Beltrán Pagola (1878-1950) nació en San Sebastián, Donostia en vasco, el 28 de febrero de 1878. Estudió en su ciudad natal solfeo con José Antonio Santesteban y piano con su hijo Jesús Santesteban. Ingresó en el Conservatorio de Madrid, estudiando armonía con Arin y piano con Tragó. A sus 17 años obtiene el Premio Fin de carrera.
A su regreso a San Sebastián trabaja como organista de la parroquia de Santa María. Pianista de la Orquesta de Alfredo Larrocha desde 1898 hasta 1914. Era la orquesta que actuaba en el Gran Casino de San Sebastián. En 1902 es nombrado profesor de Armonía y Composición de la Academia de Bellas Artes, cargo que desempeñó hasta su jubilación en 1948. Fundó la Orquesta del Conservatorio de San Sebastián.
La primera obra escrita por Pagola es la "Sonata sobre motivos vascos" compuesta en 1918. La presentó al concurso organizado por la Junta de Cultura Vasca de la Diputación de Vizcaya, obteniendo el primer premio. El primer tiempo de esta obra para piano, Allegro Appassionato, fue orquestado por su alumno Francisco Escudero. Usa los temas de carácter popular Nik badut maiteño bat, oi, hura nolako!, tengo una queridita, ¡Y cómo es!, una melodía labortana y el ritmo del Ay Madalen, ay Magdalena, una copla popular donostiarra.
Las melodías labortanas pertenecen al territorio histórico de Labort, Lapurdi en euskera. Un territorio situado en el País Vasco francés correspondiente más o menos con el antiguo vizcondado de Labourd cuya capital es Bayona. Es una de las siete provincias vascas según el movimiento nacionalista.
La “Sinfonía sobre cantos vascos” fue compuesta en 1919. La Junta de Cultura Vasca de la Diputación de Vizcaya organizó en dicho año un concurso de composiciones musicales, entre las que destacó un premio para una Sinfonía o Suite para grande orquesta.
Las condiciones del concurso se especificaban en las siguientes frases. Será distintivo común... la obligación vasca, bien empleando temas de nuestro folclore musical o bien sirviéndose de ideas propias, pero impregnadas del genuino sabor de aquellos.
Cuando en 1920 se hicieron públicos los resultados, quedaron desiertos los premios primero y tercero. El segundo premio dotado con 1000 pesetas fue para la sinfonía de Beltrán Pagola.
El primer movimiento no lleva título, estando escrito en forma sonata. Correspondiendo a las bases del concurso empleó para sus temas melodías auténticas vascas, lo que expresaba claramente en el título de su sinfonía sobre cantos vascos.
El primer tema corresponde a la melodía Argi zagi ederra, argi egidazu, ¡Luna bella, alúmbrame!, una melodía recogida por el compositor francés Charles Bordes en Lapurdi. Utiliza otra melodía labortana como segundo tema, Salvatore gora da, Garazi aldian, San Salvador está muy alto, del lado de Cize. La melodía se desarrolla utilizando la cuerda, pasando luego a la madera y el metal. La recapitulación de los temas cierra este movimiento.
El segundo movimiento, nocturno, escrito en forma de poema sinfónico utiliza el anterior tema del argi zaga ederra. Utiliza una coloreada orquestación empleando el arpa, celesta y flautín. En la sección final la melodía se repite de forma clara para conducirnos hacia una tranquila coda. Una música melódica que nos explica una historia abstracta.
El tercer movimiento, intermezzo, utiliza la melodía popular, mutil, mutil, jaiki ari, joven, levántate, en la forma de un vibrante zortziko. Después de una tranquila introducción aparece el tema de la popular danza vasca. Un segundo tema con un carácter más solemne se usa de modo contrastante. Un solo del violín nos conduce a una poética coda.
El cuarto movimiento, finale, también utiliza una melodía labortana de origen popular. Un tema agitado de carácter rítmico. Después de una breve pausa se inicia mediante la cuerda una fuga sobre este tema. Luego en un tutti orquestal se vuelven a recordar los temas tratados anteriormente, que nos conducen a una determinante coda.
La “Sinfonía Nº 1” fue compuesta en 1920. Cuando en 1950 se realizó su homenaje por cumplir 50 años en la enseñanza musical donostiarra se interpretó su primer movimiento, allegro non troppo, dirigido por Ramón Usandizaga.
La “Sinfonía Nº 2” (Trágica) fue grabada el 9 de febrero de 1978 con motivo del centenario del compositor, interpretada por la Orquesta de Cámara de San Sebastián dirigida por José Luis de Salbilde. También fue interpretada en el concierto del 19 de febrero de 1950 en San Sebastián dirigida por Pablo Sorozábal.
En 1928 obtuvo por oposición la cátedra de piano del Conservatorio donostiarra. Entre sus alumnos se encuentran José Mª Usandizaga, José Mª Iraola, Pablo Sorozábal, Tomás Garbizu, Francisco Escudero, José Luis Iturralde y Luis Urteaga, entre otros.
En 1930 compone el capricho sinfónico "La modista soñaba...". Un poema sinfónico lleno de nostalgia. Mientras una modista confecciona un traje de novia recuerda los días felices pasados con un antiguo novio.
Cuando en 1948 llegó a su jubilación, la cátedra de composición que había ocupado en el Conservatorio de San Sebastián pasó a su alumno Francisco Escudero.
La “Sinfonieta Vasca” para orquesta de cuerda se interpretó durante el concierto de homenaje a Pagola mencionado anteriormente, dirigida por Pablo Sorozábal. Escrita en cuatro movimientos había sido estrenada por la Orquesta Filarmónica de Madrid dirigida por Sorozábal el 13 de noviembre de 1949.
En el citado concierto organizado en 1950, para la celebración de sus 50 años dedicados a la enseñanza estrenó su última obra sinfónica "¡Donosti!", un capricho humorístico compuesto en 1947. Está inspirado en motivos de la popular tamborrada donostiarra, un homenaje a su ciudad natal. Entre otras melodías se puede escuchar la Marcha de San Sebastián, típica de las tamborradas
Pagola murió en San Sebastián, el 8 de julio de 1950. Además de sus composiciones musicales había escrito un Tratado práctico de armonía y dado conferencias sobre autores franceses contemporáneos con los cuales se encontraba identificado.
Es uno de los compositores vascos más importantes. Compositor de cuatro sinfonías y varios poemas sinfónicos. A pesar de ello actualmente apenas se encuentra información sobre ellas y no han sido grabadas. Solamente existe un disco del sello suizo Claves, interpretado por la Orquesta Sinfónica de Euskadi dirigida por Rubén Gimeno.
Aunque recibió la Medalla de Plata de la Ciudad, del Ayuntamiento de San Sebastián, creemos que su obra merecería una mayor difusión, especialmente con la grabación de su obra sinfónica, un género poco practicado por los compositores españoles en su época.