Juan Orrego-Salas (1919) nació en Santiago de Chile el 18 de enero de 1919. Su familia era aficionada a la música. Su padre había colaborado como crítico musical en El Mercurio, que respaldaba las actividades de la Sociedad Bach[1] fundada por Domingo Santa Cruz. Su madre cantaba como contralto en el coro de la citada sociedad y colaboró con el Instituto de Extensión Musical en aspectos relacionados con la difusión musical.
En el salón familiar el niño pudo conocer a destacados músicos que asistían a las reuniones, como el pianista español Ricardo Viñes. También asistió a conciertos acompañado por sus padres, escuchando entre otros al gran pianista Claudio Arrau y asistió al estreno del Oratorio de Navidad realizado en 1925 por la Sociedad Bach.
Inició sus estudios de piano con la profesora Julia Pastene. Terminada su formación escolar empezó los estudios de Arquitectura en la Universidad Católica de Chile. Al mismo tiempo continuó sus estudios musicales entre 1936 y 1943 en el Conservatorio Nacional perteneciente a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Alumno de Alberto Spikin en piano, Julio Guerra en teoría y solfeo, Samuel Negrete en armonía, Domingo Santa Cruz en historia de la música, en análisis, así como en contrapunto y Pedro Humberto Allende en composición.
Inició su carrera como docente en la Universidad de Chile en 1942. Viajó a Estados Unidos becado por las fundaciones Rockefeller y Guggenheim entre 1944 y 1946. Estudió en las Universidades de Columbia y Princeton, perfeccionando sus estudios con Randall Thompson en la Universidad de Virginia y con Aaron Copland en el verano de 1946 en Tanglewood, Massachusetts. En 1949 se convirtió en el editor de la Revista Musical Chilena, cargo que desempeñó hasta 1953 y también fue crítico musical del diario El Mercurio, entre 1950 y 1961.
Su primera obra con orquesta, la "Cantata de Navidad" Op.13 se estrenó en Rochester, New York el 23 de octubre de 1946, con su hermana Teresa Orrego-Salas como soprano solista y la Orquesta Eastman Rochester, bajo la dirección de Howard Hanson. Sus partes son: Un ángel anunció a María, Natividad en Belén, Villancico de la Virgen, y Gloria, con textos de San Juan de la Cruz y Lope de Vega. Una obra de carácter tonal propia de su primera época como compositor.
Vuelto a Chile Juan Orrego-Salas se reintegró como profesor al Conservatorio Nacional, donde había ganado una plaza antes de viajar a Estados Unidos. Allí dictó clases de historia de la música y composición. Sus obras eran frecuentemente interpretadas, tanto en Chile como en el extranjero, particularmente en los Estados Unidos y Europa, pues su prestigio y reconocimiento en el exterior se había incrementado.
Para celebrar el nacimiento de su hija Francisca compone la "Obertura festiva" Op.21 en 1948. La obra se estrenó el 14 de mayo de 1948, en el Teatro Municipal, interpretada por la Orquesta Sinfónica de Chile dirigida por Víctor Tevah. Está escrita como respuesta a la orientación del Instituto de Extensión Musical de incorporar permanentemente en los programas de la Orquesta Sinfónica de Chile música de compositores nacionales. Consiguió categoría internacional cuando en 1955 fue interpretada por la Orquesta Sinfónica de Minneapolis, bajo la dirección de Antal Dorati.
La obertura está dedicada a Vicente Salas Viu, musicólogo español llegado a Chile como consecuencia de la guerra civil española y que fue el primer director de la Revista Musical Chilena, publicación que posteriormente dirigió Orrego-Salas. Una obra de estilo neoclásico con reminiscencias hispánicas. Sobre la misma Daniel Quiroga[2] escribe “En esta Obertura festiva, Orrego despliega su indudable conocimiento del efecto orquestal y su bien asentada técnica de compositor, que le permite dar un juego ágil y suelto a su intención expresiva, que esta vez desea manifestarse alegremente. Tal intención está excelentemente lograda y la obra total respira una atmósfera jubilosa y movida, original en su espíritu como en su realización”.
La “Sinfonía Nº 1” Op.26 fue compuesta en 1949, siendo esta obra una de las cinco composiciones con orquesta, de las diez que su autor escribió entre 1948 y 1950, posiblemente como resultado de la política de promoción de la música de autores chilenos, en particular la orquestal, impulsada por el Instituto de Extensión Musical. Se estrenó en 1949 interpretada por la Orquesta Sinfónica de Chile dirigida por Víctor Tevah.
El primer movimiento, allegro, está escrito en forma sonata. Al comienzo se reitera de forma obsesiva un corto motivo de seis notas de pronunciada inflexión cromática. Primero aparece en las cuerdas graves, a las que se agregan otros instrumentos de la orquesta, hasta producir un considerable crecimiento de la densidad sonora. Culmina con dos acordes fortissimo, seguidos de un silencio de toda la orquesta, y de otros dos acordes que conducen a una nueva reiteración, pero con diferente metro. El resultado estético cobra un carácter ominoso, cuasi expresionista, muy emparentado con el estilo de Domingo Santa Cruz, a quién le está dedicada. El tema principal es enérgico con aires de marcha, interpretado por el tutti orquestal. El segundo tema iniciado por el clarinete tiene un carácter más lírico. Estos temas sufren variaciones durante su desarrollo. En la recapitulación cambia el color orquestal.
El segundo movimiento es un adagio en el que aparece un corto y expresivo motivo de cuatro notas elaborado sucesivamente por el fagot, piccolo, fagot y clarinete bajo, culminando en un stretto en el que participan fagot y piccolo duplicados por el arpa, junto a las violas duplicadas por clarinete bajo y fagot. La constante reiteración de este motivo hace que el interés del auditor se concentre solamente en las variaciones de densidad y conformación del color, que pasa así a ser el protagonista principal.
El tercer movimiento es agitado, presentando un tema principal enérgico. En el desarrollo se encuentran episodios fugados. También emergen alusiones estilizadas de reminiscencias hispánicas. Al final del movimiento aparece una recapitulación de los dos temas del primer movimiento.
El "Concierto para piano y orquesta" Op.28 fue terminado en el mes de julio de 1950 siguiendo el estilo neoclásico de su anterior sinfonía. En el mes de noviembre de 1952 se estrena el "Concierto de cámara" Op.34 dedicado a su amigo Alfonso Letelier. Sin abandonar la tonalidad su escritura se vuelve más cromática y en algún momento parece llegar al serialismo, especialmente en el movimiento lento. También utiliza escrituras derivadas del barroco como las formas fugadas y canónicas.
La “Sinfonía Nº 2” (A la memoria de un Caminante) Op.39 compuesta en 1954, fue estrenada en el mes de febrero de 1956 por la Orquesta Sinfónica de Minneapolis dirigida por Antal Dorati.
Fue grabada por Robert Whitney y la Louisville Orchestra, y editada en LP en su tiempo, pero lamentablemente no está disponible en disco compacto, y no fue incluida en el disco que el sello SVR dedicó a su música.
El primer movimiento, moderato e energico, allegro molto, está escrito en forma sonata y posee características neoclásicas. Después de una breve introducción, el viento nos presenta una serie de motivos sobre los que se desarrollará el movimiento. Está estructurado como un todo coherente y orgánico, mediante una célula rítmica sincopada que constituye la base del material temático, tanto del principal como del secundario. A través de una armonía fuertemente disonante, crea una tónica ruda y áspera. En su desarrollo utiliza procedimientos canónicos.
El segundo movimiento, maestoso, corresponde a la parte lenta de la sinfonía. Empieza con unas notas de corte dramático con redobles de la caja, seguidas de llamadas de las trompas. La extensión e importancia de este movimiento dentro de la sinfonía es grande, hasta convertirse en su centro de gravedad. Destaca su carácter trascendente y el tono elegíaco casi funerario. Una marcha fúnebre después de llegar a su clímax continúa con un dramático episodio y unas reflexivas frases. Una nueva llamada de las trompas nos conduce a una tranquila coda.
El tercer movimiento, allegro vivace, tiene unas características totalmente diferentes. Un tema de reminiscencias folclóricas cambia el depresivo ambiente anterior. En su desarrollo se combina con un segundo tema, terminando la sinfonía mediante una conclusiva coda.
La "Serenata Concertante" Op.40 para orquesta fue encargada a Juan Orrego Salas por la Orquesta Sinfónica de Louisville, para una serie de música contemporánea. Compuesta en 1954, la dedicó a su esposa Carmen Benavente y fue estrenada por el grupo mencionado en mayo de 1955, bajo la dirección de Robert Whitney. La obra se encuentra en la etapa de expansión del prestigio internacional del compositor, durante la cual gran parte de sus obras corresponden a encargos del extranjero, todavía en el marco de un enfoque neoclásico.
Según palabras del propio compositor, "En esta obra ya hay una libertad armónica mayor, pero dentro de una orientación tonal muy clara, aunque con combinaciones orquestales propias del momento".
El "Divertimento" Op.43 es una obra de cámara para flauta, oboe y fagot, motivada por su admiración por Mozart. Compone también un segundo Divertimento Op.44.
Entre 1954 y 1955 volvió a visitar Estados Unidos gracias a una segunda beca Guggenheim. En esa ocasión dictó conferencias en varios centros musicales, Pero esta no fue, por entonces, su única salida del país, pues Orrego-Salas recibió frecuentes invitaciones y numerosos encargos de obras, como el "Sexteto" op.38 comisionado por la Wechsler Foundation de Nueva York, que fue estrenado y premiado en Tanglewood.
El compositor regresa a Chile en 1956. Entre 1957 y 1959 fue Director del Instituto de Extensión Musical de la Universidad de Chile y del Departamento de Música de la Pontificia Universidad Católica durante el periodo 1959-1961.
"Jubilaeus Musicus" Op.45 compuesta en 1956 es una obertura encargada por la Universidad Santa María de Valparaíso para la celebración de sus bodas de plata.
La “Sinfonía Nº 3” Op.50 fue compuesta en 1961 dedicada a su hijo Juan Cristián, para el II Festival Interamericano de Washington D.C. Se estrenó en el mes de abril de 1961 en el referido Festival, interpretada por la Orquesta Nacional de Washington dirigida por Howard Mitchell.
El primer movimiento, allegro maestoso, escrito en forma sonata empieza con un tema vigoroso no exento de cierto dramatismo. Un segundo tema más tranquilo nos ofrece el debido contraste. Encontramos diversos ostinati durante su desarrollo. Termina con una tranquila coda.
El segundo movimiento, allegretto ben marcato, ocupa el lugar del scherzo, presentando un desdibujado tema de danza de aire neobarroco por el ritmo y el fugado. La sección del trío está dominada por la cuerda, presentando un contraste lírico en forma de un vals estilizado, que muestra cierta tristeza. La danza inicial se repite brevemente para cerrar el movimiento con cierta brusquedad.
El tercer movimiento, recitativo, lento, es el corazón de la obra, como ocurre en muchas de sus partituras. De carácter dramático y en algunos momentos angustioso, emplea un cromatismo que lo acerca al serialismo, dando la impresión de empezar una nueva etapa en su estilo compositivo. Su tono es atormentado, expresado por una escritura cuasi serial.
El cuarto movimiento, andante cantabile, agevole, empieza enlazando el trágico final del anterior movimiento mediante una introducción lenta. Sigue con un allegro que emplea formas fugadas y procedimientos canónicos, con un claro tema melódico y motivos rítmicos. Una concluyente gran coda final cierra la obra.
En el año 1961 se trasladó a los Estados Unidos para trabajar como profesor en la Universidad de Indiana. Gracias al financiamiento de la Fundación Rockefeller creó el Centro Latinoamericano de Música de esa Universidad y en 1975 pasó a ser director del Departamento de Composición.
En 1965, y con la presencia del propio Pablo Neruda, estrenó en Chile la cantata "América. no en vano invocamos tu nombre" Op.57 sobre un texto de dicho poeta. Fue encargada al autor por la Universidad de Cornell, Estados Unidos, con motivo de la celebración de los 150 años de la enseñanza del español en ese lugar. “Me solicitaron una obra con coro, solistas y que ojalá fuera de un Premio Nobel. Revisé textos de Pablo Neruda y me encontré con el poema ‘América, no en vano invocamos tu nombre’ y lo pensé en combinar con Alturas de Machu Picchu”, recuerda Orrego-Salas.
La “Sinfonía Nº 4” (De la respuesta lejana) Op.59 fue compuesta en 1966, estando dedicada al director Tibor Kozma y a la Orquesta Filarmónica de la Universidad de Indiana que la estrenaron en Bloomington (Indiana) el 7 de abril de 1967.
El primer movimiento, lento, allegro, usa una serie dodecafónica que genera la estructura básica de la obra. Pero en su desarrollo no sigue la estética de la segunda escuela de Viena. Su tratamiento es más libre dando en muchos momentos un aspecto de tonalidad. Sin pausa enlaza con el siguiente movimiento.
El segundo movimiento, lento, es el que justifica el título de la obra. Utiliza un trío de metales formado por una trompeta y dos trompas que dialoga con la orquesta. Una música de carácter básicamente atonal.
El tercer movimiento, allegro molto vivace, enlaza directamente con el anterior aumentando su energía. Combina formas rítmicas con melodías atonales llegando a un clímax marcado por la percusión. Luego aparece un fragmento de tintes minimalistas que nos conduce a otro aumento de la dinámica, llevándonos a la coda final.
"Un Canto para Bolívar" Op.78 compuesta en 1982 es una cantata popular escrita para el conjunto Quilapayún. "Lo que no Digo, lo Canto" Op.83 es la segunda cantata popular escrita para este grupo y que todavía está sin grabar.
Director del Departamento de Composición de la Universidad de Indiana se retiró en 1987, habiendo realizado una laudatoria labor como profesor y formador de nuevos compositores, así como promotor de la música de América Latina. Después de abandonar las aulas universitarias Orrego Salas ha continuado incansablemente sus funciones de creador, entregando nuevas e importantes composiciones. Premio Nacional de Artes Musicales en el año 1992.
La "Sinfonía Nº 5" Op.109 se compuso en 1995 sin que exista actualmente ninguna grabación de la misma.
La “Sinfonía Nº 6” (Semper Reditus) se compuso en 1996, estrenándose en el mes de octubre de 2009, interpretada por la Orquesta Sinfónica de Chile dirigida por Francisco Rettig.
Está escrita en un solo movimiento con episodios recurrentes como indica su título, siempre regresando. Según su autor, que cuando la compuso residía en los Estados Unidos, representa un regreso a Chile, a través de sueños y recuerdos, con imágenes del paisaje chileno marcadas, por sus particulares contrastes y colores. Tiene un solo movimiento, con episodios recurrentes, contrastantes y alternados que aluden a los espacios de mi propia geografía. Siempre me siento regresando, cada vez que me muevo de un hemisferio a otro, tal como el subtítulo que le he dado a mi sexta sinfonía: semper reditus.
Su catálogo comprende más de un centenar de composiciones. Su obra busca la comunicación con el público como el mismo compositor expresa: Cuando escribo pienso en el público, y no para satisfacer sus preferencias conocidas, pero sí para entregarle una obra que traduzca con mayor claridad mis propósitos y, por lo tanto, que logre comunicar sin trabas el lenguaje de mis sentimientos.[3]
A su brillante tarea como profesor y compositor se suma la de musicólogo, campo en el que ha hecho abundantes y significativos aportes, como son sus colaboraciones con Music of the Americas, con el New Harvard Dictionary of Music y con el New Grove Dictionary of Music and Musicians. También ha publicado artículos en varias revistas especializadas.
[1] Véase pág. 19 de esta misma obra.
[2] Revista Musical Chilena Nº29
[3] El proceso de la creación artística, Miguel Arteche 1977