Carlos Baguer (1768-1808) fue un seguidor de la música de Haydn. A pesar de que Boccherini había compuesto la mayoría de sus sinfonías en España, no existía una tradición de música sinfónica y menos en Catalunya, alejada de la corte. Según el musicólogo Josep M. Vilar, especialista en este compositor, el retrato que aparece en esta página no corresponde al músico. No se ha podido encontrar ningún retrato del músico, por ello en diversas publicaciones colocan el representado aquí. Según nos comenta Vilar el retrato probablemente sea el de un militar. Baguer estuvo toda su vida vinculado con la Iglesia.
Nacido en Barcelona, fue bautizado el 13 de marzo de 1768 en la Catedral de Barcelona por el presbítero organista de la misma Francisco Mariner que además era su tío. Parece que recibió su formación musical de su pariente. Accedió como suplente de su tío en 1786. El mismo año Carlets, como era conocido en la ciudad, se presentó a las oposiciones de organista en Lleida sin conseguirlo. En 1789 ocurriría lo mismo en Tarragona, en la iglesia del Pi en 1791 y en la Catedral de Sevilla en 1801.
Al morir Francisco Mariner en 1789, se convirtió el 12 de abril de 1790 sin oposiciones en organista titular de la Catedral de Barcelona. Había recibido órdenes menores y el 30 de enero de 1801 renuncia de su estado eclesiástico, al parecer tomado para poder mejorar sus condiciones económicas, en una época difícil para su país.
Actuaba en las reuniones musicales conocidas como academias, patrocinadas por la pequeña nobleza y la creciente burguesía de Barcelona.
Baguer compuso mucha obra religiosa, misas, magníficats, destacando los grandes oratorios compuestos para la iglesia de San Felipe Neri y para la Catedral de Barcelona. Entre ellos se encuentra la "Muerte de Abel" compuesto en 1802, "El Santo Job" de 1804 y "El regreso del hijo pródigo" de 1807.
También compuso una ópera "La principessa filosofa" estrenada en el Teatre de la Santa Creu en Barcelona el 4 de noviembre de 1797. La parte más importante de su música orquestal lo constituyen sus 19 sinfonías de las cuales solo se conservan 17. Sus obras no fueron nunca publicadas encontrándose únicamente en forma de manuscritos.
Josep María Vilar realizó su primera edición crítica como tesis doctoral de la Universidad Autónoma de Barcelona en 1994 con el título de "Les simfonies de Carles Baguer. Fonts, context i estil". La edición impresa de su música sinfónica se realizó por el mismo autor entre 1996 y 2005 para la editora Tritó.
Las 17 sinfonías han sido grabadas por la Orquesta Sinfónica de Castilla y León dirigida por José Luis Temes. Una serie de tres CD que se encuentran pendientes de publicación debido a la falta de recursos.
Temes es uno de los directores de orquesta españoles que más ha luchado para la publicación de la música sinfónica española, olvidada y menospreciada durante tantos años. Debemos agradecer sus esfuerzos pero debido a la poca sensibilidad de los organismos oficiales españoles muchas de estas obras rescatadas no se han podido publicar. Entre ellas destacamos las cinco sinfonías de Miguel Marqués, prácticamente el único representante del sinfonismo romántico español. Las obras están grabadas pero también pendientes de publicación.
Es una lástima que no se complete el trabajo cuando la parte más costosa que es su estudio y grabación ha sido realizada. Téngase en cuenta que el gasto económico invertido representa casi el 80 % del total. Es como un edificio terminado y abandonado por falta de recursos, algo corriente en estos años de locura directiva que está viviendo nuestro país.
A continuación dedicamos unos párrafos a una breve descripción de las sinfonías actualmente publicadas de Baguer, teniendo en cuenta que su numeración no sigue un orden cronológico. Además de las sinfonías se encuentra el "Concert per a dos fagots i orquestra en fa major" y algunas oberturas como la del oratorio "El hijo pródigo" encargado en 1807 por la iglesia de San Felipe Neri de Barcelona. Estas oberturas se llamaban también sinfonías en aquella época. Está compuesta por una introducción lenta y un allegro en forma sonata.
La "Sinfonía Nº 1 en do mayor"
La “Sinfonía Nº 2 en do menor” fue compuesta en 1790, siendo la única escrita en modo menor. Se conserva un archivo fechado en dicho año en la Basílica del Pí de Barcelona, un manuscrito titulado Sinfonia con violini, obue, corni, violetta e basso del Sr. Carolo Baguer. Pertenece a la época en que Baguer realizaba oposiciones para el puesto de organista de dicha iglesia.
El primer movimiento, allegro presto, está escrito en forma sonata con un primer tema enérgico y un segundo más melódico. Después de la sección de desarrollo, que está construida mediante cambios de tonalidad, termina con una recapitulación variada.
El segundo movimiento, andante, consta de un tema que se repite y dos variaciones, una estructura común en las sinfonías de este autor. Es notable la orquestación de cada una de las partes con los cambios de protagonismo de los instrumentos.
El tercer movimiento, minuetto, trío, empieza con un tema de minueto compuesto en dos partes de carácter rítmico que se repiten, interpretado por la orquesta, seguido por el trío de carácter más melódico protagonizado por el viento. Termina con la repetición del minueto inicial de modo simple.
El cuarto movimiento, rondó, presto, nos presenta un tema agitado y nervioso, iniciado por el primer violín acompañado por los oboes. En la repetición del tema intervienen las trompas. Este estribillo se repite separado por secciones intermedias. Termina mediante una brillante coda.
La "Sinfonía Nº 3 en re mayor"
La "Sinfonía Nº 4 en re mayor" se encuentra perdida.
La “Sinfonía Nº 5 en re mayor” se conserva en un manuscrito sin fecha en el archivo musical del Museu de les cultures del vi[1] de Villafranca del Penedés, ciudad de la provincia de Barcelona. Este fondo pertenecía a la comunidad de presbíteros de la vecina iglesia de Santa María.
El primer movimiento, allegro assai, escrito en forma sonata con dos temas, el primera con fuerza rítmica y el segundo más melódico, que se repiten durante la exposición. Un breve desarrollo precede a la reexposición.
El segundo movimiento, adagio, está formado por un tema con tres variaciones. El tema formado por dos frases se repite mediante interpretaciones más ornamentadas y cambios tímbricos.
El tercer movimiento, minueto, nos presenta un minueto formado por dos partes que se repiten. El trío es un segundo minueto interpretado mediante pizzicatos por la cuerda. Finalmente se repite el minueto inicial.
El cuarto movimiento, rondó, allegro presto, nos presenta un tema principal de carácter enérgico y rítmico, que se va repitiendo separado mediante breves coplas. Es un movimiento de carácter ligero y de breve duración.
La "Sinfonía Nº 6 en re mayor"
La "Sinfonía Nº 7 en re mayor"
La "Sinfonía Nº 8 en re mayor"
La "Sinfonía Nº 9 en re mayor"
La "Sinfonía Nº 10 en re mayor"
La "Sinfonía Nº 11 en re mayor"
En el momento de redactar estas líneas no existe ninguna grabación comercial de estas sinfonías, por lo cual no se comentan.
La “Sinfonía Nº 12 en mi bemol mayor” fue compuesta en la década de 1790 y está orquestada para dos trompas, dos oboes y cuerda.
El primer movimiento, allegro con brio, escrito en forma sonata con dos temas contrastantes tiene un desarrollo que se basa en variaciones de los propios temas. La clásica recapitulación cierra el movimiento.
El segundo movimiento, andante, consiste en un tema con variaciones como es norma en sus sinfonías. Un estilo cercano al utilizado por Haydn. El primer violín es el protagonista de alguna de las variaciones. Es uno de los movimientos más extensos de sus sinfonías, pero en muchas interpretaciones se cortan las repeticiones.
El tercer movimiento, minueto, nos presenta un rítmico minueto dividido en dos partes, la segunda con un carácter más melódico. El trío es más sosegado, con un mayor melodismo. Finalmente se repite en modo abreviado el primer minueto.
El cuarto movimiento, finale: presto, está escrito en forma sonata. Los dos temas tienen carácter contrastante. Comprende un sencillo desarrollo y la repetición de los temas.
La “Sinfonía Nº 13 en mi bemol mayor” fue compuesta probablemente en la década de 1790.
El primer movimiento, allegro con brio, escrito en forma sonata, contiene los dos temas contrastantes habituales con ciertas influencias de la música española.
El segundo movimiento, adagio, nos presenta un tema lento interpretado por la cuerda, construido mediante dos frases seguido por una serie de variaciones. También hace uso de la sordina, como nos indica mediante su título adagio con sordini. En los instrumentos de cuerda de la familia del violín, la sordina es una pieza que se coloca sobre el puente para suavizar su sonido.
El tercer movimiento, minueto, nos presenta como es costumbre en sus sinfonías un minueto escrito en dos partes que se repiten. El trío está interpretado por los instrumentos graves de la cuerda. Termina con la repetición del minueto inicial.
El cuarto movimiento, finale: allegro presto, está escrito en forma sonata con un breve desarrollo y terminando con una reexposición abreviada.
La “Sinfonía Nº 14 en mi bemol mayor” se conserva en forma de un manuscrito sin fecha en el archivo musical del Museu de les cultures del vi de Vilafranca del Penedès, un fondo que pertenecía a la comunidad de presbíteros de la vecina iglesia de Santa María.
El primer movimiento, allegro con brio, escrito en forma sonata empieza con un primer tema bastante grave y un segundo más ligero con influencias de Mozart. Después de repetirse la exposición continúa con un desarrollo bastante simple, casi una serie de modulaciones para terminar con la reexposición.
El segundo movimiento, andante, está organizado en la forma de una sonata abreviada con dos temas. Protagonizado por la cuerda con algunas intervenciones del viento carece de un verdadero desarrollo.
El tercer movimiento, minueto, nos presenta un minueto de ritmo vivo escrito en dos partes que se repiten. El trío consiste en un segundo minueto más contenido. Finalmente se repite el minueto inicial.
El cuarto movimiento, finale presto, escrito en forma sonata presenta un primer tema de carácter enérgico. Generalmente estos movimientos finales son más ligeros e inspirados en el ritmo de la contradanza, un baile que estaba de moda en aquella época en Barcelona.
La “Sinfonía Nº 15 en mi bemol mayor” se conserva mediante un manuscrito en el Archivo-Museo de Ripoll, que seguramente fue enviado desde Barcelona. También se encuentran otras versiones de esta obra en el monasterio de Montserrat para su interpretación mediante el órgano
El primer movimiento, allegro assai, escrito en forma sonata comienza con un primer tema vivo interpretado por el tutti orquestal y un segundo tema más contenido. Sin apenas contener un desarrollo termina con la reexposición.
El segundo movimiento, adagio, está formado por un tema con variaciones. El tema en este caso consta de una sola frase. Luego continúa mediante dos variaciones que nos llevan a la coda.
El tercer movimiento, minueto, empieza mediante un enérgico minueto. El trío tiene un carácter más tranquilo para como es habitual terminar con el minueto inicial.
El cuarto movimiento, rondó, presto, presenta el tema principal de carácter rítmico y ligero con ritmo de contradanza. Dos partes intermedias preparan el retorno del tema principal terminando con una coda.
La “Sinfonía Nº 16 en sol mayor” fue compuesta hacia 1790, conservándose copias en la iglesia del Pi de Barcelona, Olot, Vilafranca del Penedès y Manresa. Parece que fue una de sus obras más difundidas.
El primer movimiento, allegro assai, compuesto en forma sonata empieza mediante un tema de carácter rítmico al estilo de la música de Haydn.
El segundo movimiento, adagio a solo con sordina, emplea un par de flautas sustituyendo a los oboes. Está compuesto por un tema de carácter tranquilo construido mediante dos frases, seguido por tres variaciones, terminando con la coda.
El tercer movimiento, minueto, presenta un tema dividido en dos partes que se repite. El trío nos presenta un motivo de carácter contrastante con la participación de las flautas. Finalmente se repite la primera parte del minueto.
El cuarto movimiento, rondó, presto, presenta un tema rítmico, una contradanza, que se va repitiendo. Las dos partes intermedias son bastante breves. Con la coda termina la obra.
La “Sinfonía Nº 17 en si bemol mayor” no se conserva en la actualidad.
La “Sinfonía Nº 18 en si bemol mayor” fue compuesta en 1790 según el manuscrito fechado que se conserva. La orquestación con que se interpretan actualmente estas sinfonía comprende cuatro violines primeros, cuatro violines segundos, tres violas, dos violoncelos, contrabajo, dos oboes y dos trompas.
El primer movimiento, allegro, escrito en forma sonata con dos tema bien diferenciados, un breve desarrollo y la recapitulación simple sin variaciones.
El segundo movimiento, andantino allegretto, lleva la indicación andante con sordini, debido al empleo del recurso de la sordina. Consiste en un tema con variaciones como es habitual en su obra.
El tercer movimiento, minueto, contiene un característico trío interpretado por el oboe de amplio sabor popular catalán. Finalmente como es norma se repite el minueto inicial.
El cuarto movimiento, finale: vivace, escrito en forma sonata contiene temas ligeros que recuerdan la contradanza, baile popular en aquella época.
La “Sinfonía Nº 19 en si bemol mayor” fue compuesta hacia 1790 pero la copia que se conserva en el Museu de les cultures del vi de Vilafranca del Penedès no lleva fecha.
El primer movimiento, allegro spiritoso, escrito en forma sonata presenta un primer tema vivo y un segundo más tranquilo. Después de repetirse la exposición, continúa con un breve desarrollo que nos conduce a la recapitulación.
El segundo movimiento, andante, está formado por un tema con variaciones. El tema es presentado por la cuerda y consta de dos frases. Siguen tres variaciones del tema con la participación del viento.
El tercer movimiento, minueto, después de la repetición del minueto inicial continúa con un tranquilo trío de carácter intimista. Con la repetición del tema principal termina el movimiento.
El cuarto movimiento, rondó, presto, nos presenta un ligero motivo de carácter rítmico que se va repitiendo separado por breves motivos secundarios. Una conclusiva coda cierra la obra.
La instrumentación de las sinfonías de Baguer es la elemental. Además de la cuerda usa dos oboes y dos trompas. En alguna ocasión añade un fagot. Los compositores catalanes escribían sus obras en tres movimientos, parecidas a las oberturas de ópera. Baguer fue uno de los pocos compositores en adoptar la sinfonía en cuatro movimientos, en el estilo clásico centroeuropeo de la escuela de Viena. Sin duda conocía las sinfonías de Stamitz, Gassmann, Pleyel y sobre todo Haydn.
Su estilo no llega al desarrollo de Haydn, sus tratamientos son más ingenuos, pero sus obras generalmente terminan con rondós de sabor más mediterráneo que germánico, con temas de expresión popular. Algo que también se puede comprobar perfectamente en el trío del minuetto de la “Sinfonía Nº 18 en si bemol mayor” de amplio sabor popular catalán.
No sabemos donde se interpretaban sus obras, pero todas se han conservado en archivos eclesiásticos. Tal vez su música instrumental se interpretaba en las iglesias durante las misas, pero no existen documentos que lo prueben.
Después de sufrir un derrame cerebral murió durante la noche del 28 al 29 de febrero de 1808 en Barcelona. Entre sus discípulos encontramos a Mateu Ferrer y Ramón Carnicer. Cultivó especialmente los géneros religiosos y de teclado.
[1] Situado en el antiguo Palau Reial de la Corona catalano aragonesa