Carlos Cruz de Castro (1941-) nació en Madrid el 23 de diciembre de 1941, de padre madrileño y madre canaria. Junto con su familia se traslada a Las Palmas de Gran Canaria. Allí a partir de 1952 inicia los estudios de Bachillerato en el Instituto Pérez Galdós. En 1953 forma parte de la Schola Cantorum San Pío X.
En 1956 la familia regresa a Madrid donde sigue sus clases de Bachillerato. En 1958 comienza sus estudios musicales con Concha Tomasetti. Se matricula en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid en 1959 estudiando piano con Manuel Carra y Rafael Solís, composición con Gerardo Gombáu y Francisco Calés y dirección de orquesta con Enrique García Asensio.
Al mismo tiempo inicia estudios de Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad Central de Madrid, pero los abandona para dedicarse exclusivamente a la música. Amplia sus estudios de composición con el compositor yugoslavo Miko Kélémen en la Hochschule Robert Schumann Institut de Düsseldorf y recibe consejos de Günther Beckar y Antonio Janigro.
Participa en las Juventudes Musicales de Madrid, siendo en 1963 cofundador del movimiento cultural Problemática 63. En 1973 funda en México, junto a la pianista y compositora mexicana Alicia Urreta, el Festival Hispano Mexicano de Música Contemporánea. Funda en 1976 la Asociación de Compositores Sinfónicos Españoles junto con Ramón Barce, Agustín González Acilu, Claudio Prieto, Miguel Ángel Coria, Jesús Villa Rojo y Francisco Cano.
Realiza una música de carácter experimental, que va desde el grafismo a la utilización de instrumentos no convencionales o el empleo de los instrumentos convencionales de una manera nueva. Desde su primera época realiza una música totalmente separada de la tonalidad en busca de nuevas formas de expresión.
Entre 1985 y 1986 es profesor del Conservatorio de Música de Albacete. Ha sido jefe de producción de Radio 2 Clásica de Radio Nacional de España entre 1990 y 2006.
Citaremos solamente algunas obras dentro de su extenso catálogo, caracterizado por una búsqueda constante de nuevas formas de expresión en busca de un estilo personal totalmente diferenciado de la música del pasado.
En 1991 compone la "Tocata vieja en tono nuevo", una obra sinfónica encargada por el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea del Ministerio de Cultura. Se basa en la Tocata IV de quinto tono para órgano de Juan Bautista Cabanilles (1644-1712), un famoso organista y compositor de música barroca. Se trata de una transformación personal de la obra, realizando su simbiosis, convirtiéndola en una nueva composición. Aunque conserva breves fragmentos respetando las tonalidades originales, está escrita en el lenguaje atonal característico del compositor.
"Los Elementos" es una obra para piano, escrita entre 1996 y 2001, dividida en cuatro partes que representan a los cuatro elementos, escrita entre Madrid y México.
La “Sinfonía Nº 1" (Canarias) compuesta en 1998 para el XV Festival de Música de Canarias, está dedicada al padre del compositor, el canario Sebastián Cruz Quintana. Se estrenó el 11 de enero de 1999 en Las Palmas de Gran Canaria, interpretada por la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria dirigida por Adrian Leaper.
Está orquestada para madera por triplicado, cinco trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales, tres percusionistas, piano y cuerda.
El primer movimiento, introducción, presto, empieza con una introducción lenta presentando el material interválico del movimiento. El presto sigue la clásica estructura de la forma sonata, con sus dos temas, su desarrollo y su recapitulación. Pero en este caso no nos será fácil reconocer los temas, pues no son melódicos, ni basados en notas de diferentes alturas con carácter lineal. Se trata de dos valores, dos notas de diferente duración, que dan lugar a diferentes texturas y fraseos rítmicos. Utiliza ritmos de carácter repetitivo en forma de ostinatos.
El primer tema es más rápido, basado en el ritmo de notas más cortas, las corcheas, mientras que el segundo se basa en un ritmo de notas más largas, las negras. El desarrollo particular de cada tema se realiza durante la sección de exposición, reservando su desarrollo conjunto a la correspondiente sección.
El segundo movimiento, folía, se basa en la folía canaria, una danza lenta de ritmo ternario y carácter majestuoso. Utiliza una folía escrita en once compases. Después de su presentación, realiza una serie de variaciones, siempre presentando su forma completa. Para ello hace uso de inversiones, formas canónicas, superposiciones o formas simultaneas. Su complejidad varía desde líneas melódicas individuales hasta densas masas armónicas. En algunos compases se reconoce perfectamente el carácter melódico de la danza canaria, mientras que en otros aparece totalmente distorsionada. El movimiento termina con la tranquilidad minimalista con que había comenzado.
El tercer movimiento, allegro, mantiene un pulso rítmico vivo estructurado como una especie de rondó, donde reaparecen como recuerdos elementos más lentos de los anteriores movimientos. El tema principal es del tipo percusivo con repeticiones de patrones rítmicos. Las secciones intermedias se caracterizan por su carácter contrastante, menos contundentes, pero continuando su carácter rítmico. En la sección final reaparece un recuerdo de la folía para continuar con la contundencia rítmica del tema principal, que nos conduce hacia una frenética coda.
Una sinfonía en que evoca la música canaria con el recuerdo de su folía, pero con un carácter que no tiene nada de neo nacionalista, pues el compositor no desea realizar saltos hacia el pasado. A pesar del uso de las repeticiones nunca lo realiza dentro del estilo minimalista.
Entre 1998 y 1999 compone "La sombra del Inquisidor", una ópera en tres actos todavía sin estrenar. En 2004 extrae una suite de la misma que es grabada por el sello Verso, interpretada por la Orquesta, coros y solistas vocales de la Comunidad de Madrid dirigidos por José Ramón Encinar. Una obra con una música dramática, muchas veces mediante obsesivos ostinatos, que ilustra una terrible historia sobre los desmanes de la Inquisición.
La “Sinfonía Nº 2 en dos movimientos” (Extremadura) compuesta por encargo de la Fundación Orquesta de Extremadura entre 2002 y 2003, se estrenó el 23 de mayo de 2003 en Cáceres interpretada por la Orquesta de Extremadura dirigida por Jesús Amigo.
Está orquestada para madera por duplicado, dos trompas, dos trompetas, dos trombones, dos percusionistas y cuerda. Actualmente no existe ninguna grabación comercial de la misma.
"Alucinaciones de Don Quijote" es una obra para guitarra estrenada en 2005, durante el Festival de Santander dedicado al Quijote cervantino. "Apoteosis de Scarlatti" es una sonata para piano compuesta en 2007, basada en tres sonatas del maestro napolitano, que convierte a su propio estilo.
El "Concierto para guitarra y orquesta" compuesto en 2008 a petición de la guitarrista sevillana María Esther Guzmán, que comprende tres movimientos, está escrita en la búsqueda de una revolución formal a partir de la reflexión, el rigor matemático y el amor a la geometría, creando sobre todo nuevos sonidos y formas.
En 2009 estrena "Lienzo sonoro" en que relaciona la música con la pintura. Está dedicada a su hermano, el pintor Francisco Cruz de Castro, que también experimenta, en esta ocasión en el campo del arte plástico. Reproducimos las frases del propio compositor tomadas del programa de su estreno.
La palabra lienzo y la palabra sonoro nos traen las imágenes de dos naturalezas diferentes como son la plástica y el sonido. Convengamos que el lienzo es el soporte de la pintura y que el sonido requiere de un lienzo como soporte. En este sentido me interesaba un título que tradujera el doble significado de lo que es un soporte en arte, según el órgano sensitivo que lo capta, según dónde se deposite la expresión artística: para las artes visuales el soporte es el ojo en el que se perciben las impresiones luminosas, para las artes sonoras el soporte es el oído en el que se perciben las vibraciones del aire producidas por el sonido. En esta dualidad el lienzo es el lecho común donde se depositan las expresiones artísticas, y bajo este concepto del lienzo como significado estructuré la obra a la manera de un pintor que pinta con sonidos limitando la paleta de colores sin agotarlos todos.
Esta es una de las razones por la que seleccioné para el trío de percusión únicamente cinco instrumentos de la sección de las láminas: tres de metal como son el glockenspiel, los crótalos cromáticos y el vibráfono, y dos de madera con el xilófono y la marimba. Una segunda motivación en esta limitación instrumental tuvo que ver con el criterio de equilibrar camerísticamente el trío de percusión con el trío formado por violín, violonchelo y piano, pues así como la unión de estos tres últimos ha constituido una de las formaciones de cámara más usadas en la historia de la música, en la percusión busqué el complemento chamanístico con instrumentos de una misma naturaleza y de una misma técnica que me proporcionaran también una definición como trío, como un segundo trío, encontrando en los instrumentos de láminas los idóneos para integrar el sexteto como un conjunto por la suma de dos tríos.
Sirvan estas palabras para una mejor comprensión de lo que muchas veces se intenta expresar en la música contemporánea, una música dificultosa de apreciar para los melómanos, lo cual impide su conocimiento y difusión.
Finalmente citamos una de sus últimas obras, "Secuencia Mística" compuesta en 2015 sobre las Moradas Sextas de Santa Teresa de Jesús con motivo del quinto centenario de su nacimiento. Una obra para conjunto de cámara de un carácter intimista y reflexivo, acorde con los sentimientos místicos que desea expresar. Por ello y al emplear procedimientos progresistas resulta difícil de escuchar.
Desde 2001 Cruz de Castro es académico de la Real Academia Canaria de Bellas Artes. Mantiene una gran relación con México a partir de 1973, que se ha acentuado desde su jubilación en Radio Nacional en 2006.
Es Presidente del Concurso Permanente de Juventudes Musicales de España desde 2003. En abril de 2011 el Ministerio de Cultura de España le otorgó la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, por su labor creativa y su trayectoria artística y personal. La concesión de dicho galardón le fue comunicada por la propia Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, durante el desarrollo de las pruebas del Concurso Permanente de Juventudes Musicales de España que tuvo lugar en Valladolid.