Rafael Ferrer (1911-1988) nació en Sant Celoni, localidad de la comarca del Vallés Oriental el 22 de mayo de 1911. Su padre Josep Ferrer era instrumentista de fiscornio, instrumento de viento de la cobla, que en 1918 fundó la orquesta La Lira en Sant Celoni.
El niño aprendió música de su padre y participó en su orquesta. Estudió primero de forma particular con Eduard Toldrà y luego en la Escola Municipal de Música de Barcelona, además con Lluís Millet y con Enric Morera. Con quince años termina sus estudios de violín y da sus primeros recitales.
En octubre de 1930 se instala definitivamente en Barcelona y en 1931 forma parte de la Orquestra Pau Casals. A causa de su servicio militar no puede continuar en la orquesta. Desde 1934 es profesor auxiliar de violín del Conservatorio Superior de Música de Barcelona.
Terminado el difícil tiempo de la Guerra Civil conoció en Sant Celoni a su futura esposa, Teresa Coch Martí, una barcelonesa que pasaba temporadas allí al regentar su tía el Hotel Suís de Sant Celoni.
La postguerra conllevó muchas penalidades. Para ganarse la vida tocaba el violín en el Hotel Ritz y también trabajó como oficinista. En 1943 obtuvo la plaza de concertino en la Orquestra Municipal de Barcelona, que el maestro Eduard Toldrà acababa de formar y que se presentó en el Palau de la Música Catalana en 1944.
Entre 1944 y 1962 Ferrer fue concertino y subdirector de la citada orquesta y después de la muerte de Toldrà su director interino entre 1962 y 1967. También colaboró con la emisora de Barcelona de Radio Nacional, creada en 1949, siendo asesor musical y director de su Orquesta de Cámara.
El "Concierto en si menor para violín y orquesta" fue compuesto en 1949, ganando al siguiente año el Premio Extraordinario del Conservatorio Superior Municipal. Se estrenó en 1951 interpretado por la Orquesta Municipal de Barcelona dirigida por Eduard Toldrà y con el propio compositor al violín.
Al no poseer actualmente ninguna grabación del mismo reproducimos los comentarios aparecidos en el programa de mano del 24 de abril de 1976, cuando lo interpretó el violinista Josep María Alpiste con la Orquestra Ciutat de Barcelona dirigida por Antoni Ros Marbà.
El primer movimiento, allegro molto moderato, empieza con un tenue periodo introductivo al unísono que, luego, se vivifica con la breve exposición de sus dos temas principales y a continuación de la cual, mediante una cortísima cadenza, hace su entrada el violín solista, lanzado de lleno al desarrollo de dos temas consecutivos, de carácter rítmico y melódico respectivamente y que, después de la reexposición del primero de ellos, nos conduce a la coda conclusiva.
El segundo movimiento, andante dolce e molto espressivo, empieza con una amplia cantilena del solista que da paso a un apasionado tema orquestal, glosado a continuación por el violín y que, al ir in crescendo, alcanza la máxima intensidad del movimiento, su clímax. En el último episodio retorna, con la melodía inicial, la placidez del principio.
El tercer movimiento, allegro con spirito, se caracteriza por su marcado ritmo, simple y trepidante, excepto en su parte central, en la que un elemento accesorio de aquél se convierte en un melódico motivo de reposo. La típica cadenza, que en este concierto aparece en el último movimiento, a modo de despedida del solista, nos lleva directamente a la coda final, construida sobre el mismo tema inicial transpuesto, en ésta su última aparición, a ritmo ternario.
Todo el concierto está presidido, en su estructura, por una idea dominante y rectora, la simplicidad de procedimientos, y que no hay en él propósito literario ni espíritu de innovación a ultranza, sin que ello quiera significar que el autor sea insensible a la incesante renovación del lenguaje musical.
La "Suite mediterránea Nº 1" (Catalunya) está escrita sobre cinco temas populares. Compuesta en 1951 Acompañamos los comentarios escritos en el concierto del 22 de diciembre de 1963, cuando fue interpretada por la Orquesta Municipal de Barcelona dirigida por el propio compositor.
El primer movimiento, preludio, está formado por dos temas, el segundo de los cuales, iniciado por la flauta y el violoncelo solista, reproduce una canción ampurdanesa muy poco conocida.
El segundo movimiento, larghetto, conserva y exalta la melancolía y dulzura de la bellísima melodía de El cant dels ocells.
El tercer movimiento, allegro moderato, reproduce el ambiente heroico de El rei n'ha fetes fer crides, cuyo tema propiamente dicho aparece casi a la mitad del movimiento.
El cuarto movimiento, scherzo, está construido según las formas tradicionales. La canción popular L'Alabau sirve como motivo del mismo.
El quinto movimiento, finale, utiliza como tema la conocida canción Rossinyol que vas a França, cuyas variaciones pasan sucesivamente por distintos climas, animación, vivacidad, brillantez y dramatismo, para desembocar solemnemente en la coda.
El título de la obra, nacido de un fuerte amor por todo lo que el Mediterráneo significa en el mundo del espíritu y la cultura, y el subtítulo, indican el propósito de componer una serie de suites, cada una de las cuales tendrá la fisonomía peculiar de una determinada región o núcleo geográfico que incite, por su personalidad, la mente del autor. Algo que se quedó solamente como propósito.
“Una nit de Nadal" es una cantata para coro y orquesta que se estrenó en enero de 1961 en Sant Just Desvern, interpretada por el Orfeó Enric Morera de dicha localidad. La Orquesta Municipal de Barcelona con la Coral Sant Jordi dirigida por Oriol Martorell y la soprano Lolita Torrentó dirigidos por el propio compositor la interpretaron en el Palau de la Música Catalana el 17 de diciembre de 1961.
En la obra se suceden sin pausa nueve de las más conocidas canciones de Navidad catalanas, en una versión para coro mixto y orquesta. Son El desembre congelat, El cant dels ocells, Fum, fum, fum!, Les dotze van tocant, El rabadà, Anem pastors a Betlem, La Mare de Déu, El día de Nadal y El Noi de la Mare.
Una nueva armonización respeta la integridad popular de las canciones, pero las envuelve en un ropaje que las magnifica ,siempre con una gran simplicidad en el lenguaje musical natural que practicaba el compositor.
En el mes de octubre de 1967 la Orquesta Municipal se convirtió en la Orquestra Ciutat de Barcelona y Ferrer fue su subdirector entre 1967 y 1978. En el campo de la enseñanza fue catedrático de Música de Cámara del Conservatorio Municipal de Música de Barcelona desde 1969 hasta 1981.
Entre sus obras de ambiente español se encuentra "Impresiones de Andalucía: medianoche en el Sacromonte" compuesta en 1953 para orquesta y "Retablo popular español: La tarde, la noche y el amanecer" para voces y orquesta, que recibió el Premio Italia de la RAI en 1962. Además compuso la música para un ballet titulado "Romance en la fragua" en 1952.
Como compositor de canciones destaca "L'abril ha florit" compuesta en 1936 sobre un poema de Antoni Camps, "El noi de l'Ave Maria" sobre una poesía de Verdaguer y el ciclo "Foixanes" sobre textos de Josep Viçens Foix.
Otro aspecto importante es su música para cobla. Compuso 29 sardanas y ocho piezas musicales para cobla. Entre ellas destacan "Granet de blat", "Entre el Puig i la Tordera" dedicada a Sant Celoni, situado entre el Turó del Puig y el rio Tordera.
Rafael Ferrer afirmaba: La sardana es un canto que ha de ser especialmente catalán; que ha de tener el perfume catalán, que no ha de buscar en fuentes de inspiración, ni de técnica, ni de armonía, ni de nada que no sea puramente salido de aquí. No creo en estas sardanas que parecen otras músicas o que están hechas exclusivamente para que tengan éxito entre los danzantes.
También se puede destacar su trabajo como orquestador de obras de Enric Granados, Albéniz y Vives. Destaca la versión orquestal realizada en 1966 de las "Danzas Españolas" de Granados. Además compuso música para bandas sonoras y para dibujos animados.
"Erols" (Música per a orquestra) se estrenó el 19 de noviembre de 1982 interpretada por la Orquestra Ciutat de Barcelona dirigida por Antoni Ros Marbà. El propio compositor redactó la nota explicativa contenida en el programa de mano del día del concierto, que traducimos a continuación.
Siempre me ha parecido muy difícil explicar que es la música, este gran misterio, Todavía encuentro más difícil, concretar con palabras una determinada obra o el estilo de un compositor. Es imposible de analizar y de explicar, con términos comprensibles para todos, la música que uno ha escrito.
La técnica, las especulaciones formales, los planteamientos previos, el uso de procedimientos y estilos que, a base de tropiezos hemos ido aprendiendo y asimilando, son, creo, meramente herramientas que nos ayudan a conseguir hacer música, a escribir una propuesta, para el intérprete, de una parte, pequeña siempre, de la música que suena dentro de nosotros.
El título de esta Música per a orquestra, Erols, no es caprichoso ni puesto en la partitura después de escribir las notas musicales, no. Fue un propósito previo de buscar erols[1] de música en el recuerdo, ya frondoso, de toda una vida haciendo de músico y sobre todo amando profundamente a la música.
Resumiendo diré que en ella encontrareis muchas influencias y acaso poca innovación, pero sí que hay, os lo aseguro, una completa sinceridad y un deseo de hacer música que puedan entender los intérpretes y los que la escuchen.
Erols es una partitura breve, pero significativa dentro de la producción del autor. Participa de este lenguaje orquestal que, sin renunciar a las conquistas que la música ha hecho en el Siglo XX, mantiene unas estructuras aun enraizadas en la tradición sinfónica europea, con pinceladas de un indefinido aire local, que no se puede calificar de nacionalismo musical, pero que tiene alguna lejana conexión. El buen gusto y orden también se pueden incluir en estas características que presiden siempre las producciones del maestro.
Rafael Ferrer murió en Barcelona el 26 de marzo de 1988. Uno de los directores de orquesta más escuchados durante mi juventud como sucesor de Eduard Toldrà.
[1] Pedazo de tierra para cultivar. En este caso se refiere a trozos de temas musicales.