1 – GENERALIDADES
La República Argentina está organizada como un Estado federal descentralizado, integrado desde 1994 por veintitrés provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), capital federal del país.i Las veinticuatro jurisdicciones o distritos autogobernados tienen constitución, bandera y fuerza de seguridad propios.
El nombre Argentina proviene de argentum, palabra latina que significa plata. Una denominación poética que denominaba a los territorios próximos al Rio de La Plata, llamado así por ser el punto de acceso a los yacimientos argentíferos del Alto Perú, donde se encuentra la Ciudad de la Plata, actualmente Sucre, que era también conocida como Civitas Argentina.
Los europeos llegaron por primera vez al actual territorio argentino en 1516, con la expedición de Juan Díaz de Solís por el Río de la Plata. Posteriormente la expedición de Fernando de Magallanes en 1520 fondeó sus naves en la Bahía de San Julián, hoy provincia de Santa Cruz. El fuerte Sancti Spiritus fue el primer asentamiento europeo, instalado en 1527 a orillas del río Paraná.
La ciudad de Buenos Aires tuvo dos fundaciones. La primera en 1536 por Pedro de Mendoza, que fue destruida en 1541 por los propios habitantes a raíz de las constantes amenazas de los indios y la segunda en 1580 por Juan de Garay. En esta ocasión perteneció al Virreinato del Perú una entidad territorial del Imperio Español creada por la Corona en 1542.
Las fronteras del Virreinato del Perú, con capital en Lima, se establecieron por primera vez el 13 de septiembre de 1543. En un principio, su territorio comprendía casi toda América del Sur, incluyendo Panamá y algunas islas de Oceanía. Aunque no incluía Venezuela, que dependía del Virreinato de Nueva España ni los territorios portugueses
Las reales audiencias fueron órganos judiciales creados por la Corona de Castilla.
La Real Audiencia de Charcas, oficialmente conocida como Audiencia y Cancillería Real de La Plata de los Charcas, era una Real Audiencia o un tribunal judicial de la corona española en América con sede en la ciudad de La Plata, hoy Sucre en Bolivia. La Audiencia de Charcas tuvo un distrito judicial que abarcaba a los actuales países del cono sur de América del Sur. Fue parte del Virreinato del Perú hasta 1776, cuando pasó al nuevo Virreinato del Río de la Plata.
Dos siglos después, tras las Reformas Borbónicas, su inmenso territorio sufrió tres importantes mermas. En 1717 se creó el virreinato de Nueva Granada al norte. En 1776, se creó el virreinato del Río de la Plata al sur. En 1798, se separó del virreinato la Capitanía General de Chile.
En 1776, el rey español Carlos III decidió la creación del Virreinato del Río de la Plata para asegurar un control más eficaz de sus dominios americanos. Hasta entonces, Buenos Aires y el interior dependían del Virreinato del Perú, que tenía su capital en Lima. La enorme distancia que separaba al Río de la Plata de la cabecera virreinal había despertado la codicia de ingleses y portugueses, quienes lucraban con el contrabando hacia Buenos Aires y la zona del Litoral, perjudicando a las arcas reales.
El Virreinato del Río de la Plata, incluía a las catorce provincias argentinas que se confederaron en 1860 para formar la República Argentina y los territorios de las actuales repúblicas de Bolivia, Paraguay y Uruguay.
Buenos Aires en 1776 fue designada por el Rey de España, capital del recién creado Virreinato del Río de la Plata, por su creciente importancia como centro comercial y con la idea de resistir mejor a un eventual ataque portugués, así como también para tener un acceso más fácil a España a través de la navegación atlántica.
Durante la primera de las invasiones inglesas, ocurrida en 1806, la ciudad fue ocupada por fuerzas armadas inglesas y quedó por unos meses bajo la bandera de Inglaterra. En 1810, los pobladores de la ciudad realizaron la Revolución de Mayo, que expulsó al virrey, estableció una junta de autogobierno y dio inicio a la guerra por la independencia de Argentina.
Debido a la bula del Papa Pablo III Sublimis Deus de 1537, se declaró a los indígenas hombres con todos los efectos y capacidades de cristianos. En el Imperio español la unidad social se concebía a través de la unidad de la fe de la Iglesia católica.
En el primer siglo de la colonización, el Imperio español conquistó aproximadamente un tercio del actual territorio argentino, sometiendo a los pueblos originarios que lo habitaban y produciendo una catástrofe demográfica, razón por la cual los conquistadores europeos introdujeron esclavos secuestrados en el África negra.
En el siglo XVII se establecieron las misiones jesuíticas guaraníes, comunidades misionales fundados por la Compañía de Jesús entre los guaraníes y pueblos afines, que tenían como fin evangelizar y evitar la esclavización de los indígenas de las actuales provincias de Misiones, Corrientes y parte del Paraguay y Brasil. Cumplieron con éxito su tarea, hasta que en el año 1768, el rey español Carlos III ordenó expulsar a los jesuitas.
Una gran parte del territorio actual de la Argentina y de los pueblos indígenas que lo habitaban no estuvo bajo el dominio colonial de España, principalmente las regiones chaqueña, incluyendo partes de Santiago Del Estero, y Santa Fe, permanecieron bajo dominio de indígenas de los grupos wichi, guaycurú y vilelas, mientras que la mayor parte de la pampeana, a excepción de partes de la Pampa húmeda, patagónica permaneció bajo dominio tehuelche, puelche y, posteriormente, mapuche. Entre 1560 y 1667, los señoríos diaguitas mantuvieron una larga resistencia conocida como las guerras calchaquíes en el actual noroeste argentino, antes de ser completamente absorbidos por la población criolla.
En el siglo XVIII la multiplicación natural del ganado vacuno y equino cimarrón en las llanuras pampeana, de la Banda Oriental del Río de la Plata y del sur de Brasil, provocó la aparición de un tipo especial de campesino independiente a caballo llamado gaucho, en el caso de los varones. A la mujer gaucha tradicionalmente se la ha llamado china, del quechua: muchacha. Los gauchos desarrollaron una cultura de características propias, adhirieron y lucharían en la guerra de la Independencia y enfrentaron a los estancieros para garantizar su derecho al acceso al ganado y la tierra, hasta ser vencidos en la segunda mitad del siglo XIX. Esta riqueza en ganado salvaje también llevó a la aparición de indígenas de tradición ecuestre en el Chaco, la Pampa y la Patagonia, que entablaron una dinámica de lucha intermitente por los recursos ganaderos con la población española y criolla.
Hasta mediados del siglo XIX, gran parte de la Patagonia y las Pampas permanecieron bajo el control de diferentes pueblos indígenas: principalmente, chonks y luego también los mapuches en la Patagonia y ranqueles en la llanura pampeana hasta el último cuarto del siglo XIX. Asimismo, los territorios de gran parte de la región del Chaco no fueron colonizados por los europeos, exceptuando partes de Santiago Del Estero y Santa Fe, sino que permanecieron habitados por pueblos autóctonos como los qoms, moqoits, pilagás, vilelas, lules y wichis hasta principios del siglo XX.
La población indígena sedentaria fue sometida a relaciones de dependencia permanente respecto de la población española. Aunque con el paso de las generaciones fue absorbida dentro una población étnicamente identificable como criolla, este proceso de mestización no fue total, como lo demuestra la participación de poblaciones del Noroeste del actual territorio argentino en el gran levantamiento indígena de 1780 con epicentro en el Cuzco, dirigido por el inca Túpac Amaru II.
En la Historia de la Argentina se conoce como el Período de la Independencia al transcurrido entre la Revolución de Mayo de 1810 y la Anarquía que disolvió todas las autoridades nacionales, en el año 1820.
Durante este período, las Provincias Unidas del Río de la Plata, nombre inicial de la actual República Argentina, iniciaron su existencia como país soberano, la sostuvieron exitosamente por medio de una prolongada Guerra de Independencia y declararon su independencia. Pero también durante este período fracasaron en lograr un gobierno central y una constitución que fueran aceptados por todas sus provincias en forma permanente.
Fue también durante este período que varios territorios que habían formado parte del Virreinato del Río de la Plata se separaron definitivamente de la Argentina: El Paraguay, por haber sostenido su propio proceso independentista; el Alto Perú, por continuar bajo poder español, del que más tarde se independizaría como República de Bolivia y la Banda Oriental, por haber caído bajo el poder de Portugal, que lo heredaría al Brasil, del cual se independizaría como Estado Oriental del Uruguay. El legado de la guerra de independencia argentina es vasto ya que también inspiró la independencia de Chile y Filipinas.
La Primera Junta de Gobierno, oficialmente Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata a nombre del Señor Don Fernando VII fue la Junta de gobierno surgida el viernes 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, como consecuencia del triunfo de la Revolución de Mayo que destituyó al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y nombró a Cornelio Saavedra como el presidente de la Primera Junta de las Provincias Unidas del Río de la Plata. La sede del gobierno fue fijada en el Fuerte de Buenos Aires, que servía desde 1776 como residencia de los virreyes y donde actualmente se encuentra la Casa de Gobierno. La Primera Junta existió como tal hasta el 18 de diciembre del mismo año, ya que con la incorporación de diputados del interior se transformó en la Junta Grande, que dio origen a la prolongada Guerra de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata contra España (1810-1824)
Ell 9 de julio de 1816, en la ciudad de San Miguel de Tucumán, reunido el congreso de diputados de las provincias del noroeste y centro-oeste del país y de la de Buenos Aires, junto con algunos diputados exiliados del Alto Perú, proclamó la independencia de las Provincias Unidas en Sud América, utilizando la siguiente fórmula:… recuperar los derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli …
En la guerra por la independencia algunos de los principales comandantes fueron Manuel Belgrano, al mando del Ejército del Norte, José de San Martín, creador del Ejército de los Andes, Martín Miguel de Güemes, organizador de la guerra gaucha y Juana Azurduy, comandante de la guerra de guerrillas en el Alto Perú. El Estado argentino considera a San Martín como el mayor héroe militar de su independencia y lo honra con el título de Padre de la Patria. Junto a Simón Bolívar, fueron los máximos responsables de las gestas libertadoras que terminaron con la presencia española en el continente.
Las primeras décadas como país independiente fueron conflictivas: ante la hegemonía de los unitarios, los federales se alzaron repetidamente en defensa de la autonomía de las provincias, llevando, tras la llamada Anarquía del Año XX, a la división del país en provincias autónomas gobernadas generalmente por caudillos militares, mientras que el país, excepto un breve intervalo entre 1825 y 1827, careció de un gobierno nacional hasta 1852. Cada provincia asumió la plenitud del gobierno en el ámbito de su territorio.
La guerra de la independencia continuó hasta el año 1825, pero se luchó preferentemente en la frontera norte y en el Perú. Mientras tanto, la Provincia Oriental fue invadida por el reino de Portugal, de quien pasó al Imperio del Brasil. La consecuente Guerra del Brasil culminó con la Convención Preliminar de Paz de 1828, que declaró independiente al territorio en disputa, con el nombre de Estado Oriental del Uruguay Poco antes, en 1825, el Alto Perú formó la República de Bolivia y al año siguiente le fue agregada la ciudad de Tarija y su jurisdicción.
El territorio restante, que había logrado aumentar en algo su control territorial con algunas exitosas campañas militares contra los indígenas, comenzó a usar el nombre de Argentina de manera oficial a mediados de la década de 1820. La denominación oficial Provincias Unidas del Río de la Plata continúa considerándose, constitucionalmente, un nombre alternativo para el país, aunque ha caído en práctico desuso.
A principios de los años 1830, los federales lograron triunfar en todo el país, que adoptó el nombre de Confederación Argentina. Durante más de veinte años, el gobernador federal de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, asumió en los hechos la máxima autoridad nacional, aunque en teoría solo era el depositario de la representación externa del conjunto de las provincias.
Durante la época de su hegemonía combatió y derrotó sucesivos levantamientos de los unitarios, un bloqueo del Río de la Plata por parte de Francia y luego otro bloqueo conjunto por parte de Gran Bretaña y Francia. También mantuvo conflictos bélicos contra la Confederación Perú-Boliviana y contra el llamado Gobierno de la Defensa de Montevideo, la capital uruguaya, debido a la injerencia de los dos partidos de ese país, blancos y colorados, en las guerras civiles argentinas.
Los enemigos de Rosas reclamaban libertades individuales, políticas y de expresión, que eran férreamente anuladas por el gobernador porteño. El núcleo de sus reclamos era la sanción de una constitución política que organizara formalmente el Estado nacional y garantizara los derechos de los ciudadanos.
En 1852, Rosas fue derrotado en la batalla de Caseros por el Ejército Grande, una alianza entre las provincias de Entre Ríos y Corrientes, las tropas coloradas de Uruguay y otras de Brasil. La alianza fue encabezada por el federal antirrosista Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos, quien asumió la presidencia provisional.
Este período duró hasta la sanción de una Constitución en 1853, que con algunos cambios ha regido en el país hasta la actualidad. La misma adoptó un régimen federal, pero la provincia de Buenos Aires se separó de la Confederación Argentina, que debió establecer su capital en la ciudad de Paraná. En 1859, la Confederación derrotó a Buenos Aires en la batalla de Cepeda, forzándola a firmar el Pacto de San José de Flores, por el cual Buenos Aires se reincorporaba a la que desde entonces pasó a llamarse República Argentina. No obstante, la reunificación definitiva fue lograda bajo la dirección de Buenos Aires tras la batalla de Pavón (1861), durante la presidencia de Bartolomé Mitre.
En 1865, la Argentina se involucró nuevamente en una guerra civil en Uruguay, a lo cual el Paraguay respondió ocupando la ciudad de Corrientes. Tras firmar una Triple Alianza con el Brasil y Uruguay, la Argentina tomó parte en la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, que duró cinco años y requirió la participación de diez mil soldados argentinos. El Paraguay resultó finalmente derrotado en 1870, quedando totalmente devastado y muerta una gran parte de su población masculina. Pese a su enorme costo económico y en vidas humanas y a que fue causa de la continuación de las guerras civiles en la Argentina, logró consolidar sus límites en el noreste, ya que se fijó la frontera en los ríos Pilcomayo, Paraguay y Paraná.
Durante las presidencias de Mitre y sobre todo de Sarmiento y Avellaneda, la Argentina se insertó en la economía mundial como un país agroexportador, sostenido por una amplia red ferroviaria y el avance del sistema educativo. Tras dos sangrientas revoluciones en 1874 y 1880, en este último año la ciudad de Buenos Aires fue federalizada y se estableció un equilibrio durable entre las provincias y la capital.
Entre 1878 y 1884 se produjeron las llamadas Conquista del Desierto y del Chaco, con el objeto de terminar con los constantes enfrentamientos entre indígenas y criollos en la frontera y apropiarse de los territorios indígenas, triplicando el territorio argentino. La primera conquista, impulsada por Julio A. Roca, consistió en una serie de incursiones militares a los territorios pampeanos y patagónicos dominados por los pueblos originarios, repartiéndolos entre los miembros de la Sociedad Rural, financiadores de las expediciones. La conquista del Chaco duró hasta fines del siglo, dado que su incorporación plena al sistema económico nacional solo tuvo lugar cuando se reemplazó la mera extracción de maderas y tanino por la producción de algodón. El gobierno argentino consideró a los indígenas como seres inferiores, sin los mismos derechos que los criollos y europeos.
Entre 1880 y 1916, el Partido Autonomista Nacional (PAN) monopolizó el poder mediante elecciones fraudulentas y durante 25 años, la figura excluyente fue el general Julio Argentino Roca. La llamada República Conservadora o República Oligárquica organizó un exitoso modelo agroexportador orientado principalmente a la producción de carne y granos con destino al mercado británico. En el relato tradicional el país fue visto como el granero del mundo.
Este modelo económico generó una concentración de la riqueza en pocas manos y la exclusión social de las clases trabajadoras y de las poblaciones asentadas fuera de la región pampeana. La economía alcanzó altos niveles de crecimiento que atrajeron una gran corriente inmigratoria de millones de italianos y españoles, principalmente.
La prosperidad de la economía impulsó el crecimiento de una considerable clase media, integrada mayoritariamente por inmigrantes o sus descendientes. Los inmigrantes europeos también introdujeron en el país ideas políticas nuevas como el socialismo y el anarquismo, Surgieron partidos políticos como la Unión Cívica Radical (UCR) y el Partido Socialista (PS).
Después de más de dos décadas de conflictos políticos y sociales, fraudes electorales y graves actos de represión, en 1912 fue sancionada la Ley Sáenz Peña, que estableció el sufragio secreto, obligatorio y universal para votantes masculinos.
En la primera elección presidencial con sufragio secreto, los conservadores fueron desplazados del poder por los radicales dirigidos por Hipólito Yrigoyen, que fue presidente entre 1916 y 1922, y entre 1928 y 1930. Durante su primer gobierno se inició el movimiento estudiantil conocido como la reforma universitaria, que se extendió por toda América Latina y se produjeron las masacres obreras de la Semana Trágica y la Patagonia rebelde. Entre ambos gobiernos de Yrigoyen fue elegido presidente el también radical Marcelo Torcuato de Alvear.
El 6 de septiembre de 1930 se produjo el primero de una serie de golpes de Estado que llevó a un grupo cívico-militar a establecer una dictadura justificada por la Corte Suprema como «gobierno de facto», después de derrocar a Hipólito Yrigoyen. Este golpe de Estado inició una secuela de gobiernos fraudulentos conocidos como la Década Infame.
El modelo agroexportador entró en crisis por el cierre de los mercados internacionales causado por la Crisis de 1929. El país impulsó un proceso de sustitución de importaciones que desarrolló un amplio sector industrial. La Década Infame fue derrocada por la Revolución del 43, un segundo golpe de Estado que instaló un gobierno militar en cuyo seno se produciría una alianza entre sindicatos y algunos militares que dieron origen al peronismo. A pesar de la presión de Estados Unidos desde que este país entró a la guerra a fines de 1941 cuando fue atacado por Japón, la Argentina se mantuvo neutral durante la mayor parte del resto de la II Guerra Mundial, uniéndose a los Aliados el 27 de marzo de 1945, durante el gobierno del general Edelmiro Farrell, poco antes de finalizar la Guerra.
En 1946 fue elegido presidente Juan Domingo Perón con apoyo de los sindicatos organizados en el Partido Laborista. Perón, acompañado por su esposa Evita, encabezó un nuevo movimiento que puso el acento en la justicia social, la soberanía política y la independencia económica. Bajo su gobierno se estableció el sufragio femenino en 1947, la igualdad de hombres y mujeres en el derecho familiar, la igualdad de los hijos nacidos dentro o fuera del matrimonio, la gratuidad de la enseñanza universitaria, se erradicó el paludismo, etc.
A través de la Fundación Eva Perón, se desarrolló una ayuda social sin precedentes en el país, brindando apoyo económico a los sectores más vulnerables. También se nacionalizaron los ferrocarriles y el comercio exterior, y se generó un fuerte proceso de industrialización, promoviendo la industria pesada.
En 1952 murió Evita que años más tarde sería declarada la Mujer del Bicentenario, como el símbolo del protagonismo de la mujer en la historia argentina. El peronismo contó con una amplia adhesión de la población, pero también con un fuerte rechazo de los sectores opositores, polarizándose la sociedad argentina en peronistas y antiperonistas. Su política perjudicó a los intereses británicos, dominantes hasta entonces en la economía, que apoyaron a los opositores. El inicio de un conflicto con la Iglesia católica debilitó la lealtad al gobierno de vastos sectores y unificó a la oposición.
El 16 de junio de 1955 una conjura cívico-militar, utilizando unos treinta aviones de la Armada y de la Fuerza Aérea, bombardearon y ametrallaron a la población de Buenos Aires en la Plaza de Mayo y otros lugares, produciendo un gran número de muertos y heridos.
En septiembre Perón fue derrocado por un nuevo golpe autodenominado Revolución Libertadora, que proscribió al peronismo, muchos de cuyos partidarios fueron encarcelados o fusilados, lo que le valió al golpismo el mote de Revolución Fusiladora. Perón se vio obligado a exiliarse hasta el final de la proscripción en 1973
Durante la proscripción, el peronismo continuará teniendo influencia en la política y el sindicalismo, ámbito en el que ganó la mayoría de las elecciones, negando legitimidad a las autoridades instaladas por medios no democráticos y desarrollando una actividad opositora conocida por la Resistencia peronista.
En 1958 fue elegido presidente Arturo Frondizi (UCRI) en elecciones con el peronismo proscripto pero después de realizar un pacto electoral con Perón, siendo derrocado por un nuevo golpe militar en 1962. El golpe esta vez tuvo la particularidad de que el poder fue asumido por el civil José María Guido, nombrado presidente por la Corte Suprema de Justicia ese mismo día tras el derrocamiento y arresto de Frondizi, alegando para su nombramiento un vacío de poder.
A pesar de que formalmente Guido ejercía la presidencia, el verdadero poder material residía en la esfera militar. Durante su mandato se agudizaron los enfrentamientos entre dos facciones del Ejército Argentino, conocidas como Azules y Colorados, llegándose a enfrentamientos armados. La victoria del sector azul permitió al general Juan Carlos Onganía reunificar al Ejército.
Con el peronismo todavía proscripto y el expresidente Frondizi detenido, en 1963 fue elegido como mandatario Arturo Umberto Illia (UCRP), quien también sería depuesto por un golpe militar en 1966, que llevaría al gobierno al general Juan Carlos Onganía.
Su dictadura, la primera de las tres que conformaron la autodenominada Revolución Argentina (1966-1973), fue también la primera dictadura permanente instalada en el marco de los regímenes militares que se multiplicaron en América Latina con apoyo activo de Estados Unidos a través de la Escuela de las Américas y la doctrina de la seguridad nacional en el marco global de la Guerra Fría.
La abolición de la actividad política y el terrorismo de estado, provocó un estado insurreccional de la población que se manifestó en la aparición de varias organizaciones guerrilleras, como Montoneros, las FAR y el ERP y gran cantidad de puebladas insurreccionales, como el Cordobazo, el Rosariazo y el Tucumanazo, entre otras. Acorralada por la insurrección popular, la dictadura organizó una salida electoral con participación del peronismo, aunque impidiendo la candidatura de Perón.
En 1973 el peronismo fue legalizado y triunfó en las elecciones presidenciales, dando inicio a lo que ha dado en llamarse el tercer peronismo. Tras la renuncia del presidente Héctor José Cámpora, ese mismo año, Juan Domingo Perón fue elegido presidente por tercera vez, precipitando así su muerte nueve meses después.
Lo sucedió su vicepresidenta y esposa, María Estela Martínez de Perón. Este período se caracterizó por un acelerado deterioro de la situación interna, producto de la crisis del petróleo de 1973 y la generalizada violencia política, incluyendo la organización desde el gobierno de una fuerza parapolicial llamada la Alianza Anticomunista Argentina, la Triple A, que junto a las fuerzas policiales y militares, asesinaron a cientos de opositores desde 1973, así como la instalación de centros clandestinos de detención en el marco de la represión ordenada por los llamados decretos de aniquilamiento.
El 24 de marzo de 1976 se produjo un nuevo golpe militar que instaló una nueva dictadura permanente autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, que duraría casi ocho años y que estaría internacionalmente coordinada con las demás dictaduras sudamericanas mediante el Plan Cóndor, bajo el amparo de Estados Unidos. Durante la misma se implantó un régimen de terrorismo de Estado que llevó a cabo un plan sistemático de secuestro, tortura y eliminación de opositores, calificado por la justicia de genocidio, causando miles desaparecidos y cientos de niños que sufrieron la supresión de su identidad.
Como respuesta se formaron organizaciones de derechos humanos, como las Madres de Plaza de Mayo y las Abuelas de Plaza de Mayo, que desempeñarán un rol crucial en el «juicio y castigo a los culpables» y en la recuperación de los bebés secuestrados cuya identidad había sido suprimida.
También el movimiento sindical opuso una fuerte resistencia, llegando a declarar varias huelgas generales, a pesar de las desapariciones que lo afectaron masivamente, la disolución de la CGT y la intervención de los sindicatos.
La dictadura contó con apoyo activo de los principales grupos empresariales, ocupando funciones claves del gobierno, así como del Fondo Monetario Internacional, las empresas multinacionales, los principales medios de prensa, junto a periodistas y comunicadores destacados. El plan económico siguió los lineamientos de la Escuela de Chicago, frecuentemente identificada con el neoliberalismo. Un sector importante de la población apoyó la dictadura, en tanto que otro sector la resistió mediante la acción guerrillera, la creación de organizaciones de derechos humanos como las Madres de Plaza de Mayo, o la acción sindical y las huelgas.
En el año 1982 se desarrolló la guerra de las Malvinas con el Reino Unido; la derrota argentina fue uno de los factores que llevaron al colapso del régimen militar y al llamado a elecciones generales para el año siguiente.
La historia de la Argentina entre 1983 y 2003 estuvo marcada por la recuperación de la democracia, el enjuiciamiento a los culpables de violaciones a los derechos humanos, rasgo que distingue la democracia argentina de las demás democracias recuperadas en Sudamérica, la crisis de la deuda externa, el inicio de la globalización, las reformas neoliberales y la severa recesión económica iniciada en 1998 que terminó con la crisis generalizada de 2001/2002, durante la cual fueron asesinados decenas de opositores, incluyendo las masacres de Plaza de Mayo del 20 de diciembre de 2001 y de Avellaneda. El período abarca la primera vez en la historia argentina de dos décadas continuadas bajo régimen democrático y la primera vez en que presidentes democráticos entregan el poder a sucesores de otro partido político elegidos democráticamente.
El gobierno democrático fue restablecido el 10 de diciembre de 1983. El nuevo presidente fue Raúl Alfonsín, de la Unión Cívica Radical, quien dispuso investigar los crímenes de lesa humanidad de la dictadura. Nueve de los diez miembros de las tres primeras juntas militares fueron enjuiciados y algunos de sus miembros condenados, aunque también bajo su mandato y por presión militar comenzaron a sancionarse las leyes de impunidad. En 1984 se puso fin a la disputa limítrofe con Chile sobre el canal de Beagle. En 1985 acordó con el nuevo presidente democrático de Brasil José Sarney, iniciar el proceso de integración regional que se concretaría en 1991 con el nombre de Mercosur.
Después de las elecciones presidenciales de 1989 y afectada la gobernabilidad del país por un proceso hiperinflacionario, Alfonsín se vio obligado a dejar la Presidencia y entregar el mando con seis meses de anticipación. Asumió Carlos Menem del Partido Justicialista.
Con un fuerte protagonismo del ministro Domingo Cavallo detuvo la inflación y llevó adelante un amplio proceso de privatizaciones, desregulación, apertura de la economía y endeudamiento externo, en consonancia con el Consenso de Washington de 1989 y apoyo del FMI. Socialmente apareció la desocupación masiva y la criminalidad se elevó bruscamente, convirtiéndose ambos en problemas centrales de la agenda política.
En 1991 la Argentina entró en guerra contra Irak sin autorización del Congreso Nacional, dentro de la coalición liderada por Estados Unidos. En 1992 y 1994 sufrió dos grandes atentados terroristas, contra la embajada de Israel y contra la AMIA, con 23 y 85 muertos respectivamente, sin que se descubrieran los culpables, en investigaciones con muchas irregularidades.
En 1994 un pacto entre Alfonsín y Menem permitió la reforma de la Constitución y al año siguiente Ménem fue reelecto. Una operación de tráfico de armas a Ecuador y Croacia causó la voladura de la fábrica de armamentos de Río Tercero, dañando la ciudad, causando siete muertos y afectando seriamente las relaciones con el Perú. Los conflictos sociales y las huelgas aumentaron, estallando puebladas y cortes de ruta que dieron origen al movimiento piquetero. En 1998 comenzó un período de recesión que duró cuatro años y desembocó en la peor crisis de la historia argentina.
En diciembre de 1999 asumió la presidencia Fernando de la Rúa de la Unión Cívica Radical, que por entonces formaba parte de La Alianza. La crisis económica y social se agravó y el gobierno designó al ex ministro del presidente Menem, Domingo Cavallo, quien dispuso la congelación de los depósitos bancarios, el Corralito, que culminó en una insurrección social generalizada, con decenas de asesinatos causados por las fuerzas de represión, que llevó a la renuncia del Presidente el 20 de diciembre de 2001. Durante dos semanas de incertidumbre se sucedieron varios presidentes, entre ellos el breve gobierno de Adolfo Rodríguez Saá, durante el cual el país entró en default al declarar la moratoria de la deuda externa.
El 2 de enero de 2002 la Asamblea Legislativa eligió a Eduardo Duhalde, del Partido Justicialista, como presidente provisional. Duhalde puso fin a la convertibilidad, estableciendo un régimen de pesificación asimétrica, conocido como el corralón. El peso se devaluó un 300% y los bancos no devolvieron los depósitos en dólares de sus clientes, provocando acciones en su contra de amplios sectores de clase media. y puso a más de la mitad de la población bajo la línea de pobreza, con desempleo y salarios minimizados.
El peronista Néstor Kirchner fue elegido en 2003, inaugurando el ciclo conocido como kirchnerismo que sería continuado por Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de la Nación entre 2007 y 2015.
El PBI creció y se redujo el desempleo. La política laboral restableció las negociaciones colectivas entre patronos y sindicatos, dispuso la fijación anual del salario mínimo, reduciéndose el trabajo no registrado.
En las elecciones presidenciales de 2007, el kirchnerismo volvió a triunfar llevando como candidata a Cristina Fernández de Kirchner, la primera mujer argentina que encabezó una fórmula presidencial ganadora de las elecciones argentinas.
Durante su mandato (2007-2011) se reestatizó el sistema de Seguridad Social, creó la Asignación Universal por Hijo, renacionalizó Aerolíneas Argentinas, aprobó la ley de matrimonio igualitario, derogó la Ley de Radiodifusión de la época de la dictadura militar, sancionando una nueva Ley de Medios.
En las elecciones presidenciales de 2011, el kirchnerismo triunfó por tercera vez, dando como ganadora a la candidata Cristina Fernández de Kirchner. Durante su segundo mandato se aprobó la Reestatización del 51% de las acciones de la petrolera YPF, se extendió la jubilación para amas de casa y trabajadores precarizados, se aprobó las leyes de Servicios de Comunicación Audiovisual, se sancionó la Ley de Identidad de Género, se entregó millones de computadoras portátiles a niños, niñas y adolescentes de las escuelas públicas en todo el país y se impulsó el desarrollo del sector industrial,
En 2012 comenzó un período de dificultades económicas y deterioro de los indicadores sociales en el marco de la Gran Recesión mundial del año 2008, y especialmente la crisis económica en Brasil del 2014, con una potente inflación.
En las elecciones presidenciales de 2015, el macrismo venció al peronismo-kirchnerismo siendo elegido presidente el político, ingeniero, ex-dirigente futbolístico y empresario Mauricio Macri de la Propuesta Republicana (PRO) con la alianza electoral Cambiemos, ganando con el 51% de los votos en segunda vuelta.
Su presidencia inició una etapa de cambio completo de la orientación que habían tenido hasta ese momento las políticas de los gobiernos kirchneristas, porque aplicó una serie de medidas como la desregulación del mercado financiero para la libre adquisición de moneda extranjera, rebajas a las retenciones a las exportaciones de la soja y otros cereales, así como a las exportaciones mineras; lo que condujo a un leve ascenso del PBI y la inflación; así como la actividad productiva del país.
A comienzos de enero del 2016, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue modificada por Mauricio Macri, flexibilizando sus normas anti monopólicas pero beneficiando a los principales medios masivos de comunicación del país afines al gobierno.
En marzo del mismo año ocurrió el Tarifazo del 2016, el aumento y dolarización de las tarifas de agua, energía eléctrica, combustibles y transporte público previo a los festejos del Bicentenario de la Independencia Argentina, siendo así el mayor aumento de las tarifas de la historia reciente, generando una amplia indignación en la población.
En 2017 la presidencia de Mauricio Macri impulsó una reforma del sistema de jubilaciones y pensiones, siendo aprobada por el Congreso de la Nación. Esta reforma alcanzó a adultos mayores jubilados; pensionados, beneficiarios de las asignaciones sociales y familiares; de la Asignación Universal por Hijo, e inclusive a los veteranos de la guerra de las Malvinas.
Esto desencadenó masivas protestas y movilizaciones con cacerolazos en rechazo a la nueva fórmula en todo el país, pero fueron reprimidos por Gendarmería Nacional. En 2018 las jubilaciones y pensiones perdieron 19,2% de poder adquisitivo, los haberes subían un 28,4% y el índice de precios al consumidor aumentó un 47,6%.
En 2018 se produjo una colosal fuga de capitales, que llevó al gobierno a volver a negociar con el Fondo Monetario Internacional el mayor crédito otorgado por el ente en su historia, generando un aumento considerable de la deuda externa. En 2019 ocurrió una segunda fuga de capitales, la más gigante de toda la historia argentina. Esto ocasionó otra devaluación generando que el gobierno volviera a establecer el cepo cambiario, como el modelo kirchnerista pero con mayores restricciones.
En las elecciones presidenciales de 2019, Mauricio Macri buscó la reelección, pero fue vencido por el candidato peronista Alberto Fernández, acompañado por Cristina Fernández de Kirchner como candidata a Vicepresidenta, en donde obtuvieron el 48% de los votos.
Algunas observaciones geográficas
El Gran Chaco es una región geográfica ubicada en el centro-sur de América del Sur que se extiende por parte de los actuales territorios de Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay. Incluye la parte central del norte argentino o región chaqueña argentina, la parte sur de la región de los llanos orientales de Bolivia, una pequeña parte del sudoeste brasileño y la región occidental de Paraguay.
El término pampa proviene del quechua sureño y significa llanura entre montañas. Fueron los españoles que bajaron en el siglo XVI desde la región andina, especialmente por la quebrada de Humahuaca desde Potosí, quienes nombraron como las pampas a esas grandes llanuras sin bosques importantes, que existen en el centro de la Argentina, Uruguay y el sur de Brasil. Por metonimia, los españoles llamaron pampas a los pueblos originarios que habitaron las extensas llanuras de la región pampeana de las actuales provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y San Luis.