PRIETO

Claudio Prieto (1934-2015) nació en Muñeca de la Peña en la provincia de Palencia el 24 de noviembre de 1934. Empieza a estudiar música a los ocho años en su pueblo natal situado en la montaña palentina. Se inició como instrumentista en conjuntos que interpretaban obras populares, primero tocando la caja y luego la trompeta. Más tarde es nombrado subdirector de la banda de Guardo, el municipio al que pertenece su localidad natal.

A los 16 años marcha a San Lorenzo del Escorial, empezando su formación musical con el musicólogo agustino el Padre Samuel Rubio. Realiza sus estudios de música de manera libre presentándose a los exámenes en el Conservatorio de Madrid donde recibe su licenciatura.

En Villaverde Bajo en 1955 conoce a su futura mujer, mientras tocaba en una orquestina durante su servicio militar. En 1960 obtiene una beca de intercambio cultural del Ministerio de Asuntos Exteriores con la cual asiste durante tres años a cursos de perfeccionamiento en la Academia de Santa Cecilia de Roma. Se matricula primero en dirección de orquesta, pero como los cursos no habían empezado, para no esperar se matricula en composición, algo que cambia su vida, abandonando la dirección de orquesta. Entre sus maestros se encuentran músicos tan destacados como Goffredo Petrassi, Bruno Maderna y Boris Porena.

Durante su estancia en Roma compone "Canto de Antonio Machado" en 1961 mientras estudia con Petrassi. Una obra de vanguardia atonal para mezzosoprano y pequeño conjunto instrumental. Recibe el Diploma de Estudios Superiores de Perfeccionamiento de la Academia, regresando a España en 1963.

Recibe un encargo de Radio Nacional de España, recomendado por Petrassi en 1963. Compone para ello en 1964 "Contrastes", una obra orquestal de carácter atonal basada en el color tímbrico.

En un Seat 600, el coche popular de aquella época, viaja con su mujer hasta Alemania, para participar en 1967 en los Cursos Internacionales de Darmstadt, teniendo como maestros a György Ligeti, Karlheinz Stockhausen y Earle Brown entre otros.

Su verdadero lanzamiento como compositor llega con la obra escrita en 1967 "Sólo a sólo" para flauta y guitarra, que en 1969 recibe el Premio Juventudes Musicales a la mejor obra de música española.

En 1968 empieza su colaboración con Radio Nacional de España Clásica, una contribución que terminaría a su jubilación en 1994. Trabaja como programador en el entonces popular Hilo Musical. "Sonidos" (Cuarteto de cuerda Nº 1) compuesto en 1968 es una obra de atonalidad libre con la que en 1974 gana el Premio Sebastián Durón. También en 1974 gana con "Estrenos" el Premio Internacional Oscar Esplá.

"Al-Gamara" compuesta en 1970 es una obra escrita para conjunto de cámara con piano. Una obra según su autor de amalgamación tímbrica, que sigue su estilo atonal con total libertad. Con esta obra consigue en 1972 el Premio de la Radio Televisión Italiana.

Con "El juego de la música" compuesta en 1971 para quinteto de viento se inicia una nueva etapa de afirmación personal dentro de su primera época de composición libre. En 1973 dedica una obra a Toledo, es la "Catedral de Toledo".

La “Sinfonía Nº 1 para coro mixto y orquesta" fue compuesta en 1975 para una convocatoria de becas de la Fundación Juan March, recibiendo en 1976 el Premio Internacional Manuel de Falla, convocado para celebrar el centenario de su nacimiento. Se estreno el 1 de julio de 1976 en el Palacio de Carlos V de Granada en el marco del Festival Internacional de Música y Danza, interpretada por el Coro y Orquesta Nacional de España dirigidos por Antonio Ros Marbá.

Con esta obra culmina su primera etapa como compositor, una sinfonía expresionista que conserva su carácter experimental, pero que logra una mayor cohesión en su estructura. Está dividida en varias secciones que se interpretan sin interrupción. La primera más rítmica va seguida por una parte central mas estática y con menor densidad sonora. La última sección se inicia con fuerza rítmica.

El tratamiento de las voces es de carácter orquestal lo que brinda al compositor trabajar con dos orquestas, una vocal y otra instrumental. Según dice el propio compositor el texto que canta el coro consta de fonemas, sílabas y algunas palabras que en combinación con una estructura interválica junto con unos materiales transparentes, fantasiosos, expresivos y dramáticos den como resultado final una integración plena.

"Al poeta, al fuego, a la palabra" es una obra compuesta en 1978 para soprano, coro y conjunto instrumental, sobre unos versos del poeta Vicente Aleixandre. Encargada por Radio Nacional de España para el Premio de Italia de 1978 del que quedó como finalista.

Su obra musical se puede dividir en tres etapas compositivas, que define el propio compositor con los siguientes términos, exploración y libertad la primera, constructivismo y formalismo la segunda y madurez creativa la tercera. En 1982 se traslada a vivir en Madrid, cuando nos encontramos en una nueva fase creativa.

La “Sinfonía Nº 2" fue compuesta en 1982 por encargo de la Orquesta Nacional de España. Con ella empieza su segunda etapa compositiva, con la recuperación de la melodía, algo que había sido detestado por los músicos vanguardistas. Según el compositor utiliza un nuevo lirismo pero esto no significa un retorno a la tonalidad.

El primer movimiento, empieza con una introducción lenta, de sonidos titubeantes, que nos conduce hasta un breve clímax. Sigue con un tema angustioso en el registro agudo que después de una breve pausa se intensifica mediante un allegro de carácter enérgico. Un solo de la percusión que se diluye finalmente nos conduce al siguiente movimiento.

El segundo movimiento, lento, capriccioso ed expresivo, empieza mediante una sonoridad delicada. Aparece una forma melódica, lo que significa un cambio substancial en su estilo compositivo. La melodía se desarrolla incrementando su expresividad, aunque no utilice las técnicas de la tonalidad. En la sección central se vuelve a la calma inicial con la forma melódica protagonizada por el saxofón contralto. El tema se expande para volver nuevamente a la delicada sonoridad inicial, que de forma brusca enlaza con el movimiento final.

El tercer movimiento, es un allegro que empieza con un tema agresivo de características rítmicas. En la parte central se encuentran frases repetitivas y glissandos orquestales, que nos conducen a una especie de breve recapitulación de la sección inicial. Una fanfarria nos lleva a la coda mediante la utilización de acordes.

Se trata de una obra que abre una nueva etapa en el estilo compositivo de su autor, con el empleo de la melodía y de frases cercanas a la tonalidad. Esto no significa un retorno a la tonalidad ni realizar una música para satisfacer al público. Es una evolución en su propio estilo que aumenta sus posibilidades armónicas. Una sinfonía como nos dice el compositor que pertenece por entero al modo de ser de mis últimas creaciones, en el sentido de la forma, la expresión, y en especial, la belleza, a la que cada vez profeso mayor atención.

Compuesta entre Madrid, la localidad italiana de San Felipe Circeo y Granada, según relata el compositor, a Madrid le correspondió la planificación, el esquema general, a San Felipe Circeo, perteneciente a la provincia Latina, en la llamada Riviera di Ulises, la realización, y a Granada el remate.

Son impresiones generadas por los primeros balbuceos del día, en esas horas en que la ciudad duerme, la aparición del sol y sus maravillosos reflejos sobre el mar Tirreno o la cada vez más diminuta Vega granadina y sobre ella el riquísimo trenzado, la diversidad de juegos que los vencejos creaban, en un increíble alarde de pericia, con sus veloces y sorprendentes vuelos formando una especie de tapiz que cubría toda la ladera. La Sinfonía pertenece por entero al modo de ser de mis últimas creaciones, en el sentido de la forma, la expresión, y en especial, la belleza, a la que cada vez profeso mayor atención.

Con el "Concierto imaginante" para violín y orquesta consigue el Premio Reina Sofía de Composición en 1984. Es su segundo concierto, un género al que dedicará muchas de sus obras.

El "Fandango de Soler", que consiste en una personal orquestación del famoso fandango escrita en 1984, es una de sus obras más populares y fue seleccionada por Radio Nacional de España para la XX temporada de conciertos de la Unión Europea de Radiodifusión.

El "Concierto de Amor para violonchelo y orquesta" compuesto en 1986 enfrenta a orquesta y solista mediante diferentes estilos. La orquesta empieza indefinida para finalmente ser arrastrada por el canto melódico del solista buscando una definición del amor.

La "Cantata para un aniversario" compuesta en 1986 para solistas vocales, narrador, coro, cuarteto de cuerda y órgano, está destinada a la celebración de unas bodas de oro. Vuelve a destacar la palabra amor.

Siente una especial predilección por la guitarra como lo demuestra la "Fantasía balear" compuesta en 1989 para el guitarrista mallorquín Gabriel Estarellas. Una partitura que posee delicados colores casi impresionistas. También escribe diversas obras para piano, como la "Sonata Nº 10 para piano a cuatro manos" compuesta en 1990.

El "Concierto latino para clarinete y orquesta de cuerda" compuesto en 1991 como un homenaje al carácter latino, sigue el especial estilo melódico de su última época compositiva, pero sin ahorrar serias dificultades para el solista.

"Colores Mágicos" fue compuesta en 1992 para clarinete, fagot y piano. Según el compositor la orquestación no existe en la música, forma parte del proceso de composición. Escribe directamente para un determinado registro de un concreto instrumento. Esto le da la deseada coloración a sus obras, carácter aludido en el título de esta obra.

La “Sinfonía Nº 3 para orquesta de cuerda" (Frühbeck Symphony) fue compuesta en 1994 por iniciativa de la Orquesta de Cámara Reina Sofía con motivo de la celebración del 60 aniversario del compositor. El proyecto recibió el impulso de un gran director de orquesta, el maestro Rafael Frübeck de Burgos, con el cual había trabajado en el estreno en Berlín de su "Fantasía Ibérica".

Dedicada al famoso director de orquesta la sinfonía intenta reflejar las cualidades humanas y artísticas del maestro. Está dividida en dos partes y una coda.

El primer movimiento, moderato exultante, que podríamos considerar como mediterráneo, refleja las raíces hispanas mediante ritmos muy vitalistas, con solos instrumentales que identifican el carácter individualista del pueblo español. Empieza con un característico tema rítmico. El violoncelo nos presenta un tema de carácter lírico de raíces hispanas, que contrasta con los ritmos de aire andaluz, como el presentado en un solo del violín. La partitura va pasando de secciones orquestales a otras de carácter solista como la siguiente encomendada a la viola que cierra el movimiento.

El segundo movimiento, largo, es un movimiento lento, un adagio, que integra la polifonía española con la música alemana, recordando el origen del director. Un tema amplio, denso, austero pero con cierta solemnidad, se va desarrollando. Pasa de varias voces a una melodía acompañada y posteriormente al unísono. Después de una breve pausa el tema toma nuevas coloraciones y cambios en su dinámica. Un movimiento en el que, sin olvidar los fundamentos de la maravillosa polifonía española, tan presente en la obra, se da rienda suelta a aspectos puramente espirituales, con la viva intención de alcanzar páginas de auténtico calado en la expresión, la belleza y la comunicación, dice su autor.

La parte final, coda, recupera los ritmos iniciales en forma de una amplia coda que se encuentra como alternativa al clásico tercer movimiento en forma de allegro. Los dos mundos hispánico y alemán se unen en esta coda. Una sinfonía escrita en do menor, característica de la última etapa de su autor.

La Orquesta Sinfónica de Castilla y León y la coral Vaccea estrenaron en el mes de octubre de 1994 la obra que el compositor Claudio Prieto dedicó a la catedral de Palencia.

La obra, titulada "La bella desconocida", es el sobrenombre con que es conocido el templo más importante de la provincia y que es prácticamente desconocido por el turismo.

"Ensoñaciones" compuesta en 1994 para orquesta de cuerda, se estrenó por ironías del destino en la misma semana del fallecimiento de su autor, algo que había sido programado con anterioridad. Una obra claramente perteneciente a su última etapa con resonancias casi románticas.

Dentro de esta tercera etapa compositiva se encuentra también la "Sonata Nº 12 para piano" compuesta en 1995. Otra de las obras compuestas para Gabriel Estarellas es la "Rapsodia Gitana" escrita en 2002 para guitarra.

Al mismo año pertenece la "Sonata Nº 19" (El calor de lo humano) para saxofón alto y piano. La fantasía para piano "La mirada abierta" fue escrita en 2003. En todas ellas encontramos el uso de elementos melódicos.

"Cielo y Tierra" compuesta en 2004 es un concierto para un curioso conjunto formado por tres arpas convencionales, una electrónica y orquesta. En el mismo año compone "Luna llena" para cuarteto de saxofones, piano y dos percusionistas, representando el reflejo de la luna sobre el agua.

La “Sinfonía Nº 4" (Martín y Soler) fue compuesta en 2006. Se estrenó el 23 de febrero de 2007 en el Palau de la Música de Valencia, interpretada por la Orquesta de Valencia bajo la dirección de Antoni Ros Marbá.

Es un tributo al compositor Vicente Martín y Soler, nacido en 1754 en Valencia y fallecido en 1806 en San Petersburgo, realizado en la celebración del 200 aniversario de su muerte, aprovechando la ocasión para rendir tributo a un compositor que gozó del favor de las más importantes cortes europeas de su época y que dejó su impronta personal en terrenos como la ópera o el ballet.

Al respecto de la obra, Claudio Prieto afirma que no ha introducido ninguna cita concreta a Martín y Soler, lo que he hecho ha sido recrear lo que significó Martín y Soler, su música, pero sin olvidar que soy un compositor nacido dos siglos más tarde. Me detengo, en algunos momentos, en la evocación de un tiempo y un estilo con los que configuro el clima que diseña algunas de las líneas arquitectónicas de la obra, no exentas de cierta laboriosidad, posiblemente en consonancia con los objetivos marcados, así como con su extensión.

Claudio Prieto sufre un aneurisma cerebral en 2013 que no le permite seguir trabajando y no puede terminar su "Concierto de Invierno para piano y orquesta" al que falta terminar su orquestación. Muere el 5 de abril de 2015 en Madrid.

Un compositor que durante toda su vida sigue una línea evolutiva que lo lleva desde la vanguardista atonalidad libre de su juventud hasta la recuperación de las formas melódicas y la integración de una nueva tonalidad en su obra, en busca de la verdadera belleza. Un proceso creativo que sigue la línea observada en muchos creadores.

Su hija Laura Prieto trabaja en Radio Nacional de España y ha escrito diversos ensayos, entre ellos "Claudio Prieto, notas para una vida" dedicado a su padre.