María Teresa Prieto (1896-1982) nació en Oviedo, la capital del Principado de Asturias, en 1896 en una familia de clase media interesada por la música. Estudió con el pianista Saturnino del Fresno.
Se traslada a Madrid estudiando armonía en el Conservatorio con el maestro Benito García de la Parra. Cuando empezó la Guerra Civil española en 1936 su hermano Carlos le aconseja que se embarcase hacia México. Carlos Prieto disfrutaba en México de una holgada situación económica como empresario.
Llegó a México el 1 de diciembre de 1936, siendo acogida junto a muchos intelectuales españoles por el presidente Lázaro Cárdenas. Se le ofrecía la continuación de su obra en un ambiente cultural cercano a España rodeada de exiliados políticos o más bien transterrados.
Se instala en un ático del caserón que poseía su hermano en San Ángel, en el suroeste del Valle de México. Se convierte en un punto de reunión de los intelectuales. Entre ellos encontramos a Carlos Chávez, Darius Milhaud, Erik Kleiber, Stravinsky, Adolfo Salazar y los músicos españoles exilados.
María Teresa Prieto estudia composición con el maestro Manuel Ponce y dos años después con Carlos Chávez. Su primer ensayo dentro de la música sinfónica fue la "Impresión sinfónica" terminada en 1940. Dedicada a su hermano Carlos es un proyecto de sinfonía con sus cuatro movimientos condensados.
La “Sinfonía Nº 1" (Sinfonía Asturiana) fue compuesta en 1942. Se estrenó en agosto de 1943 en el Teatro Bellas Artes de México interpretada por la Orquesta Sinfónica de México dirigida por Carlos Chávez.
El primer movimiento, adagio, allegro, empieza con una introducción lenta con un tema nostálgico recordando a la lejana Asturias. El allegro en forma sonata introduce el tema principal proveniente de la canción popular ya se murió el burro de la tía Vinagre..., un tema español que no es exclusivo de Asturias. El segundo tema contrastante es el empleado en la introducción. Después de la sección de desarrollo el tema principal folclórico inicia la recapitulación.
El segundo movimiento, andante, presenta un tema nostálgico lleno de añoranza de la lejana tierra querida. Un segundo tema de resonancias folclóricas complementa la sensación del primero.
El tercer movimiento, allegro mosso, introduce como tema principal la conocida melodía de origen popular Quisiera ser tan alta como la luna..., probablemente de origen catalán. Como tema contrastante utiliza una canción folclórica sentimental, la barca marinera..., muy conocida formando parte del folclore de la cornisa cantábrica. En la recapitulación que empieza con el tema principal la canción cántabra alcanza su máxima expresión.
Una sinfonía de carácter nacionalista que refleja su sentimiento de tristeza por su patria perdida, un sentimiento de nostalgia que impregnará casi toda su obra. Por su carácter patriótico es la única de sus sinfonías que se ha interpretado en Asturias, a partir de la década de 1970.
La influencia del país de acogida pronto dará a luz con su siguiente obra "Chichen-Itzá" terminada en 1944. Un viaje por los restos de la civilización maya, en el actual estado de Yucatán inspiró esta obra, un poema sinfónico sin seguir una determinada historia, pero según su autora quiso expresar tres motivos indígenas, el juego de pelota, la serpiente emplumada y el sacrificio de una doncella al dios de la lluvia, unos temas que han aparecido durante nuestro desarrollo de la historia de la sinfonía en México.
La “Sinfonía Nº 2" (Sinfonía Breve) fue compuesta en 1945. Se estrenó en el Teatro de Bellas Artes en el mes de junio del mismo año, dirigida por Carlos Chávez. Un año después se estrenaba en el Palacio de la Música de Madrid, interpretada por la Orquesta Nacional de España dirigida por Ataulfo Argenta. Pero la compositora no asistió a este estreno.
El primer movimiento, allegro moderato, según su autora refleja la fosforescencia del sol reflejada en el agua, la brisa refrescando suavemente el campo, o blancas mariposas volando sobre un césped tachonado de lirios azules. A pesar de no aparecer en su título siempre se refería a esta obra como su sinfonía pastoral.
El segundo movimiento, andante expresivo, es de ambiente reflexivo, expresando su sentimiento de añoranza de su patria, su querida Asturias.
El tercer movimiento, allegro, nos devuelve un claro optimismo, una serena alegría según su autora.
Una sinfonía sencilla expresada en un lenguaje sin complicaciones, pero como siempre teñida por su sentimiento de nostalgia que nunca le abandona.
María Teresa realizo un curso de dos semestres, entre 1946 y 1947, con Darius Milhaud en el Mills College de Oakland, en California, que ensancha el horizonte armónico de la compositora como se reflejará en sus obras siguientes, entre las cuales se encuentra el "Adagio y fuga para violoncelo y orquesta" compuesta en 1948, que muestra cierto cromatismo que había estado ausente en toda su anterior producción.
La “Sinfonía Nº 3" (Sinfonía de la danza prima) fue compuesta en 1951. Se estrenó en México dirigida por Carlos Chávez y todavía no ha sido presentada en España.
La danza prima es un baile tradicional asturiano. Es un baile colectivo en el cual los danzantes forman un corro con las manos entrelazadas y realizando breves pasos hacia delante y hacia atrás, siguiendo una música cantada a capella, siguiendo una arcaica escala modal.
El primer movimiento, la danza prima, toma como base temática la danza tradicional. Sobre esta melodía realiza unas variaciones y termina construyendo una hermosa fuga.
El segundo movimiento, scherzo, nos muestra una danza de carácter popular. La sección intermedia que corresponde al trío de carácter lírico acaba con unos compases más dramáticos que enlazan nuevamente con el tema principal.
El tercer movimiento, allegro, vuelve a tener como base el motivo de la danza prima, realizando con ella un brillante trabajo contrapuntístico. Nos sorprende que el motivo principal sea repetido mediante un saxofón contralto, lo que parece una referencia a su maestro Milhaud. Finalmente aparece la danza interpretada de modo triunfal.
Una obra de carácter nacionalista asturiano, recordando a su patria, escrita también en un lenguaje modal sin complicaciones.
La “Sinfonía cantabile” continúa siendo una obra misteriosa, sin que sepamos si realmente existe o ha existido. Aparece en un fichero de la Fleisher Collection, una biblioteca de música orquestal perteneciente a la Free Library of Philadelphia, la Biblioteca Libre de Filadelfia.
Según los datos que aparecen en dicha ficha fue compuesta en 1954, dividida en los siguientes cuatro movimientos,
Adagio, allegro
Andante
Tempo di valse
Rondó, allegro
La partitura tiene 99 páginas con una duración de 18 minutos. Según el mismo documento se estrenó en la Ciudad de México el 18 de septiembre de 1955, interpretada por la Orquesta Sinfónica de México dirigida por Erich Kleiber.
Incluso detalla su orquestación, compuesta por dos flautas, piccolo, dos oboes, corno inglés, dos clarinetes, clarinete bajo, dos fagots, cuatro trompas, dos trompetas, tres trombones, tuba, timbales, triángulo, arpa y cuerda.
A pesar de todo esta partitura nunca se ha encontrado. El famoso director José Luis Temes, gran entusiasta de dar a conocer la música sinfónica española desconocida, realizó la grabación de la obra sinfónica completa de María Teresa Prieto, sin incluir esta obra al no poder encontrarla.
Puesto en contacto con el ilustre maestro me contestó que para él esta sinfonía es un misterio y realmente en este momento no sabe si existe o no. El sobrino de la compositora, el conocido violoncelista Carlos Prieto, depositario de su legado, no ha podido localizar ningún indicio sobre la misma. Un tema misterioso que quizás necesite una posterior investigación.
No encontramos ninguna obra sinfónica de la compositora hasta 1967 con "El palo verde", una suite en cinco movimientos empezada en 1956, que según algunos proviene de un ballet, pero no se conoce que haya compuesto una música para un espectáculo de ballet. Tenemos con ello un nuevo misterio sin resolver. El palo verde es un árbol de la familia de las leguminosas procedente del norte de México.
Prieto ha escrito varios cuartetos de cuerda, siendo el más conocido el "Cuarteto modal" compuesto en 1958 con el que ganó el Premio Samuel Ross de dicho año.
Influenciada por Rodolfo Halfter a finales de la década de 1950 se introdujo en el leguaje dodecafónico, pero realizando unas obras de estilo muy personal. Este cambio en su estilo se hace patente en sus "Veinticuatro variaciones para piano" compuestas en 1961.
En 1965 empieza una suite orquestal que se llamaría "Cuadros de la Naturaleza". Su primer número lleva el título de Asturias. Una música de carácter cromático en estilo serial, pero sin olvidar sus raíces al emplear el tema, ya se murió el burro..., el mismo de su Sinfonía Asturiana, presentando secciones claramente tonales. Su segundo movimiento se titula El Valle de México, siendo una especie de variación sobre un tema melódico, compuesta en 1967. No sabemos si pretendía componer más números o dejarlo como un homenaje a sus dos patrias.
La última obra sinfónica de María Teresa Prieto es el "Tema variado y fuga, en estilo dodecafónico" compuesta entre 1963 y 1967. Una obra cromática como expresa su título, empleando una nueva estética.
La compositora no regresó oficialmente a España, a pesar de sus invitaciones, por su intransigencia con el régimen instaurado por la dictadura. Solamente recogió el Premio Samuel Ross concedido a su Cuarteto modal en 1958, A la llegada de la democracia en 1975 su edad era demasiado avanzada para el viaje. Murió el 24 de enero de 1982 en su casa mexicana.
Toda la obra sinfónica de María Teresa Prieto ha tenido que esperar hasta principios del Siglo XXI para ser grabada por primera vez, gracias al trabajo realizado por el director José Luis Temes con la Orquesta de Córdoba.