La “Sinfonía Nº 3 en mi bemol mayor” Op.20 (El primero de Mayo) fue compuesta en 1929 empleando unas pocas semanas para ello. El estreno de su ópera satírica “La Nariz” en el mes de junio en Leningrado había provocado una considerable hostilidad de los poderosos componentes de la organización de músicos estalinistas, siendo acusado de formalista. Un primer aviso para lo que se produciría más adelante. Como contestación a este criticismo Shostakovich escribe una nueva sinfonía para la celebración de la fiesta de los trabajadores, el primero de mayo. Se estrenó el 21 de mayo de 1930 en Leningrado dirigida por Alexander Gauk.
Escrita también como la anterior en un solo movimiento, con una nueva intervención de los coros en la última parte. Para ello utiliza el poema del mismo título escrito por Semyon Kirsanov, una propaganda estatal.
La obra puede dividirse en cinco partes. La primera es lenta con un tema presentado por la madera. La armonía es menos disonante que la usada en su anterior sinfonía. Una especie de marcha señala el inicio de la segunda sección, un allegro con rápidas figuras presentadas por la cuerda. La madera presenta temas rítmicos, volviendo al tema de la marcha que va creciendo en intensidad. Un tema lírico aparece como elemento contrastante. La tensión va en aumento llegando a una sección con grandes disonancias de los instrumentos de viento. Un redoble de tambor nos devuelve a la tonalidad, empezando una marcha irónica que toma giros militares. Esto nos lleva a la tercera parte, un nuevo adagio, presentado por la cuerda. Los temas no siguen ningún desarrollo, se van presentando como en una sucesión. Un amplio tema lírico es interpretado por la cuerda que va ganando en expresividad.
La cuarta sección se inicia con un tema rítmico, formando una especie de scherzo de la sinfonía. La música culmina en una forma de danza formada por frases cortas repetitivas. Un nuevo tema lírico hace las funciones de trío. Una sección dominada por los metales y la percusión hace de puente hacia la última sección. Retóricas llamadas del viento sobre el redoble de las cajas inician la quinta parte, la que posee un carácter más político, un canto a la victoria de los trabajadores. Las trompetas con sordina inician una especie de marcha lenta que nos llevará a la entrada de los coros con su canto en forma de himno modal ruso, contando la historia revolucionaria y el triunfo de la masa trabajadora en un canto de alabanza al primero de mayo. La última estrofa es más solemne con la exaltación de la fiesta,
Pervoye maya, shag El primero de mayo es la marcha
Szhavshykh vintovku shakht. De los mineros armados.
V ploshchadi, revolyutsiya, Sobre las plazas, la revolución,
Vbyei millionym shag. Con un millón de pies en marcha
Una intervención triunfal de la orquesta pone final a la sinfonía. La obra posee un carácter más tonal que su anterior sinfonía, poseyendo ritmos más simples con acordes perfectos empleados con mayor frecuencia. Un estilo que anuncia el que empleará en sus grandes sinfonías bélicas.
En 1930 Shostakovich termina la partitura de su primera música para ballet, “The Age of Gold” Op.22. El ballet era una de las manifestaciones culturales más apreciadas en Rusia. Los dirigentes de la URSS intentaron conservar su prestigio al mismo tiempo que emplearlo como medio propagandístico. Los primeros argumentos trataban de obreros, campesinos, deportistas y de capitalistas depravados. El estilo se convirtió al añadir escenas con piruetas acrobáticas a unas coreografías más atléticas que las clásicas.
Los soviéticos se dejaban fascinar por el deporte, especialmente por el football. En Moscú siguiendo aquella corriente se estrena el ballet “El Futbolista” de un compositor llamado Oranski y en Leningrado “La Edad de Oro” de Shostakovich, el 26 de octubre de 1930. También a Shostakovich le gustaba distraerse con el deporte, siendo además un calificado árbitro de fútbol.
Como ilustración de los argumentos revolucionarios de aquella época, nos tomamos la licencia de agregar su argumento. Un equipo de grandes figuras del football soviético llega a una ciudad occidental, donde se celebra una exposición industrial, pero son derrotados por circunstancias extradeportivas. Una exuberante actriz intenta seducir a la principal figura del equipo. El árbitro y la policía están corrompidos por el capitalismo burgués. En el acto final los obreros se enfrentan a los capitalistas, para poder liberar a los futbolistas que habían sido detenidos por la policía al finalizar el partido. Shostakovich con su música intenta enfrentar las dos culturas. Para ello utiliza danzas occidentales, según escribe el propio compositor, bailes que respiran este erotismo depravado que es característico de la cultura burguesa contemporánea. En su contra, intento introducir en las danzas soviéticas estos sanos elementos que son el deporte y la cultura física.
Nos encontramos en el final de la época de la libertad artística en la URSS. El ministro Anatoli Lunacharski supo preservar un cierto liberalismo artístico hasta los principios de los años 1930. Cuando la música de jazz era atacada como degenerada, Shostakovich presenta su “Tahiti Trot”. Para defender esta música Anatoli dijo que el elemento fundamental del foxtrot está derivado de la mecanización, del erotismo reprimido y del deseo de asfixiar los sentimientos mediante la droga.
Shostakovich utiliza en su ballet elementos de jazz, usa el saxo y un banjo, introduciendo el foxtrot en su partitura. En uno de sus interludios utiliza nuevamente el popular tema del “Tea for Two”. Para ello presenta estos temas como parodia de la decadencia burguesa, encontrando así la manera de escapar de la censura soviética.
En el año 1930 Shostakovich empieza a trabajar en una de sus obras mas polémicas, su ópera “Lady Macbeth del distrito de Mtsensk”. Interrumpe su tarea para escribir la banda sonora del film “Adna” Op.26, palabra rusa que significa Sola y la música de ballet “El Perno” Op.27.
El nuevo ballet se estrenó el 6 de abril de 1931 en el Teatro Kirov de Leningrado dirigido por Alexander Gauk, obteniendo una única representación. Otra de las obras de aquella época retirada por la censura. Una composición tomada como ejemplo de sus más serios errores formalistas. El libreto en que se basa lleva el título “A la nueva máquina”, escrito por un autor sin experiencia literaria. Un tema obrero que narra como un vengativo aprendiz introduce un perno en el interior de una máquina, causando un accidente. Un compañero es acusado de sabotaje, pero finalmente el aprendiz lleno de remordimientos confiesa su crimen. Es arrestado, terminando con un concierto organizado por los obreros y los soldados del Ejército Rojo. Parece que Shostakovich no pudo negarse a este pobre argumento debido a las presiones políticas de la época.
El modo irónico y divertido con que el compositor trató el asunto no gustó a las autoridades soviéticas. Las críticas en los periódicos oficiales le lanzaron acusaciones directas, entre otras frases destacamos las siguientes, “El ballet tiene los rasgos de una caricatura, dejando en ridículo el tema industrial. Los métodos depravados del compositor explican el fracaso de “El Perno”. El Teatro pidió a los responsables del penoso espectáculo que revisaran profundamente el ballet, cosa que Shostakovich no realizó jamás. La obra no se volvió a representar. En el año 1933 presentó una Suite sinfónica que obtuvo bastante éxito.
En el año 1932 se casa con la joven física Nina Varzar. Aunque las dificultades que tuvieron desde el principio los llevaron al divorcio en 1935, la pareja se reconcilió poco tiempo después, volviéndose a casar. A ella dedicó la ópera que estaba componiendo.
En el mes de diciembre de 1932 Shostakovich termina su segunda ópera que pronto se convertiría en una de sus más polémicas obras, “Lady Macbeth del distrito de Mtsensk” Op.29, sobre un relato del mismo título escrito en 1864 por Nikolai Leskov. Dando este nombre a su protagonista Katerina Ismailova, hace una alusión directa al personaje de Shakespeare. Se estrenó en el Teatro Maly de Leningrado el 22 de enero de 1934.
Antes de iniciar el relato de la polémica que afectó a la citada obra y que tanta importancia tuvo en el desarrollo de la música de Shostakovich, veamos otros hechos acaecidos anteriormente. En 1931 compone su tercera banda sonora, escrita para el film “Las montañas de oro” Op.30 y varias músicas para la escena, entre ellas la escrita para la obra de Shakespeare “Hamlet” Op.32, terminada en 1932. La obra era una curiosa adaptación en la que entre otras cosas los fantasmas eran el propio Hamlet disfrazado, y Ofelia no perdía la razón, sino que se ahogaba por haber bebido demasiado. Arreglos que se hacían en aquella época en teatros llamados de vanguardia. Pero el genio del compositor prevalecía ante todo y de esta obra podemos escuchar una admirable Suite para orquesta.
Tampoco se puede despreciar la música escrita para piano. Entre ella destacan los “24 Preludios” Op.34, y su “Concierto Nº 1 en do menor para piano, trompeta y cuerdas” Op.35, compuesto en 1933. Otra de sus músicas para la escena fue la compuesta para la obra de Balzac “La Comedie Humaine” Op.37 en 1934.
Shostakovich realiza en 1934 una nueva tentativa de escribir música al estilo del jazz. Participa en una comisión que tiene por objeto elevar el nivel de dicho estilo de música, el jazz soviético, que entonces pasaba por ser una música de café concierto. Se organizó un concurso en Leningrado con objeto de darle un status profesional y para dar ejemplo compone su “Suite para orquesta de jazz Nº 1” Op.38a. Una obra bastante alejada del jazz tradicional, reflejando de un modo ligero, al estilo de su música para el cine, la exuberancia y decadencia de los años 1920.
En 1935 compone la música para un nuevo ballet, “El Arroyo Claro” Op.39, una música escrita con un lenguaje sencillo para cumplir con las exigencias soviéticas de la época. Su argumento trata del encuentro entre un grupo de artistas y otro de granjeros que explotan una granja colectiva, una kolkhoze, para descubrir que la finalidad ideológica de su trabajo, cada uno en su campo, era la misma. Se estrenó el 4 de junio de 1935 en el Teatro Maly de Leningrado, manteniéndose en cartel hasta el mes de febrero de 1936, mucho más que sus obras anteriores. Stalin estuvo presente en una de sus representaciones, presintiendo cierto tono de burla en su música, lo cual le irritó profundamente. Con la visita del jefe del estado se terminaron las representaciones del ballet. Apareció al poco tiempo un artículo en el oficialista periódico Pravda, diciendo que se trataba de un falso ballet, para demostrar que un aparentemente inocente éxito de masas no podía tampoco escapar a la desaprobación del régimen.
Pero volviendo a tomar el tema de la ópera “Lady Macbeth del distrito de Mtsensk”, lo que más molestaba al dictador Stalin era el éxito que tenía desde el día de su estreno. El éxito había sido inmediato y arrollador, tanto que el mariscal del ejército rojo Mikhail Tukhachevsky pronunció la frase que se convertiría en lema, es la primera ópera soviética clásica. Prokofiev expresó en una carta que era una obra embriagadoramente soberbia.
Dos años después de su glorioso estreno, con centenares de representaciones tanto en la URSS como en ciudades europeas y americanas, empezó a sufrir una larga condena. Shostakovich estaba convencido de haber escrito una ópera socialista a partir de un relato moralizante de Leskov, que había transformado en una obra acusatoria de la sociedad burguesa. Resumimos a continuación su argumento para una mejor compresión de la polémica.
Katerina Ismailova vive insatisfecha con su marido y su suegro, un personaje despótico. Zinovi, el marido, se ausenta por razones de trabajo. Llega un nuevo trabajador a la hacienda, Sergei, un conocido seductor. No tarda demasiado en usar sus poderes sobre la insatisfecha esposa. En uno de sus encuentros amorosos son sorprendidos por el suegro de la joven, Boris. Detiene a Sergei y lo azota frente a Katerina que está llena de odio contra su suegro. Luego lo encierra en la bodega mientras hace llamar a su hijo. Katerina envenena al viejo con un plato de setas. Boris muere después de acusar a Katerina de su muerte. El pesar de la mujer engaña a la gente atribuyendo la muerte a una repentina indigestión.
Katerina se encuentra en la cama con Sergei cuando aparece su marido Zinovi. Acusa a su mujer, pero Katerina lo derriba al suelo y con la ayuda de Sergei lo estrangula. Los amantes entierran el cadáver debajo de la bodega. Katerina y Sergei se casan al darse su marido por desaparecido. Pero en la alegría de la fiesta un campesino medio borracho entra en la bodega a buscar más bebida y descubre el cadáver. Avisan a la policía que detiene a los dos amantes que son condenados a trabajos forzados. Katerina soborna a un centinela para reunirse con su amante, pero éste, fatigado por la vida que lleva, seduce a otra prisionera más joven y bonita, Sonietka. Cuando Katerina descubre su traición, durante una marcha empuja a la muchacha a un turbulento río y luego se ahoga ella misma lanzándose al río. Los prisioneros continúan su marcha cantando sus tristes canciones.
El 26 de enero de 1936 Josef Stalin asiste a una de las representaciones en el Teatro Bolshoy de “Lady Macbeth del distrito de Mtsensk”, acompañado por sus más directos colaboradores. Pronto se dieron cuenta de que la obra no coincidía con su idea de comunismo, disgustándose furiosamente. Al abandonar el Teatro antes del último acto, Stalin confesó que esto no es música, es una estupidez.
El diario oficial Pravda, publicaba el 28 de enero un artículo sin firma con el título de “Caos en vez de música”. El artículo era una condena de la obra por su pesimismo social y por el atrevimiento formal de la música, denunciando a Shostakovich como enemigo de la música soviética, del arte y del Estado. Desde el comienzo de la ópera, el público está aturdido por las deliberadas disonancias y los confusos flujos de sonidos. La orquesta grazna, ulula, jadea y emite sonidos entrecortados como medio de expresión de las escenas de amor. Son algunas frases que aparecen en la crítica. La ópera dejó de representarse como consecuencia directa.
La obra había recibido más objeciones morales en el extranjero que en la propia Rusia. Los gustos artísticos de la primera era soviética eran mucho más liberales. Una crítica de la revista Time de New York, agregaba la palabra pornofonía cuando la música representaba el orgasmo mediante modulaciones deslizantes de los trombones.
Los gustos musicales de Stalin estaban anclados en la tradición, rehusando las modernidades, cosa al parecer común en todas las dictaduras. Un hombre de costumbres mojigatas a pesar de haber aniquilado a centenares de personas, lo cual también es común en los dictadores. Pero intentemos averiguar las verdaderas razones del enfado de Stalin. Las distintas causas podían ser, que le desagradaba la música, por sus escenas sexuales o por algún motivo político.
Realmente la música no era de su agrado, pero en otras ocasiones no había mostrado un enfado tan grande. La idea de su puritanismo frente a las escenas de sexo, no es demasiado defendible, cuando durante el año 1927 visitó el Teatro Vakhtangov nada menos que ocho veces para contemplar a las prostitutas medio desnudas, que se exhibían en el pornográfico burdel que presentaba el drama de Bulgakov “El apartamento de Zoya”. La verdadera razón era política.
La obra de Shostakovich presentaba una historia, en la cual la fuerza del amor entre dos personas, que pasaban de la sociedad que les rodeaba, era la verdadera protagonista. Su pasión amorosa se convertía en una forma de egoísmo, llegando a ser más importante que la sociedad. Presentaba el triunfo del egoísmo individual sobre el socialismo. Esta era la idea que Stalin deseaba combatir con todas sus fuerzas. El individuo estaba para servir a la sociedad, esta era su idea del socialismo.
Recordemos que cuando Shostakovich empezó a escribir la música de su ópera se había casado hacía poco tiempo con Nina y este amor está reflejado de una manera intensa en su obra, como queriendo demostrar en una segunda lectura, lo cual veremos que será un procedimiento habitual a lo largo de sus obras, que el amor está por encima de todo. En conclusión, Stalin detestaba el modernismo en la música, pero no podía soportar el desviacionismo en las ideas políticas. La sociedad soviética debía estar por encima del individuo.
Poco antes de empezar su próxima sinfonía, Shostakovich escribe una breve obra experimental “Cinco Fragmentos para pequeña orquesta” Op.42. Una prueba de carácter sinfónico empleando las técnicas de Schönberg, Berg y Webern, como trabajo práctico para su sinfonía. El movimiento central, largo, con amplias notas para el violín, es típico de los movimientos lentos de su autor, que aparecerán en sus futuras sinfonías. El último movimiento que empieza con el sonido de la caja clara y el violín, nos recuerda a Stravinsky en la lucha entre el demonio y el soldado en “L’Histoire du Soldat”.