5 – Vaughan Williams
Sucesor de Elgar, puede considerarse como el gran compositor nacionalista inglés. Sus influencias folclóricas siempre están coloreadas por un lenguaje sinfónico muy personal. Se separó del modelo alemán para construir un estilo propio, sin tomar nunca en consideración las modas musicales de su época.
INDICE
Ralph Vaughan Williams (1872-1958) nació el 12 de octubre de 1872 en Down Ampney, Gloucestershire, situado en Inglaterra al oeste de Oxford. Su padre que era el rector del pueblo murió prematuramente en 1875. Se trasladó con su madre a vivir en la casa de la familia Wedgwood en Leigth Hill Place en las North Downs. Su madre Margaret Wedgwood, estaba emparentada con los Darwins. Charles Darwin era uno de sus tíos tatarabuelos.
En el año 1890 entró como estudiante en el Royal College of Music, teniendo como profesor destacado a Charles Stanford. Dos años más tarde se matriculó en el Trinity College de Cambridge, estudiando historia y música. Allí conoció al filósofo Bertrand Russell. A su vuelta al Royal College of Music, estudió composición con Hubert Parry, del que fue un buen amigo.
Se casa con Adeline Fisher el 9 de octubre de 1897. Estudia en Berlín con Max Bruch y en 1899 recibe el grado de Doctor en Música. Se dedica a coleccionar canciones folclóricas, editándolas en 1906 como el English Hymal. Muchas de estas canciones se integrarían en sus obras, creando una música inglesa culta pero con un sabor popular, como demostrará en su “Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis” estrenada en 1910.
Su compañero de estudios Bertrand Russell le había introducido en la poesía de Whitman en 1892 y en 1904 empezó la primera obra sobre su obra poética, la canción para coro y orquesta, “Toward the Unknown Region”. Presentada en el Festival de Leeds, se estrenó el 10 de octubre de 1907.
El escritor norteamericano Walt Whitman (1819-1892) se convirtió en el poeta preferido de los compositores británicos a finales del siglo XIX. Sus versos irregulares son particularmente aptos para una interpretación musical. Entre los compositores que pusieron música a sus palabras encontramos al maestro de Vaughan-Williams, Stanford además de Charles Wood, Bell, Hamilton Harty, Delius y Holst. Sus poemas los integró en una colección llamada Leaves of Grass que se fue aumentando a lo largo de su vida. Vaughan-Williams admiraba su estilo directo y anti convencional.
En 1908 estudia orquestación en París con Maurice Ravel para adquirir lo que el mismo decía, cierto barniz francés.
La “Sinfonía Nº 1" (A Sea Symphony) fue empezada en 1903 y terminada en 1909. Se estrenó en el Festival de Leeds el 12 de octubre de 1910. La gestación de la obra fue laboriosa y en el transcurso de los años sufrió diversos cambios. En el año 1903 compuso el scherzo y el movimiento lento como una obra coral que se debía titular “Songs of the Sea”. En 1906 había escrito un cuarto movimiento, luego descartado y la obra se llamaba “Ocean Symphony”.
Es una sinfonía escrita para soprano, barítono, coros y orquesta, en la línea de la segunda de Mendelssohn. El texto usado pertenece al poeta estadounidense Walt Whitman, utilizando poemas de Leaves of Grass en los tres primeros movimientos y el Passage to India en el final.
El primer movimiento lleva por título A song for all seas, all ships, una canción para todos los mares, todos los barcos. Después de una breve fanfarria, entra el coro introduciendo el primer tema que corresponde a las palabras,
Behold, the sea itself,
Contempla, el propio mar,
El segundo tema sigue a continuación con las palabras,
and on its limiless heaving breast, the ships.
Y en su ilimitado ondulante seno, los barcos.
Los dos temas reaparecerán en los otros movimientos. Esta parte corresponde a la exposición, pues no olvidemos que se trata de una sinfonía y de un movimiento en forma sonata. Termina con la repetición de los dos temas.
El desarrollo se inicia con un recitativo del barítono,
Today a rude brief recitative,
Hoy un rudo breve recitativo,
El coro subraya sus palabras con el apoyo de la orquesta y golpes de la percusión. En la parte central destaca la lírica sección iniciada por el barítono con el chant for the sailors, siendo seguidamente contestado por los coros. La soprano entra en la parte más dramática apoyada por el metal. Un pensativo coral nos lleva hasta el clímax con el cual termina la sección. El barítono empieza la recapitulación con la frase,
A pennant universal, subtly waving all the time,
Una insignia universal, siempre ondeando sutilmente,
siendo pronto secundado por el coro y finalmente por la soprano. Después de una exaltada frase de los coros, subrayada por la soprano en su parte final, termina con una tranquila coda.
El segundo movimiento se titula On the beach at night, alone, Solo, por la noche en la playa. Es el movimiento lento de la sinfonía en forma de un nocturno con estructura ternaria. Después de una introducción orquestal entra el barítono con las palabras del título. El coro presenta el oportuno contrapunto. La ambigüedad armónica le proporciona un sombrío contexto. En la parte central el tema principal se hace más enérgico. Los coros llevan al tema hacia una calurosa interpretación. El metal apoyado por la percusión lo conduce hasta el clímax. La parte final empieza con el barítono recordando la primera parte. Termina con un postludio orquestal, que nos retorna a la tranquila atmósfera del principio del movimiento.
El tercer movimiento corresponde al scherzo y lleva por título The waves, las olas. Una brillante sección coral nos presenta las olas, la espuma y el viento. Utiliza para ello dos canciones tradicionales marineras, The Golden Vanity y The Bold Princess Royal, que interpretan los coros en un difícil contrapunto. La frase,
Where the great vessel sailing and tacking
Donde el gran buque navegando y virando
nos lleva a una parte más lenta, correspondiendo al trío. Termina con la repetición abreviada del scherzo que acaba con la frase de triunfo,
Following the stately and rapid ship, in the wake following.
Siguiendo al imponente y rápido barco, siguiendo la estela.
Acabando brillantemente el movimiento apoyado por la percusión.
El movimiento final se titula The explorers, grave e molto adagio. Es la parte más libre, abandonando las reglas clásicas para seguir la obra poética. El viaje del alma hacia lo desconocido. Empieza con una gran parte coral invocando la tierra con la frase,
O vast Rondure, swimming in space,
Oh inmenso globo, nadando en el espacio,
intentando evocar la parte real del viaje. Luego nos presenta al alma con la descripción del origen del hombre,
Adam and Eve appear, then their myriad progeny after them,
Aparecen Adán y Eva, luego su numerosa descendencia le siguen,
para terminar cantando el coro femenino la trascendente expresión,
Wherefore unsatisfied soul?
¿Para qué alma descontenta?
La respuesta llegará al final con la frase,
The true son of God shall come singing his songs,
El verdadero hijo de Dios vendrá cantando sus canciones,
con el exaltado clímax del coro, repitiendo la palabra singing.
Los dos solistas empiezan un dúo de forma contrapuntística, mientras el barco como el alma, se lanza a un viaje hacia lo desconocido,
Joyous we too launch out on trackless seas.
Felices también salimos a navegar en los mares turbulentos.
Luego después de un corto interludio orquestal, empieza una de las partes más poéticas de la obra. Los solistas cantan con un fervor casi religioso, que llega a su clímax con la frase,
O thou trascendent,
Oh tu trascendente,
a la que seguidamente se unen los coros. Luego el barítono canta un recitativo mostrando la inmensidad del espacio. El coro empieza la parte final del movimiento, interrumpido por los gritos de Away de los solistas, que llegan a un nuevo clímax. La soprano empieza la coda molto adagio, acompañada por los coros y el barítono. La frase,
O fahter, fahter, fahter sail!
¡Oh lejana, lejana, lejana singladura!
que se va apagando gradualmente termina la obra.
Los tres primeros movimientos nos presentan visiones marineras, tomadas en su sentido literal o interpretadas como parábolas sobre la vida humana. En el primero el mar donde navegan los barcos, comentando el aspecto físico de la vida. En el segundo nos describe la parte espiritual. En el tercero la fuerza de los elementos marinos. El lugar donde hará su travesía el barco, que refleja al hombre en su devenir.
La interpretación del último movimiento es la más compleja, siendo al mismo tiempo la parte más trascendente y la que nos cuenta la verdadera historia de la obra. Compara el viaje del barco por el mar, con el del alma a través de la vida. Su título Los Exploradores refleja esta búsqueda de un más allá. El barco surcando los mares en medio de las tempestades, se dirige a la búsqueda de la tierra prometida. La exploración del alma se refleja de forma paralela en su busca de la otra vida, más allá de la tierra, como el barco más allá de los mares.
En la obra se pueden apreciar las influencias de sus maestros Parry y Stanford, además de los grandes maestros de la música británica Purcell y Elgar. Pero se impone el estilo personal de Vaughan Williams, siendo esta su primera gran obra, intentando crear un tipo de música alejada de las corrientes centroeuropeas, una música inglesa. La descripción del mar llega a grandes momentos de una expresividad casi cinematográfica.
La “Sinfonía Nº 2" (A London Symphony) fue empezada en 1912 y terminada en 1914. Se estrenó el 27 de marzo de 1914 conducida por Geoffrey Toye. En 1918 Adrian Boult la dirigió un par de veces antes de que su autor regresara de sus obligaciones militares. En 1920 el compositor realizó una revisión para una audición dirigida por Albert Coates.
La idea de escribir la obra le fue dada por el malogrado compositor George Butterworth, a quién está dedicada, muerto en 1916 en el campo de batalla víctima de la Primera Guerra Mundial. Aprovechó el trabajo que había realizado para un poema sinfónico que estaba escribiendo sobre el tema de Londres y le dio forma sinfónica. Según su autor no se trata de una obra de música descriptiva y en realidad debería llamarse “Symphony by a Londoner” o sea una sinfonía escrita por un londinense.
Está orquestada para piccolo, tres flautas, tres oboes, corno inglés, dos clarinetes, clarinete bajo, dos fagots, contrafagot, cuatro trompas, dos trompetas, dos cornetas, tres trombones, tuba y una sección de percusión comprendiendo timbales, caja, triángulo, tambor militar, platillos y glockenspiel, además de dos arpas y la cuerda habitual.
El primer movimiento, lento, allegro risoluto, empieza con una introducción lenta en un estilo impresionista cercano a Debussy, representando el despertar de la gran ciudad. El arpa y luego el clarinete entonan el Westminster Chimes, las campanadas del Big Ben, despertando a la orquesta y a Londres.
Una disonante explosión nos lleva al primer tema del allegro, representando a la ruidosa y viva ciudad. Un segundo tema más melódico nos dice, que también se encuentran lugares con más calma en la capital. La sección de desarrollo es introducida por la flauta de un modo más tranquilo. Luego aparece una sección soñadora interpretada por violines y violoncelos solistas con arpa. Nos muestra los espacios verdes de la ciudad, sus iglesias y los lugares más tranquilos. La parte de la recapitulación es más sosegada que la exposición. En la coda se produce el clímax final, con la cuerda imitando el sonido de las campanas, acompañada por el glockenspiel, en un ambiente de grandeza total.
El segundo movimiento, lento, empieza suavemente con la cuerda en sordina. Un solo del corno inglés introduce el primer tema, en la forma de una melodía tradicional inglesa, que luego es repetido por la orquesta. Un segundo tema lírico es presentado por la flauta y la trompeta. Después del desarrollo de este material, un solo de viola intercambia ideas con el viento. Es una variante del grito callejero del vendedor de espliego, el Sweet Lavender!. El clarinete y la madera se le añaden, escuchándose el tintineo de las campanillas de un cabriolé. El ambiente se hace más sombrío y se llega a un lírico clímax. La música se calma, hasta que reaparece el primer tema en el corno inglés, con la trompa y el clarinete bajo haciendo eco, terminando con un tranquilo solo de la viola.
El compositor nos explica que este movimiento representa Bloomsbury Square en una tarde de noviembre. Los gritos del vendedor de espliego fueron anotados por Vaughan Williams en Chelsea en el mes de julio de 1911. Bloomsbury Square es actualmente un céntrico barrio de Londres donde se encuentra el Museo Británico y la London University. A principios de siglo fue el barrio residencial de numerosos artistas y literatos, entre ellos Virginia Wolf.
El tercer movimiento, allegro vivace, es un scherzo en forma de nocturno pictórico o sea la descripción de una escena nocturna. La cuerda escurridiza y las maderas tocan ágilmente pequeños temas rápidos. Después de la repetición de esta primera parte, el trío es introducido por los violoncelos representando la jovialidad del ambiente Cockney, continuando con la imitación de una melodía del organillo callejero, marcada por golpes de la percusión. Termina con un episodio más sombrío, que nos conduce a la coda dominada gravemente por la viola y los fagots.
El propio compositor nos cuenta la fuente de inspiración de este movimiento. Westminster Embankment por la noche. Rodeado por los sonidos distantes que provienen de la ciudad, con los señoriales edificios por un lado y el “New Cut”, el antiguo mercado de Lambeth, por el otro, con sus calles abarrotadas y sus luces parpadeantes. El movimiento nos muestra a un Londres nocturno lleno de vida.
Los cockneys en su sentido amplio, eran los habitantes del East End of London. La clase trabajadora, la mayoría inmigrante que vivía fuera de la City, en una de las zonas más pobres de la ciudad. Esta mezcla de población procedente del exterior ha dado vida a una variante del idioma inglés y a un determinado género de vida.
El último movimiento, andante con moto, maestoso alla marcia, allegro, lento, epilogue, es más complejo. Empieza con una apasionada introducción lenta de la orquesta, como un grito de desesperación. Esto da paso a una solemne marcha. La atmósfera se hace más seria, como si indicara que en Londres no todas las marchas expresan alegría.
Sigue un agitado allegro marcado por golpes de la percusión. Reaparece la marcha que se interpreta tres veces, cada vez con más fuerza. La última vez es coronada con un clímax en el que resuena un golpe de gong. Se escucha el tema principal del primer movimiento. Luego en un gran decrescendo se escuchan nuevamente las campanas del Big Ben.
Las ondulaciones de las flautas, violines y violas representan sin duda al río Támesis. Se escuchan brevemente temas de los anteriores movimientos. Un solo del violín surge de las profundidades y la coda termina como había empezado la obra, con los bajos de la sección de cuerda.
La coda está inspirada por un pasaje de una novela de H. G. Wells “Tono-Bungay”, cuando el narrador navega por el río de noche hacia el mar. “Descender así por el Támesis es como pasar por las páginas del libro de Inglaterra, desde y hasta el final... El río pasa, Londres pasa, Inglaterra pasa...”.
La trayectoria musical de Vaughan Williams se vio interrumpida por la Primera Guerra Mundial. En 1914 se alista en el Royal Army Medical Corps. En 1916 es trasladado a Francia, donde su compañero George Butterworth muere en el campo de batalla y luego a Grecia en Salónica. En 1917 logró el ascenso a teniente en la Royal Garrison Artillery y fue trasladado a Francia, donde puso desarrollar en algún aspecto sus habilidades como músico.
Terminada la guerra volvió al Royal College of Music como profesor de composición, un cargo que conservó hasta 1938.
La “Sinfonía Nº 3" (A Pastoral Symphony) fue empezada en el norte de Francia, en el lugar en que estaba destinado durante la guerra. En Ecoives, situado cerca de la ciudad de Arras junto al Mont Saint Eloy, estaba destinado el segundo batallón de la Marina Real inglesa, el 2nd Royal Marine Battalion. Cada tarde se dirigía con su ambulancia a lo alto de una colina para disfrutar de un bucólico paisaje semejante a uno de los cuadros de Corot. Allí en medio de la guerra empezó la composición de la sinfonía. La obra no se terminó hasta después de la guerra, siendo estrenada el 20 de enero de 1922 en Londres dirigida por Adrian Boult con Flora Mann como soprano solista. Durante los años 1950-51 la obra fue revisada ligeramente.
La sinfonía está orquestada para tres flautas, piccolo, dos oboes, corno inglés, tres clarinetes, dos fagots, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, una sección de percusión que incluye timbales, triángulo, caja, platillos, celesta, arpa y la cuerda habitual. En el último movimiento utiliza una soprano o un tenor para una vocalización, pero también se puede usar un clarinete como alternativa.
El primer movimiento, molto moderato, empieza con un motivo de fondo armónico, luego el primer tema es presentado por violoncelos y contrabajos. Siguen otros elementos temáticos que hacen uso de varios instrumentos solistas. La sección de desarrollo empieza con un solo de violín basado en el primer tema. Los diversos elementos de la exposición son presentados en diferentes formas.
La música sigue el estilo impresionista, tomando a Debussy como referencia, pero impregnándolo de un indudable sabor británico. Mediante un procedimiento que da más importancia al mantenimiento de una cierta atmósfera, que al seguimiento de los métodos formales, se llega a una mezcla de recapitulación y desarrollo, que nos lleva hasta un clímax. Luego la música se va desvaneciendo, apareciendo un solo del corno inglés antes de terminar, mediante el sonido de los bajos de la cuerda, con una referencia al primer tema.
El segundo movimiento, lento moderato, empieza con su primer tema interpretado por el corno inglés, acompañado por un acorde de la cuerda. Luego es tomado por el oboe y el clarinete, antes de pasar a la viola y a la flauta. El movimiento es interrumpido por una cadencia interpretada por la trompeta natural de un modo rústico lleno de encanto.
El origen de esta cadencia es explicado por el propio autor. Cuando componía la obra, en la tranquilidad rural de Ecoives, escuchó a un corneta que estaba ensayando y equivocándose en la séptima al completar su octava. La respuesta de la orquesta es contundente, antes de hundirse en una oscuridad envolvente. Se escucha una nueva cadencia, interpretada esta vez por la trompa natural, antes de que la cuerda termine plácidamente el soñador movimiento.
El tercer movimiento, moderato pesante, contiene un motivo en forma de una danza lenta, que presenta la orquesta directamente como su primer tema. Sigue una sección de desarrollo, antes de que la trompeta introduzca el segundo tema, de un fuerte carácter folclórico. El movimiento colocado en el lugar del scherzo contiene un trío también interpretado por la trompeta. Después de una breve repetición de la primera parte, termina con una coda presentada por la cuerda.
El último movimiento, lento, moderato maestoso, empieza con un solo de soprano, que como se ha dicho anteriormente puede ser sustituido por el clarinete, vocalizando, acompañado por suaves redobles de tambor. La soprano está situada fuera del escenario. Acaso el tema pertenezca al canto de una muchacha escuchada en el campo. Lo que se puede afirmar es que su efecto es sorprendente. Cuando la voz desaparece, la orquesta presenta una noble melodía llena de un majestuoso sabor británico.
Un nuevo tema, más agitado, aparece en el corno inglés y se intensifica en un solo de violín. La melodía de la soprano es repetida por la orquesta. La cuerda llega hasta el clímax. La sinfonía termina con la repetición por la soprano de la melodía sin palabras de la muchacha, que nos lleva hasta el silencio.
Toda la obra está dominada por un sentimiento de paz y tranquilidad. Sin usar realmente melodías folclóricas nos presenta una impresión muy rústica inglesa. El uso de la forma sonata es bastante personal, siguiendo un modo más o menos rapsódico. La obra parece querer ser un reflejo de la paz que sigue a la finalizada guerra.
En 1922 Vaughan Williams realiza su primera visita a los Estados Unidos. En 1931 presenta su obra escénica Job, en forma de una mascarada para bailar, en la cual se enfrentan las fuerzas del bien y del mal. En esta obra ya se presenta el nuevo estilo personal de su autor que se reflejaría en su próxima obra sinfónica.
La “Sinfonía Nº 4 en fa menor" fue empezada en 1931 y terminada en 1934. La lectura de un artículo de prensa hablando de la nueva forma de la sinfonía en Europa le empujó a la creación de una nueva propia. La empezó apoyado por su gran amigo Gustav Holst, que desgraciadamente no pudo escucharla por morir en 1934. Su estreno se efectuó el 10 de abril de 1935 interpretada por la BBC Symphony Orchestra dirigida por Adrian Boult. La obra está dedicada al compositor Arnold Bax.
El primer movimiento, allegro, empieza con un duro tema, según su autor plagiado del final de la novena sinfonía de Beethoven. Se trata de dos motivos de cuatro notas sobre los que se desarrollarán todos los temas de la sinfonía. El violento y a la vez amargo tema es repetido antes de la aparición de un segundo tema contrastante. Después de repetidos acordes de la madera, una apasionada melodía lírica es presentada por los violines y violas.
El breve desarrollo está basado especialmente en el primer tema, que se une a la reexposición. El tema lírico reaparece y es llevado hasta su clímax. La parte final consiste en una sección lenta en la cual la música se va disolviendo.
El segundo movimiento, andante moderato, tiene forma binaria. Presenta un tema triste basado en uno de los motivos anteriores integrantes de la obra, mediante el viento con sordina. La atmósfera es inquieta, expresando una gran ansiedad. Los primeros violines interpretan una lúgubre melodía sobre el pizzicato de los bajos. El oboe realiza una variación del tema acompañado por cuerda y clarinete. El fagot continúa con el tema y se van agregando los distintos elementos de la orquesta. Un pasaje para flauta marca el final de la exposición. Después de llegar a un tenso clímax la música va perdiendo fuerza gradualmente hasta llegar a su conclusión dirigida por un motivo lamentoso en la flauta.
El tercer movimiento, allegro molto, corresponde al scherzo. El primer tema, derivado del principal del primer movimiento, es presentado de forma brusca por el viento. Estridentes estallidos de los metales y maderas le dan un aspecto satírico. Los violines acompañados por un nuevo ritmo del viento presentan otro motivo más ligero. El trío está formado por una forma fugada de un tema presentado por la tuba. Tal vez su autor quería presentar de forma paródica a los críticos de la época. Finalmente regresa el scherzo en forma resumida con renovado empuje.
El movimiento final, allegro molto, finale con epilogo fugato, continúa sin pausa con el anterior. Irrumpe con fuerza con una especie de marcha apoyada por el metal, una marcha con ciertos aspectos siniestros. Reaparecen motivos temáticos de los movimientos anteriores. La marcha del movimiento se va frenando hasta la aparición de una especie de himno en la cuerda. Más tarde la fuerza rítmica es restaurada, llevándonos hasta el epílogo en forma de fuga. El motivo es anunciado por medio de los trombones y la tuba. El motivo se repite en su forma original y en su forma invertida, como indica el propio compositor. Este motivo se desarrolla conjuntamente con otros elementos temáticos, hasta llevarlos a un clímax, en el cual reaparecen los primeros compases de la sinfonía, que constituyen la desafiante coda.
En el estreno de la sinfonía el público quedó sorprendido por el cambio de estilo del compositor. Conocido hasta entonces por sus melodías pastorales presentaba ahora una obra conteniendo bastante dureza en sus temas. Algunos críticos pensaron que se trataba de una reacción contra los peligros del totalitarismo que se estaba forjando en el centro de Europa.
Su autor negó estas ideas diciendo que la obra solo representaba lo que sentía y deseaba escribir en aquella época, sin tener ninguna connotación política. Se trata más verosímilmente de un retrato de su propio carácter. Refleja sus accesos de rabia, como pudieron comprobar los que habían cantado bajo su dirección en el Festival de Leith Hill. Pero además aparece su humor vigoroso y su naturaleza poética.
La incorporación del sonido en el mundo del cine fue una revolución en su época. La primera producción sonora importante en este medio se realizó en 1927 con el lanzamiento por la compañía Warners del film “The Jazz Singer”. Pero el primer film con diálogos totalmente sincronizados fue “The Lights of New York” en 1928.
Durante la década de los años 1930 la mayoría de los más importantes compositores ingleses compuso música para el cine. Entre ellos encontramos a Arthur Benjamin, Arthur Bliss y Benjamin Britten. Durante y inmediatamente después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial se sumaron a ellos compositores como Walton, Rawsthorne, Frankel, Lambert, Bax e Ireland.
La música para el cine se había convertido en lo que hasta entonces había sido la música escénica o sea la música escrita para acompañar a las representaciones teatrales. El llamado Séptimo Arte había empezado a erosionar los ambientes teatrales.
No nos puede extrañar que Vaughan Williams hubiese realizado su contribución al nuevo arte. Su primera música para el cine fue compuesta durante los años 1940-41 para el film “Forty-Ninth Parallel”, estrenado en el Odeon Leicester Square el 8 de octubre de 1941. Una obra de tipo patriótica combatiendo al régimen nazi.
A esta banda sonora seguirían una decena más. Entre ellas “Coastal Command” en 1942, “The People’s Land” en 1943 y “The Story of a Flemish Farm” en el mismo año. Su principal colaboración con el mundo del cine llegaría años más tarde, como veremos al estudiar su “Sinfonia Antartica”.
La “Sinfonía Nº 5 en re mayor" fue empezada en 1938 y su continuación se vio interrumpida, en parte por la guerra y por la composición de música para el cine. También había estado trabajando en su ópera “A Pilgrim’s Progress”, un proyecto que entonces en plena guerra era irrealizable. Material sinfónico de la ópera lo utilizó en su nueva sinfonía. La obra se estrenó el 24 de junio de 1943 en el Royal Albert Hall de Londres, en uno de los Promenade Concerts bajo la dirección del propio compositor.
La obra está orquestada para una orquesta normal, con madera por duplicado, piccolo, corno inglés, pares de trompas, trompetas, trombones, timbales y cuerda. Dedicó la obra a Sibelius como dijo él mismo, sin su permiso.
El primer movimiento, Preludio: moderato, allegro, tempo I, empieza lleno de calma, contrastando con la dureza reflejada en su anterior sinfonía. El primer tema es una llamada de la trompa. El segundo motivo es presentado seguidamente por la cuerda. Los dos temas son desarrollados. El segundo en forma de una melodía por la cuerda, mientras el primero marcará con su ritmo persistente todo el movimiento. Un cambio de tonalidad del segundo tema, después de una pausa, marca claramente el clima bucólico de la obra.
En la parte central correspondiente al desarrollo, aparece un motivo de tres notas descendentes, que suena como una llamada de alarma, pasando de un instrumento a otro. La escena se vuelve más turbulenta acompañada por rápidos pasajes de los violines en un estilo próximo a Sibelius. Luego con la llamada de las trompas empieza la recapitulación, que continúa con una majestuosa interpretación por el metal del tema lírico. El tema de la trompa y las llamadas de alarma cierran el movimiento.
El segundo movimiento, scherzo, presto misterioso, empieza con un motivo pentatónico expuesto por la cuerda en sordina. Seguidamente los instrumentos de viento introducen diversos motivos rítmicos. Una especie de música de ballet para criaturas fantásticas. Golpes de la percusión y comentarios del oboe y corno inglés ocupan el espacio del trío, subrayando una melodía lírica. Después se reanuda el scherzo, terminando calmadamente igual que había empezado.
El tercer movimiento, Romanza, corresponde al movimiento lento de la obra. Su tema principal pertenece a la ópera que estaba componiendo, “A Pilgrim’s Progress”, una especie de cuento moral sobre el viaje de un peregrino. Es presentado por el corno inglés sobre acordes de la cuerda. La música desarrolla una de las escenas de la ópera. El corno inglés y el oboe interpretan el tema en forma de eco. La cuerda toma el tranquilo tema con gran calidez.
Se llega hasta un clímax seguido por la reaparición del tema principal en el corno inglés y luego en la trompeta. Después de un episodio en el cual la música toma la forma de un apasionado himno de acción de gracias, la música pierde fuerza. El violín solista realiza un comentario rapsódico seguido por un motivo en la trompa en sordina, acabando la cuerda plácidamente el movimiento.
Termina con un Passacaglia, introducido por los violoncelos. Seguidamente el primer violín presenta un tema en forma de himno, que se desarrolla en contrapunto. El tema se repite en forma de variaciones, hasta que trombones y tuba aportan una vigorosa contra melodía. Una variación del tema principal en forma de danza folclórica, genera una elaborada sección contrapuntística. El tema de la trompa del primer movimiento reaparece y luego la cuerda empieza una meditativa coda que termina con una radiante serenidad.
Esta obra recuerda el estilo contemplativo y plácido de su tercera sinfonía, muy lejos de la agresividad de la cuarta. El compositor tenía 70 años cuando se estrenó su quinta sinfonía y algunos pensaron que se trataba de su testamento final. No podían sospechar entonces que el compositor, al contrario de lo ocurrido con Sibelius, escribiría cuatro sinfonías más.
Escrita en un periodo de plena guerra parece predecir el triunfo del bien sobre el mal, pero como la teoría de si la cuarta era un presentimiento de la guerra, solo son especulaciones de algunos directores como Sir Adrian Boult. En la Romanza empleó parte del material de su ópera “A Pilgrim’s Progress”, pero Vaughan Williams omitió todas las citas sobre el texto de la misma en la publicación de la partitura, con lo cual dejaba claro su significado puramente musical.
La “Sinfonía Nº 6 en mi menor" fue empezada según cuenta el compositor hacia 1944, empleando algunos temas extraídos de anteriores obras. La terminó en 1946, siendo interpretada al piano por Michael Mullinar, a quién está dedicada, delante del compositor y un reducido grupo de amigos. Después de algunas revisiones se estrenó de modo privado mediante una interpretación de la BBC Symphony Orchestra en el mes de diciembre de 1947. Su estreno público se realizó el 28 de abril de 1948 con la misma orquesta dirigida por Sir Adrian Boult.
La obra está orquestada para un conjunto mayor que el de su anterior sinfonía, comprendiendo un saxofón tenor, un xilófono y dos arpas, junto a una completa sección de viento y percusión además de la cuerda habitual. Los cuatro movimientos están unidos sin pausa.
Los temas principales del segundo y cuarto movimiento proceden de música escrita para el film “The Story of a Flemish Farm” de 1943 y que luego no usó. En la suite orquestal confeccionada con la música de este film, encontramos una de sus partes The Dead Man’s Kit que guarda cierta relación con la música de la sinfonía. La historia que narra el film está sacada de un episodio real ocurrido en el mes de mayo de 1940, durante la invasión alemana de Bélgica.
El primer movimiento, allegro, está escrito en forma sonata. El primer tema es realmente agresivo y violento. Un choque de dos tonalidades separadas por un semitono sobre una trama rítmica compleja, conteniendo elementos de la música de jazz, para los cuales el uso del saxofón cobra importancia. La presencia de un segundo grupo lírico aparece de una forma poco clara, estando centrado el desarrollo en el primer tema. El segundo motivo presenta su carácter lírico más acusado, durante la recapitulación cuando es acompañado por acordes del arpa. En realidad es el único momento lírico que encontramos en toda la obra. Luego siguen las llamadas del primer motivo, que enlazan con el siguiente movimiento.
El segundo movimiento, moderato, está unido como se ha visto con el anterior sin pausa. Escrito en forma tripartita. Una música con un poder amenazador acompañada por un ritmo obsesivo formado por la repetición de tres notas, como la figura de un terrorífico espectro. Como curiosidad diremos que esta figura se repite noventa y cuatro veces en las trompas, timbales y caja. Un redoble de la caja, que se incrementa en volumen, nos conduce a su parte central. La cuerda nos presenta un segundo tema. Reaparece la figura rítmica de notas repetidas por el viento de la primera parte. Finalmente el ritmo repetitivo se retira enlazando sin pausa con el siguiente movimiento.
El tercer movimiento, allegro vivace, corresponde al scherzo de la sinfonía. Una música agresiva, en cierto aspecto diabólica, con el xilófono añadiendo sus notas sobre las figuras contrapuntísticas del viento. El trío es introducido por el saxo mediante sus notas con influencia del jazz, con su acompañamiento por la percusión, sobre un ostinati de las violas, para terminar en una forma de marcha. Luego se repite el scherzo. El tema de marcha del trío reaparece en forma variada al final del movimiento, esta vez interpretado por toda la orquesta.
El último movimiento, Epilogue: Moderato, es un movimiento lento, en forma de una fantasmal fuga, que empieza con los violines en sordina. Todo el movimiento se desarrolla en pianissimo, sin poseer ninguna sección dinámica. La segunda sección es presentada por el viento en sordina sobre acordes de la cuerda. Un solo del oboe presenta una variación del primer tema de un modo lastimoso. La parte final continúa el clima desolado con la repetición del tema en el oboe y trémolos en las cuerdas. Los últimos compases interpretados por violines y violas sostienen los acordes finales, que nos conducen sin esperanza hacia la muerte.
Cuando uno escucha esta sombría sinfonía no puede dejar de pensar en terribles acontecimientos. Empezada durante la guerra y terminada en 1947, la crítica pensó que representaba las terroríficas consecuencias de una devastadora guerra. Pero el propio compositor lo desmintió diciendo que solo era música. No representaba nada, solamente música pura.
Resulta tentador buscar siempre una explicación a la música. Si la cuarta sinfonía representaba el temor a una próxima guerra, la quinta la esperanza de un triunfo de las fuerzas del bien, la sexta nos presentaría, con su tétrica música, las miserias ocasionadas por la guerra. En el último movimiento se podría ver el efecto de una destrucción atómica, el Apocalipsis nuclear. Pero pensemos en la música y que todo lo escrito es solo producto de nuestra imaginación.
En un ensayo realizado en 1945 Vaughan Williams opina sobre los beneficios que aporta a los nuevos compositores escribir música para el cine, recomendando que se incluya en los planes de enseñanza de la música. En 1947 es invitado a escribir la música para el film realizado por los Ealing Studios, “Scott of the Antarctic”. Se trata de su séptima banda sonora.
El film narra la última expedición del Capitán Scott a la Antártida. Realiza un vano esfuerzo para lograr ser el primero en alcanzar el Polo Sur. Se presenta el heroísmo del Capitán Oates eligiendo la muerte antes que impedir la supervivencia de otros miembros de la expedición. Finalmente todos encontrarán la muerte. Es un tributo al heroísmo de Scott y sus acompañantes. El film fue dirigido por Charles Frend, siendo John Mills la figura protagonista.
Recordaremos brevemente la historia real sobre la que se basan los hechos relatados.
En el año 1911 el capitán inglés Robert Falcon Scott (1868-1912) prepara una expedición para ser el primer hombre que pise el Polo Sur. Pero cuando ha empezado su marcha se entera que una expedición noruega capitaneada por Roald Amundsen (1872-1928) intenta lograr el mismo objetivo. Entonces empieza un duelo para ser el primero en llegar al corazón de la Antártida. Amundsen que está mejor equipado que su contrincante abandona su base el 3 de noviembre. Lleva cuatro personas y cuatro trineos arrastrados por 52 perros, huskies siberianos. El 14 de diciembre habían alcanzado el Polo Sur. El regreso fue muy rápido, volviendo felizmente a su base.
Pero el relato que nos interesa realmente es el narrado en el film. La desgraciada expedición de Scott. Salió de su base situada en McMurdo Sound el 1 de noviembre. Su marcha a través de la gran masa de hielo, la Ross Ice Shelf, la barrera de hielo de Ross, una vasta extensión congelada que cubre el mar de un extenso golfo del continente, fue más lenta de lo esperado. Su gran error fue la elección de ponies siberianos, una variedad de pequeños caballos, para arrastrar la carga de sus trineos en lugar de los perros. A causa de una violenta ventisca de verano, desde el 4 al 9 de diciembre le fue imposible moverse. Cuando pudieron volver a ponerse en marcha, los ponies se hundían en la nieve hasta sus barrigas.
Al cabo de quince penosas horas de esfuerzos se vieron obligados a sacrificar los pocos animales supervivientes del intenso frio. A partir de este momento tuvieron que arrastrar ellos mismos todas las provisiones a través del glaciar Beardmore, un ancho río de hielo que desciende de la plataforma polar. El 22 de diciembre alcanzaban su campamento superior situado a una altura de 2400 metros. Los hombres ofrecían apreciables aspectos de fatiga y todavía estaban a la mitad de su camino hacia el polo.
A modo informativo daremos una serie de datos que pueden ser importantes para comprender la situación de la Antártida. El continente tiene una altura media de 1800 metros, con una elevadísima meseta central que llega a unos 3200 metros. El Polo Sur está situado en la amplia meseta central a una altura de unos 2800 metros. Téngase en cuenta que todo el continente está cubierto por una enorme capa de hielo, que eleva considerablemente la altitud del terreno. Esta orografía dificultaba todavía más los viajes de los expedicionarios.
Volviendo a nuestro viaje con Scott, el día de año nuevo de 1912 se encontraba solo a 275 Km de su objetivo. El proyecto inicial del viaje contemplaba la inclusión de cuatro hombres para la marcha, pero en los últimos días se añadió un quinto, el subteniente Bowers y este fue otro de sus importantes errores. Perdió los esquíes en la travesía del glaciar y tuvo que andar lentamente a pie mientras sus compañeros esquiaban.
Encontraron muchas ventiscas y la marcha se hacía agotadora. El 17 de enero Scott pisó el Polo Sur con la desesperanza de encontrar ondeando la bandera noruega. La decepción de no haber sido el primero en llegar fue enorme, quedando emocionalmente trastocado. Al día siguiente empezó el retorno. Les quedaban recorrer 1290 Km por uno de los terrenos más difíciles del mundo.
El 7 de febrero llagaban a la cabecera del glaciar Beardmore, rocas desnudas expuestas a terribles vientos gélidos. Pero todavía tuvieron la fortaleza de recoger muestras de piedras para realizar estudios geológicos. Durante el descenso del glaciar se perdieron y tuvieron que empezar a racionar la comida. El marino Edgar Evans se cayó un par de veces, dándose un golpe en la cabeza. El 17 de febrero alcanzaron el fondo del glaciar pero Evans había empeorado tanto que entró en coma y murió. Todavía les quedaban 460 Km para llegar al campamento base.
El capitán Oates fue la siguiente víctima. Al darse cuenta de que no podía continuar ordenó a los demás que lo dejaran, lo cual no cumplieron. El 16 de marzo salió de la tienda en medio de una violenta tormenta de nieve y nunca más regresó. El 21 de marzo cuando se encontraban solamente a 18 Km de su último depósito de alimentos se vieron obligados a detenerse por otra tormenta. Una semana más tarde Scott escribe en su diario, cada día que intentamos salir de la tienda, el viento violento nos lo impide. No podemos hacer nada. El final se acerca. Es una lástima pero pienso que no podré escribir más. Ocho meses más tarde fueron encontrados sus cuerpos, junto con los kilos de piedras que habían bajado del glaciar.
La “Sinfonía Nº 7" (Sinfonía Antártica) fue realizada aprovechando la música escrita para el film mencionado. La adaptación se terminó en 1953 y la dedicó a Ernest Irving, el director musical de los Ealing Film Studios. Se estrenó en Manchester el 14 de enero de 1953, interpretada por la Hallé Orchestra dirigida por Sir John Barbirolli.
La obra está orquestada para madera por triplicado, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales y una sección de percusión que incluye triángulo, platillos, tres cajas, gong, campanas, glockenspiel, xilófono, vibráfono, máquina de viento y celesta. Además utiliza un arpa, piano, órgano, un coro femenino, una soprano solista y la cuerda.
Cada movimiento de la obra está precedido por un texto que no se recita, solo es para ser leído en silencio por los espectadores. El primer movimiento, Prelude: andante maestoso, está precedido por un texto perteneciente al Prometheus Unbound del poeta Shelley.
Para sufrir penas que esperan un infinito pensar,
Para perdonar ofensas más oscuras que la muerte o la noche,
Para desafiar un poder que parece omnipotente,
Nada por cambiar, ni vacilar, ni arrepentirse:
Esto... es ser
Bueno, grande y alegre, hermoso y libre,
Esto es solo vida, alegría, imperio y victoria.
El movimiento empieza con un tema amplio y noble que se desarrolla hasta su clímax de modo amenazante. Entonces se produce un cambio en el tempo, apareciendo un segundo tema representando el tremendo frío de la Antártida, con intervención del piano y el xilofón. Seguidamente interviene la voz de la soprano y el coro femenino mediante una espectral vocalización. Se escucha la máquina del viento. La ventisca hiela los huesos.
Un fragmento del tema principal nos conduce a un violento pasaje con uso del glockenspiel, el vibráfono y la celesta. Trémolos de la cuerda acompañan a un motivo para flautas, clarinete y corno inglés. Campanas tocando lúgubremente y violentos golpes de tambor, aparecen antes de otra intervención de la soprano y los coros. Se escucha una lejana fanfarria de la trompeta, que nos lleva al clímax de la parte final en el que reaparece el tema inicial.
En este movimiento Vaughan Williams utiliza la música de los títulos compuesta para el film y los elementos temáticos asociados a la inmensidad de la Antártida, el hielo, la niebla y lo desconocido. El primer tema nos presenta la grandeza de la Antártida y el heroísmo de los exploradores, unido a un sentimiento de fatalidad. El segundo tema es la representación del hielo bajo la trémula luz polar. El sugestivo canto de sirenas de la soprano y coros femeninos representan la crueldad de los elementos y las vastas regiones deshabitadas, solo pobladas por gélidos espíritus. Viento, hielo, niebla y tormentas son presentados a continuación. La fanfarria de la trompeta final nos presenta el desafío del hombre a la adversa naturaleza, contestado por el tema inicial, como una indicación de haber aceptado el reto.
El segundo movimiento, scherzo, está precedido por las siguientes palabras procedentes del Salmo 104. El Leviatán es según los hebreos un enorme monstruo marino que asocian con el diablo.
Lo surcan los navíos, y también el Leviatán,
A quien formaste para que jugase en él.
Una llamada de las trompas y los remolinos de las arpas son seguidos por un tema en la trompeta, parecido al empleado en su primera sinfonía, el tema del mar. En el trío encontramos motivos juguetones de trompetas y trombones. No se produce el académico retorno del scherzo, terminando con un misterioso acorde para metal en sordina y celesta.
Nos narra el principio del viaje con el barco a través del Océano Glacial Antártico. El barco de Scott, el Terra Nova, se encuentra con ballenas y más tarde pingüinos, reflejados por los motivos del viento, describiendo sus aparentemente atolondrados movimientos.
El tercer movimiento se titula Landscape, paisaje y es la parte lenta de la sinfonía. Está precedido de las siguientes palabras tomadas del Hymn before Sunrise in the Vale of Chamouni de Coleridge
¡Si, el hielo cae¡, Si, cae de la cresta de las montañas
precipitándose con fuerza hacia abajo por enormes barrancos,
torrentes, me parece escuchar una fuerte voz
¡y se detiene en medio de su loca inmersión!
¡Torrentes inmóviles! ¡Cataratas silenciosas!
La música expresa un sentimiento de soledad dentro de un inmenso paisaje. Está fragmentada, escuchándose una llamada de la trompa en sordina. Los trombones y la tuba entonan un tema lento. La música avanza lentamente como los hombres en su subida por el glaciar de Beardmore hacia la meseta polar.
En la parte central aparece un nuevo tema interpretado por la cuerda, que nos conduce hasta un clímax, apoyado por los poderosos acordes del órgano. Luego la música se apacigua notablemente hasta llegar al silencio.
El paisaje presentado en el film corresponde a los vastos hielos de Ross Island. Nos describe la marcha de los expedicionarios desde el campo base de Mc Murdo, atravesando el mar de hielo de Ross y luego subiendo por el glaciar de Beardmore. El órgano representa las inaccesibles cataratas de hielo que nos narran las palabras del poeta.
El cuarto movimiento lleva el título de Intermezzo. Se trata de un andante sostenuto que está precedido por una cita de “The Sun Rising” de John Donne.
El amor, igualmente, no conoce estaciones, ni clima,
Ni horas, días, meses, los cuales son los harapos del tiempo
El oboe con acompañamiento de acordes del arpa interpreta una cálida melodía. Luego es tomada por la orquesta. Da un rasgo de humanidad a la partitura. En el film representa a la mujer de Wilson, Oriana. Continúa con otro tema lírico que contiene un solo para violín. Luego la música se hace más siniestra. Las campanas del primer movimiento nos recuerdan la realidad trágica de la acción. Una elegía presenta el fatal desenlace con golpes de timbal. La melodía del oboe retorna en la parte final. La música está unida en el film al sacrificio del capitán Oates y su trágica muerte.
El último movimiento Epilogue, toma su idea dominante del último diario del Capitán Scott, que se reproduce en su cabecera.
No me arrepiento de este viaje; hemos tomado riesgos, sabíamos que los tomaríamos. Las cosas se han vuelto contra nosotros, por lo tanto no tenemos razón para lamentarnos.
Una fanfarria de la trompeta es recogida por las trompas. Un tema de marcha basado en el tema del preludio nos presenta la victoria de la llegada al polo. Todo parece tranquilo, pero con un optimismo de rasgos siniestros, como nos recuerda la entrada de la percusión y el viento. La ventisca ataca de nuevo. El tema de la marcha nos sugiere un último esfuerzo de Scott y sus hombres, pero reaparece el tema del principio de la sinfonía con las fantasmales voces femeninas y la máquina de viento con sus gélidos sonidos termina la obra. La naturaleza ha vencido esta vez al hombre.
Adeline, la mujer de Vaughan Williams muere en 1951 después de sufrir durante muchos años de artritismo. Después del éxito de su última sinfonía, tanto en Manchester como en Londres, se casa en 1953 con su segunda esposa, la poetisa Ursula Wood, nacida en 1911 y viuda de un oficial de la Royal Artillery. Se conocían desde finales de los años 1930, por haberle proporcionado textos para sus obras y más tarde escribiría su biografía. En 1954 viaja al Canadá y a los Estados Unidos para dar una serie de conferencias.
La “Sinfonía Nº 8 en re menor" fue empezada en 1953 y terminada en 1955. Se estrenó en Manchester el 2 de mayo de 1956 interpretada por la Hallé Orchestra dirigida por Sir John Barbirolli, a quién está dedicada. Su instrumentación comprende madera por duplicado, dos trompas, dos trompetas, tres trombones, timbales y percusión compuesta por bombo, caja, triángulo, platillos, vibráfono, xilófono, glockenspiel, campanas tubulares y los gongs empleados en la ópera de Puccini Turandot. En su ausencia pueden ser sustituidos por tam-tam. Además de la cuerda emplea un arpa y una celesta.
El primer movimiento lleva el título de Fantasia, variazioni senza Tema. Su autor lo describió como siete variaciones en busca de un tema, acaso porque escribió las primeras variaciones antes del tema. La primera variación presenta tres motivos relacionados. El primero anunciado por la trompeta con respuesta del vibráfono. El segundo una frase de la flauta y el tercero enunciado por la cuerda. La segunda variación desarrolla estos motivos. La tercera es una melodía en forma de coral para la cuerda y arpa, a la cual luego se añade el oboe. La cuarta es presentada por el oboe y el clarinete con el tema de la trompeta, que en la quinta toman los violoncelos y el arpa, añadiéndose luego otros instrumentos. La sexta es rápida, empezando con golpes de la percusión antes de ser tomada por los bajos de la orquesta. Termina con la séptima variación en forma de un coral, que crece hasta su clímax para luego diluirse en un retorno a los compases iniciales.
Puede apreciarse en este movimiento una oculta forma sonata, con las primeras variaciones presentando la exposición, con un segundo tema que sería el coral de la tercera variación. Luego seguiría la sección de desarrollo, con las variaciones cuarta y quinta, terminando con la recapitulación a partir de la sexta. La séptima correspondería a la recapitulación del segundo tema.
El segundo movimiento, scherzo alla marcia, es muy breve. Está escrito para solamente instrumentos de viento. Posee tres motivos, uno para los fagots, un segundo para la trompeta y el tercero para las flautas y maderas. Después de una sección fugada, aparece un trío de aspecto rústico. El scherzo se repite en forma resumida. Parece como una parodia de los estilos de Prokofiev y Shostakovich.
El tercer movimiento, Cavatina, corresponde al movimiento lento. En esta ocasión solo interviene la cuerda. El tema principal es presentado por los violoncelos en una larga cantinela. Los primeros violines interpretan el segundo tema. En la parte central aparece un solo para el violín. La música se hace más intensa hasta que un solo del violoncelo nos lleva a un plácido final.
Termina con una Toccata en forma de rondó, en la cual la trompeta presenta su tema principal. Un segundo tema aparece en la cuerda y trompas. Continúa con cuatro secciones donde se presentan todos los instrumentos de la amplia percusión usada en esta sinfonía. Podemos notar cierta influencia de la música del Turandot de Puccini. Luego la trompeta vuelve a introducir su tema que conduce hacia el final.
La “Sinfonía Nº 9 en mi menor" fue compuesta entre los años 1956 y 1957. Se estrenó en Londres el 2 de abril de 1958 interpretada por la Royal Philharmonic Orchestra dirigida por Malcolm Sargent. Está dedicada a la Royal Philharmonic Society. Su instrumentación contiene madera por duplicado, con piccolo, corno inglés, clarinete bajo y contrafagot, tres saxofones, cuatro trompas, dos trompetas, tres trombones, tuba y un flügelhorn, instrumento perteneciente a la familia de los saxos llamado también bugle de pistones, usado en las bandas militares. Además utiliza una amplia sección de percusión con glockenspiel, xilófono, cajas, bombo, platillos, triángulo, gong, tam-tam, campanas, celesta y timbales, dos arpas y la cuerda.
El primer movimiento, moderato maestoso, presenta su primer tema mediante los trombones, tuba y trompas, inspirado en la parte de órgano de la Pasión según San Mateo de Bach. La sombría melodía crece desde los registros bajos. El segundo tema es introducido por los clarinetes acompañados por acordes del arpa. Después de la sección de desarrollo, en la recapitulación el segundo tema es interpretado más líricamente por el violín acompañado por arpa y la cuerda en pizzicato. Luego el movimiento termina como había comenzado.
El segundo movimiento, andante sostenuto, empieza con un tema anguloso presentado por el flügelhorn. Esta interrumpido por un bárbaro motivo rítmico en forma de marcha, que contrasta con un tierno motivo en la cuerda. El tema de la marcha bárbara retorna con más fuerza en la parte final antes de la reaparición del tema inicial en el flügelhorn. Al final del comentario de la sinfonía se encuentra una posible explicación programática de este movimiento.
El tercer movimiento, scherzo, está escrito en el ritmo de un allegro pesante. Un tema irónico es presentado por el saxo con intervenciones punzantes de la percusión en forma de marcha. Contrasta con otro tema casi en forma de coral, que más tarde es tomado por la cuerda en una forma de trío. Se reanuda con fuerza el scherzo y el tema de los saxos lo conduce a su final.
El último movimiento, andante tranquillo, es más complejo constando de dos partes. La primera empieza con una melodía en los primeros violines, seguida de imitaciones de las violas, segundos violines y finalmente del clarinete. El corno inglés con ecos del flügelhorn nos conduce a un nuevo tema más solemne. El primer tema en forma variada es presentado por el clarinete bajo y los bajos de la cuerda. El tema es interpretado más claramente por el oboe acompañado por arpas. Alternados episodios derivan uno del otro. La segunda parte empieza con una melodía en las violas que luego es imitada por los violines. Su desarrollo nos lleva hacia un poderoso clímax. La música termina con una coda que contiene tres fuertes acordes, antes de apagarse en la distancia.
Según su autor el carácter programático de esta obra se ha perdido en el tiempo. Pero intentemos averiguarlo a través de sus orígenes. Los primeros apuntes llevaban el título de Wessex Prelude. Su último movimiento había sido titulado originalmente como Landscape, paisaje. La idea primera de Vaughan Williams había sido la realización de una sinfonía sobre el tema de Salisbury y sus alrededores, una región que amaba y que visitó en el último mes de su vida.
La novela de Thomas Hardy, “Tess of the d'Urbervilles”, publicada en 1891,también influenció en su obra. Thomas Hardy (1840-1928) es un poeta inglés y novelista regional cuyas obras se sitúan sobre el imaginario país de Wessex.
Su obra “Tess of the d'Urbervilles”, entró en conflicto con la moral victoriana. Narra la historia de la muchacha Tess Durbeyfield, una pobre campesina muy hermosa que es seducida por el rico Alec D’Urberville. Se queda embarazada pero el niño muere en su infancia. Tess encuentra trabajo como doncella en una granja y se enamora de Angel Clare, el hijo de un clérigo. Se casan pero cuando Tess cuenta a Angel su pasado, hipócritamente la abandona. Tess se convierte en la amante de Alec. Angel regresa del Brasil arrepentido de su dureza pero se encuentra a su mujer viviendo con Alec. Tess desesperada mata a Alec, es arrestada en Stonehenge y colgada.
Salisbury es una ciudad situada en el sur de Inglaterra. Cerca de allí se encuentra la meseta llamada Salisbury Plain. Es la región de los monumentos megalíticos, siendo el más famoso el círculo de menhires conocido como Stonehenge. En la sinfonía se evoca la catedral de Salisbury en su primer movimiento con su tema de Bach. Salisbury Plain con Stonehenge en el segundo. Existe un cierto paralelismo entre este movimiento y las escenas finales de la novela citada anteriormente “Tess of the d'Urbervilles”, del escritor Thomas Hardy. Tess y su marido Angel Clare se aproximan a Stonehenge por la noche, permaneciendo allí. El principio del movimiento nos sugiere el viento y el misterio del monumento, como un espectral Templo de los Vientos. Al amanecer son sorprendidos por la llegada de la policía y Tess es arrestada por la muerte de su seductor.
Un tema más dulce nos presenta a Tess frente a su terrible fatalidad, expresada por los bárbaros motivos. Los dos temas son contrapuestos en su desarrollo. Una especie de marcha hacia el cadalso, basada en el tema bárbaro, se interpreta hacia el final del movimiento, lo cual nos sugiere la muerte de la muchacha a manos de su verdugo. Stonehenge queda nuevamente desierto.
La novela fue llevada al cine en 1979 mediante el film “Tess”, dirigido por Roman Polansky e interpretado por Nastassja Kinski en el papel protagonista. Un film que consiguió tres Oscar.
A sus 85 años Vaughan Williams lleva una vida realmente activa. Junto a su segunda esposa pasa sus vacaciones en Ischia con Susana y William Walton. Empieza a trabajar en una nueva ópera, Thomas the Rhymer, recibe el título de Doctor honorario de la Nottingham University y acude al Festival de Cheltenham, continuando normalmente con su vida social y musical.
A finales de julio de 1958 su ópera Sir John in Love se representa en el Sandler’s Wells y el 5 de agosto escucha de nuevo su Novena Sinfonía en uno de los Promenade Concerts, interpretada por la BBC Symphony Orchestra dirigida por Malcolm Sargent. La obra fue mejor recibida que en el día de su estreno. La sinfonía debía grabarse hacia finales de agosto interpretada por la BBC Symphony Orchestra dirigida por Adrian Boult. El día de la grabación, el 26 de agosto de 1958, Vaughan Williams sufrió un ataque al corazón y murió repentinamente durante el sueño en su casa de Hanover Terrace. Sus cenizas reposan en la Westminster Abbey, cerca de la tumba de Purcell.