Bo Linde (1933-1970) nació el 1 de enero de 1933 en Gävle, ciudad situada en la parte centroriental de Suecia. Empezó estudiando teoría de la música en la escuela con Ingmar Bengtsson, ingresando en la Academia de Música de Estocolmo en 1948. Su interés por la composición fue muy prematuro, escribiendo pequeñas piezas desde sus diez años. Su “Concierto para piano Nº 1” sirvió como prueba de admisión en la Academia. Estudió composición con Lars-Erik Larsson y piano con Olof Wibergh. El neoclasicismo de Larsson tendría influencia en su propio estilo.
La “Sinfonía fantasia” Op. 1, fue su primera obra sinfónica. Escrita durante el otoño de 1951, antes de cumplir los 19 años. Se trata evidentemente de una obra de juventud.
Al terminar sus estudios académicos en 1952, viajó a Viena para continuar su formación como director de orquesta entre 1953 y 1954. Recorrió varios países europeos antes de regresar a su patria. A pesar de defenderse bien en el piano nunca deseó trabajar como intérprete.
Es miembro de un grupo formado por jóvenes compositores, llamado 50-talisterna o sea pertenecientes a la generación de los 1950. Componen una música expresiva pero sin abandonar nunca la tonalidad. En el grupo se encuentran nacionalistas como su profesor Larsson, destacando como figuras importantes Shostakovich y Britten.
Su primera obra importante es el “Concierto para violín” Op.18 compuesto en 1957. Emplea un lenguaje conservador heredado de Larsson, pero dotado de la suficiente modernidad para ser reconocido como perteneciente al siglo XX. Emplea un estilo neoclásico que en algunos momentos recuerda al de Britten o Prokofiev, pero con el empleo de efectos neo-románticos. Es su obra más interpretada, traspasando los límites de su patria.
Da clases de teoría de la música en la Stockholm Borgarskola, la Escuela de los Ciudadanos en Estocolmo entre 1957 y 1960, trasladándose luego a Gävle donde trabajará como compositor. Colabora como crítico musical en el periódico Gefle Dagblad.
La “Sinfonía Nº 2” Op.23 fue compuesta entre 1960 y 1961. Se estrenó el 17 de septiembre de 1961 en la Radio Sueca, interpretada por la Radioorkestern dirigida por S. Westerberg.
Está orquestada para tres flautas, doblando piccolo, dos oboes, dos clarinetes, tres fagots, doblando contrafagot, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales, tres percusionistas, piano y cuerdas. Está dividida en tres movimientos poco convencionales.
El primer movimiento, Introduzione, empieza con unos trágicos golpes de timbal, seguidos de una profunda melodía que surge de los bajos de la orquesta. El tema va progresando lentamente hasta llegar a su climax dramático, de gran expresividad, en la parte final del movimiento. Termina volviendo a la calma absoluta.
El segundo movimiento, Toccata, se inicia con rápidas oscilaciones de la cuerda que se transmiten a toda la orquesta. Después de un aumento de la tensión, en la parte central encontramos una sección más reflexiva, con un tema sinuoso, pero que no logra liberar su dramatismo. Luego se reanuda el ritmo marcado con fuerza por la percusión. Una agitada coda pone fin al movimiento.
El último movimiento, Canto, se inicia mediante un irregular tema interpretado por la madera. El ambiente se presenta penumbroso durante su desarrollo, que a pesar de sus intentos no llega nunca a alcanzar la plena luz. En la segunda mitad del movimiento unos fuertes golpes de timbal nos recuerdan el trágico comienzo de la obra. Luego la intensidad dramática se acentúa, para conducirnos a una tranquila coda, que no resuelve la tensión.
Una sinfonía de estilo neoclásico que se mueve en la penumbra, sin llegar nunca a la claridad total. La introducción nos describe su carácter dramático con cierta amargura. La tensión continúa en el agitado movimiento central, para quedar sin darnos una solución en el movimiento final.
Otra obra que tiene gran importancia en su carrera es el “Concierto para violoncello” Op.29, escrito para Guido Vecchi, el primer cello de la Orquesta Sinfónica de Göteborg. Compuesto principalmente durante el otoño de 1964 colaborando activamente con su intérprete que lo estrenó en 1965.
Obras posteriores son “Pensieri sopra un cantico vecchio” Op.35, ciclos de canciones, música de cámara, el “Concerto piccolo” y su última composición “Pezzo concertante” Op.41, para clarinete y orquesta.
Bo Linde se suicida en su casa de Gävle el 2 de octubre de 1970, sin que sepamos su motivo, cuando era considerado por muchos como el más prometedor compositor de su generación. Su muerte fue traumática en los círculos musicales suecos.