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Lars-Erik Larsson (1908-1986) nació en Åkarp, perteneciente al condado de Kalmar en el sur de Suecia, el 15 de mayo de 1908. Pasó su examen de organista en Växjö en 1924 y luego realizó sus estudios musicales en el Conservatorio de Estocolmo entre 1925 y 1929 con Ernst Ellberg en composición y Olallo Morales en dirección de orquesta.
Una de sus primeras obras es la balada “En spelmans jordafärd” Op.1, (El entierro de un músico), para barítono y orquesta, sobre texto de Dan Andersson, compuesta en 1927. Cuando descubrí este dato me recordó una parte de mi juventud. Creo que aporta un dato importante sobre Suecia la narración de esta historia personal. En la sección dedicada a la cuarta sinfonía de Alfvén se puede encontrar otra referencia personal. Repitiendo parte de lo allí narrado, en el mes de octubre de 1969 me dirigí a la ciudad de Örebro en el centro de Suecia, para pasar unos días en casa de mi amiga Kerstin. Uno de sus regalos de bienvenida consistió en un disco, uno de aquellos LP de vinilo de la época.
La obra era una colección de baladas cantadas por Thorstein Bergman sobre textos de Dan Andersson. La canción emblemática del disco era la última, con el título “En spelmans jordafärd”. Una música que nos emocionaba a los dos. Pero en aquel tiempo era un ignorante en lo referente a la cultura sueca, lo cual me impidió valorar la importancia del regalo.
Dan Andersson (1888-1920) era un escritor y poeta sueco nacido en un pueblo de Dalarna, de origen proletario y socialista. Obrero agrícola y carbonero, fue uno de los iniciadores de la literatura proletaria. Muchos de sus poemas han sido convertidos en canciones, tanto por autores clásicos como modernos, hasta por cantantes de rock. Uno de sus libros de poemas más famosos son las “Svarta ballader” (Baladas negras) escritas en 1917, del cual Thorstein Bergman toma los textos de sus canciones. Su trágico final es tan negro como sus baladas. Su prematura muerte fue debida a un envenenamiento ocurrido en el cuarto donde se hospedaba en el Hotel Hellman de Estocolmo en 1920. La habitación había sido desinfectada con cianhídrico para matar piojos, pero su aireación fue defectuosa. Andersson nunca se despertó de su sueño.
Thorstein Bergman, nacido en 1942, es actualmente un conocido cantautor sueco. Debutó en 1965, siendo sus primeras grabaciones discográficas en vinilo del año 1966. El disco recibido pertenece a esta primera edición, una grabación de 1966. Actualmente una grabación de gran valor para los coleccionistas y difícil de encontrar.
Sirvan estos párrafos para demostrar el estado en que se encontraba la cultura sueca en aquella época. Familias humildes poseían una importante base cultural. Esto no significa que en nuestra tierra el ambiente cultural era bajo. A pesar de la poca importancia que España ha otorgado a la música mis recuerdos juveniles son, que a pesar de ello había una magnífica base. Si comparamos con lo ocurrido durante los últimos cuarenta años, nos daremos cuenta del gran retroceso efectuado en todos los campos culturales.
Me es difícil poder valorar si este fenómeno se ha presentado con la introducción de la Democracia en España o se trata de un proceso universal. Actualmente parece que la música llamada clásica es cosa de viejos. La juventud parece estar interesada por asuntos banales. Las causas pueden ser una educación mal enfocada, la dirección que han tomado las medias o la materialización de un consumismo capitalista, que coloca al dinero como fuente de todo placer.
Unos claros ejemplos nos demostrarán lo que intento explicar. En una escuela de Barcelona en la cual los conocimientos musicales eran nulos, un grupo de adolescentes jugaban a adivinar autores de títulos de óperas. En una de mis visitas a una amiga italiana en la ciudad italiana de Bergamo, una muchacha de 20 años, alegre y pizpireta, me comentaba como le gustaba la Sínfonía Nuevo Mundo de Dvorak. Otra amiga que vivía en Praga, en la antigua Checoslovaquia comunista, me hablaba de la música nacional, obsequiándome con diversas grabaciones de Janacek. Actualmente observando las relaciones juveniles todo esto nos parece inconcebible. Podría dar muchos más ejemplos para demostrar la cultura que se vivía en épocas pasadas y en diferentes ambientes. No deseo extenderme en estos comentarios extramusicales pero encuentro que es un tema interesante para comentar y reflexionar seriamente sobre sus causas. Pero volvamos a centrarnos en el tema que nos corresponde analizar, la obra de Larsson.
La “Sinfonía Nº 1 en re mayor” Op.2 fue compuesta durante su época de estudiante en Estocolmo, entre 1927 y 1928. Se trata de un trabajo de graduación en el cual intenta emular a los autores clásicos de la música nórdica. Se estrenó en la Academia de Música de Estocolmo el 27 de abril de 1929, interpretada por la Orquesta de alumnos del Conservatorio dirigida por el propio compositor.
El primer movimiento, allegro moderato, empieza dulcemente exponiendo un tema que se vuelve optimista y triunfal. El segundo tema es de carácter lírico, un tema ampliamente romántico. En su desarrollo encontramos características de Sibelius, con una sólida instrumentación. Termina con la clásica recapitulación, repitiendo el tema romántico que nos conduce a una brillante coda.
El segundo movimiento, adagio, nos presenta un nuevo tema romántico mediante el clarinete, pasando luego a la cuerda. Un breve desarrollo lo lleva hasta su culminación, detenida por una súbita pausa. La recapitulación enlaza sin interrupción con el siguiente movimiento.
El tercer movimiento, allegro vivace, constituye el scherzo de la obra. La sección principal es viva y despreocupada, contrastando con el trio central en forma de una canción lírica. Finalmente se repite de modo abreviado la primera parte.
El último movimiento, finale: allegro con spirito, empieza con un enérgico tema ondulante. Un segundo tema lírico nos da el suficiente contraste. La exposición se repite, conduciéndonos a su breve desarrollo y recapitulación. En la sección final encontramos una solemne exposición que nos conduce a la coda final.
Una sinfonía sencilla, pero llena de ímpetu juvenil. La severa autocrítica de su autor determinó que no se interpretara más, pues según él carecía de valor.
Larsson recibió una beca para ampliar sus estudios y se trasladó a Viena, siendo alumno de Alban Berg durante el curso 1929-1930. Luego continuó adquiriendo conocimientos en Leipzig con Fritz Reuter en 1931. Cuando regresó a Estocolmo colaboró con la Opera Real dirigiendo los coros. Entre 1933 y 1937 trabajó como crítico musical del periódico Lunds Dagblad.
La “Sinfoníetta para cuerda” Op.10 fue compuesta en 1932, estrenándose el 14 de diciembre de 1932 en Göteborg, interpretada por la Orquesta de dicha ciudad dirigida por Tor Mann. En el mes de abril de 1934 era presentada en Florencia.
El primer movimiento, allegro, nos muestra el cambio estilístico efectuado por la música de Larsson en pocos años. La música es viva con cierta agresividad. Ha perdido completamente el estilo romántico nórdico.
El segundo movimiento, largo, presto, largo, es un movimiento doble presentando el scherzo dentro del movimiento lento dividido en dos partes. Comienza con un largo de características barrocas, formando una especie de concerto grosso. El scherzo consiste en una sección rítmica con un carácter bastante ácido. Luego retorna a la primera parte lenta, como una resumida recapitulación.
El último movimiento, allegro, es un breve movimiento rápido de estilo neoclásico. Una música llena de fuerza, pero apartada de todo sentimentalismo. Con ello termina una breve sinfonía escrita en un estilo que combina el neoclacisismo con formas neobarrocas. Una obra austera con un carácter modernista.
Su obra escrita a continuación “Det ljusa landet” Op.11, también en 1932, es totalmente diferente. Se trata de una cantata patriótica escrita en un lenguaje conservador, con la esperanza de ganar un concurso organizado por la Federación de Coros Suecos. El concurso fue ganado por Oskar Lindberg.
En el mismo año compone para el piano “10 tvåstämmiga pianostycken” (10 Piezas para piano en los doce tonos), empleando las técnicas seriales aprendidas con Berg, siendo el primer compositor sueco en escribir música serial. Pero estos modernismos no le impidieron continuar escribiendo es su estilo romántico. Una de sus obras más populares es la “Pequeña Serenata para orquesta de cuerda” Op.12, compuesta en 1934. Una encantadora obra llena de lirismo.
La siguiente obra es la “Obertura de concierto Nº 2” Op.13 escrita en un lenguaje neoclásico similar al de su Sinfonietta. Una de sus obras más originales es el “Concierto para saxofón y orquesta de cuerda” Op.14 escrito en 1934 para Sigurd Rascher que lo estrenó el mismo año en Norrköping. Es uno de los primeros conciertos para saxo que emplea parcialmente técnicas atonales.
La “Sinfonía Nº 2” Op.17 fue compuesta entre 1936 y 1937, estrenándose el 24 de noviembre de 1937 en Estocolmo interpretada por la Konserthusets Orkester dirigida por el propio compositor. Está orquestada para madera por duplicado, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales y cuerda.
El primer movimiento, allegro con moto, presenta uno de los temas que se hacen inolvidables después de su primera audición. Un tema en ritmo ternario de gran belleza lírica. Un tema rítmico efectúa el contraste. Durante el desarrollo el tema lírico se presenta destacado. Una breve recapitulación del tema nos conduce a la coda.
El segundo movimiento, andante, presenta un motivo en la trompa con influencia de Sibelius. El tema es desarrollado junto a un segundo motivo lírico recogido por la cuerda. En la parte central aparece un motivo rítmico con cierto carácter folclórico. En la parte final los temas se unen, terminando con la recapitulación del tema inicial.
El último movimiento, moderato, prestissimo, empieza con una introducción grave derivada del motivo principal del primer movimiento. La madera interviene en forma contrapuntística. Fuertes acordes se superponen con el tema interpretado por las trompas. El tema es luego interpretado en forma solemne por la orquesta, antecediendo a una forma fugada que nos lleva a una sección en ostinado repitiendo un motivo. En la parte final se repite el tema grave inicial, que nos conduce dulcemente hasta el acorde final.
A pesar de que la obra tuvo éxito entre el público, debido a su ambiente romántico, la crítica se ensañó con la obra. Recordemos que se estrenó en 1937, cuando los dos grandes Imperios, el alemán y el soviético, defendían la música conservadora. La política dividía a la crítica en dos sectores enfrentados, los conservadores y los liberales.
Larsson retiró la obra, pero sin embargo convirtió el tercer movimiento de la misma en el “Ostinato”, que se estrenó el 1 de abril de 1939 en el Festival Internacional de Música Contemporánea de Varsovia dirigida por el propio compositor. Esta obra se hizo muy popular.
Larsson mantuvo retiradas sus sinfonías largo tiempo, explicando sus razones en una entrevista para el periódico de Estocolmo Expressen en 1948, que reproducimos parcialmente a continuación.
“No he dicho nada de especial en mis sinfonías. Otros han expresado lo mismo de mejor manera. Es evidentemente extraño tener que avanzar así a ciegas, en un estilo y no encontrar enteramente la melodía. Sin embargo según mi opinión, esto forma parte del proceso de desarrollo del compositor”.
Cuando en 1973 el director de orquesta Sten Frykberg realizó un registro radiofónico de la sinfonía, el compositor dijo pensativamente, “No se si hize bien cuando la retiré del mercado”. Actualmente nos encontramos en el proceso de rendir justicia, considerando el valor de la obra, especialmente cuando hemos tenido el placer de poder escucharla.
Pero en su época el compositor apreciaba más sus pequeñas obras, como “En vintersaga: Fyra vinjetter” Op.18 (Un cuento de invierno: Cuatro viñetas), compuesta entre 1937 y 1938. Una obra de estilo romántico. Pero su éxito más sonado, que le produjo fama internacional derivó de su obra “Dagens stunder” Op.19 (Las horas del día). Se trata de una suite lírica para recitador y orquesta que se estrenó el 11 de octubre de 1938. En el mismo año suprimió la parte recitada y algunos fragmentos musicales, convirtiéndola en la “Pastoralsvit” Op.19, (Suite Pastoral para orquesta de cámara), una de sus obras más interpretadas.
Larsson consiguió hacerse comprender por el pueblo realizando una música popular pero sin llegar nunca a ser banal. Su colaboración en la Radio Sueca lo acercaba al pueblo. En 1938 le ofrecieron poner música a un ciclo de canciones de Hjalmar Gullberg (1898-1961), titulado “Förklädd gud” (Dios disfrazado). Gullberg era director de la sección dramática de la Radio Sueca. Su colaboración con Larsson no empezó efectivamente hasta 1940, cuando Dinamarca y Noruega habían sido ocupadas por las tropas nazis. La obra conjunta se convirtió en una protesta contra la violencia en nuestro mundo.
“Förklädd gud” Op.24 se estrenó en 1940, como una suite lírica para solistas, coro y orquesta. Una obra neoclásica con influencias románticas, contando un cuento griego sobre el dios Apolo. Un tipo de música fácilmente comprensible por el público. Una obra optimista escrita durante un trágico periodo histórico.
La “Sinfonía Nº 3 en do menor” Op.34 fue compuesta entre 1944 y 1945. Se estrenó el 10 de febrero de 1946 en Estocolmo interpretada por la Orquesta Filarmónica de Estocolmo dirigida por Tor Mann. Está orquestada para madera por duplicado, doblando flautín, cuatro trompas, dos trompetas, tres trombones, tuba, timbales y cuerda.
El primer movimiento, allegro con brio, presenta un tema enérgico que contrasta con un segundo tema lírico. Escrita en estilo neoclásico el desarrollo sigue su personal estilo.
El segundo movimiento, adagio ma non troppo, empieza de modo vacilante hasta que la cuerda inicia su tema principal, un amplio tema lírico. En la parte central se hace más dramático para luego volver a su inicial nostalgia.
El tercer movimiento, prestissimo, andante, prestissimo, forma el tradicional scherzo. La parte principal está formada por un agitado motivo. El trio es de carácter melódico siguiendo el peculiar estilo del autor nórdico. Luego se reanuda la agitada primera parte,
El último movimiento, andante maestoso, allegro molto, empieza con una introducción grave. Un motivo de carácter heroico es presentado por el viento. La cuerda presenta un motivo rítmico irregular que se intensifica durante su desarrollo. Un segundo tema más moderado interacciona con el anterior.
Del mismo modo que ocurrió con sus primeras sinfonías, Larsson retiró la obra después de su estreno. Solo conservó el último movimiento al que añadió una nueva introducción, con el nombre de “Obertura de concierto Nº 3”. En el año 1975 el director de orquesta Sten Frykberg, después del éxito de la anterior sinfonía convenció al compositor para que se pudiera interpretar su obra. Frykberg realizó una grabación de la misma con la Filarmónica de Estocolmo que consiguió gran aceptación entre los melómanos.
Entre los años 1955 y 1957 Larsson compone los “12 concertinos para solistas y orquesta de cuerda” op.45. Se trata de una serie de pequeños conciertos para flauta, oboe, clarinete, fagot, trompa, trompeta, trombón, violín, viola, violoncello, contrabajo y piano. Entre los años 1947 y 1959 trabaja como profesor de composición en la Academia de Música de Estocolmo y en 1961 es nombrado Director Musices de la Universidad de Uppsala, donde trabajará hasta 1965.
Su estilo musical deriva del postromanticismo. Las técnicas dodecafónicas aprendidas con Berg se reflejarán en algunas de sus últimas obras de un modo bastante personal, como en las “Variaciones para orquesta” Op.50 de 1962 o la “Musica permutatio” Op.66 de 1980. Pero este tipo de obras son bastante desconocidas por el público, que prefiere el romanticismo de su primera etapa. Larsson es también autor de 22 bandas sonoras para el cine sueco entre los años 1941 y 1958, además de música popular ligera. Muere en Helsingborg el 27 de diciembre de 1986.