SANLUCAR

Manolo Sanlúcar (1943-) nació en Sanlúcar de Barrameda, en la provincia de Cádiz en Andalucía, el 24 de noviembre de 1943. Su verdadero nombre es Manuel Muñoz Alcón. Su padre, Isidro Muñoz, era un gran aficionado a la guitarra que tuvo como maestro a uno de los más importantes guitarristas de su época, Javier Molina.

El niño vivió en un ambiente dominado por la guitarra flamenca recibiendo sus clases de su padre. A los ocho años ganó un premio en Sanlúcar y a partir de este momento empezó a dedicarse a la interpretación de la guitarra flamenca.

A sus catorce años ingresó en la compañía de Pepe Marchena y empezaron a llamarlo Manolito el de Sanlúcar de donde deriva su nombre artístico. Luego formó parte de la compañía de Manolo el Malagueño donde conoció a La Paquera de Jerez con la que formaría pareja artística durante unos seis años, recorriendo toda España.

Terminado el servicio militar le ofrecen un contrato en el tablao madrileño Las Brujas. En 1972 realiza su primera salida fuera de España obteniendo el Primer Premio del Festival de Música Folk celebrado en la ciudad italiana de Campione. También logra el Premio Nacional de Guitarra Flamenca en Jerez de la Frontera.

Pronto se convierte en una gran figura de la guitarra flamenca realizando giras por Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania y Francia, entre otros países. Su nombre se compara con el de Paco de Lucía y Serranito.

Como compositor de obras para la guitarra flamenca destaca en 1974 su disco Sanlúcar, donde se encuentra la rumba "Caballo Negro" que obtiene un gran éxito. Su estilo se integra en la llamada música ligera, resultando el conocido como Nuevo Flamenco. Productos de consumo para el gran público en forma de respuesta española al dominio de la música anglosajona.

Su vocación de compositor lo lleva a la realización de obras de más envergadura. Así en 1978 aparece su "Fantasía para guitarra y orquesta", un concierto para guitarra y en 1984 otro denominado "Trebujena".

En 1985 se estrena en el Teatro de la Zarzuela de Madrid su versión del drama "Medea", un ballet representado por el Ballet Nacional de España. Una obra muy importante para la música flamenca es "Tauromagia" aparecida en 1988. En 1992 vuelve a componer una nueva obra para el Ballet Nacional, "Soleá".

“Aljibe" (Sinfonía Andaluza) compuesta en 1992 es su obra más ambiciosa. Estrenada en Málaga el 20 de mayo de 1992, interpretada por la Orquesta Ciudad de Málaga con Manolo Sanlúcar a la guitarra y con Isidro Muñoz como segunda guitarra. Como cantaores, José Mercé y Charo Manzano y con Manolo Soler a la percusión, bajo la dirección de Enrique García Asensio.

El aljibe, palabra procedente del árabe, es un recurso arquitectónico para almacenar agua, por lo general potable. El modelo tradicional árabe es un recipiente total o parcialmente subterráneo, construido o labrado y cubierto por una bóveda de cañón o ligeramente apuntada o en cúpula de casquete, hecha de ladrillo. El agua acumulada suele proceder de la lluvia recogida de los tejados de las casas o de las acogidas del entorno canalizadas hasta él.

Como acopia agua el aljibe, la sinfonía intenta recoger la tradición del flamenco, su evolución desde sus principios hasta la actualidad. Una conversión de las formas tradicionales al lenguaje de la música clásica occidental.

Una sinfonía basada en el flamenco, en la que aparecen varios de sus palos. Se conoce como palo del flamenco a cada una de las variedades tradicionales del cante. Cada palo posee unas características musicales llamadas claves o modos, una progresión armónica determinada y unos esquemas rítmicos que se llaman compás.

Entre los palos del flamenco solo citamos los que poseen relación con la obra analizada. En primer lugar hablaremos de la seguiriya, nombre derivado de la seguidilla. Se trata de un cante sombrío y de carácter trágico, que encierra los valores básicos de lo que hoy se conoce como cante puro y hondo. Las letras de sus coplas son trágicas, doloridas, y reflejan el sufrimiento de las relaciones humanas, el amor y la muerte. El cante melismático de la seguiriya le infunde carácter y de esa estética musical, beben también muchos estilos, como las malagueñas o los cantes a palo seco, sin guitarra, que hoy conocemos.

Las bulerías son un palo bullicioso, fiestero y alegre del flamenco. Se distinguen por su ritmo rápido y redoblado compás, que se presta más que otros cantes al jaleo y las palmas. Suelen ser el baile con el que se remata toda juerga flamenca.

Las bulerías derivan de la Soleá ya que el Loco Mateo, su primer intérprete, remataba de esta manera sus soleares o soleás. Se caracterizan por su cante bullicioso, generalmente para bailar, cuyo origen data de finales del siglo XIX. Se distinguen por su ritmo rápido y redoblado compás, que admite mejor que ningún otro estilo gritos de alegría y expresivas voces de jaleo.

Se llama malagueñas a un palo del flamenco que es tradicional de Málaga, de donde proviene su nombre. Procede de los antiguos fandangos malagueños. Se convierte en estilo flamenco en la primera mitad del siglo XIX. Este cante que tiene un gran registro melódico tiene baile propio.

La taranta es un tipo de cante originario de la provincia de Almería, a partir de una copla de cuatro o cinco versos octosílabos; al cantarla, se repite uno de ellos. La taranta pertenece a los llamados cantes minero-levantinos, y es la raíz de la que parten todos los cantes mineros.

El primer movimiento, Génesis, representa el nacimiento del flamenco. Para ello empieza con una larga introducción lenta de la orquesta en forma de amanecer. Aparece la guitarra en un lenguaje flamenco muy tradicional, presentando un tema melódico andaluz de carácter clásico. El tema es recogido por la orquesta. Un breve solo de la guitarra cierra esta primera sección.

El allegro se inicia con la entrada de la flauta, interpretando un tema melismático sobre un ritmo lento marcado por el tambor. El tema presentado por la flauta se desarrolla creciendo en dinámica. En pleno desarrollo aparece la voz del cantaor interpretando un texto del propio compositor. Según el compositor las palabras no tienen ninguna importancia para la comprensión de la obra.

Se pasa a una tonalidad menor apareciendo un tema melódico interpretado por los violoncelos acompañados por acordes de la guitarra. Emerge un nuevo tema que es desarrollado entrando las dos voces de los cantaores, masculina y femenina.

El segundo movimiento, Siguiriya, corresponde al tiempo lento de la sinfonía. Empieza con la entrada de la guitarra en un flamenco más evolucionado. El cantaor entona un tema basado en la siguiriya. Es contestado por una intervención del violoncelo solista de cierto dramatismo.

Luego empieza un allegro rítmico en forma de bulerías interpretado por el tutti orquestal acompañado por percusión y castañuelas. Continúa con un desarrollo polirítmico en el que se combinan las siguiriyas en la cuerda con las bulerías en el viento. Sigue un solo de guitarra basado en el espíritu de la malagueña que es contestado por el cantaor en forma de soleá. La sección final se basa en el ritmo de siguiriyas, con solos muy expresivos de diversos instrumentos terminando con uno de la guitarra. Una dramática intervención del cantaor da paso a la coda terminando mediante un poderoso tutti.

El tercer movimiento, Ritmo, es una bulería desarrollada por toda la orquesta. La melodía inicial deriva del primer movimiento, adquiriendo una nueva dimensión rítmica. Puede ser considerado como el scherzo de la sinfonía. Aparecen nuevos motivos derivados de los presentados en los tiempos anteriores. En la última sección la cantaora va exponiendo distintas variantes melódicas de un tema. Es un ensayo de nuevas formas melódicas y cadenciales en las llamadas falsetas, unas cortas melodías interpretadas por el guitarrista entre los versos cantados, una forma improvisada. Una breve coda orquestal cierra el movimiento.

El cuarto movimiento, Consecuencias, empieza con el desarrollo de una célula melódica derivada de anteriores movimientos. Rítmicamente parece que se trata de una taranta pero finalmente se pasará al ritmo de malagueña.

La guitarra inicia un extenso solo en el que todavía no aparece la malagueña. Continúa acompañada por la orquesta. Una amplia intervención de los metales crea tensión, hasta que violoncelos y violines al unísono entonan la Malagueña de Chacón[1], única melodía de la obra que no pertenece al compositor.

La última sección empieza con una secuencia contrapuntística, en la que aparecen en forma de recapitulación temas pertenecientes a los anteriores movimientos. La melodía inicial de este movimiento es reexpuesta por toda la orquesta hasta llegar a su clímax. Luego termina con una poderosa coda que se extingue en un acorde en pianissimo a cargo de las maderas.

Con este movimiento termina la evolución del estilo flamenco que se había iniciado en su génesis. Es la consecuencia de un proceso que inició hace años. Las voces ya no intervienen pues se han convertido en música pura instrumental y la guitarra termina cediendo su función melódica y de acompañante a las maderas.

Manolo Sanlúcar nos cuenta las razones para la composición de esta obra. Una señalada tendencia a la búsqueda de reunir todas las fuerzas dispersas en mi interior me ha llevado a plasmar el alma poética de aquellas cosas que tienen un brillo especial en mi memoria y a escribir Aljibe, la música que está inscrita en la naturaleza que me rodea.

El espíritu flamenco es la base modificada a través del tiempo de esta obra, más queda concebida para la orquestación, la guitarra es tan solo un armazón más que no domina, y en aras de transcribir la inspiración y el misterio que a diario me brinda Andalucía y el respeto apasionado que le debo.

Aljibe no es, pues, un concierto de Manolo Sanlúcar ni la reconstrucción sonora de lugares concretos, sino un poema sinfónico sobre el poema de arte mayor de unos personajes universales y casi nonatos que musicaron la cara oculta del Sur y que supusieron señalarnos este paraíso andaluz el que nos evadimos de la rutina y escapamos de nuestro tedio.

Los cuatro movimientos del texto son, en consecuencia, una traducción del tesoro poético de Andalucía, donde intento reproducir, a mi modo. la coherencia de los fraseos con la rima, los distintos colores de la melodía y el tiempo ritmado del corazón de mis gentes, como sustancias vivas del arte musical.

El 27 de julio de 2013 en el concierto en la Cueva de Nerja el guitarrista anunció a los asistentes su retirada de los escenarios. En dicho concierto se interpretó un Himno de Andalucía compuesto por el maestro.

En el año 2015 recibe la medalla de oro al Mérito en las Bellas Artes. Nombrado hijo predilecto de la provincia de Cádiz en 2016.

Una de sus últimas obras es la "Suite para ocho monumentos" para guitarra y orquesta. En el mes de septiembre de 2016 reapareció en el Palau de la Música de Barcelona pero enfermo no pudo terminar el concierto. Su salud es delicada sufriendo diversos trastornos, entre ellos la diabetes.

El guitarrista Manolo Sanlúcar presentó en el Festival de Cine de Málaga de 2016 el proyecto audiovisual 'La guitarra flamenca', participado por la Consejería de Cultura. Una obra para explicar musicológicamente la música del flamenco, algo que no existía, sobre la cual ha estado trabajando desde 2010, dejando por este motivo sus recitales públicos.

El principal motivo de su escritura es la ignorancia de la música flamenca por parte de los Conservatorios de Música. La música que enseñan es la correspondiente a la cultura occidental. Cuando Andalucía fue conquistada por Castilla intentaron imponer sus costumbres castellanas ignorando las raíces nacionales. En el campo de la música España se vio influenciada por la cultura europea, imponiendo su música, en un principio la ópera italiana y los estilos de la música occidental.

Debemos diferenciar la música flamenca de la música folclórica andaluza, aunque ésta este influenciada por aquella. De este modo la copla es música folclórica y no flamenca. Podríamos hacer una comparación entre el jazz y el flamenco. Aunque ejercen gran influencia sobre la música popular y folclórica en sus distintos territorios, son un tipo de música distinto de la clásica de los conservatorios.

La música flamenca se transmite por tradición oral, no se escribe en pentagramas. La mayoría de artistas no saben leer ni escribir música. Para aprender su estilo el estudiante lo debe realizar de un modo práctico. Manolo Sanlúcar al darse cuenta de estas limitaciones que perjudicaban su enseñanza, ha intentado con su trabajo cubrir este vacío.

Estudió música occidental clásica en un conservatorio y luego realizó una especialización en composición. De este modo ha podido escribir verdaderas obras clásicas basadas realmente en el flamenco. Pero faltaba realizar un estudio serio para poder divulgar su enseñanza, de modo parecido al de la música clásica. Esto es lo que ha conseguido con su trabajo didáctico, ilustrado mediante diversas grabaciones.

El problema aparece en el momento de su comercialización, al menos para la recuperación del capital invertido. Para las autoridades competentes la cultura está actualmente siendo abandonada. Para los autores todo acaba en Premios y condecoraciones, pero en el momento de necesitar inversiones siempre el problema es el mismo, la necesidad de realizar recortes en cultura. Actualmente Sanlúcar está intentando que sea Japón quién publique su obra.

[1] Antonio Chacón García, Jerez de la Frontera, 1869 – Madrid, 1929, fue un cantaor flamenco español. Su malagueña más famosa también es conocida como "Del convento las campanas"