La “Sinfonía Nº 2 en si bemol mayor” Op.52 (Lobgesang) Himno de alabanza, fue escrita probablemente en 1840 para el festival celebrado en el mes de junio de 1840 en honor, como hemos dicho, de la invención de la imprenta. Mendelssohn la volvió a dirigir en Birmingham el 23 de septiembre con enorme éxito. Cuando volvió a Leipzig, el rey Federico de Sajonia le encargó la repetición de la obra. Para esta ocasión revisó la obra, estrenando esta nueva versión el 3 de diciembre del mismo año.
Se trata de una obra de larga duración, unos 70 minutos, dividida en cuatro movimientos, el último en forma de cantata. Se la puede relacionar con la novena de Beethoven pero sin su carácter integrador. En este caso nos podemos referir a una Sinfonía–Cantata. Los tres primeros movimientos son sinfónicos, pero el último que ocupa la mayor parte de la obra, tiene el carácter de una cantata. La obra está escrita para gran orquesta, dos sopranos, un tenor y coro.
La primera parte se compone de tres movimientos, que se interpretan encadenados por varios compases de unión. Empieza con una introducción lenta llena de solemnidad, con una llamada del trombón que se repetirá varias veces a lo largo del movimiento, un activo allegro con sus dos temas que denotan cierta pompa, hasta terminar con una majestuosa coda. La parte más interesante de la parte sinfónica, es el scherzo de atrayente melodía en sus diferentes variaciones, con intercalaciones solemnes procedentes del primer movimiento. El tercer movimiento es un adagio religioso que sirve de pórtico a la cantata, con su recogimiento y suaves melodías de carácter contemplativo.
El cuarto movimiento es la sección coral que da nombre a la obra, un coral escrito para alabar al Señor. Escrita en forma de cantata y dividida en nueve partes. Empieza con un sólido coral de alabanza “Alles was Odem hat, lobe den Herrn...” , todo lo que respira alaba al Señor. En su parte final emotivos solos de la soprano alternan con el coro. La segunda parte consiste en un recitativo seguido de un solo de tenor, del más puro estilo barroco, con carácter de aflicción. Sigue un coral de carácter triste, de resignación. La cuarta parte es una de las más notables de la obra, un dúo para dos sopranos con intervenciones del coro “Ich harrete des Herrn...”, sirvo al Señor.
Continúa con un solo y recitativo para tenor, llegando al máximo dramatismo con la frase “...,ist die Nacht bald hin?” ¿está terminando la noche?. Entonces la tensión acumulada durante el recitativo, se disipa con la respuesta de la soprano “Die Nacht ist vergangen”, la noche ha terminado. En este momento cambia el pesimista ambiente de la obra, que se vuelve más luminoso. El hombre está redimido y solo es necesario dar gracias a Dios. La sexta parte es un coral a varias voces, con un perfecto uso del contrapunto. El coral que forma la séptima parte esta escrito en forma de recitativo, dando gracias a Dios. Continúa con un solo para tenor, enlazando con otra sección para soprano, para terminar en forma de dúo. La novena y última parte está formada por un gran coral, que acaba repitiendo las llamadas del trombón al introducir el solemne coro final “Alles danke dem Herrn!”, Todo da gracias al Señor.
Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya
Ilse Eerens, soprano Sotoshi Nishimura, tenor
Cor Lieder Càmera Cor Madrigal
Kazushi Ono 29-30 Octubre 2016