Gabriel Rodó (1904-1963) nació en Barcelona en 1904. Realizó estudios de solfeo, armonía, violoncelo y piano en la Escuela Municipal de Música de Barcelona. Estudia composición con Enric Morera. Gracias a sus brillantes calificaciones obtuvo una beca del Ayuntamiento para estudiar durante una larga temporada en el extranjero.
En París entre 1923 y 1925 continúa sus estudios de composición con Alexandre Tansmann. Trabaja como violoncelista en diversas formaciones orquestales y conjuntos de cámara. Maestro de violoncelo, trabajó como solista de la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro del Liceo.
Durante la Guerra Civil Española de 1936 había sido director de la Banda de Música de la Brigada Republicana Lister. Este hecho le ocasionará represalias después de la victoria de Franco, unos hechos que le acompañarán durante toda su vida.
A partir de 1941 ejerce como profesor de violoncelo en el Conservatorio del Liceo de Barcelona y debuta como director de orquesta.
La “Sinfonía da camera” compuesta en 1948 fue estrenada al siguiente año en Barcelona. Su título está justificado al emplear en su orquestación un quinteto de cuerda y solamente diez instrumentos de viento y timbales. Al no existir ninguna grabación de la misma, nos limitamos a reproducir los amplios comentarios contenidos en el programa de mano del concierto celebrado en el Palau de la Música el 15 de marzo de 1964.
La Orquesta Municipal de Barcelona bajo la dirección de Rafael Ferrer ofreció en dicha fecha una interpretación de la misma, como fervoroso homenaje a la memoria de su autor, fallecido en 1963.
El primer movimiento, adagio, allegro, se inicia con una introducción lenta en la que se exponen diseños temáticos que adquirirán gran desarrollo en el despliegue del primer tiempo y aún reaparecerán más tarde en el curso de la sinfonía, estableciendo así una trabazón entre los distintos movimientos a fin de imprimir mayor unidad a la obra. El espíritu del primer movimiento, construido según los cánones clásicos sobre dos temas fundamentales, se caracteriza por un vehemente dramatismo en el que alternan exaltación y apaciguamiento.
El segundo movimiento, andante, contrastando con el tiempo anterior, el tejido contrapuntístico cede a un planteamiento más simple de las ideas melódicas y el dramatismo appassionato del primer tiempo desaparece para dar paso a un ambiente nostálgico, logrado con gran sencillez de medios.
El tercer movimiento, presto, está construido sobre las primeras notas del motivo generador del primer tiempo. De ritmo acusado y vigoroso, discurre en una animada sucesión de contrastes, con continuas variantes en la tonalidad, el acento y el matiz. Un episodio siempre a tempo, pero de trazos más amplios, transformación de una idea aparecida en el adagio introductivo, en el cual se amortigua la obsesión rítmica dominante, viene a ocupar el lugar asignado tradicionalmente al trío, del cual carece este scherzo.
El cuarto movimiento, moderato deciso, reproduce el clima del primer allegro: el mismo ímpetu, idéntica pasión. Aparecen nuevas ideas que dan peculiar fisonomía a este tiempo, pero vuelven a él, como proyecciones sobre la etapas anteriores, temas ya conocidos. Así, por ejemplo, el motivo inicial y preponderante, no es otro que el que ocupó el segundo lugar en el primer tiempo, trocado ahora en brioso ritmo lo que entonces fue tranquila declamación. El propio tema, después de reiteradas alusiones accidentales y reminiscencias de anteriores pasajes, que salpican este fragmento, se expone como coda en toda su dimensión, cerrando la obra con brillante plenitud orquestal.
En 1951 Rodó es invitado a dirigir la Orquesta Filarmónica de Las Palmas. Su esposa Lupe Sellés, que también es violoncelista, lo acompaña en calidad de solista de la orquesta. Rodó dirige además el Conservatorio de la Sociedad Filarmónica de Gran Canaria.
La "Fantasía sinfónica" Op. 9 fue compuesta en 1954. La única referencia sobre la misma es la escueta nota publicada en el programa de mano del 18 de mayo de 1974, cuando se interpretó en el Palau de la Música de Barcelona y que reproducimos a continuación.
Su inquietud, su inspiración le llevaron fácilmente al campo de la composición; entre sus obras, •Fantasia Sinfónica• es una pieza corta para orquesta de cuerda y viento. sencilla expositiva de las claras ideas del compositor. La Orquesta Ciudad de Barcelona y su director Antoni Ros Marbà, le rinden homenaje al interpretaría en el X aniversario de su muerte.
La Orquesta Filarmónica de Gran Canaria también la programó el 29 de mayo de 2014 en ocasión del concierto conmemorativo del Día de Canarias, para homenajear al compositor barcelonés que dejó una profunda huella durante su estancia en Gran Canaria a mediados del pasado siglo. A él se debe un impulso decidido a la labor pedagógica y concertística local. Labor desarrollada entre 1951 y 1962 dirigiendo a la por aquel entonces Orquesta de la Sociedad Filarmónica y como entusiasta forjador del talento de los músicos jóvenes.
Introducimos unos comentarios sobre las notas que nos ofrecen los programas de mano. Como podemos comprobar en este caso, son escuetos y con poco valor crítico o explicativo. Parecen trabajos obligados y poco elaborados de redactores muchas veces anónimos. Salvo honradas excepciones como los amplios comentarios de la anterior sinfonía.
Otra consideración, de la que me siento particularmente culpable, es la de no haber tomado notas durante las interpretaciones, a las que por suerte he podido asistir y escuchar. Después de unos años se me han olvidado totalmente. Como los naturalistas durante sus trabajos de campo hubiera tenido que apuntar mis impresiones en un cuaderno de campo. Pero en aquella época no podía imaginarme ni remotamente, que muchos años después escribiría textos sobre música.
La “Sinfonía Nº 2" fue compuesta en 1957 después de la desaparición de Sibelius. Está dedicada a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria de la cual era entonces su director. Se estrenó el 12 de abril de 1961 en Las Palmas, interpretada por dicha orquesta dirigida por el compositor.
El primer movimiento, andante mosso, desarrolla un tema pensativo de carácter impresionista. Un segundo tema de un carácter similar se eleva mediante un crescendo, expresando cierto pesimismo. Una mezcla de nostalgia y sentimentalismo de carácter expresionista, pero sin abandonar nunca la tonalidad, como símbolo de la esperanza. Después de alcanzar su clímax vuelve al tema meditativo inicial que nos conduce a una optimista coda.
El segundo movimiento, allegro, nos presenta un tema vivo que contrasta con otro más lento, adoptando un estilo cercano al expresionista alemán de Hindemith. Escrito en forma sonata libre el tema lento termina el movimiento.
El tercer movimiento, andante lento, se inicia con un solo de violín de carácter profundo y pensativo. El tema va progresando lentamente a través de diversos grupos orquestales. Un nuevo solo de violín inicia la sección final sin abandonar el sentimiento de pesimismo.
El cuarto movimiento, allegro giusto, nos presenta un tema ligeramente épico. Después de recorrer diversos episodios de carácter más o menos obscuro y profundo la música termina con un crescendo, que parece expresar un deseo de superación, como si fuese un símbolo de esperanza.
Rodó emplea un estilo expresionista con influencias del impresionismo francés sin salir de la tonalidad. Para él el abandono de las referencias tonales implicaba una renuncia y una deshumanización del arte.
Debido a presiones políticas es destituido de los cargos que ocupaba en Las Palmas en 1962. Debe emigrar al año siguiente a Colombia junto con su esposa Lupe Sellés también en su calidad de violoncelista. Fueron ambos contratados como primeros violoncelistas de la Orquesta Nacional de Bogotá. Pocos meses después de su exilio, el 17 de octubre de 1963 falleció de una crisis cardíaca en Bogotá.
Personalidad musical entrañable y apreciada, una vida dedicada íntegramente a la música. La mayoría de su obra permanece actualmente olvidada, como la de tantos músicos abandonados por la administración española. Una vez más repetiremos, la desidia observada por las autoridades españolas para la divulgación de nuestro patrimonio sinfónico, mucho más rico de lo que parece.