó a ganar importancia, especialmente a partir de 1860, como resultado del fuerte movimiento nacionalista. A finales de siglo el Zar Nicolás II impuso su política paneslavista, suprimiendo las atribuciones del Ducado y obligando la enseñanza del ruso en las escuelas, como lengua oficial.
La música no se desarrolló plenamente hasta finales de siglo. Frederic Pacius (1809-1891), de origen alemán, daba clases en la Universidad de Helsinki desde el año 1835 y era considerado como el más eminente compositor de Finlandia. Anteriormente en 1827 se había fundado la Sociedad Musical de Helsinki. La primera audición de una sinfonía de Beethoven, la Segunda, tuvo lugar en 1833.
En los años 1860 nació una orquesta para el Nuevo Teatro, actualmente el Teatro Sueco, que ofrecía sus conciertos iniciales. La primera compañía de ópera estable no apareció hasta el año 1873. En el año 1882 se fundó el Coro de la Universidad de Helsinki, el primer coro que cantaba en finés. En el mismo año se producían dos hechos importantes, la puesta en marcha del Instituto Musical de Helsinki y la primera orquesta profesional, dirigida por Robert Kajanus (1856-1933), la Sociedad Orquestal de Helsinki, cuya sucesora actualmente es la Orquesta Filarmónica de Helsinki.
Fuera de la capital la música se desarrolló en Viipuri, la actual ciudad rusa de Vyborg. Su principal promotor fue Richard Faltin (1835-1918) de procedencia alemana. Su orquesta fue disuelta en 1867 y Faltin se trasladó a Helsinki en 1869. La música no se abandonó en Viipuri, especialmente con la creación de los Amigos de la Música de Viipuri en 1894.
Martin Wegelius (1846-1906) fue el fundador del Instituto Musical de Helsinki, que actualmente se denomina Academia Sibelius. La música que se cultivaba seguía mas las tradiciones germánicas, que las influencias que pudieran llegar de San Petersburgo o de Estocolmo. Armas Järnefelt (1869-1958) es otro compositor que actuaba como director en Viipuri.
En el campo sinfónico no aparecieron grandes autores hasta finales de siglo, destacando el mencionado Kajanus y la figura cumbre de la música finesa, Sibelius, pero estos autores se comentarán en la parte dedicada al Siglo XX. Ahora solamente dedicaremos unos párrafos al malogrado compositor Mielck.
Ernst Mielck (1877-1899) nació en Viipuri, llamada en sueco Vyborg, el 24 de octubre de 1877. Viipuri era la capital de la Carelia finesa, una ciudad fundada por los colonos suecos, situada al norte del golfo de Finlandia. La ciudad pasó de manos suecas a rusas, hasta que durante la revolución bolchevique fue conquistada por los recién independizados fineses. Luego desde 1918 hasta marzo de 1940 formó parte de Finlandia. Durante la segunda guerra mundial fue de nuevo conquistada por los rusos en 1940. Actualmente forma parte de la Carelia dentro de la Federación Rusa, con el nombre de Vyborg.
Nacido en una familia de grandes aficionados a la música, Mielck mostró desde su nacimiento una salud frágil, debido a lo cual no pudo dedicarse al estudio de la música hasta cumplir los diez años. En 1891 marchó a Berlín para proseguir sus estudios en el Sternsches Konservatorium, siendo Radecke uno de sus maestros.
En 1894 vuelve a Viipuri debutando como pianista con mucho éxito.
Mielck retorna a Berlín para estudiar con Max Bruch, terminando sus estudios en 1896. Regresa a Finlandia empezando a componer en el tiempo libre que le queda entre sus recitales.
La “Sinfonía en fa menor” Op.4 fue terminada en el año 1897 y estrenada el 20 de octubre de 1897 en un gran concierto realizado en la Universidad de Helsinki, dirigido por Robert Kajanus. Mas tarde corrigió la obra según los consejos de Bruch y la presentó en Dresde y durante la Pascua de 1899 en Turku.
El primer movimiento andante maestoso, allegro energico, empieza con un motivo tembloroso de los timbales, siguiendo la orquesta con un tierno tema, en una atmósfera sombría y densa. Un fuerte acorde empieza el allegro mediante un tema potente, seguido de otro más apacible. Después del regreso del primero, aparece uno nuevo que se transforma en una poderosa marcha y luego se desvanece. Después de una pausa el tempo se acelera y empieza una parte dominada por la cuerda con ideas brucknerianas. La recapitulación comienza con el mismo acorde del principio del allegro, terminando con una coda de gran intensidad.
El segundo movimiento, allegro non troppo, corresponde al scherzo. Usa una orquestación más restringida en motivos sinuosos. En el trio aparecen motivos en forma de marcha, seguidos de un tema al estilo de Dvorak, que es interrumpido nuevamente por la marcha. En la reanudación del scherzo se mezclan las diferentes ideas. Termina con una nota sostenida acompañada por un pizzicato.
El tercer movimiento andante cantabile se basa en un idílico tema que se desarrolla en diversas vertientes. El tema pasa finalmente a la trompa en una romántica versión. La parte final expresa una gran melancolía con un acompañamiento de la madera en staccato.
Termina con un allegro que presenta un eufórico tema principal con gran entusiasmo, acompañado por los platillos y una densa orquestación. Un segundo tema más tranquilo marca una pausa, antes de que la música se dirija hacia su culminación, empleando el himno Var hälsad sköna morgonstund de Philipp Nicolai y el cántico Vak upp min själ och var ej sen formando una coral. Termina con una solemne repetición de la coral en forma de himno.
Las interpretaciones de la sinfonía en Turku fueron las últimas apariciones de Mielck en público. Una tuberculosis en las amígdalas le obligaron a operarse en la primavera de 1899, pero la operación fracasó y su estado empeora en el mes de junio. Los médicos deciden que se traslade a Locarno en Suiza para que su dulce clima pueda mejorarlo, pero su estado de salud se agravó y el 22 de octubre muere.
Con su muerte probablemente Finlandia perdió a uno de sus grandes genios musicales, que hubiera podido acompañar a Sibelius en la historia de la música.