Carl Ditters von Dittersdorf (1739-1799) nació en Viena y es uno de los compositores más importantes entre los contemporáneos de Haydn y Mozart. A los doce años entra al servicio del príncipe de Sachsen-Hildburghausen. Su orquesta era la más antigua y más célebre de las orquestas privadas de la nobleza vienesa. Cuando en 1761 el príncipe abandona Viena, busca nuevos empleos para sus músicos. Ditters entra en la orquesta del Teatro de la Corte Imperial. Después de un viaje a Italia acompañado por Gluck en 1763, Ditters abandona la orquesta en 1764 para ejercer como Kapellmeister del obispo de Grosswardein, puesto ocupado hasta entonces por Michael Haydn.
Cuando la orquesta del obispo se disuelve en 1769, trabaja para el conde Schaffgotsch, príncipe-obispo de Breslau. El compositor se desplaza frecuentemente a Viena donde se reúne con sus amigos Haydn y Mozart. Se relata haber podido escuchar a Dittersdorf en un cuarteto, con Haydn como primer violín, Dittersdorf al segundo, Mozart a la viola y Vanhal al violoncello. La reputación del compositor crece y como prueba de ello el 5 de junio de 1773, la emperatriz María-Teresa le da el título de noble. Desde ahora se llamará Ditters von Dittersdorf.
En su catálogo se encuentran cerca de 120 sinfonías. Durante el largo periodo compositivo, de unos 25 años de duración, su evolución musical y su diversidad es comparable a la de Haydn. Comentaremos alguna de ellas.
La “Sinfonía en fa mayor” (F7) está datada en 1766, pero al parecer fue escrita mucho antes. No está demasiado alejada de las composiciones de Hofmann y de la influencia de la escuela de Mannheim.
Se observa en Dittersdorf el gusto por una música más humanizada o sea de carácter más descriptivo, como se puede apreciar en la siguiente sinfonía.
La “Sinfonía en la mayor” (Sinfonia nazionale nel gusto di cinque nazioni) es una obra probablemente datada en la segunda mitad de los años 1760. El primer movimiento se inspira en el alemán del norte, al que dibuja con un estilo un poco anticuado, al parecer hostil al estilo vienés más moderno. El segundo movimiento está dedicado al italiano. Es un movimiento vacuo, repetitivo, en el que se burla cruelmente de la gente del sur.
Sigue un allegreto dedicado a los ingleses. Una música un poco infantil en su rítmica. El minuetto está dedicado a los franceses, una música elegante y cortesana. El trío está dirigido a los pobres turcos, con sus típicos ritmos de música turca, de moda en aquellos tiempos. La sinfonía termina con el sur de Alemania y Austria, mediante un rondó que representa el nuevo estilo musical vienés.
Las seis Sinfonías sobre las Metamorfosis de Ovidio constituyen una de las más bellas ilustraciones de la música descriptiva de Dittersdorf. Fueron escritas en 1783 y estrenadas en Viena tres años más tarde, como arreglos de las doce sinfonías que había compuesto sobre estos motivos. Las “Metamorfosis” del poeta romano Ovidio contienen en sus quince libros, un compendio de las leyendas y mitología griega y romana.
La “Sinfonía Nº 1 en do mayor” (Las cuatro edades del mundo) es la primera de ellas. Está escrita para flauta, dos oboes, dos fagots, dos trompetas, dos trompas, timbales y cuerda. El primer movimiento representa la paz en la edad de oro. Le sigue un allegro evocando la edad de plata y un gracioso minuetto que representa la edad del bronce con un tema anguloso. La sinfonía termina con la edad del hierro con fanfarrias militares y gran excitación, que nos lleva a un allegretto que empieza con gracia pero termina con la agitación de una época violenta.
La “Sinfonía Nº 6 en sol mayor” (Phineo y sus amigos transformados en piedra) es la última que se conserva en su forma orquestal original. Escrita para flauta, dos oboes, dos trompas, dos trompetas, timbales y cuerda. Perseo ha logrado conquistar a Andrómeda y el primer movimiento celebra su unión. Pero aparece Phineo, el cual también corteja a Andrómeda, estallando una batalla. El andante molto actúa como intermedio con un bello solo de oboe. En el Finale Perseo transforma a todos sus enemigos, incluido Phineo, en piedra, terminando con un tempo di minuetto alabando la victoria de Perseo.
La “Sinfonía en do mayor para gran orquesta” (La Prise de la Bastille) fue compuesta en 1789 destinada a París. Podemos apreciar una vez más los caracteres descriptivos en la música de Dittersdorf, por medio de sus himnos revolucionarios y sus marcados ritmos.