La “Sinfonía Nº 3 en mi bemol mayor” Op.97 (Renana) fue compuesta entre el 2 de noviembre y el 9 de diciembre de 1850 en Düsseldorf. Se estrenó el 6 de febrero de 1851 por la Orquesta de Düsseldorf dirigida por el propio autor, obteniendo un gran éxito.
La sinfonía como indica su título, quiere rendir un homenaje a la ciudad de Düsseldorf y al Rin, recreando su ambiente y su pueblo.
El primer movimiento lebhaft, empieza presentando directamente su tema principal, un tema de un gran ímpetu romántico, de carácter heroico. El segundo tema es de tipo melódico y presentado por el oboe y el clarinete. Una breve coda nos conduce a una amplia sección de desarrollo. El segundo tema aparece con mayor extensión. La parte final se caracteriza por la magnificación del tema principal realzado por trompas y trompetas, terminando con una luminosa coda. Simboliza el dinamismo y la alegría de vivir de la ciudad.
El segundo movimiento es un scherzo que presenta un tema popular en forma de ländler. Está basado en una canción folclórica, Rheinweinlied. Una interesante y complicada variación del tema sigue a su presentación. El trío está compuesto para cuatro trompas con un timbre denso. Continúa con una sección de desarrollo de los temas precedentes y la vuelta al tema popular, que termina fragmentado hasta desaparecer.
El movimiento lento, nicht schnell, ocupa la tercera posición. Tiene la forma de un lied popular en su forma A, B, A. El tema principal es presentado por los clarinetes y fagots. Sentimos los murmullos del agua del Rin en las ondulaciones de las violas. Una sección melódica ocupa la parte central. Luego se repite el tema principal.
El cuarto movimiento fierlich (maestoso) es especialmente solemne. En su origen llevaba la indicación, a la manera del acompañamiento de una ceremonia solemne. Parece que fue sugerido por las impresiones recibidas, durante la ceremonia de la consagración del arzobispo de Colonia como cardenal, el 12 de noviembre de 1850. El acto tuvo lugar en la impresionante catedral gótica de la ciudad. Para representar la majestuosa construcción emplea en el tema principal los metales, ahora reforzados por los trombones. El segundo tema derivado del primero está interpretado por la cuerda. Sigue una forma canónica del primer tema y la combinación contrapuntística de ambos temas. Emplea las técnicas barrocas aprendidas durante su estudio de las obras de Bach. Es una anticipación a lo que más tarde realizará Bruckner. Después de llegar al clímax, el movimiento se va apagando hasta llegar a su final.
El último movimiento es un lebhaft (vivace). Retornamos a la atmósfera viva de la ciudad presentada en el primer movimiento. Dos temas poco contrastados nos ofrecen un gran impulso rítmico. En el desarrollo aparece el tema del anterior movimiento. Después de la reexposición, en la coda vuelve el mismo tema en forma solemne. Termina la obra con una conclusiva stretta. La ciudad está dominada por las torres de la catedral, nos parece decir el autor en su final.
En su recorrido Schumann nos ha presentado distintos aspectos de la ciudad, su pueblo, el río Rin, la catedral, uniéndolo todo en su final. Pero siempre conservándose dentro del campo de la música pura.
Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya
Clemens Schuldt 31/10/2015