Luis Antonio Escobar (1925-1993) nació en Villapinzón, Cundinamarca, el 14 de julio de 1925. En su escuela municipal cursó los estudios elementales y luego los secundarios en la ciudad de Cali. En sus primeros años tuvo gran influencia de la familia Arévalo, en especial del también compositor y director de la banda de Villapinzón, Sixto Arévalo Segura.
Empezó sus estudios musicales en 1943 en el Conservatorio de la Universidad Nacional de Bogotá durante dos años y posteriormente los amplió al ganar una beca en Baltimore, donde en 1947 estudió durante dos años en el Peabody Conservatory of Music,
El maestro Nabokov lo recomienda en una carta al Rector de la Universidad Nacional para que pueda seguir sus estudios durante dos años más en New York, donde se establece en 1950 cursando Historia de la Música en la Columbia University. Viajó por México, Canadá y diversas ciudades de Estados Unidos.
Ahorró lo suficiente para poder viajar a Europa. En Italia, Florencia, Roma, pudo ver las grandes obras del arte del Renacimiento. En París se encontró con su profesor Nobokov que le aconsejó continuar sus estudios de composición con el maestro alemán Boris Blacher (1903-1975), una de las figuras más influyentes en el campo de la composición de Alemania, dándole una carta de recomendación. Para ello Escobar se trasladó a Salzburg donde lo conoció en el Mozarteum donde daba un curso de verano.
En 1951 Escobar empezó sus estudios musicales con Boris Blacher en la Escuela de Altos Estudios Musicales de Berlín y en cursos de verano en Salzburg. En 1954 Luis Antonio Escobar regresa a Colombia. En Bogotá recibe el apoyo del director de la Orquesta Sinfónica de Colombia, el maestro Olav Roots. De este modo pudo ver interpretado su "Concertino para flauta y orquesta" y el ballet "Avirama" de 1956 una obra basada en la historia de la Cacica Gaitana, conocida como Avirama, y el conquistador Diego de Almagro. También se estrenó en el Teatro Colón su ópera infantil "La Princesa y la Arveja" de 1958, dedicada a su hijo Luis Christian.
Por recomendación de los compositores Aaron Copland y Carlos Chávez consigue una beca Guggenheim y en 1957 viaja nuevamente a los Estados Unidos donde ampliará sus estudios y seguirá componiendo. Su ballet "Preludios para percusión" de 1960 se estrena en el Ballet Theatre de New York con coreografía de George Balanchine. Recibe una nueva beca Guggenheim permaneciendo dos años en los Estados Unidos cerca de San Francisco continuando la composición de nuevas obras.
La “Pequeña Sinfonía N° 1” fue compuesta en 1960 según escribe el propio compositor. En 1960 terminé en la ciudad de San Francisco la primera Pequeña sinfonía. Está dedicada al maestro Guillermo Uribe Holguín, como muestra de mi gran aprecio y admiración. La Sinfonía fue estrenada por la Orquesta Sinfónica de Colombia bajo la dirección de Olav Roots, el 9 de mayo de 1961
El primer movimiento, allegro, presenta un tema de carácter rítmico de influencia andina, que contrasta con el lirismo del segundo. Compuesto en forma sonata en un estilo neoclásico continúa con la sección de desarrollo, terminando con una breve recapitulación.
El segundo movimiento, andantino, se basa en un tema lento pensativo que va aumentando su expresión con una orquestación dominada por la cuerda pero con algunas intervenciones solistas de la madera.
El tercer movimiento, allegretto, recupera el ritmo popular del folclore andino tratado con su peculiar estilo y empleando formas contrapuntísticas.
La "Pequeña Sinfonía Nº 2" está escrita en tres movimientos, sobre la cual no poseemos más datos.
La “Pequeña Sinfonía N° 3 para cuerdas” con una duración de unos doce minutos está escrita en tres equilibrados movimientos, sin poseer más datos sobre la misma. Una sinfonía de estilo clásico reducida a un pequeño formato.
Música de estilo neoclásico, el primer movimiento es un allegro en forma sonata reducida, con sus dos temas contrastantes, el segundo de un fino lirismo. El segundo movimiento es un tranquilo adagio, que nos presenta un tema pensativo, que incrementa su fuerza expresiva en la segunda parte.
El tercer movimiento realiza la doble función de scherzo y allegro final. Empieza con un tema rítmico pronto seguido por una sección central lírica que se desarrolla. Termina con un breve retorno al tema inicial.
Amparo Ángel, esposa del compositor escribe los comentarios siguientes sobre estas sinfonías. Dentro del género sinfónico, Luis Antonio Escobar compuso tres Pequeñas Sinfonías, denominadas ‘pequeñas’ por tratarse de obras cortas que constan de tres movimientos, no siendo estricto en el estilo de la sinfonía clásica, conformada por cuatro movimientos.
En estas obras, el estilo de Escobar es consistente, haciendo en los primeros y últimos movimientos despliegue de virtuosismo en el cual deja entrever claramente su predilección por los aires y ritmos del folclor andino colombiano, y su destreza en el tratamiento contrapuntístico. En los segundos movimientos su espíritu poético se refleja en hermosas melodías que se tratan en forma contrapuntística por las diferentes voces.
Escobar compone cerca de trescientas obras de diversos géneros. Entre ellas varios conciertos. Tres "Conciertos para piano y orquesta" compuestos respectivamente en 1959, 1974 y 1981, el "Concierto para clavicémbalo", el "Concierto para violín" de 1981, el "Concierto para clarinete" de 1981 y el "Concierto para guitarra".
Además las "Cánticas Colombianas" escritas para coro entre 1964 y 1972, las "Cantatas campesinas" para coros y orquesta, la ópera "Los hampones" de 1961 para voces y percusión y "Epitafio a Jorge Gaitán" de 1962.
Son muy conocidos los preludios para piano compuestos entre 1954 y 1984, que tituló como "Bambuquerias". También se encuentra una versión para oboe y piano.
Sobre las Bambuquerías, el propio maestro Luis Antonio Escobar escribe: Estos preludios fueron bautizados con ese nombre por estar basados en el espíritu de la música campesina colombiana, especialmente en los aires andinos, como la guabina, el torbellino y el bambuco.
Inicié esta serie de obras para piano en 1954, con la idea de que pudieran servir como trozos sencillos a los pianistas de los conservatorios o escuelas de música. Sin embargo, poco a poco fueron adquiriendo una significación más amplia, con la búsqueda de una expresión personal, también traductora del sentimiento campesino. Sobre estos preludios, su esposa Amparo Ángel agrega, son obras de carácter improvisatorio, no de estilo nacionalista. Son pequeñas joyas que deleitan al intérprete y al oyente.
Las "Imágenes de Picasso" es una obra para piano inspirada en los cuadros del pintor. Las "Danzas en el Sentimiento Andino" para orquesta fueron compuestas en 1992. Podemos mencionar también los poemas sinfónicos "Juramento a Bolívar" y "Al General Santander", con textos de Jorge Rojas, para coros masculinos y orquesta, los ballets, "La Fosforerita" para niños de 1961 y "Manuelita Sáenz"; varios Divertimenti, abundante música de cámara en la que destaca el "Quinteto La Curuba" de 1959 y varios Cuartetos de cuerda, música vocal y orquestal, además de varios libros y textos sobre la historia musical de Colombia.
Su esposa, Amparo Ángel, cuenta como Luis Antonio la enamoró a través de la música. Luis Escobar Haasis, su hijo, recuerda que, a pesar de las adversidades de la vida, su padre fue siempre una persona muy positiva. Sus amigos y colegas, como David Manzur, Santiago García, Henry Laguado, Blas Emilio Atehortúa, Rodolfo Pérez González, Pepe Sánchez, Raquel Ércole, Carlos Muñoz y muchos otros, nos muestran una persona noble, culta, cordial, trabajadora, alegre y ansiosa de mostrar y difundir la belleza de la música, en particular, de la música colombiana
Luis Antonio Escobar murió el 11 de septiembre de 1993 en Miami (Florida), donde ocupaba el cargo de Agregado Cultural en la Embajada de Colombia.