HUNGRIA XIX

2 - La sinfonía en el Siglo XIX

Como parte integrante del Imperio Austriaco, el centro cultural de referencia para los magiares era la ciudad de Viena. El Imperio había reunido a una decena de grupos nacionales diferentes, en parte para defenderse contra los turcos. En el año 1848 estalla una revuelta nacionalista que es duramente reprimida. El restablecimiento de un centralismo absolutista crea gran malestar en el pueblo húngaro.

Después de varios fracasos militares la situación del Imperio en Hungría es muy tensa, tanto que en 1867 se llega a un compromiso para reconocer una igualdad de derechos entre ambas nacionalidades. Se crea el Imperio Austrohúngaro. Los dos estados son soberanos en las cuestiones interiores, pero tienen el mismo jefe de gobierno en la figura del Emperador Francisco José, que conserva el poder en las relaciones exteriores, entre ellas la defensa y las finanzas.

La música dominada hasta entonces por las escuelas germánicas, encuentra una nueva vía mediante el desarrollo del nacionalismo. Se fundan las escuelas nacionales húngaras. Las melodías populares cíngaras entran en la música culta, que hasta entonces las había despreciado. Ferenc Erkel introduce la lengua húngara en sus óperas que se representan en el Teatro Nacional.

En el campo de la música instrumental aparecen dos grandes compositores Franz Liszt, inspirado en el romanticismo francés y Mihály Mosonyi que encuentra sus raíces en el clasicismo alemán. Entre los años 1850 y 1880 integran la música húngara dentro de la cultura europea, usando un lenguaje universal. Károly Goldmark, el compositor de ópera más popular de finales de siglo, sigue la línea de los autores centroeuropeos en su música sinfónica.

Hungría no alcanzará su completa independencia hasta la derrota del Imperio en la primera guerra mundial, separándose de Austria en el mes de noviembre de 1918, pero con diferentes problemas en sus regiones fronterizas.