22 – Mahler 1
Sinfonías 1 a 3
La música romántica llega a su máximo grado de expresividad. Parece que la sinfonía ha alcanzado su límite de desarrollo y que no es posible seguir por este camino. Esto lo comprende su admirador Schönberg, que si en sus primeras obras sigue el camino marcado por Mahler, pronto da un giro extraordinario llevando a la música a un nuevo siglo.
Sin romper con la tonalidad pero llegando a sus límites, Mahler compone una música que siempre busca lo trascendente, como expresión de sus ideas mas profundas difícilmente resueltas. Podemos decir que pertenece a un periodo de transición.
El empleo de melodías sublimes junto con otras surgidas del pueblo, al parecer más triviales o grotescas en muchos casos, lo abre a las ideas que imperarán en la música del siglo XX, durante el cual se separarán las diferentes tendencias. Por una parte la música vuelve al pueblo, llegando a una etapa de predominio puramente comercial, mediante una música ligera la mayoría de veces poco imaginativa y por otra los compositores mas progresistas y según ellos más cultos, se separan del público, escribiendo una música atonal de difícil comprensión para los melómanos que llenan las salas de concierto.
Gustav Mahler (1860-1911) nació en Kalischt, actualmente llamada Kaliště en checo, el 7 de julio de 1860, en una humilde familia de origen judío. En el mes de octubre del mismo año, el Emperador Francisco José, firma un decreto con mejoras legales para los habitantes de Bohemia. Entre ellas se encuentra una disposición que permite a los judíos vivir en el lugar que deseen. Aprovechando esta liberización, pocos meses mas tarde, el 22 de octubre de 1860, su padre traslada la familia a Iglau en busca de mejoras laborales. Iglau es una ciudad distante 38 km del pueblo donde nació Mahler. Situado en Bohemia, formaba parte del Imperio Austro-Húngaro y la lengua oficial era el alemán. Actualmente el nombre de Iglau es Jihlava, pertenece a la República Checa y está situada entre Praga y Brno.
Expondremos brevemente la situación de Mahler en su entorno. Vive en el sur de Bohemia, una región en aquella época con fuertes movimientos nacionalistas checos. Los judíos son vistos como personas imperialistas, con el alemán como idioma de expresión. Una frase del propio Mahler nos puede dar idea de sus sentimientos “Soy tres veces apátrida, como nativo de Bohemia en Austria, como un austriaco entre los alemanes y como un judío en todo el mundo”.
Segundo hijo de una familia numerosa, Gustav es el primer hijo vivo. Su padre, un simple tabernero, con su propio esfuerzo para levantar a su familia de doce hijos, consigue poseer finalmente una taberna y una destilería.
Mahler desde niño destaca por sus grandes dotes para la música. El director del teatro de Iglau fue su primer maestro. En 1866 recibe sus primeras lecciones de piano. Su hermano Ernst, un año mas joven, muere en 1874 a la edad de 13 años, un hecho que marcará su vida como después ocurrirá con otro de sus hermanos, Otto, que se suicidó en 1895 a los 22 años.
El 10 de septiembre de 1875 ingresa en el Conservatorio de Viena, donde estudiará hasta 1878. Sus maestros fueron Robert Fuchs en armonía y Franz Krenn en composición. También recibió lecciones de piano de Julius Epstein. En 1877 empieza sus estudios en la Universidad de Viena, que durarán hasta 1879, estudiando Filosofía e Historia. Conoce a Bruckner con el cual le une una gran amistad y que lo convirtió en un ardiente defensor de Wagner. En 1878 realiza un arreglo para piano de la “Sinfonía Nº 3” (Wagner) de Bruckner.
En el verano de 1879 acepta la oferta de un rico hacendado húngaro para enseñar a su hijo tocar el piano. Para consolarse de su soledad escribe largas cartas a su amigo el poeta Josef Steiner. En ellas expresa las ideas místicas y transcendentes que más tarde pondrá en música en sus sinfonías.
Durante su época de estudiante compone numerosas obras. Entre ellas una “Sonata para violín” estrenada en 1876, y entre 1875 y 1879 un “Quinteto con piano”, un “Cuarteto con piano en la menor”, del cual actualmente solo se conserva el primer movimiento, que obtuvieron premios en el Conservatorio, dos obras sinfónicas y fragmentos de varias óperas.
El “Cuarteto para piano en la menor” se estrenó en el Conservatorio el 10 de julio de 1876 y luego interpretado públicamente en Jihlava el 12 de septiembre del mismo año, ambas veces con Mahler al piano. La primera interpretación moderna del movimiento conservado la realizó Peter Serkin con el Cuarteto Galimir el 12 de enero de 1964.
Las óperas inacabadas son “Herzog Ernst von Schwaben” compuesta en 1875, con libreto de Josef Steiner, “Die Argonauten” entre 1879 y 1880 y “Rübezahl” entre 1879 y 1890. Las dos últimas con libreto del propio Mahler. En cuanto a la música sinfónica parece que compuso un par de sinfonías. La primera escrita entre 1876 y 1878, ensayada en el Conservatorio de Viena con fracaso debido a las faltas cometidas en la partitura y la segunda una “Sinfonía en la menor” escrita entre 1876 y 1880. El manuscrito tenía tres movimientos.
Durante mucho tiempo se había pensado que los manuscritos de estas sinfonías estaban en manos privadas. Exactamente que los poseía la Baronesa Marion von Weber y que habían sido destruidos durante el feroz bombardeo de Dresde por las fuerzas aliadas en la segunda guerra mundial. Los rumores procedían de una conversación entre un crítico vienés, Paul Stephan y el director holandés Wilhelm Mengelberg. Este último afirmaba haber visto los manuscritos de Mahler que poseía la Baronesa. Los biógrafos de Mahler no lograban ponerse de acuerdo sobre estos datos.
Finalmente, en la primavera de 1998 se encontró una carta enviada por Mengelberg a su mujer, el 10 de julio de 1907. En ella comenta los numerosos manuscritos y recuerdos de Weber que poseía la Baronesa y que se interesó en la obra de Mahler. Pero lo que encontró fueron las versiones originales de “Das klagende Lied”,con su parte eliminada Waldmärchen, los de la primera sinfonía, con su movimiento suprimido, Blumine y un manuscrito de la primera parte de la segunda sinfonía, titulado “Totenfeier”. No había ningún manuscrito de obras anteriores. Los documentos existentes actualmente de estas versiones originales proceden de copias.
Lo más probable es que el propio Mahler destruyera todas sus obras de juventud. En aquella época componía sobre el piano y no dominaba suficientemente las técnicas de orquestación. Por ello creyó que lo más oportuno era la destrucción de estas composiciones que le parecían poco afortunadas. Mas tarde haría lo mismo con movimientos desechados de otras obras.
Durante el verano de 1879, pasado en su casa de Jihlava, entre sus alumnas de piano se encuentra Josephine Poisl, hija del director de correos de la ciudad. Mahler se enamora locamente de la muchacha pero su padre desaprueba esta relación, debido a que Mahler era judío y un músico sin dinero ni trabajo fijo. Mahler compone entre los meses de febrero y marzo de 1880 un ciclo de canciones dedicado a su amada Josephine. Pero cuando el padre de la joven prohíbe sus encuentros Mahler deja la composición de la obra, quedando reducida a tres de los cinco lieder proyectados. Son las “Tres canciones para tenor y piano” de 1880.
A sus veinte años empieza la composición de la obra más importante realizada hasta entonces por el joven músico. Se trataba de “Das klagende Lied”. Este sería su última tentativa en el campo de la ópera.
El estilo de Mahler estaba marcado por dos grandes músicos, Bruckner y Wagner. Quería escribir inmensas obras sinfónicas como el primero, pero al igual que Wagner necesitaba el uso de la palabra para dar completa forma a sus obras. Por esto comprendió que, como Wagner, necesitaba componer óperas, pues la sinfonía la encontraba demasiado restringida, con una forma cerrada que impedía su completa expresión. Pero sus obras vocales serían eminentemente sinfónicas. Con estas ideas empezó la composición de “Das klagende Lied”. Debido a su importancia y relación con sus futuras sinfonías, dedicamos unos párrafos a la descripción de la obra, la primera significativa en la vida del compositor.
“Das klagende Lied” se podría traducir aproximadamente como la canción del lamento, pero el adjetivo alemán también tiene el sentido de demanda o queja. Tiene un texto redactado por el propio Mahler en el mes de marzo de 1878. Está basado en un cuento de Ludwig Bechstein (1801-1860) con una historia parecida a la narrada por los hermanos Grimm en “El hueso cantador”. En el mes de mayo de 1876 se había representado en el Conservatorio de Viena una versión dramática del cuento, presentada por un desconocido escritor llamado Martin Greif. Mahler que asistió a la representación tuvo la idea de convertirlo en una ópera en tres actos, redactando su propio texto.
Mientras compone la obra, empezando la parte musical durante el otoño de 1879, se enamora como se ha dicho de Josephine Poisl, pensando en ella durante su trabajo. Cuando ve claramente que no es correspondido cae en un estado de depresión. Con un trabajo inseguro, basado en clases particulares, comida insuficiente, se hace vegetariano y abrumado por la composición de la obra llega a un estado de gran inestabilidad emocional. Para aumentar mas su angustia, en el mes de octubre de 1880, se entera que varios de sus seres amados han caído en la locura. Una muchacha de la cual había estado enamorado a los 15 años y dos compañeros de Conservatorio, Anton Krisper y Hans Rott, una de las más brillantes promesas musicales de Austria. Véase el artículo sobre Hans Rott en su correspondiente apartado como compositor y la influencia ejercida sobre Mahler. El estado de Mahler en aquella época se refleja en una carta escrita a su amigo Emil Freund. “Si conoces en la tierra un solo hombre feliz, dímelo rápidamente antes de que desaparezca la poca fuerza que me queda”.
Pronto abandona la primera idea operística y convierte la obra en una cantata coral en tres partes, poseyendo un gran formato sinfónico. La ópera estaba derivando hacia la sinfonía programática con la adición de textos. Completa la obra el 1 de noviembre de 1880.
Hasta ahora la única forma que Mahler poseía para ganar algún dinero era por medio de las clases particulares. No deseaba depender de su familia y tampoco le apetecía demasiado iniciar una carrera de director de orquesta. Quería ser compositor de grandes formas sinfónicas. Para lograr los recursos necesarios para ello, se presentó al Premio Beethoven que estaba dotado con 600 gulden, con su cantata. Pero el jurado era una fortaleza del clasicismo, con algunos de los personajes mas famosos de la época. Entre sus miembros se encontraban Brahms y el crítico Hanslick, los dos altamente antiwagnerianos y reacios a las revoluciones tonales. Además formaban parte del mismo, los compositores Carl Goldmark, Johann Nepomuk Fuchs, el director del Conservatorio de Viena Josef Hellmsberger, el profesor de composición Franz Krenn y finalmente los directores de orquesta Hans Richter y Wilhelm Gericke. La obra les pareció incoherente, con inauditos toques de fantasía y que además requería la presencia de una segunda orquesta, situada fuera del escenario. Aquello era demasiado para el jurado. El premio se lo llevó Robert Fuchs por su “Concierto para piano”, uno de los maestros de Mahler y hermano de J. N. Fuchs, un compositor pronto olvidado.
Intentando una vez mas que se interpretara su obra, la envía en 1883 al jurado de la Allgemeiner Deutscher Musikverain presidido entonces por Franz Liszt, sin conseguir un resultado favorable.
En el mes de diciembre de 1893 cuando Mahler se encontraba en Hamburgo realizó una primera revisión de la obra. Redujo en primer lugar el número de ejecutantes, tanto en el coro como en la orquesta. Eliminó la segunda orquesta fuera de la escena. Finalmente decidió eliminar totalmente la primera parte, Waldmärchen.
Durante los meses de septiembre y diciembre de 1898 realiza una nueva revisión, devolviendo la orquesta situada fuera de escena. Pero las revisiones se hacen tan importantes que decide escribir una nueva versión de la obra en Viena, durante el mes de mayo de 1899, basada en los movimientos segundo y tercero. Esta nueva versión conocida como definitiva, se publicó por Weinberger en 1900, estrenándose el 17 de febrero de 1901 en Viena, bajo la dirección del propio autor al frente de los coros y orquesta de la Opera de Viena.
Pero la historia continúa. Mahler entregó el original de la primera revisión de 1893 que conservaba sus tres movimientos a su hermana Justine Mahler. Esta se casó con el famoso violinista Arnold Rosé, compañero de Mahler en el Conservatorio. La copia de la obra pasó luego a su hijo Alfred Rosé, profesor de música en la Universidad Western Ontario y muerto en 1975. No permitió que la copia fuera hecha pública hasta el año 1969, cuando se envió a la biblioteca de la Universidad de Yale.
A pesar de ello Alfred Rosé había estrenado la primera parte de la obra, Waldmärchen en la Radio de Brno el 28 de noviembre de 1934 y la obra completa el 8 de abril de 1935 en la Radio de Viena. La primera audición completa con los tres movimientos revisados fue en 1969 y la primera audición de la primera versión original en 1997.
La versión que se comenta a continuación es la versión completa, pero con la revisión final de los movimientos segundo y tercero. Además del coro y la orquesta, interviene un cuarteto vocal, formado por una soprano, una mezzo-soprano, un tenor y un barítono. Una obra importante de mas de una hora de duración.
El primer movimiento se titula Waldmärchen (Cuento del bosque). Una orgullosa reina que odia a los hombres, promete casarse con el caballero que consiga encontrar una rara flor roja que se esconde en el bosque. Una flor tan hermosa como la joven reina. Dos hermanos salen en busca de la flor. El mas joven es dulce y bello, el mayor torvo y solo sabe blasfemar. El joven encuentra la flor, la engancha a su sombrero y se tumba para descansar junto a un sauce. El hermano mayor lo encuentra, le quita la flor y lo mata con su espada. Entonces marcha a cobrar su recompensa, poseer a la reina. Mientras, el cadáver de su hermano se cubre de hojas y flores.
Después de un preludio orquestal en el cual se escuchan motivos de caza y un tema épico, los solistas se van turnando, relatando la historia sin tener relación las voces con personajes definidos. Los coros toman parte en los últimos versos de cada estrofa que comentan la acción. Sobre este relato vocal, la música expresa los diversos sentimientos que van apareciendo en la obra. Forma una especie de poema sinfónico, acompañado de una explicación literaria. Un estilo parecido al empleado por Wagner en los largos relatos que se encuentran en sus óperas.
Los coros toman mas importancia a partir de la cuarta estrofa, relatando la búsqueda de la flor y después en la dulce escena de su encuentro por el joven caballero. Luego la acción se vuelve mas dramática en el encuentro de los hermanos que lleva al asesinato, con influencias claramente de Wagner. La parte final consiste en un dramático lamento de la naturaleza sobre la escena que acaba de presenciar.
El segundo movimiento lleva el título, Der Spielmann (El juglar). Encontramos a un trovador paseándose por el mismo bosque de la escena anterior. Junto a un sauce encuentra un hueso de un blanco resplandeciente y con él se fabrica una flauta. Cuando la toca le cuenta la historia del asesinato. La flauta llevada de un lado a otro por el trovador, lo conducirá hasta el palacio real, junto a la encantadora esposa del rey.
La fuerza expresiva del relato aumenta a partir de esta parte. Parece que Mahler se crezca a lo largo de la obra. Aparecen los motivos típicamente mahlerianos que luego encontraremos en sus sinfonías. Esto ahora se puede observar en la obertura de esta sección. Particularmente interesante es el tema que narra la dramática confesión de la flauta. Nos daremos cuenta de la importancia que tienen los comentarios sinfónicos. Dramáticos lamentos del coro terminan el movimiento.
El último movimiento representa la boda real. Hochzeitstück (La escena de la boda). En el castillo se prepara la fiesta para celebrar la inminente boda de la reina con el caballero asesino. Pero nadie sabe la causa de la tristeza y palidez del rey. El músico se ha presentado con su flauta, que cuenta nuevamente su triste historia. El rey salta de su trono, toma la flauta y se la pone en sus labios. Entonces le acusa del asesinato de su propio hermano, revelándole que de uno de sus huesos estaba construida la flauta. Termina con un apoteósico final, en el cual la reina se desmaya, se desploman las murallas del castillo y los invitados huyen despavoridos. Una mezcla entre el Caín y Abel y los dramas wagnerianos.
La obertura empieza con motivos épicos que nos presentan la orgullosa corte real. Los coros nos cuentan su gloria. Se anuncia el fastuoso espectáculo de la boda con restallidos del metal y la percusión. De pronto el cielo se obscurece, cambiando el carácter de la música, cuando los solistas comentan el triste estado en que se encuentra el rey. Aparece nuevamente el tema del músico que vuelve a relatar la triste historia del asesinato. La música se intensifica en el momento de la dramática confesión al propio rey. La soprano en una expresiva intervención es la encargada de la confesión. La parte final nos relata la dantesca escena final, terminando con una tranquila frase llena de dolor, seguida de un sorpresivo fuerte acorde de la orquesta.
Continuemos ahora con el relato de la vida y obra de Mahler. En 1880 su profesor Epstein decide ayudarlo buscándole un trabajo, como director de orquesta en Bad Hall (Baja Austria), una población de veraneo situada al sur de Linz. Es su primer trabajo como director, pero en un ambiente de baja calidad artística, una orquesta de opereta para entretener a los veraneantes. Allí trabajo entre los meses de mayo y julio de 1880.
En septiembre de 1881 es nombrado director de orquesta del Teatro Real de Laibach (Ljubljana), actualmente la capital de Eslovenia. Allí dirigirá varias óperas hasta el mes de marzo de 1882.
Regresa a Viena donde terminará la primera serie de los “Lieder und Gesänge aus der Jugendzeit”. En total compondrá catorce canciones para voz y piano divididas en tres cuadernos, entre los años 1880 al 1891. La tercera de ellas, Hans und Grete es una revisión de la tercera canción compuesta para Josephine Poisl poco tiempo antes.
En enero de 1883 empieza un trabajo como director del Teatro de la Opera en Olmütz, la actual Olomouc en Moravia, un puesto que había quedado vacante por el abandono del director titular. Su estancia fue bastante dolorosa al morir Wagner en febrero y al presentar la administración una situación de quiebra, que supuso el cierre del Teatro en el mes de marzo.
Mahler regresa a Viena, pero será por poco tiempo, pues en el mes de mayo logra un contrato como segundo director de orquesta y director del coro del Teatro Real e Imperial de Kassel. Un contrato para tres años que no terminó.
En el verano de 1883 escucha el “Parsifal” de Wagner en Bayreuth, produciéndole una inmensa emoción que más tarde reflejaría en su Segunda Sinfonía. La audición del Parsifal le había hecho cambiar sus ideas sobre la composición. Poco después de abandonar su versión operística de “Das klagende Lied”, abandona una nueva ópera sobre la que estaba trabajando intensamente, Rübezahl.
Mahler pensaba que las condiciones en Kassel serían mejores que en los anteriores teatros en que había trabajado, pero continuó con sus amargas ocupaciones de los ensayos, después de compararlo con lo que había podido escuchar en Bayreuth. En el mes de diciembre se realizó un concierto dirigido por el famoso director Hans von Büllow. Mahler le escribió una carta pidiendo trabajar con él. Büllow no se dignó ni a contestarle, simplemente le devolvió la carta.
Para el Teatro de Kassel, Mahler compuso la música de escena para la obra “Der Trompeter von Säkkingen” de Scheffel que se ha perdido, pero de la cual Mahler usó mas adelante alguno de sus temas.
Su relación con la cantante Johanna Richter, de su misma edad, producirá una gran influencia en su obra. Era una de las cantantes del teatro de Kassel. Una hermosa criatura rubia, con ojos azules, enamoró a Mahler como nunca lo había estado hasta entonces. Pero su relación no pudo continuar por interferir en sus respectivas carreras y decidieron separarse con gran dolor por parte de Mahler.
La composición del ciclo de canciones con acompañamiento de piano entre 1883 y 1888, orquestadas en 1893 por el propio Mahler, “Lieder eines fahrenden Gesellen” (Canciones de un camarada errante), debe su inspiración en gran parte a esta desgraciada relación. Todas las canciones respiran un ambiente de fuerte pesimismo. Especialmente trágica es la cuarta canción “Die zwei blauen augen von meinem Schatz” con la frase “los ojos azules de mi tesoro me han hecho salir al mundo”, melodía que luego empleará en su primera sinfonía. Pero no menos dramática es la tercera “Ich hab’ ein glühend Messer in meiner Brust” (Tengo un cuchillo ardiente en mi pecho). Mas adelante veremos la relación de estas canciones con su primera sinfonía.
El enfrentamiento con el director titular de la orquesta de Kassel fue la causa de su dimisión, antes de terminar el contrato en el mes de agosto de 1885. Pero tenía una oferta para ir a Leipzig en 1886. Durante el año que le quedaba libre aceptó un contrato temporal en Praga con el empresario Angelo Neumann. Ahora pudo dirigir varias óperas de Wagner confirmando su fama de gran director de orquesta.
En Praga tuvo una corta relación con la cantante Betty Frank que había interpretado varias de sus canciones de juventud.
Después de unos días de descanso en Jihlava, en el mes de julio de 1886 empezó su nuevo trabajo en Leipzig, esta vez como director asistente. El titular era un gran director, Arturo Nikisch, pero cuando enfermó Mahler tomo la dirección de la orquesta del teatro de la ópera, el conocido Teatro Kärntnertor.
En Leipzig conoció al capitán Carl von Weber y a su esposa Marion. Carl era el nieto del gran compositor Weber cuya música apreciaba Mahler. Pronto les unió una gran amistad y cuando terminaba su trabajo en el teatro, se retiraba a descansar en la casa de los Weber, rodeado por sus hijos. Allí pudo consultar a fondo los varios volúmenes de “Des Knaben Wunderhorn”, (la trompa maravillosa de la juventud), que estaban en la biblioteca de los Weber. Se trata de unos famosos libros de poesía romántica alemana que poseían los niños, conteniendo poemas simples pero de gran fuerza expresiva. Mahler pondrá música a varias de estas poesías.
Des Knaben Wunderhorn consiste en una colección de poesía popular germana, recogida por los hermanos políticos Achim von Arnim (1781-1831) y Clemens Brentano (1778-1842), publicada en dos volúmenes en los años 1805 y 1808, a la que añadieron poemas realizados por ellos mismos. Mahler efectuó sus propias versiones de los poemas que tomó de esta colección. Su título se debe únicamente, al nombre del primer poema de la colección.
La obra más preciosa que poseía el matrimonio Weber era el manuscrito de una ópera inacabada del famoso compositor titulada “Die drei Pintos”. Carl y Mahler prepararon una revisión de la obra, examinando la partitura y retocando el libreto. Durante el verano de 1887 Mahler compuso el final del tercer acto siguiendo el estilo de Weber y usando fragmentos de sus obras. Durante su trabajo en casa de los Weber se enamoró de la mujer de Carl, Marion-Mathilde von Weber, llegando a querer fugarse con ella, pero Marion rehusó. Después de las relaciones de Mahler con su esposa, Carl cayó en un estado de depresión próximo a la locura. Marion no quiso saber nunca mas, nada de Mahler.
El resto del verano Mahler lo dedicó a elaborar las distintas partes de la sinfonía que estaba componiendo con tanta dificultad, especialmente por su falta de tiempo, como vemos debido a sus múltiples actividades.
La ópera terminada se estrenó en Leipzig el 20 de enero de 1888. Luego se dedicó febrilmente a terminar su sinfonía, abandonando muchas veces sus funciones y llegando casi a estados de locura. Finalmente, a mediados del mes de marzo, la obra estaba terminada.
En 1888 consigue el cargo de director del Teatro Real de Opera de Budapest, con un salario mucho mayor que los recibidos hasta este momento. Allí estrenará en Hungría el ciclo del Anillo de Wagner. Su carácter perfeccionista irritaba a los músicos debido a los interminables ensayos.
La “Sinfonía Nº 1 en re mayor” (Titan) fue empezada en 1884 y terminada en 1888. Se estrenó en Budapest el 20 de noviembre de 1889 bajo la dirección del propio autor, con un relativo éxito, pues la crítica fue bastante negativa con la obra, especialmente con su parte final. Luego fue interpretada en Hamburgo en 1893 y en Weimar en 1894. Para estos conciertos Mahler introdujo un programa basado en el romance de Jean Paul Richter titulado El Titán, con la figura de su héroe Rocquairol.
La obra llevaba el título de poema sinfónico en forma de sinfonía. Con ello Mahler dudaba entre las formas, expresando que en realidad se trataba de una sinfonía programática, género introducido por Berlioz.
La estructura original de la obra estaba compuesta por cinco movimientos, distribuidos en dos partes. Los títulos de las distintas partes dadas por su autor en Weimar, eran los siguientes.
Primera Parte: De los días de la juventud, flores, frutos y espinas. (Blumen, früchte und Dornenstücke).
- Primavera y sin final
- Blumine
- A toda vela
Segunda Parte: Comedia humana
- Naufragio (una marcha fúnebre al modo de Caillot)
- Del infierno al paraíso
Mas tarde Mahler revisó la obra. Así cuando se presentó en Berlín en 1896 Mahler eliminó el título y todas las referencias al poema sinfónico. Además eliminó el tercer movimiento Blumine por encontrarlo poco apropiado.
La obra se publicó en Viena en 1899 con solo cuatro movimientos y con el título de “Sinfonía Nº 1 en do mayor”. La orquestación fue aumentada en las secciones de viento. Una nueva edición se realizó un año mas tarde sin apenas modificaciones. Finalmente Mahler realizó una nueva revisión en 1906, con pocos cambios, publicándose por la Edicion Universal de Viena.
La obra comentada a continuación es la de la versión final, pero añadiéndole el recuperado Blumine. Su orquestación comprende cuatro flautas, flautín, cuatro oboes, corno inglés, tres clarinetes, un clarinete bajo, tres fagots, contrafagot, siete trompas, cinco trompetas, cuatro trombones, trombón bajo, tuba, timbales con dos músicos, bombo, triángulo, platillos, tam-tam, arpa y la cuerda habitual. Como se puede ver una orquesta aumentada considerablemente en los metales y percusión.
El primer movimiento lleva la indicación, langsam, schleppend. Wie ein Naturlaut, lento, arrastrado, como un canto de la naturaleza. Empieza con una introducción que significaba el despertar de la naturaleza. Aparecen los núcleos germinales que formarán la obra. Anticipación de fanfarrias, el motivo del cuco en el clarinete y una idea temática en las trompas. La exposición nos presenta los temas empleados en el segundo de los “Lieder eines fahrenden Gesellen” que lleva el título Ging heut’ morgen über’s Feld, mientras paseaba esta mañana por los campos, que nos presenta un paisaje pastoral. La exposición se repite. La sección de desarrollo empieza con una variación de la introducción. Las trompas nos presentan mas tarde una marcha en forma de fanfarria seguida de los temas de la exposición en forma combinada. El desarrollo termina con una poderosa fanfarria. La reexposición está construida sobre el tema de la fanfarria que nos conduce hacia la resolutiva coda. El movimiento en su concepto inicial era un canto de la Primavera que representa el despertar de la naturaleza o en forma figurada el nacimiento del Titan, el héroe presentado en la obra.
El segundo movimiento Blumine, una palabra que deriva de flores pero con un sentido bastante incierto, corresponde al eliminado por Mahler en la edición final. Empieza con una extensa melodía para la trompeta, identificado por Donald Mitchell con el tema que Mahler había compuesto para su música de escena “Der Trompeter von Säkkingen”, escrita en 1884. El héroe toca la trompeta que se escucha a través de la noche. Una romántica melodía constituye el centro del movimiento. Finalmente la trompeta vuelve a interpretar su tema hasta llegar a una suave coda.
El siguiente movimiento kräftig bewegt, doch nicht zu schnell, vigorosamente movido, pero no demasiado rápido, corresponde al scherzo. La parte principal tiene un parecido a la melodía empleada en uno de sus primeros lieder de 1880, Maitanz in Grünen, que luego pasaría a convertirse en uno de los cinco lieder que forman la primera serie de “Lieder und Gesänge aus der Jugendzeit”, concretamente el segundo, Hans und Grethe. Se trata de una danza en forma de ländler, danza popular alemana de ritmo ternario. La sección central que corresponde al trio, contiene una melodía lírica en forma de vals lento. Luego retorna el tema del scherzo, terminando con una rápida coda.
El cuarto movimiento lleva la indicación feierlich und gemessen, ohne zu schleppen, solemne y mesurado, sin arrastrar. Presenta la llamada marcha fúnebre al modo de Callot. Un artista francés, Jacques Callot, conocido por los niños de la época por sus ilustraciones de cuentos infantiles, especialmente por su satírico “El funeral del cazador”, en el cual los animales del bosque acompañan a un cazador a su tumba. Empieza el movimiento con el tema de la marcha fúnebre. La canción infantil empleada es mas conocida en los países latinos como Frere Jacques, interpretada de un modo satírico. El segundo tema es un motivo de inspiración bohemia o húngara, que representa a una banda de música popular bohemia acompañando a los animales del entierro de un modo irónico. La sección central aparece como un nuevo trio. El carácter cambia completamente pasando a ser lírico. Entonces reproduce la música de la estrofa final, Auf der straβe steht ein Lindenbaum, perteneciente a su cuarto lieder de los “Lieder eines fahrenden Gesellen”. Es el titulado Die zwei blauen augen, que como se ha comentado recordaba a su fracasado amor. En la reexposición vuelve el tema de la marcha fúnebre cambiando su tonalidad. Sigue con la combinación de los dos temas que conducen a una coda con elementos del primer tema.
Termina con el movimiento de mayor intensidad dramática. Contiene la anotación stürmisch bewegt, tempestuosamente agitado. Su comienzo es tan inesperado, que el día de su estreno en Budapest, una mujer saltó alarmada de su asiento en uno de los palcos, cayendo con estrépito su bolso a la platea, un incidente que divirtió al compositor. Empieza con un estallido de la orquesta con metales, platillos y bombo, redoble de timbales, pizzicato de la cuerda, definido por Mahler como improvisado estallido de desesperación, como el grito de un corazón herido. En el programa inicial representa el punto de partida del héroe, el Titan, del infierno al paraíso. En esta introducción dramática se perfilan los temas de la exposición. El primer tema es de carácter heroico. Después de una transición da paso al segundo tema, una larga y angustiosa melodía presentada por los violines.
Elementos pertenecientes al principio del primer movimiento darán paso a la sección de desarrollo. Se emplean motivos del primer y del último movimiento. Llega al climax con el motivo de la introducción del primer movimiento, para luego en un tiempo muy lento retornar a los núcleos germinales de la introducción, escuchándose de nuevo el canto del cuco y otros recuerdos del primer tiempo. La reexposición empieza presentando el segundo tema apoyado por impulsos melódicos de la cuerda. Luego pasa al primer tema llegando a un gran climax con fanfarrias de las trompetas. Termina con una coda triunfal en la que reaparecen en el viento el primer tema y el de la introducción del primer movimiento que cierra el ciclo.
Podemos dar una interpretación personal de la sinfonía, que variará según su receptor, pero siempre será una visión subjetiva. Intentaremos hacer una breve exposición de nuestra personal visión literaria de la obra. Nuestro héroe, el Titan, nace y vive la primavera de su vida llena de alegría y despreocupación, pensando que aquella situación nunca acabará. Los primeros amores le clavarán las primeras espinas, en su corazón desgraciado. En el segundo movimiento llega la fructificación de su amor. Vive con una fuerza imparable como nos muestra el scherzo. Pero finalmente se estrella, cae en un estado de desesperación, será su naufragio, su muerte. Condenado al infierno renace por la fuerza del amor, terminando gloriosamente en el paraíso.
El año 1889 fue muy difícil en la vida de Mahler. Su padre murió en febrero y su madre en octubre. Necesitó ocuparse de sus hermanos, trasladando toda la familia a Viena. Su trabajo en Budapest le condujo a un estado de total agotamiento.
Durante el verano de 1890 realizó un viaje por Italia junto con su hermana Justine. En la temporada siguiente al cambiar el director de la ópera de Budapest, empezaron los problemas para Mahler. Pensando lo que podía suceder, se encargó de buscarse un nuevo trabajo mediante comunicaciones secretas con el director de la Opera de Hamburgo. Durante sus últimos días de estancia en Budapest, dirigió una representación del “Don Giovanni” de Mozart. Brahms que se encontraba entre el público confesó que era la mejor representación de aquella ópera que había oído y felicitó a Mahler.
El 15 de marzo de 1891 abandonaba definitivamente el teatro de Budapest. En el mes de abril iniciaba un importante periodo de su vida, durante nueve años sería el director de la Opera de Hamburgo. El propio Hans von Bülow reconocía el gran talento de Mahler como director de orquesta, pero cuando le mostró su obra “Totenfeier”, que más adelante se convertiría en el primer movimiento de su segunda sinfonía, según las propias palabras de Mahler escritas en una de sus cartas, Hans cayó en un estado de terror nervioso, comportándose como un loco y exclamó ‘Al lado de su música, el Tristan suena tan simple como una sinfonía de Haydn’.
En la primavera de 1892 realizó un viaje a Londres junto con la compañía de la Opera de Hamburgo para la representación de un ciclo de ópera alemana. Su interpretación del “Siegfried” de Wagner obtuvo un gran éxito en Londres. Mahler pasa el verano de 1892 en Berchtesgaden, en el sur de Baviera pero no escribe nada nuevo.
La “Sinfonía Nº 2 en do menor” (Auferstehung) Resurrección, fue empezada en 1888, poco después de concluir la primera en Leipzig. El primer movimiento fue terminado en Praga en el mes de agosto de 1888 con el título de “Totenfeier”, ceremonia fúnebre. Pero esta obra no tuvo continuación durante cinco años, convirtiéndose en una composición independiente.
Durante el verano de 1893, Mahler busca un lugar tranquilo para dedicarse a la composición. Lo encuentra en un pequeño albergue en Steinbach junto al lago Attersee, cerca de Salzburg en dirección a Linz. Allí se construirá una casita, una Komponierhäuschen, donde desarrollará su trabajo creador. Escribe el lieder Antonius von Padua Fischpredigt de su colección “Lieder aus Des knaben Wunderhorn”. Entonces vuelve a su proyectada sinfonía de 1888 y escribe el andante, el tercer movimiento, scherzo y la introducción al movimiento final que contiene el lied Urlicht. Desea terminar la obra con un movimiento coral, al estilo de Beethoven, pero no encuentra el texto apropiado.
En el mes de febrero de 1894 muere Hans von Bülow y asiste a sus funerales. El coro interpreta la coral de Klopstock “Auferstehn”, resucitar. Entonces vive, erlebe, la sensación que dará forma al final de su sinfonía. El mismo día realiza el diseño esquemático del movimiento, pero no le dará forma hasta el verano siguiente en Steinbach am Attersee.
Los tres primeros movimientos son estrenados por Mahler con la Orquesta Filarmónica de Berlín el 4 de marzo de 1895, en un programa diseñado por Richard Strauss. La sala está medio vacía y la crítica no le es favorable. A pesar de ello el compositor no se desanima y el 13 de diciembre del mismo año estrena la versión completa de la obra, también en Berlín, con la Filarmónica, coros y solistas, todos dirigidos por Mahler. La crítica vuelve a ser adversa, pero consigue la admiración de los grandes directores Arthur Nikisch, Felix Weingartner y del compositor Humperdinck.
La obra está compuesta por cinco movimientos y utiliza una gran orquesta, compuesta por cuatro flautas y piccolos, cuatro oboes, dos cornos ingleses, tres clarinetes, un clarinete bajo, cuatro fagots, un contrafagot, seis trompas, con cuatro trompas fuera del escenario, seis trompetas, con cuatro también fuera del escenario, cuatro trombones, tuba, órgano, dos arpas y una amplia sección de percusión, además de la cuerda.
El primer movimiento allegro maestoso empieza con un trémolo sobre el que se construye el gran tema principal, una heroica marcha fúnebre. El segundo tema es de carácter lírico ofreciendo un consuelo y una esperanza en el futuro. La estructura es la clásica forma sonata con sus dos temas bien diferenciados. Después de repetir la exposición, el desarrollo empieza dulcemente con el segundo tema. El corno inglés solista nos presenta un tema pastoral. Pero la tranquilidad se rompe al volver el tema principal con una dramática versión subrayada por la percusión. Luego retorna el clima pastoral que es brutalmente detenido por golpes de timbales y tam-tam. Empieza una segunda parte del desarrollo. Las trompas interpretan un tema de coral emparentado al Dies Irae. Culmina con un gran climax sinfónico que nos conduce a la recapitulación con la repetición del primer tema y luego el segundo. Termina con una majestuosa coda seguida de rápidas escalas descendentes.
El significado literario del movimiento fue dado por el propio Mahler. Consciente de producir unas obras basadas en motivos transcendentes, explora en su segunda sinfonía uno de los misterios de la vida, lo que pasa después de la muerte. Quiere responder a las importantes preguntas del género humano, el porqué vivimos, el porqué de nuestros sufrimientos. Su respuesta se basa en las creencias cristianas de una vida futura, en la resurrección. En este movimiento asistimos a los solemnes funerales de nuestro héroe, el Titan que ha muerto en la primera sinfonía. El dramatismo de la muerte queda ennoblecido por el consuelo de una resurrección.
El segundo movimiento andante moderato cambia totalmente el clima de la obra. La anterior atmósfera épica se vuelve completamente idílica. Dos temas aparecen, el primero en forma de una suave danza ländler y un segundo con motivos rítmicos. En la segunda exposición del tema principal, encontramos un instante realmente bello, al escuchar el contrapunto realizado por los violoncelos. Los dos temas van alternándose en forma de distintas variaciones.
Está concebido como un primer intermedio, durante el cual nuestro héroe recuerda los felices momentos de su pasada vida terrenal.
El tercer movimiento corresponde al scherzo, in ruhig fliessender Bewegung, de un modo tranquilo y fluido. Su música está tomada del quinto lieder de su colección “Lieder aus Des Knaben Wunderhorn”, el titulado Des Antonius von Padua Fischpredigt, el sermón de San Antonio de Padua a los peces, que compuso el mismo verano en Steinbach am Attersee.
Dos golpes de timbal desencadenan el movimiento rítmico del scherzo, un ostinato monótono con el cual Mahler expresa la vanidad. Es una danza alemana, un ländler, pero más rápido que el usado en el anterior movimiento. El sentido es grotesco como expresa su orquestación de timbres ácidos del flautín y del clarinete. La música sigue la usada en su lied, con la excepción del solo de trompeta del trio. Este solo tan admirado actualmente por su carácter naïve, fue muy criticado en su estreno, por encontrarlo banal. Eso era lo que realmente quería expresar su autor y no fue comprendido. Después de repetirse el scherzo termina en un amplio tutti orquestal representando un grito de desesperación.
El scherzo es el segundo intermedio de la obra. En el expresa la parte negativa de la vida. El lied nos cuenta la divertida historia del sermón de San Antonio. Como la gente no acudía a escucharlo en la iglesia, decidió hacerlo a los peces. Después de escucharlo se alejan quedando como antes, haciendo vanas las palabras del cura. Expresa la vanidad de la vida. Por otra parte, podemos pensar que Mahler encontraba, que escuchar su música, resultaba a la mayoría de sus oyentes, una especie de predicación en el desierto. Una amarga visión de la vida del héroe, reflejada en su propia vida. La angustiada existencia del héroe lo tortura lanzando un gran grito de desesperación.
El cuarto movimiento es un preámbulo del gigantesco final. Se titula Urlicht, luz primitiva y Mahler necesita introducir la palabra en su música, mediante la intervención de una contralto. El texto usado pertenece a otro poema de la colección “Lieder aus Des Knaben Wunderhorn”. Comienza con un motivo ascendente en la voz grave de la contralto, como una señal de esperanza. Continúa con un solemne coral interpretado suavemente por los metales. La segunda parte es una confirmación de la esperanza, con la aparición del ángel y la afirmación de la fe cristiana. La última parte es más luminosa, terminando con unas frases que significan el final de la duda, en un ambiente de éxtasis.
Der liebe Gott wird mir ein Lichten geben,
Wird leuchten mir bis in das ewig selig Leben!
El dios amado me iluminará,
¡Seré guiado hasta la bienaventurada vida eterna!
El ser humano torturado en el anterior movimiento se libera volviendo a un estado de ingenuidad infantil, una luz primitiva. Terminan sus dudas existenciales con su acercamiento a la fe cristiana. Según el propio Mahler en uno de sus programas, la voz matutina de la fe ingenua golpea nuestros oídos.
El movimiento final, in tempo des scherzos, wild herausfahrend, en el tempo de un scherzo, explosión salvaje, empieza con el salvaje grito de desesperación del anterior scherzo. Las trompas anuncian el futuro tema principal de la resurrección. Un coral interpretado por el viento nos recuerda el tema del Dies Irae del primer movimiento. Sigue un largo recitativo orquestal con los temas que al final serán cantados por las sopranos, recordando la fragilidad humana y la llegada de la hora temida por todos. La respuesta llega en forma de coral del viento. La atmósfera se hace mas clara y las fanfarrias anuncian el tema de la resurrección. Con esto termina el preludio del movimiento.
Un gran crescendo realizado por la percusión, timbales, tambor, bombo y tam-tams, inicia el allegro energico. Los elementos anteriores se desarrollan en forma de una gran marcha. Retorna el tema doloroso expuesto por los violonchelos y luego por los violines, mientras los metales superponen motivos de fanfarrias. La angustia crece hasta que los metales lanzan un grito victorioso. Entonces en una atmósfera misteriosa los violoncelos en pianissimo interpretan el tema de la resurrección.
Empieza la inmensa coda con una llamada de los metales fuera del escenario, siguiendo luego el canto del ruiseñor. Los coros entran en pianissimo con las palabras del poema de Klopstock, amplificado por el propio Mahler, Auferstehe’n, ja aufersteh’n wirst du, resucitarás, si tu resucitarás. Un solo de la contralto canta las palabras, O glaube, mein Herz o glaube!, ¡Oh cree, corazón mío, cree!, consigue apagar la última duda. Una certeza que exalta a todos los participantes. Los coros entran con imitaciones del tema de la resurrección. Sigue un dúo de la contralto y la soprano, al que se unen luego los coros, anunciando el triunfo final sobre la muerte. Termina con una apoteosis final, en la que todos los coros unidos cantan Aufersteh’n en fortissimo. Luego la orquesta repite las primeras notas del tema, triunfalmente acompañada por el órgano, el tam-tam y las campanas.
El movimiento empieza con el aterrador grito de desesperación. El Juicio Final ha llegado, nos anuncian las fanfarrias. Los muertos resucitan, todos están angustiados. Los lamentos son cada vez mayores, pidiendo perdón por sus actos. Suenan las trompetas del Apocalipsis y luego sigue un aterrador silencio. Se escucha el canto del ruiseñor como un último eco de la vida terrena. Un coro de seres celestiales anuncia la resurrección. Las últimas dudas son disipadas por la contralto. Un estado de exaltación contagia a todos los participantes. Un dúo de contralto y soprano expresa la confianza en el ser humano, capaz de modelar su destino. La vida ha triunfado sobre la muerte. Aparece el resplandor divino iluminando las almas que se dirigen triunfalmente a su celestial destino.
La interpretación que da Mahler a su obra está basada en las creencias cristianas sobre la inmortalidad. Pero en los comentarios dados en una de sus interpretaciones, sus ideas en aquel momento diferían de las aprobadas por la Iglesia. Elimina el juicio, no existen ni pecadores ni justos. No hay castigo ni premio. Todos son iguales ante un Dios infinitamente misericordioso.
Para las personas no creyentes representa un canto a la utilidad de la vida, dándole un valor que trasciende mas allá de su propia naturaleza. En el fondo es solo música y lo que puede expresar no son teorías filosóficas. Se limita a hacernos partícipes de unos sentimientos y si estos sentimientos nos producen un estado de bienestar nos compensa con el mero placer de su audición.
La “Sinfonía Nº 3 en re menor” fue empezada en el verano de 1895 en su refugio de verano de Steinbach am Attersee, su Komponierhäuschen, su cabaña de compositor, junto al lago. Aunque los primeros esbozos datan de 1893 su realización sobre el papel fue realizada en el verano de 1895. Compuso cinco movimientos y dejó el primero en un diseño inicial que continuará durante el próximo verano.
El 11 de junio de 1896 regresa nuevamente a Steinbach pero se olvida los apuntes del primer movimiento en Hamburgo. Debe esperar ocho días para que un amigo se los envíe. Pero luego el trabajo es rápido, terminando la partitura el 11 de julio.
El menuetto, segundo movimiento de la extensa obra, se estrenó en Berlín el 9 de noviembre de 1896 con la Orquesta Filarmónica bajo la dirección de Arthur Nikisch. El 9 de marzo de 1897 la misma orquesta bajo la dirección de Felix Weingartner interpreta los movimientos segundo, tercero y sexto. Al terminar, los silbidos del público casi ahogan los aplausos. La crítica escribe reseñas totalmente desfavorables.
El estreno de la obra completa no se producirá hasta el 9 de junio de 1902 durante el Festival de Krefeld en Renania. La interpreta la Orquesta de Colonia dirigida por Mahler. Entre el público se encuentran Richard Strauss, Max von Schillings, Humperdinck, Eugen d’Albert, entre otros, que aclaman la obra. Es el primer triunfo de Mahler como compositor.
Es la sinfonía más extensa de Mahler, su duración supera una hora y cuarenta minutos. Los medios utilizados son enormes, aunque su empleo rara vez es simultaneo. Su orquestación comprende cuatro flautas, todas dobladas por piccolo, cuatro oboes, los cuatro doblados por corno inglés, tres clarinetes, clarinete bajo, tres fagots, un contrafagot, ocho trompas, cuatro trompetas, cuatro trombones, tuba, platillos, dos glockenspiels, pandereta, tam-tam, triángulo, címbalos, tambor, bombo, látigo, dos arpas y cuerda. También necesita una contralto solista, un coro femenino, un coro infantil, una trompa de caza y tambores fuera de la escena, además de un juego de campanas.
Mahler originalmente planeó una obra en siete movimientos. El último titulado Lo que me cuenta el niño, fue suprimido. Se trataba del lied Das himmlische Leben, la vida celeste, que más tarde usará en su cuarta sinfonía. El primer movimiento es el de mayor duración y Mahler dividió la obra en dos partes. La primera con un único movimiento, dejando el resto para la segunda parte.
Mahler añadió títulos explicativos a cada movimiento, pero finalmente los eliminó. Bruno Walter ha conservado estos títulos que se mostrarán en cada uno de los movimientos.
El primer movimiento, kraftig, entschieden, fuerte, decidido, llevaba el subtítulo la llegada del verano o el despertar de Pan. Mas tarde lo tituló lo que me cuentan las rocas. La forma utilizada es una variante ampliada de la sonata, usando dos exposiciones. Se inicia con una introducción que contiene un tema de marcha interpretado por ocho trompas. El primer tema, titulado la naturaleza inmóvil y prisionera, es de naturaleza potente y grandiosa, siguiendo la tradición de Bruckner. Toques de la trompeta producen un clima de intranquilidad. Luego los fragmentos temáticos van tomando cuerpo. Separado por una pausa aparece el segundo tema de carácter popular. Pertenece a las marchas militares que escuchaba Mahler en su niñez y que tanto le impresionaban. Pero el tratamiento de estos temas tan naïves es tan desarrollado como en los más trascendentes. Este acusado contraste entre temas es característico de su autor que le gustaba oponer lo humano con lo divino, en este caso representado por la naturaleza.
Después de una nueva pausa, empieza una segunda exposición, apareciendo mas claramente el grandioso tema de la montaña. Luego se repite el segundo tema, que va aumentando su carácter de marcha militar, hasta llegar a su climax. El primer tema reaparece en el inicio del desarrollo. Es la grandilocuente llamada de la naturaleza, en forma de grandes montañas que empequeñecen al hombre. Difíciles solos para el trombón, que representa la voz de la tierra, se intercalan durante el complejo desarrollo. El solo del violín representa la fragilidad de la naturaleza humana. Los contrabajos inician un crescendo que culmina con la interpretación de la marcha en un clima triunfal. Un redoble de tambor anuncia el principio de la recapitulación. Se repite el potente primer tema que enlaza con el inicio de la marcha del segundo tema, que a través de un crescendo nos lleva a la explosiva coda.
En el momento de hacer un comentario literario del movimiento nos encontramos con dudas razonables. Se puede hacer una doble interpretación del mismo. Intentaremos hacer un estudio razonado. Las dudas provienen del propio Mahler. En el momento de planear la obra le puso el título de “El sueño de una noche de verano” que luego se convertiría en “El sueño de una mañana de verano”, sin tener ninguna relación con la obra de Shakespeare. Mas adelante después de su lectura de la obra de Nietzsche, cambia el título por “Le gai Savoir”, el título de uno de sus libros. El primer movimiento lo titula como “La llegada del verano” o “El despertar de Pan” y más tarde “El cortejo de Baco”.
Si tenemos en cuenta esta versión el tema de la introducción representa el despertar de la naturaleza al final del invierno. Luego aparece la lucha estacional con la transición primaveral. Finalmente llegará el verano con su victoria final. Los ritmos de marcha significan el camino que inevitablemente se recorre hacia el verano. El propio compositor explicó el movimiento con las siguientes palabras, “Pan, espera, llega el verano, sonando y cantando, retozando en todas direcciones. Y todo el tiempo está tan eternamente repleto de misterio y dolor, como la naturaleza muerta, que espera sumida en triste inmovilismo la llegada de la vida”.
Mas adelante Mahler cambia el título del movimiento por “Lo que me dicen las rocas”. En este caso el significado cambia. Mahler le atribuye un significado panteísta, La actitud de Mahler frente a las actitudes trascendentes de la vida cambia a lo largo de su vida. Partiendo del judaísmo inicial pasa al cristianismo, pero siempre estará marcado por las filosofías orientales como veremos en sus últimas obras. El panteísmo es una doctrina filosófica que identifica a Dios con el mundo. Según el pensamiento oriental inmerge a Dios en el mundo. Esta nueva interpretación de su obra parece más convincente que la primera. El gigantesco tema de la montaña se opone a la fragilidad humana.
Mahler nunca nos dio una interpretación final. Finalmente adoptó la norma de eliminar todas las notas y títulos descriptivos de sus obras, para que el propio oyente pudiera realizar su particular interpretación. Considerando las obras como puros estudios musicales, dejamos a nuestros lectores que saquen sus propias conclusiones. Los comentarios escritos se dan únicamente de forma orientativa, sin ser de ningún modo dogmáticos.
La segunda parte de la obra empieza con un tempo di menuetto. El título del movimiento era lo que me cuentan las flores del prado. El tema es interpretado por el oboe acompañado por pizzicatos de la cuerda baja. Un nuevo tema es presentado por la flauta formando un idílico conjunto. Los dos temas se van alternando de un modo simétrico. Este movimiento fue el primero que compuso, titulándolo Blumenstück, conjunto de flores, inspirado en las flores del prado que rodeaba su casita del lago. Continuando con la segunda interpretación de la obra, el segundo peldaño de la naturaleza lo constituyen las flores. Siguiendo la teoría evolutiva después de la creación de la tierra, representada en el anterior movimiento, continúa con las plantas.
El tercer movimiento comodo, scherzando, constituye el scherzo de la obra. La música procede de uno de los “Lieder und Gesänge” (Wunderhorn Lieder), el llamado Ablösung im Sommer, El relevo del verano, compuesto en 1890.
Kukuk hat sich zu Tode gefallen an einer grünen Weiden!
Kukut ist tot!
¡El cuco ha hecho una caida mortal en un verde prado!
¡El cuco ha muerto!
Nos cuenta que el cuco ha muerto, siendo reemplazado por el ruiseñor. La primavera es reemplazada por el verano. El trio contiene un solo de trompa de postillón colocada fuera de escena. La orquesta le responde con un dúo de trompas de carácter soñador. La trompa vuelve a repetir su llamada. La respuesta de nuevo de la orquesta es realizada por los violines agudos. Por tercera vez responde la trompa invisible. Se reanuda el scherzo con su canción del cuco. Hacia el final del scherzo la atmósfera se enrarece, se escucha de nuevo la trompa de postillón situada fuera de escena, que luego es doblada por las trompas. Cuando se apagan las últimas notas parece reanudarse el tema del scherzo, pero es sustituido por un grito de dolor producido por una fanfarria del viento que nos conduce a la coda.
El subtítulo del movimiento dado por Mahler era, “Lo que me cuentan los animales del bosque”. En este caso Mahler nos presenta el tercer estadio evolutivo, el mundo animal. Un movimiento con una sencilla canción, pero de difícil interpretación en un nivel más profundo. Parece querer dar a entender la fragilidad del mundo animal, que se va renovando estacionalmente para sobrevivir, en un estadio de vida inferior. El carácter simple del trio, también criticado en su época y que ahora nos resulta encantador, parece reflejar este carácter de una naturaleza más sencilla del mundo animal. El grito de dolor que precede a la coda refleja el daño producido por el hombre en su intrusión dentro de la vida de los animales, una especie de llamada a la conservación de la fauna, que forma parte de Dios.
El cuarto movimiento, sehr langsam, misterioso lleva el subtítulo “Lo que me cuenta la noche” y más tarde lo cambió por “El hombre”. Consiste en el lied “Mitternachtslied”, con el texto tomado del “Also sprach Zarathustra”, Así hablaba Zarathustra, de Nietzsche, un libro sobre el cual Mahler había mostrado un considerable interés. Es el adagio de la sinfonía que podemos comparar con el Urlicht de la anterior sinfonía, como un preludio del final, teniendo en cuenta que los tres últimos movimientos se interpretan sin pausa.
Sobre una instrumentación ligera y transparenta, la contralto canta el citado lied que empieza en un ambiente lleno de calma y misterio con la frase
O Mensch! Gib acht! ¡Oh hombre! ¡Escucha!
Was spricht, die tiefe Mitternacht? ¿Que dice, la profunda medianoche?
Mahler usa una forma muy libre en este movimiento, usando unos ritmos indistintos sugiriendo la inmovilidad de la noche. En este movimiento siguiendo el ciclo evolutivo, aparece el hombre. En el corazón de la noche la vida confunde a Zaratrusta con su angustia y sus dudas. Medita sobre el secreto del mundo, de la fragilidad de una vida que será llamada a la eternidad. Todo el movimiento consiste en una profunda meditación del hombre, que acaba de despertar, sobre su destino. Los movimientos encadenados siguientes deben darle la respuesta.
Como curiosidad, especialmente para los aficionados al cine, diremos que la música de este movimiento es utilizada en una de las escenas de la película de Luchino Visconti, “Muerte en Venecia”, a pesar de que la parte mas conocida sea el adagietto de la quinta.
El quinto movimiento, lustig in tempo und keck im Ausdruck, en un tempo alegre y con una expresión desenvuelta, llevaba el subtítulo “Lo que me cuenta el cuco”, reemplazado mas adelante por “Las campanas matinales” y finalmente por “Los Angeles”. Utiliza uno de los lied de la colección “Des Knaben Wunderhorn”, el titulado “Canción de cuna del niño pobre”. Un coro infantil imita el sonido de una campana con las palabras bing – bang. El coro femenino canta el lied que comienza con la frase
Es sungen drei Engel einen süssen Gesang
Tres ángeles cantan una dulce canción
En su parte central la contralto canta las palabras de aflicción de San Pedro pidiendo perdón por sus pecados. Los coros de voces blancas representando a los ángeles, le otorgan el perdón llevándolo a través de Jesús a la vida eterna.
El movimiento es una representación, en un estilo naïve, de la redención del hombre. Las frases finales son acompañadas por un luminoso fondo orquestal, como si nos quisieran decir que la gloria celestial es infinita.
El movimiento se encadena con el último, langsam, ruhevoll, empfunden, lento, calmado, con sentimiento, que llevaba el título “Lo que me dice el Amor”. Empieza con una tranquila introducción por las cuerdas de un tema místico, que nos llevará hasta una luminosa conclusión. Dos secciones van alternando en una serie de variaciones formando una especie de catedral barroca, en un estilo que nace en Bruckner y culmina con el Parsifal de Wagner. La intensidad de la música va elevándose, como recorriendo un camino hacia las alturas. Todavía aparece alguna frase sombría, pero pronto es arrastrada por el himno redentor. Una música noble y serena que nos habla directamente al corazón, de un modo difícil de expresar mediante palabras. La obra termina con una coda triunfal, marcada por los golpes de los timbales.
Es un gran himno en honor al creador del mundo y del hombre. Después de recorrer la escala creativa, a través de los movimientos precedentes, con la redención del hombre por el Amor culmina su viaje hacia la luz eterna. Según una carta de Mahler a su amiga Anna von Mildenburg le comenta que el título del movimiento también podría ser “Lo que me dice Dios, en el sentido de que Dios solo puede concebirse como Amor”. Esta obra es una de las más optimistas de Mahler, que desde la tierra nos conduce hacia Dios por la fuerza del amor o sea a la felicidad, que se identifica con Amor y Dios.
Mahler tiene otra de sus problemáticas relaciones amorosas con Anna von Mildenburg, una joven cantante del Teatro de Hamburgo, durante los años 1895 al 1897. Parece que fue ella quien le indujo a realizar el último gran paso de su carrera. Llegar a ser el director del Teatro de la Opera de la Corte de Viena, uno de los cargos más notables del momento. Para ello necesitaba cumplir dos condiciones. Lograr la aprobación de Brahms y convertirse al catolicismo.
Visitó a Brahms en su refugio estival de Bad Ischl, logrando convencer al respetado maestro que se encontraba en el final de su vida. Luego en 1897 se convierte al catolicismo. Finalmente el uno de mayo de 1897 es nombrado Kappellmeister del Teatro de la Opera de Viena.