2 - La sinfonía en el Siglo XVIII
Inicios de la Sinfonía
El origen de la sinfonía se remonta a la primera mitad del siglo XVIII. Aparece en Italia y desde allí se difunde hacia el centro de Europa, creando diversas escuelas principalmente en Mannheim y en Viena. Nace en una época en que la cultura estaba unificada y era de ámbito europeísta, por lo cual no encontramos diferencias acusadas a pesar de los distintos orígenes de sus compositores.
La orquesta barroca se transforma en la orquesta clásica, desapareciendo el bajo continuo. En el primer período, a veces llamado período preclásico, las cuerdas ocupan un lugar preeminente, mientras que los instrumentos de viento tienen una labor de acompañamiento, constituidos por dos trompas y dos oboes.
La diferencia principal con la música de la época barroca, es que ésta es esencialmente contrapuntística mientras que la clásica fundamentalmente no lo es. El contrapunto se sustituye por la armonía de bloques o sea que lo importante ya no es el tejido sonoro formado por las distintas voces dialogantes, sino la melodía armonizada por los acordes. El bajo continuo ya no es necesario, pero si se sigue usando, es por hábito. Los grupos instrumentales empezaron a proporcionar su propio continuo, que al principio fueron las trompas y los oboes. Más tarde se añadirían las trompetas.
Analicemos las diferencias entre el Barroco y el estilo Clásico. Para ello tomamos el Andante del Concierto de Brandeburgo Nº2 de J.S. Bach. El violín, el oboe y la flauta dialogan entre sí acompañados por el bajo continuo, formado por el violonchelo y el clave, haciendo contrapunto. Los instrumentos no tienen una melodía propia asignada a uno de ellos. La melodía pasa de uno a otro instrumento con el acompañamiento de los restantes. Todos tienen el mismo valor. La misma obra tocada por otros instrumentos diferentes seguiría siendo la misma. Debido a ello, muchas obras barrocas tienen la libertad de ser interpretadas por instrumentos diferentes. Ello es debido a que la obra musical de Bach no está basada en la melodía con acompañamiento, sino en el contrapunto.
Esta reacción frente a las enrevesadas armonías polifónicas, fue defendida ya por los propios hijos de Bach, dando a sus obras un tono más natural. El entramado polifónico fue sustituido por texturas transparentes, más expresivas y con acentuados matices tímbricos. Las voces se redujeron a dos, la melodía y su acompañamiento. La armonía quedaba sometida a la melodía, a la cual sustentaba y aclaraba.
En el clasicismo, los temas melódicos tienen más importancia, contrastando entre ellos, en sentido horizontal o sea uno tras otro, que la forma contrapuntística. Adquiere más valor la instrumentación, dando el color a cada frase melódica y en este caso, no podemos cambiar los instrumentos en las sinfonías sin cambiar su significado. Aunque la cuerda sigue siendo la parte fundamental de la orquesta, los instrumentos de viento van ganando cada vez más importancia, hasta lograr arrebatársela a la cuerda, como se puede ver en la Quinta Sinfonía de Beethoven, en la cual los temas ya son presentados por los instrumentos de viento. Los instrumentos aumentan el grado de expresión.
Uno de los motivos del nuevo interés por las formas melódicas viene determinado por el nacimiento de la ópera, donde se usan las melodías expresivas. Más tarde estas melodías expresadas por la voz pasarían a ser interpretadas instrumentalmente y finalmente tomadas por la orquesta.
Esto no quiere significar que el contrapunto desaparezca al principio de las formas sinfónicas. Los elementos melódicos y armónicos se funden con los contrapuntísticos, para lograr una mayor variedad de medios expresivos.
Esta música tiene su cuna a partir de 1730-40 en el norte de Italia, derivada de las oberturas de ópera. Entre los primeros compositores encontramos a Rinaldi di Capua, nacido en 1715, que entre sus obras se encuentra una "Sinfonía en fa mayor" compuesta por tres movimientos, cuya portada de una copia del manuscrito puede verse al lado, pero será especialmente Sammartini quien la desarrolle.
Aunque la sinfonía se originó en Italia, los compositores italianos mostraron escaso interés por el género. En un país cuyo máximo interés estaba en el teatro lírico, sus compositores se dedicaron principalmente a la ópera, situación que se ha mantenido hasta nuestros días, con escasas excepciones. Hablaremos de algunos compositores que apenas aportaron algo al género.