Santiago Tejera (1852-1936) nació el 20 de mayo de 1852 en Las Palmas. Una epidemia de cólera acabó con la vida de su padre y de sus abuelos. Su madre doña Dominga Ossavarry se encargó de la educación del niño. Debido a razones económicas tuvo que ingresar en el Seminario Conciliar. Allí recibió la educación musical del organista catedralicio, el catalán don Luis Rocafort.
A los catorce años compone una "Misa Solemne" para coro y orquesta que se estrenó en 1866 en el Seminario. Comprende que le falta vocación para el sacerdocio y abandona el Seminario. En 1869 es nombrado director de la banda del Batallón Provincial de Las Palmas, labor que compagina con la enseñanza musical de carácter privado.
La “Sinfonía Por mi patria y para mi patria” fue terminada en junio de 1876 para presentarla a un concurso convocado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas. Una sociedad de tipo patriótico para la cual se ajustaba su título.
Tejera ganó el primer premio ex aequo con la "Sinfonía La Esperanza" de Manuel Rodríguez y Molina[1]. Ambas obras se estrenaron en el mes de marzo de 1877 interpretadas por la Orquesta de la Sociedad Filarmónica dirigida por Manuel Rodríguez y Molina.
El primer movimiento, larghetto, andante moderato, se inicia mediante una introducción lenta con notas graves del metal, hasta que la madera introduce el tema principal apoyada por la cuerda, un tema de carácter melódico. Después de dos breves acordes se pasa sin interrupción al siguiente movimiento.
El segundo movimiento, allegro moderato, andante, allegro vivo, está escrito en forma sonata sin la sección de desarrollo. El primer tema es de carácter alegre y decidido. En contraste el segundo es más tranquilo y melódico Luego continúa con la reexposición cambiando la tonalidad, terminando con una coda mediante la intervención de los trombones en rápidas escalas que nos conducen a un brillante final.
Una breve sinfonía que podría también ser una obertura según la costumbre de la época de denominar a las sinfonías a las oberturas, pues en el fondo de ellas derivan. Se trata de una partitura de circunstancias con su carácter desenfadado y alegre que se relaciona con los compositores franceses de la época.
Tejera se traslada a Madrid ganando en 1883 unas oposiciones para músico mayor del Ejército, lo cual implica su nombramiento como director de la banda del Real Cuerpo de Alabarderos. Pero no acepta el cargo regresando a Las Palmas para dirigir la banda del Batallón Provincial, cargo que ocupa hasta su jubilación en 1914.
Organista de la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria durante los años 1892 a 1894 un señor francés que decía ser muy aficionado a la música, solía visitar Las Palmas durante el invierno. Realizó una gran amistad con Tejera, tanto que a menudo lo acompañaba tocando el órgano. Cuando se estrenó en Paría la ópera "Enrique VIII" llegó a Canarias una revista donde aparecían fotos del compositor de la ópera. La sorpresa fue que coincidían con aquel aficionado organista francés amigo de Tejera. Era nada menos que Camille Saint-Saëns, el mejor organista del mundo en aquel tiempo. Fue nombrado hijo adoptivo de la capital canaria ofreciéndole un concierto en la catedral. De Tejera había dicho que era un organista de oro.
Cultivó obras de carácter sacro entre las que se encuentran misas, un "Stabat Mater" de 1891, un "Miserere" y muchas marchas procesionales escritas para banda como "La Espada del Dolor". Una marcha fúnebre para la Semana Santa. Estas marchas aparecieron durante el romanticismo destinadas al acompañamiento de los pasos durante las procesiones de Semana Santa.
Entre las llamadas sinfonías compone "Atlántida" y "Afortunadas". También compone zarzuelas de carácter regionalista como "Folías tristes" o "La hija del mestre" con la inclusión de melodías y costumbres derivadas del folclore canario. Algo que también aparece en su "Rapsodia canaria".
Santiago Tejera muere en Las Palmas el 7 de diciembre de 1936. Su obra se caracteriza por su sencillez armónica y su original inspiración, lejos de influencias externas al haber pasado toda su vida en las Canarias.
[1] Véase Manuel Rodriguez y Molina