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Miquel Marquès (1843-1918) nació el 20 de mayo de 1843 en Palma de Mallorca. Su nombre completo era Pere Miquel Joan Bonaventura Bernardí Marquès i Garcia. Hijo de un fabricante de chocolate mostró desde su más tierna edad unas excepcionales dotes para la música. Realizó sus primeros estudios musicales con los profesores Noguera y Montis y más tarde con el director italiano Foce. A los once años tocaba el violín en la orquesta de una compañía de ópera en Palma.
En 1859 se traslada a París con el soporte económico de su familia, especialmente de un rico pariente americano, estudiando con Armingaud y violín con Alard, ingresando en 1861 en el Conservatorio donde tuvo como maestros a Massard en violín y a François Bazin en armonía y composición. En 1863 es admitido en la orquesta del Théâtre Lyrique y empieza sus estudios de instrumentación y composición con Hector Berlioz.
Regresa a Mallorca para realizar el servicio militar. En 1866 se instala en Madrid, estudiando a partir de 1868 en el Conservatorio, armonía con Galiana, violín con Jesús de Monasterio y composición con Emilio Arrieta. Forma parte de la orquesta del Teatro de la Zarzuela y luego como segundo violín en la de la Sociedad de Conciertos de Madrid.
La “Sinfonía Nº 1 en si bemol mayor” (La historia de un día) fue compuesta en 1869, enviando la partitura al maestro Jesús de Monasterio, que decide estrenarla en Madrid el 2 de mayo del mismo año con un gran éxito, tal que se hubo de repetir al siguiente domingo.
Está orquestada para flautín, dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagots, cuatro trompas, dos trompetas, tres trombones, tuba, timbales, bombo, campana, dos arpas y la cuerda habitual. Editada por Ramón Sobrino en 1993 y publicada por el Instituto Complutense de Ciencias Musicales.
El primer movimiento, allegro moderato, empieza con la interpretación del tema principal mediante un pizzicato de la cuerda, tema que luego pasa a la orquesta. Suponemos que representa el amanecer del día descrito por la obra. El segundo tema adquiere un carácter de himno recordando los movimientos patriótico de la época. Escrito en forma sonata sigue con el desarrollo de los temas presentados, empleando recursos de la música militar. Una brillante recapitulación cierra el movimiento.
El segundo movimiento, andantino agitato, nos presenta un tema lírico Un diálogo entre el viento y la cuerda nos conduce a un segundo tema de formato cantabile, recordando un aria operística de estilo rossiniano. El movimiento se repitió en numerosas ocasiones debido a los aplausos del público asistente.
El tercer movimiento, presto con brio, correspondiente al scherzo, emplea un tema rítmico agitado que dura breves compases. La sección del trío la forma un motivo de carácter militar interpretado de forma solemne. El tema inicial cierre el breve movimiento.
El último movimiento, allegro brillante, escrito en forma sonata empieza con un tema de carácter alegre que vagamente nos recuerda a Beethoven, especialmente durante su desarrollo. Un segundo tema de carácter grave sirve de contraste, pero pronto toma la forma de himno patriótico que nos conduce a la recapitulación del ligero tema principal y a la concluyente coda.
La sinfonía formo parte del repertorio madrileño de la época. El motivo es que empleaba los elementos deseados por el público. Su imitación de Beethoven, entonces empezando a ser apreciado por el gran público español, sus temas de carácter operístico italiano, y sus tintes militares patrióticos en una época política agitada. Su éxito fue tan grande que algunos aficionados le dedicaron el título del Beethoven español.
Antonio Peña y Goñi (1846-1896) musicólogo y crítico musical entre otras cosas, escribió La ópera española y la música dramática en España en el siglo XIX en 1881. Defensor además de la música de Wagner, pero lo que ahora nos interesa son unas reflexiones escritas sobre las sinfonías de Marqués, empleando su estilo divertido y a veces jocoso. Reproducimos a continuación estos párrafos.
La sinfonía clásica, la sinfonía de Beethoven, es para el público madrileño, en su inmensa mayoría, matrona añeja y malhumorada cuyos tiempos pasaron y que sólo algunos curiosos visitan de higos a brevas en el museo arqueológico del arte.
Marqués la ha adornado y la ha transformado. Ha lavado su cara con leche de Iris y velutina, ha llenado su frente de ricitos a la dernière, resguardados de la lluvia bajo la techumbre exótica de un sombrero cabriolet, la ha vestido con falda de raso y sobrefalda ceñida, según el último figurín, ha aprisionado sus pies en zapatitos enrejados, jaula transparente y tenue por la que asoma fina media de color provocativa.
Y la matrona, severa y arrugada, convertida en graciosa y esbelta polla coquetona, se ha dirigido al público preguntándole con la mayor desenvoltura.
─ ¿Me amas?
Y el público, hecho un sietemesino, ha contestado:
─ ¡Te adoro!
Peña se dejó llevar por la pasión del público demostrada en el día del estreno, algo que fue contraproducente para el compositor, que abandonó sus estudios en el Conservatorio, lo que provocó un gran enfado en Arrieta. Pero la realidad fue que Beethoven continuó siendo el autor preferido por el público, como lo demuestra la continua interpretación de sus obras.
La “Sinfonía Nº 2 en mi bemol mayor” compuesta en 1870 y estrenada el 3 de abril del mismo año por la Orquesta de la Sociedad de Conciertos de Madrid, está dividida en los cuatro movimientos clásicos, sin que tengamos sus nombres.
Está orquestada para flautín, dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagots, cuatro trompas, cuatro trompetas, tres trombones, tuba, timbales, dos arpas y cuerda. Editada en el año 1995 por Ramón Sobrino.
El primer movimiento escrito en forma sonata contiene dos temas bien diferenciados. Una introducción de carácter sombrío nos conduce al tema principal de carácter épico, contrastando con el lirismo del segundo. La interpretación del tema principal nos lleva a la coda.
El segundo movimiento corresponde a la sección lenta de la obra. El tema principal presentado por la cuerda es de intenso formato lírico. Después de un periodo de transición nos presenta un segundo tema de carácter melódico de parecido estilo. Una nueva transición nos conduce a la repetición del primer tema.
El tercer movimiento es un breve scherzo que empieza con un animado tema rítmico de carácter ligero. El trío ofrece como contraste algunas pinceladas de dramatismo. La habitual repetición del tema principal cierra el movimiento.
El cuarto movimiento consiste en un allegro en forma sonata. El tema principal es de carácter épico con toques militares, contrastando con un segundo tema de gran ligereza. Un breve movimiento que cierra una sinfonía de carácter popular, escrita para ser apreciada por el gran público de la época.
La “Sinfonía Nº 3 en si menor” Op.30 fue compuesta en 1876, siendo estrenada en el mismo año por la Orquesta de la Sociedad de Conciertos de Madrid. Es la más conocida al ser la única editada en vida del compositor. Publicada por iniciativa de la junta directiva de la Sociedad de Conciertos, después de haber ofrecido el dinero destinado para ello a su autor. Pese a las dificultades económicas que Marqués pasaba en aquella época, prefirió su publicación que realizó Antonio Romero.
Está orquestada para flautín, dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagots, cuatro trompas, cuatro trompetas, tres trombones, tuba, timbales, bombo y cuerda. Editada nuevamente y revisada en el año 1995 por Ramón Sobrino.
La sinfonía fue interpretada también en Múnich, siendo la más conocida de sus obras sinfónicas. También como otras obras de Marqués se presentó en los conciertos Pasdeloup de París, llegando a Viena y a San Petersburgo. Pero pronto sus obras orquestales fueron olvidadas.
Dividida como la anterior en cuatro movimientos de los cuales no poseemos sus títulos. Publicada como Tercera Gran Sinfonía está dedicada a sus dignos compañeros de Sociedad, en agradecimiento del obsequio recibido el 11 de Abril de 1875. En la portada aparece el nombre de Beethoven escrito con la curiosa grafía Bethowen.
El primer movimiento nos presenta un tema dramático que nos conduce al principal del allegro de carácter melódico. El desarrollo es más trabajado que el de sus anteriores sinfonías.
El segundo movimiento, andante con variaciones, es la parte lírica de la obra con un tema claramente melódico, pero con una mayor intensidad emocional, especialmente en alguna de sus variaciones.
El tercer movimiento corresponde al scherzo presentando un tema de danza con influencias hispánicas, interrumpido por el trío con otro motivo rítmico de similares características.
El cuarto movimiento es el allegro final, presentando un tema de formato dramático. El segundo tema posee características líricas. Durante el desarrollo utiliza el contrapunto y un estilo influenciado por Beethoven.
Una sinfonía más seria que las anteriores, nos demuestra la evolución de su autor hacia obras más trascendentes. La sinfonía fue recibida con entusiasmo por el público en el día de su estreno
Para ganarse la vida Marqués se vio obligado a la composición de zarzuelas, el género teatral que triunfaba en la época. Entre sus obras destaca «El anillo de hierro» estrenada por Manuel Fernández Caballero en 1878, obteniendo un fabuloso éxito.
Posee una notable obertura y un libreto que traslada la acción de ambiente caballeresco a Noruega a finales del siglo XVIII, con un plebeyo, el pescador Rodolfo, convertido finalmente en noble gracias al reconocimiento de su anillo de hierro, enamorado de Margarita, la hija del conde señor de la comarca, con la que se puede casar.
Aprovechando el éxito popular de sus zarzuelas Marqués compone la «Gran Sinfonía Pot-Pourri» sobre temas de zarzuela. Era una manera fácil de conseguir dinero aprovechando la música de sus números más populares.
La “Sinfonía Nº 4 en mi mayor” fue compuesta en 1878, en un estilo más evolucionado en sus cuatro movimientos que en sus anteriores sinfonías. La evolución del músico lo conduce a un mayor desarrollo orquestal.
Está orquestada para flautín, dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagots, cuatro trompas, cuatro trompetas, cuatro trombones, tuba, timbales, bombo, caja, arpa y cuerda. Editada en el año 2002 por Ramón Sobrino.
El primer movimiento, allegro con moto, empieza con una breve introducción lenta en modo menor, antes de presentar el primer tema del allegro en forma sonata. Un tema jovial de carácter expansivo con tintes caballerescos. Contrasta con la melodía del segundo tema. Destaca su trabajado desarrollo que nos conduce al clímax de la recapitulación y a la concluyente coda.
El segundo movimiento, andante, nos presenta un tema lírico en forma de romanza con influencias operísticas italianas. Su desarrollo nos ofrece bellas páginas llenas de intenso romanticismo y con algunos momentos de pasión.
El tercer movimiento, allegretto scherzando, empieza con un tema rítmico de clara influencia española. La sección correspondiente al trío presenta un tema melódico tambiién de carácter español, para terminar con la repetición del tema de danza inicial.
El cuarto movimiento, allegro moderato, se inicia con un tema lírico presentado por la cuerda, imitando al gran sinfonismo alemán, pero pronto aparecen características hispánicas propias del compositor. La repetición de los temas en la recapitulación alcanza una gran brillantez.
Desde 1878 Marqués trabaja como inspector de las escuelas especiales de música y como profesor de canto de los colegios de la Inclusa. Además recibe una herencia de su tío americano.
La “Sinfonía Nº 5 en do menor” fue terminada en 1880, siguiendo la forma de sus anteriores sinfonías pero con una mayor sensibilidad emotiva. Se estrenó interpretada por la Orquesta de la Sociedad de Conciertos de Madrid el 29 de febrero de 1880.
Está orquestada para flautín, tres flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagots, cuatro trompas, cuatro trompetas, tres trombones, tuba, timbales, bombo, platillos, arpa y cuerda. Editada en el año 2003 por Ramón Sobrino, completando la edición crítica del ciclo sinfónico de Marqués.
El primer movimiento, andante, allegro assai, con brio, empieza con un tema intensamente lírico presentado por los primeros violines, que nos conduce al tema principal del allegro de gran fuerza expresiva. Su estilo sigue los pasos de Brahms con influencias de la música teatral italiana, como podemos comprobar en el segundo tema. Pero la música española parece en momentos dominar la escena con sus giros característicos.
El segundo movimiento, andante appassionato, nos presenta una melodía lírica de corte romántico que se desarrolla delicadamente con entradas del arpa, pero que llega a momentos de gran emoción.
El tercer movimiento, allegretto scherzando, después de un tranquilo inicio nos presenta una danza de ritmo español. El trío de carácter contrastante interactúa con las formas rítmicas, cuyo tema principal cierra el movimiento.
El cuarto movimiento, allegro deciso, se basa en un tema rítmico decidido, que de un modo brillante arrastra la música hacia su luminoso final.
Podemos considerar a Marqués como la figura cumbre del sinfonismo español del romanticismo. Un género poco cultivado por falta de estructuras y una escasa remuneración de las obras, dedicándose los compositores españoles de la época a la música teatral, especialmente a la zarzuela, por su mayor demanda del público lo que conducía a un mayor beneficio económico.
En 1904 Marqués compone el poema sinfónico «La cova del Drac». Al jubilarse retorna a su Mallorca natal donde estrenará en 1916 en Palma su «Himno en honor de Ramón Llull». Muere en la ciudad de Palma el 15 de febrero de 1918.
En el mes de febrero de 2010 la Orquesta Filarmónica de Málaga dirigida por José Luis Temes realizó la grabación de las cinco sinfonías de Marqués, destinada a la publicación de un triple CD.
José Luis Temes nacido en Madrid en 1956, Premio Nacional de Música, ha dirigido el estreno de más de 300 obras, publicando unos 80 CD, dedicados en su mayor parte a los músicos españoles. Pero las sinfonías de Marqués todavía no se han publicado.
Desde estas páginas quisiera felicitarle por el trabajo que ha realizado en defensa de la música sinfónica española. Es una pena que nuestros gobernantes no presten una mayor atención a este enorme trabajo.
Las sinfonías de Marqués son imprescindibles para conocer el romanticismo sinfónico español. Lo mismo que para el clasicismo lo son las sinfonías de Baguer. Habiendo realizado la parte más costosa de estas grabaciones, tanto intelectualmente como materialmente, es una pena que no puedan ponerse al alcance del público, el verdadero receptor de la música. Es como invertir una fortuna en un edificio para mantenerlo cerrado sin prestar ningún servicio, algo por otra parte corriente en nuestra desequilibrada nación.
Me puse en contacto con el citado director para preguntarle cuando se podrán obtener estas grabaciones y otras también realizadas, como las 17 sinfonías de Carlos Baguer, los cinco ballets de Sorozábal, las dos sinfonías de Francisco Calés, la música orquestal de José María Franco Bordóns, la música orquestal de Conrado del Campo, la música orquestal de Facundo de la Viña y la música para conjunto de vientos de Ángel Arteaga. La respuesta recibida recientemente del ilustre maestro ha sido la siguiente:
Muchas gracias, amigo, por tus afectuosas palabras. He visitado tu pagina web, muy interesante.
Por desgracia no hay la menor perspectiva en este momento de poder publicar los varios álbumes con sinfonías que están ya grabados y listos para su publicación. Hay que esperar y tener fe.
A tu disposición siempre y gracias por ponerme en contacto con tus trabajos. Un abrazote.
JOSÉ LUIS TEMES
Finalmente en el año 2023 se han publicado las cinco sinfonías de Marqués en un maravilloso album que regalaron a todos los participantes de la presentación de los discos el pasado 5 de junio de 2023 en el moderno auditorio de la Institución Libre de Enseñanza, Fundación Giner de los Ríos.