Jesús Rodríguez Picó (1953-) nació en Barcelona el 12 de julio de 1953. Estudió clarinete en el Conservatorio Superior de Música del Liceo, donde se graduó. Realizó después cursos de clarinete en Francia con Michel Lethiec.
Su actividad como solista o colaborador con diversos grupos de música contemporánea, como Solars Vortices, con el Grup Instrumental Català y con Multimusica, le permite una gran experiencia con la interpretación de la música contemporánea que le servirá a la hora de componer.
Se dedica a la pedagogía, como profesor en el Conservatori Professional de Música de Badalona y en otras escuelas, como el Centre de Difusió Musical del Barri de Ribera. Asesor musical de Radio Barcelona, coordinador musical de la emisora de radio Catalunya Música y también a la composición a partir de 1976. Escribe una música moderna que utiliza nuevas formas de grafía. Desde 1979 emplea una grafía convencional empezando una amplia serie de obras sinfónicas.
"La ciutat i les estrelles" (Concertino per a piano i orquestra de cambra) compuesta en 1979 se estrenó en el Palau de la Música Catalana el 12 de abril de 1980, interpretada por la Orquestra Ciutat de Barcelona dirigida por Joan Lluis Moraleda con Josep Maria Escribano como solista de piano.
Está orquestada para dos oboes, tres trompetas, dos trombones, tuba, percusión y cuerdas, con piano solista y con una duración de unos doce minutos. El compositor escribe la siguiente nota en el programa de mano del concierto de su estreno.
La Ciutat i les Estrelles es el nombre de una narración de Arthur C. Clarke. A través de la música se pretende proyectar las emociones que nos expone la narración de Clarke, pero debido al hecho que el lenguaje musical es básicamente abstracto nos encontramos con sugerencias y no con indicaciones concretas. Esto permite una ampliación y flexibilidad en el momento de la audición.
Por otro lado, la obra está estructurada como un concertino. En este caso he utilizado el esquema formal planteado por Ferruccio Busoni en su Concertino para clarinete y orquesta de cámara. También la palabra Concertino nos indica la estructura musical seguida y el carácter brillante y virtuosísimo de la música.
La Ciutat i les Estrelles es una obra dividida en tres tiempos, cada uno de los cuales hace alusión a un personaje, situación o paisaje incluidos en la novela.
El primer movimiento, Diaspar, pretende significar la estructura perfecta y gigantesca de una ciudad imaginaria en el futuro, una ciudad autosuficiente y cerrada en si misma.
El segundo movimiento, Shalmirane, explica el sentimiento de soledad y silencio que se siente al contemplar el gran lago, donde en tiempos ancestrales, tuvo lugar una gran batalla contra el enemigo exterior.
El tercer movimiento, La tumba de Yarlan Zey, muestra la fuerza arquetípica de la estatua de uno de los fundadores de Diaspar, el enigmático personaje Yarlan Zey conocido solamente a través de la gran escultura que preside la ciudad y su destino.
Estas imágenes, además de una primera lectura, poseen la fuerza de arcanos, la lucha entre el bien y el mal y el intento de controlar el destino, pueden ser una proyección de los diferentes niveles de nuestra conciencia y de los estados anímicos.
Añadiría que la orquesta está básicamente dividida en dos bloques con entidad propia. Por una parte, los instrumentos de viento, y por otra la orquesta de cuerda. El piano es la caja de resonancia de todo lo que sucede en la orquesta.
"Diomira" compuesta durante el verano de 1980 se estrenó en el Palau de la Música Catalana el 3 de abril de 1982, interpretada por la Orquestra Ciutat de Barcelona dirigida por Antoni Ros Marbà.
Orquestada para madera por duplicado, cuatro trompas, cuatro trompetas, cuatro trombones, tuba, piano, tres percusionistas y cuerda. Con una duración de unos doce minutos está dividida en dos breves movimientos. Sobre su obra el compositor escribe la siguiente nota.
Continuo trabajando en un tipo de música para orquesta estrechamente relacionada con elementos literarios. El nombre de Diomira se debe a un relato de Italo Calvino, incluido en su obra Las Ciudades Invisibles. ...caminando tres días hacia levante, el hombre se encuentra a Diomira, ciudad con setenta cúpulas de plata, estatuas de bronce de todos los dioses, calles pavimentadas con estaño, un teatro de cristal...
La construcción de la obra se centra en frases melódicas que aparecen desde los primeros compases y que regresarán más tarde como elementos fijos, con la finalidad de proporcionar al oyente unos puntos de referencia, la sensación de escuchar un material conocido.
Diomira quiere aproximarse a un realismo fantástico donde el oyente pueda, a partir de unos datos concretos crear una trama de significados.
La orquestación, pensada en una clara división en bloques instrumentales, quiere ser un reflejo de la amplitud de una narración centrada en espacios abiertos y articulada en una rigurosa construcción geométrica.
"El Mar Imaginat" para soprano y orquesta se estrenó en el Palau de la Música Catalana el 26 de enero de 1985, interpretada por la Orquestra de la Ciutat de Barcelona dirigida por Ronald Zollman con la soprano Isabel Aragón, en uno de los tantas veces citados Tallers de Compositors Catalans.
En el programa de mano del concierto de estreno el compositor escribe la siguiente nota. La idea de escribir una obra en la cual se utilizara el mundo exterior como material poético, la tuve al leer unos textos de Gaston Bachelard. Este filósofo francés explica, en diferentes obras, que la materia contiene unas grandes posibilidades de producir imágenes, y puede ser tratada como soporte para que las creaciones poéticas o musicales tengan, en el grado que sea, una esencia material, estableciéndose de este modo, una relación entre la materia y la forma. El elemento fundamental que he trabajado en esta obra es, como indica su título, el mar.
El Mar Imaginat está concebido como una obra donde el texto expuesto por la soprano da motivo para crear un material musical. Por lo tanto, la voz, en sus breves intervenciones, normalmente de aspecto lírico y expresivo, da pie a una recreación orquestal.
El primer movimiento, adagio ma non troppo, refleja la inmovilidad del mar, su profundidad y el sol sofocante que le da un color característico. La instrumentación de este movimiento está formada por un denso y compacto tejido en las cuerdas con algunos temas, que reiteradamente van saliendo para dar coherencia al conjunto. La percusión y el viento son utilizados diversas veces como motivos rápidos y violentos para ofrecer contraste a las exposiciones de la cuerda. En el primer movimiento he buscado, pues, poder dar un color y un juego de tensiones que reflejara lo que el poeta nos sugiere.
El segundo movimiento, andante, es mas inestable y combina los diferentes temas. Si en el primero el paisaje es más observado que interiorizado, en el segundo el texto trata diferentes elementos del paisaje. El mar, el sol de mediodía, el cementerio, etc. y los utiliza como meditación interior.
La orquesta, en este movimiento, es tratada, en algunos momentos, como juego entre solistas y conjunto general. Las variaciones de color y tempo intentan poner en evidencia un texto lleno de luz, a pesar de que al final retorne el tema del mar profundo y del cementerio, elementos que definen el paisaje de Sète, lugar donde Valéry concibió Le Cimetière marin.
El "Segundo Nocturno" fue compuesto en 1987 para clarinete solista y cuerda, con una duración de unos nueve minutos. Lo estrenó Cervelló con la Orquestra Virtèlia dirigida por F. Llongueras en 1994.
"El lleó afamat" (Preludi per a orquestra) compuesto en 1988 se estrenó el 15 de abril de 1989 en el Palau de la Música Catalana, interpretado por la Orquestra Ciutat de Barcelona bajo la dirección de Franz-Paul Decker.
Con una duración de unos doce minutos está orquestado para piccolo, dos flautas, dos oboes, corno inglés, tres clarinetes, dos fagots, contrafagot, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, piano, seis percusionistas y cuerda.
El compositor añadió el siguiente comentario en el programa de mano de su estreno. Terminé El lleó afamat, El león hambriento, el 8 de marzo de 1988 y como en el caso de otras composiciones propias para orquesta empecé a concebir la obra a partir de un elemento extramusical, en este caso plástico.
El cuadro Le lion affamé, del pintor Henri Rosseau (1844-1910), nos presenta un bosque imaginario, cercano a las fuerzas elementales de la naturaleza. En esta obra he procurado trasladar el realismo mágico de la pintura al mundo de la música, para poder sumergirlo en paisajes de ensueño que contengan la nostalgia de paraísos perdidos.
A pesar de que el cuadro traduce un instante temporal, con la música podemos alargar y desarrollar en el tiempo un tipo de narración. De esta manera la obra se aproxima al género del poema sinfónico.
Después de una breve introducción, con un motivo repetido tres veces, aparece por primera vez, interpretada por el contrafagot, la célula de cuatro notas, do sostenido, re, do sostenido, re sostenido, que servirá de hilo conductor de toda la obra. A partir de este momento, con las diferencias de color instrumental, de ritmo y de dibujos melódicos, se irá tejiendo una obra en torno a los contrastes expresivos.
El propio compositor realizó en el año 2006 una nueva versión de la obra que se presentó en L'Auditori el 19 de octubre de 2007, interpretada por la OBC bajo la dirección de Vasily Petrenko.
Rodríguez Picó muestra una gran relación con el clarinetista Josep Fuster para quién ha compuesto obras para clarinete solo como el "Caprici Boreal". Confiesa que antes estrenaba mis propias obras para clarinete. Lo hice durante muchos años, trabajé en diferentes orquestas y grupos de cámara, pero cuando conocí a Josep Fuster, vi claro que esta parte del trabajo la tenía que hacer él. Es un clarinetista excepcional y no hay nada mejor para un compositor que escuchar la propia música tocada por alguien de su nivel.
El elemento expresivo es muy importante en mi música y deseo que el intérprete ponga su parte. Necesito su punto de vista sobre lo que escribo, me interesa mucho su visión. Por esta razón intervengo poco sobre el intérprete, le dejo hacer.
Josep Fuster se siente cómodo con este modo de hacer como el mismo dice. Rodriguez Picó me da mucho margen para interpretar sus obras. Creo que el intérprete debe entrar dentro de la obra, entenderla hasta formar parte de ella y esto Jesús te lo deja hacer con total libertad. Él hace nacer la criatura y yo le doy vida.
Entiendo su música de un modo muy personal, otro intérprete lo entenderá de otra forma, está claro. Intento darle el carácter que creo le corresponde más, con estos elementos burlescos e irónicos que usa a menudo, con esta dificultad técnica tan interesante que te obliga a superarte constantemente, con las armonías que a veces recuerdan un poco a Nielsen, el compositor danés, o a otros clásicos del Siglo XX. Esto sí, no hay nadie que escriba como él para clarinete. Se nota que ama al instrumento que investiga y que le saca el máximo partido.
El “Concert Nº 1 per a clarinet i orquestra" fue compuesto en 1989 y estrenado en el Palau de la Música Catalana el 28 de octubre de 1989 por Larry Passin con la Orquestra Ciutat de Barcelona dirigida por José Luis Temes.
Con una duración de unos veinte minutos está orquestado para clarinete solista, piccolo, dos flautas, dos oboes, corno inglés, dos fagots, contrafagot, cuatro trompas, dos trompetas, dos trombones, tuba, piano, tres percusionistas y cuerda.
Estructurado en un solo movimiento es el más experimental de sus conciertos, empleando todas las posibilidades del solista, con grandes saltos interválicos realizados a gran velocidad. Pequeñas células rítmicas orquestales le proporcionan unidad. En su parte central presenta una extensa cadenza donde el solista muestra todo su virtuosismo.
El “Concert Nº 2 per a clarinet i orquestra" fue terminado en febrero de 1990 estando dedicado a Josep Fuster. No sabemos si se ha estrenado públicamente, pero en 2011 la OBC con Josep Fuster dirigidos por Manel Valdivieso realizó su grabación.
Con una duración de unos 22 minutos está orquestado para clarinete solista, piccolo, dos flautas, dos oboes, corno inglés, cuatro trompas, dos trompetas, dos trombones, tuba, piano, cuatro percusionistas y cuerda.
El primer movimiento, empieza con el timbre opaco del corno inglés. La textura orquestal es muy densa en toda la obra y normalmente no se produce un diálogo entre el solista y la orquesta, sino que forma parte de la misma. La cadenza exige un gran virtuosismo al solista. Destacan los fragmentos líricos, más evidentes que en su primer concierto.
El segundo movimiento, empieza con una secuencia rítmica más acusada. El solista emplea los característicos grandes saltos interválicos. El lenguaje se hace denso y cromático, llevándonos a una nueva cadenza de tipo virtuosístico. La sección final es rítmicamente acusada.
La "Sinfonía Nº 1" (Sinfonía Americana) es un encargo de la Orquesta Nacional de España. Compuesta en 1991 tiene una duración de unos veinte minutos y está orquestada para piccolo, tres flautas, tres clarinetes, clarinete bajo, saxo alto, dos fagots, contrafagot, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, seis percusionistas, piano y cuerda.
Se estrenó en el Auditorio Nacional de Música de Madrid el 22 de mayo de 1982, interpretada por la Orquesta Nacional de España dirigida por Xavier Güell. El lenguaje musical empleado se sitúa entre el mundo experimental de Ives y las opciones rítmicas de Varèse.
Presenta mediante una estructura musical amplia y abstracta una imagen de la América latina. La sinfonía evoca melodías y ritmos populares, como la utilización de breves temas inspirados en los cantos de los indios peruanos Ayarachi, la canción Triste o en ritmos de bailes mexicanos.
El primer movimiento, presenta una estructura simétrica basada en la evolución del tempo y en el contraste entre estructuras rítmicas y armónicas, siempre unidas a un determinado color orquestal.
El segundo movimiento, Interludi, toma como base una serie de clusters armónicos sobre la variación temática, junto a un ostinato inspirado en una danza mexicana. La simetría estructural se manifiesta tanto en este interludio como en el último tiempo.
El tercer movimiento, contiene cuatro niveles sonoros, movidos por la cuadratura de la continuidad rítmica, tendiendo a la intensificación de la tensión, interrumpida en un episodio tranquilo, transparente, un breve Sabbat que nos conduce al regreso dinámico final.
La "Sinfonía Nº 2" (Sinfonía Anàbasi) fue compuesta en 1993 y dedicada a Tomás Marco. Tiene una duración de unos veinte minutos y está orquestada para piccolo, dos flautas, dos oboes, corno inglés, dos clarinetes, clarinete bajo, dos fagots, contrafagot, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, cinco percusionistas, piano, celesta y cuerda.
Se estrenó el 28 de octubre de 2000 en el Auditori de Barcelona, interpretada por la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya bajo la dirección de Philippe Jordan.
Rodríguez Picó también compone música de cámara y para la escena. Su ópera de cámara "El paradís de les muntanyes" se estrenó en el Teatre Lliure de Barcelona en 1998. Otras obras escénicas son "Hotel Occident" compuesta en 2002 y "Urbs, Faula urbana" del año 2008.
Las "Simfonies per a instruments de vent i percussió" fueron compuestas en 1985 y estrenadas en el Palau de la Música Catalana el 8 de febrero de 1987, interpretadas por la Banda Municipal de Barcelona dirigida por Albert Argudo. Una breve obra de nueve minutos de duración.
Igual que en las obras del barroco, el compositor destaca por el virtuosismo, estructuras breves y carácter variado.
Una serie de composiciones llevan el nombre de Danses. Entre ellas encontramos las "Danses d'Armilla" para cobla, compuestas en 2009 y estrenadas el 20 de marzo de 2010 en el Palau de la Música Catalana por la Cobla Sant Jordi-Ciutat de Barcelona, bajo la dirección de Edmon Colomer.
"Cadmos et Harmonie" compuesta en 1994 para guitarra y cuerdas, fue revisada en 2006. Se estrenó en el Auditorio del CCCB de Barcelona el 20 de enero de 1996, interpretada por el guitarrista Jordi Codina, a quien está dedicada, con la Orquestra de Cambra Catalana dirigida por Joan Pàmies. Tiene una duración de unos quince minutos.
"Vent del sud" compuesta en 1995 para trombón solista, madera por duplicado, dos trompas, dos trompetas, dos percusionistas y cuerda, tiene una duración de unos veinte minutos.
El "Tercer Nocturno" compuesto en 1996 para saxofón contralto, madera por duplicado, dos trompas, dos trompetas, dos percusionistas y cuerda, tiene una duración de unos seis minutos.
El "Concertino" compuesto en 1999 tiene una duración de nueve minutos y está orquestado para dos saxofones, percusión y cuerda.
"Clima Interior" compuesta en 2003 para narrador, piccolo, madera por duplicado, cuatro trompas, dos trompetas, dos trombones, tuba, timbales, tres percusionistas, piano y cuerdas, tiene una duración de unos 18 minutos.
"L’Illa misteriosa" (Doble concierto para saxo alto, percusión y orquesta) compuesto en 2005, se estrenó en el Auditori Municipal Enric Granados de Lleida el 18 de febrero de 2007, interpretado por la Orquestra Simfònica Julià Carbonell de les Terres de Lleida, quién la encargó, dirigida por Alfons Reverté, con Ramón Álvaro al saxo y Esteve Espinosa a la percusión.
"Barcelona revisited" fue compuesta entre 2005 y 2006 para clarinete y conjunto instrumental. Dedicada a Joan Enric Lluna. Su orquestación se acerca a la plantilla empleada por John Adams en Gnarly Buttons de 1996, que Lluna estrenó en España.
Escrita en un solo movimiento con una parte central lenta que comprende su cadenza, utiliza modelos de Stravinsky y recursos tímbricos de la música de jazz. Aparecen en su primera parte citas del clasicismo de Beethoven de su Quinta Sinfonía y del clarinete virtuoso de Carl Maria von Weber.
El “Concertino per a clarinet i cordes" compuesto en 2006 también dedicado a Josep Fuster, se estrenó en el Petit Palau de Barcelona el 26 de marzo de 2009 interpretado por Josep Fuster con la Orquesta Nacional Clásica de Andorra.
Con una duración de unos once minutos está compuesto por un solo movimiento, con un ritmo interno presente en toda la obra. Los temas son más evidentes que en sus anteriores conciertos. En algún fragmento emplea giros característicos de la música de jazz. En su parte central más lenta destaca un ligero ritmo de vals. En la sección final produce un gran efecto el contraste de las notas agudas del clarinete con las graves de la cuerda.
La "Fantasia, sobre la ópera 'El viatge de Marlow' " compuesta en 2007 como encargo del Festival Internacional de Torroella de Montgrí, se estrenó en la Esglèsia Sant Genís de Torroella de Montgrí el 7 de agosto de 2007, interpretada por la Orquesta de Cámara de la Filarmónica Checa dirigida por Andreas Weiser.
Con una duración de unos trece minutos está orquestada para dos flautas, dos oboes, dos fagots, dos trompas, dos trompetas, timbales y cuerda.
"Quasi una polka" compuesta en 2008 por encargo de la Orquesta Sinfónica de Sant Cugat, se estrenó el 21 de diciembre de 2008 en el Auditorio de Sant Cugat interpretada por dicha orquesta dirigida por Josep Ferré.
Con una duración de unos doce minutos está orquestada para madera por duplicado, tres trompas, dos trompetas, tres trombones, tuba, timbales, dos percusionistas y cuerda.
"Danses d’Ibèria" compuestas en 2008 se estrenaron en L'Auditori de Barcelona el 29 de mayo de 2009, interpretadas por la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya, la OBC, dirigida por Eiji Oue.
Con una duración de unos catorce minutos están orquestadas para piccolo, madera por duplicado, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales, tres percusionistas y cuerda.
El "Concerto 'Festival a Cervera' " compuesto en 2010 para el Primer Festival de Pascua de Cervera, se estrenó en el Paraninfo de la Universidad de Cervera el 21 de abril de 2011, interpretado por la Orquestra de Cambra de Cervera y la Orquestra Simfònica Julià Carbonell de les Terres de Lleida bajo la dirección de Xavier Puig.
Con una duración de unos doce minutos está orquestado para flauta, oboe, clarinete, fagot, timbales, piano y cuerdas.
"Saturnalia" para banda sinfónica fue compuesta en 2014 y estrenada en la Sala 2 del Auditori de Barcelona por la Banda Municipal de Barcelona dirigida por Salvador Brotons el 12 de abril de 2015. Una obra de unos doce minutos de duración.
Como curiosidad diremos que el compositor es hermano gemelo del famoso meteorólogo de la televisión catalana, Alfred Rodriguez-Picó.