Luis Miguel de Zulategui Huarte (1882-1945) nació en España pero pasó la mayor parte de su vida en Colombia, motivo por lo cual lo incluimos en la historia de esta nación. Zulategui nació el 5 de julio de 1899 en Pamplona, Navarra.
Comenzó su carrera musical en el Orfeón Pamplonés, bajo la dirección de Remigio Mújica. Estudió violín, flauta, piano y armonía con José Domingo Ugartetxea Ugarte en Markina, Vizcaya y Vitoria, además de órgano en Bilbao con P. Gorosarri. Combina estos estudios con materias como Teología y Cánones, Filosofía y Humanidades. Interesado también en el campo lingüístico, dominó el francés y el inglés, destacándose como latinista y como profesor de español. Autodidacta, estudió euskera.
Fue enviado a Colombia en 1924 como religioso, carmelita descalzo, donde conoció a Tomas O. Eastman quien estaba recién nombrado gerente del Banco Agrícola Hipotecario de Medellín y le invitó a que trabajaran juntos. Allí se encontró con la antioqueña Blanca Mejía Montoya, por la que renunció en 1926 al hábito religioso.
Secularizado dos años después, se trasladó en 1932 a Panamá para contraer nupcias, porque en la Antioquia conservadora de ese periodo no encontraron un juez que aceptara que un ex cura pudiese casarse. Esto propició su retorno a Bilbao, donde nació su primera hija, Susane. En Bilbao pasó cinco años., trabajando como crítico musical en el diario Euzkadi desde 1932 hasta 1935.
Zulategui fue un duro crítico de la dictadura de Franco en España, lo que produjo su emigración hacia Colombia. Al estallar la guerra de 1936-1939 regresa a Colombia, donde investiga temas del folclore vasco y colombiano.
En 1937 se estableció junto con su familia en Medellín, la capital antioqueña, escabulléndose de las persecuciones políticas, originadas por sus dos publicaciones en los folletos: “La verdad sobre la guerra de España” y “La guerra de España”. Obras en las que critica el papel que la iglesia tuvo en la dictadura de Franco, ya que muchos de aquellos religiosos que vinieron huyendo de la guerra y la dictadura, con el tiempo se habían vuelto simpatizantes del régimen. El asedio del clero antioqueño, se hizo insoportable por lo que se fue a vivir una temporada a Bogotá.
Tiempo después regreso a la capital antioqueña en donde nacieron sus otros hijos Lander y Libe, afianzando sus lazos afectivos con esta ciudad donde se estableció definitivamente. En Medellín colaboró como crítico musical en varios periódicos. También escribió varias obras sobre musicología. A su muerte recibió el homenaje de los círculos culturales, así como de los vascos de Colombia, en reconocimiento a su fecunda labor.
Desde 1968 hasta su muerte se desempeñó como profesor en el Instituto de Bellas Artes y Conservatorio de Música de Medellín, siendo en 1970 nombrado rector del mismo, cargo que no cumplió. Destacado organista, trabajó como tal en diversas iglesias.
En Medellín, Zulategui se dedicó a la creación musical, a la enseñanza en Bellas Artes y a escribir en diarios locales fervorosas crítica de Franco, sus compatriotas reseñaron “dejó muchas páginas escritas sobre nuestro problema español, en defensa de nuestros derechos”. El músico fallece el primero de septiembre de 1970 en Medellín, a causa de un infarto, cuando salía de un recital del Cuarteto de Cuerdas Endres.
Autor de numerosas canciones, fantasías, danzas y piezas sinfónicas, muchas de ellas basadas en el folclore americano y vasco. Sus obras gozaron de gran éxito en Colombia, donde obtuvo numerosos premios y distinciones. Su música se caracteriza por la fusión de diversos estilos, con influencias impresionistas de Ravel. Desde el punto de vista instrumental, recoge las características de César Frank, siendo un gran orquestador.
Zulategui compuso obras inspiradas en Colombia que son parte del folclore nacional, algunas de éstas ganaron premios en los concursos nacionales. La Radiodifusora Nacional fue en Colombia una entidad encargada de promover la cultura nacional.
La idea de democratizar la cultura en Colombia a través de campañas políticas, permitió que se creara la Radiodifusora Nacional en 1940. Su fruncimiento favoreció a que los artistas tuviesen un espacio sonoro para la divulgación de su arte La radio era un medio donde la libre creación artística, se promovió entre oyentes y repercutió el interés por esté género en todas las clases sociales del país.
La integralidad de las composiciones de Zulategui son una combinación entre la música folclórica y la clásica. Por ejemplo: la obra, “Nocturno para piano", compuesta en 1942 tiene un fuerte estilo romántico, que dialoga constantemente con recursos melódicos y armónicos recordando la música española.
Entre sus obras orquestales se encuentra "Los de Cachipay" una fantasía para orquesta compuesta en 1948. Cachipay es un municipio colombiano de Cundinamarca, ubicado en la Provincia del Tequendama, a 58 kilómetros de Bogotá. "Fantasía colombiana", "Bambuco variado", "Caribianas", además de obras para piano y canciones.
Luis Miguel de Zulategui se consagró como músico, debatió y criticó, con severidad, la producción y actividad musical de Antioquia, a través de sus escritos en importantes periódicos locales.