Felip Pedrell i Sabaté (1841-1922) nació en Tortosa el 19 de febrero de 1841. Ingresa como niño cantor en la escolanía de la Catedral de Tortosa, siendo discípulo del maestro de capilla Joan Nin i Serra. Después de pasar allí siete años, cuando le cambió la voz regresó a su casa. El resto de su conocimiento musical fue autodidacta.
El 29 de septiembre de 1867 se casa con Carme Domingo, que murió a las pocas semanas del nacimiento de su hija Carme. Pedrell se traslada a Barcelona en 1873 como segundo director de orquesta del Teatre Circ Barcelonès, el tercer teatro de importancia en la ciudad, dedicado a interpretaciones de zarzuela.
Integrante entre 1873 y 1875 de la primera Societat Wagner, intenta sin éxito agrupar a los admiradores del compositor alemán, cuya música influye en su propia obra.
Su primera ópera escrita en italiano en 1867 "L'ultimo abenzeraggio", se estrena en el Gran Teatre del Liceu en 1874. En 1875 compone "Quasimodo" sobre la novela de Víctor Hugo, que también se estrena con éxito en el Liceo.
“Quasimodo" (Preludi) pertenece a su ópera basada en la novela "Notre-Dame de Paris" de Victor Hugo, estrenada en el Gran Teatre del Liceu en el mes de abril de 1875. Su obertura está formada por varios episodios poco conectados entre sí, describiendo situaciones dramáticas de la obra en un estilo pre wagneriano, terminando con una vistosa coda.
Mediante una beca de las Diputaciones de Tarragona y Girona se traslada a Roma y en 1877 pasa dos años en París. Allí compone el poema sinfónico "Lo cant de la muntanya" entre otras obras. Su ópera "Cléopâtre" es premiada en Frankfurt.
“Lo cant de la muntanya" obra compuesta en París entre el 12 y el 18 de julio de 1877, es un poema sinfónico en tres movimientos inspirado en los de Liszt. Podría ser asimilado a una sinfonía descriptiva, como la famosa de Richard Strauss. Primeramente lo había titulado Veus de les Montanyes, siendo según el compositor más adecuado.
La obra no fue bien recibida por la crítica pero años más tarde en 1892, fue premiada en un concurso convocado por la Societat Catalana de Concerts, que la presentó en el mes de octubre del mismo año bajo la dirección de Antoni Nicolau.
El primer movimiento, Preludi, Albada, lleva un epígrafe tomado por el compositor de versos de Víctor Balaguer. Esto se repite en cada movimiento.
a- Preludi. Dalt de la serra
me resoná una veu...
De ma infantesa
los perfums i recorts me porta l'aire
b- Albada. Ix a saludar lo dia
que comensa son camí.
Tot es dolsura, ma aymia,
tot es amor lo matí.
Utiliza la madera al modo francés, reservando el estilo italiano a los momentos más brillantes. Usa temas de canciones populares catalanas. Una pausa separa claramente ambas secciones. La segunda nos presenta un tema dulce, apareciendo luego un motivo más enérgico de sabor catalán.
El segundo movimiento, L'aplec, pregaria,
a- L'aplech. Los cors plens d'alegria...
pujem, pujem, ninetas
pujem à Montserrat
b- Pregaria. .. La Verge pía
muntar fins à sos péus me permitía
de las cristianas oracions en alas.
También se encuentra dividido en dos secciones. La primera con un ritmo más vivo representa l'aplec. Un encuentro religioso festivo celebrado al aire libre, en el entorno de un santuario, ermita o lugar con significado religioso. En este caso según su autor significa una subida al monasterio de Montserrat.
La segunda sección es de carácter lírico, una melodía lenta con influencias wagnerianas. Termina con una coda en la cual la música después de una exaltación se desvanece.
El tercer movimiento, la festa: cançons i danses,
... en mitj dels arbres los concerts s'auzian
tot era bell y dols, lo sol en púrpura,
la terra en flor...
Pedrell añade una nota sobre este movimiento que traducimos a continuación.
La gran parte de folclore oriental de la provincia de Tarragona, que difiere, esencialmente, del género llamado andaluz, ha prestado los principales elementos de asimilación y transformación de motivos de este último número.
Se refiere al peculiar folclore de las Terres del Ebre, donde está situada su ciudad natal Tortosa. La crítica señalaba la falta de catalanidad de estas danzas, principal motivo de su rechazo en aquella época.
Pedrell compone un par de obras sinfónicas que son recreaciones de viejas danzas populares. Son “Courante" Op.99 y “Gallarda" Op.107 compuesta en 1879. Sus manuscritos se encuentran en la Biblioteca de Catalunya.
La Courante empieza de modo expresivo mediante violines y violas en modo menor, que pasa a mayor en su parte central. Los compases iniciales cierran la obra.
La Gallarda es una danza antigua de origen francés en medida triple simple y en movimiento vivaz que solía escribirse con instrumentos sin canto.[1]
En 1880 Pedrell compone el poema sinfónico "Excelsior" y poco después "I trionfi". Pero debido al poco arraigo de la música sinfónica en aquella época quedaron sin estrenar. Téngase en cuenta que "Excelsior" no se estrenó hasta 1993. Una obra escrita usando una estética musical influenciada por Wagner.
El poema sinfónico “Excelsior" fue empezado hacia el mes de agosto de 1880 terminándolo a finales de diciembre, conjuntamente con otro poema sinfónico "I Trionfi". No pudo escucharlos en vida debido al desconocimiento de la música sinfónica en aquella época.
La obra no fue publicada hasta 1992, mediante una edición crítica de Francesc Bonastre, estrenándose en Madrid en el mes de septiembre de 1993, interpretada por la Orquesta Nacional de España bajo la dirección de Aldo Ceccato.
Las amargas palabras de Pedrell que reproducimos a continuación, nos pueden dar una idea de cómo se vivía la música en aquella época.
La suerte infausta que podría caberle a un compositor serio y honrado en un país como el nuestro, lleno de cabilas, campanarios, capillitas, odios y envidias profesionales, y desapego e indiferencia de parte del público, indiferencia hija de la incultura artística más lamentable, sería la de ponerle en el trance de envidiar al autor de cualquier tango insulso e indigno, cuando no deshonroso, el derecho de poder oír su obra ante un senado tan envilecido y rebajado como el que la consiente, la aplaude y consiente a su autor.
Este trance amargo no me lo ha reservado la suerte, pues, trance amargo, trance de muerte sería que aprendiese yo a hablar, para halagar al senado público, aquello mismo en que se complace envileciéndose y rebajándose más y más. A la conciencia y a la rectitud de procedimiento de la obra artística le bastan el deber cumplido, la obra de amor realizada, la ofrenda de ese amor a su semejante.
La estructura de la obra se basa en dos temas, el primero presentado por el corno inglés, moderato molto quasi andante, es de carácter nostálgico. El segundo tema andante sostenuto, posee un carácter más relajado. Música de carácter romántico al estilo wagneriano.
El primer tema reaparece a lo largo de la obra en forma de leitmotiv. También se citan las primeras notas del Dies Irae. En la sección final emerge una marcha fúnebre, que da paso a un breve postludio en el que reaparece el tema principal.
Después de una breve estancia en Madrid se establece en 1881 en Barcelona, dedicándose además de a la composición, preferentemente a tareas de investigación musicológica y escritos sobre música.
En 1883 es nombrado maestro de capilla de la iglesia de Santa Ana de Barcelona. La música sacra era uno de sus principales temas de investigación. Además, debido a sus primeros estudios musicales había compuesto mucha música religiosa.
En 1891 redacta "Por Nuestra Música", una obra fundamental del nacionalismo musical. En ella define los rasgos de lo que será su música. Temas de procedencia popular, herencia de Wagner, utilización de la música histórica, defensa de la lengua catalana y la realización de un drama lírico nacional.
Una de sus obras más importantes es la ópera "Els Pirineus" compuesta entre 1890 y 1891, sobre textos de Víctor Balaguer, En 1894 se traslada a Madrid con la esperanza de poder estrenar la ópera que había recibido un premio del Teatro Real. Allí pasará diez años sin que su ópera se estrene.
El Pròleg dels Pirineus se estrena en el Liceo Benedetto Marcello de Venecia en 1897 y la versión completa de la ópera en el Teatro del Liceo, el 4 de enero de 1902.
Animado por el éxito, en el mismo año compone su ópera "La Celestina", basada en la obra de Fernando de Rojas, que no logra estrenar. Es nombrado catedrático de conjunto vocal en el Conservatorio de Madrid e ingresa en la Academia de Bellas Artes. Publica también diversas obras musicológicas.
Regresa a Barcelona en 1904 al no obtener el reconocimiento madrileño de su obra, obsesionados con la zarzuela. A propuesta suya se crea el Departamento de Música en la Biblioteca de Catalunya. Colabora con el Institut d'Estudis Catalans y el Orfeó Català.
"El comte Arnau" sobre el poema de Juan Maragall fue terminado en 1904 y "La matinada" un poema para coro y orquesta en 1905.
El 9 de febrero de 1908 se inaugura el Palau de la Música Catalana, sede central del Orfeó Català. Para esta ocasión Pedrell compone la sinfonía jubilar "Glossa", una obra sinfónico coral sobre el poema de Maragall. Su quinto y último movimiento lleva el título "Simfonia de les montanyes".
La sinfonía se interpretó hace pocos años en Madrid con gran éxito. Según dice Carlos Gómez Amat, esta obra logra buen efecto con una gran sonoridad, y está más ligada al romanticismo centroeuropeo que a los nacionalismos folkloristas.[2]
Estrena su ópera "El comte Arnau" que había terminado en 1904. En 1910 viaja a Buenos Aires donde estrena la versión en castellano de "Els Pirineus". En 1918 presenta a su último alumno Robert Gerhard, como compositor en la Associació d'Amics de la Música.
En sus últimos años se va apagando su llama creadora y también la muerte de su única hija contribuye a perjudicar su ánimo. Muere en Barcelona el 19 de agosto de 1922, siendo enterrado en el cementerio de San Gervasio. Por falta de pago, en 1990 sus restos fueron trasladados a la fosa común. Con ello se demuestra el poco amor a la música de las autoridades locales.
Felip Pedrell puede ser considerado como el padre de la musicología moderna. Renueva el lenguaje musical e inicia un teatro lírico nacional.
Su influencia sobre sus alumnos y la música del Siglo XX ha sido notable. Entre ellos se encuentran Enrique Granados, Manuel de Falla, Robert Gerhard, Isaac Albéniz, Lluís Millet y Cristòfor Taltabull, como más significativos.
[1] Diccionario Técnico de la Música de Pedrell.
[2] Historia de la Música Española. Siglo XIX. Alianza Música.