3 – La Sinfonía en el Siglo XVIII
La sinfonía nacida en el sur del Imperio Austriaco tiene un carácter europeísta, un producto formado en la primera comunidad europea, que engloba dentro de sus fronteras a múltiples pueblos. Sus compositores adoptan parecidos estilos, fomentados por los distintos centros culturales germánicos, sin intervenir su nacionalidad.
La música centroeuropea llega a las grandes ciudades y cortes de la época. París y Londres, sienten su influencia. Del mismo modo lugares situados en los límites del Imperio como Suecia, España o Croacia, tienen sus compositores propios.
La música se produce en la Iglesia, la Corte, las Casas Nobles y los Teatros, citadas en el orden del presupuesto que podían reservar a las actividades musicales durante este período. En este siglo se sitúa el nacimiento de la sinfonía, al inicio del que se denomina período clásico. Se toma tradicionalmente la muerte de J.S. Bach en 1750 como el fin de la época barroca, pero en realidad no se puede establecer una fecha fija que sirva de barrera entre períodos musicales, es solamente una referencia.
En España la sinfonía nace en plena época de la dinastía borbónica. Especialmente con la llegada al trono de Carlos III (1759-1788). Impulsor del denominado despotismo ilustrado, promocionando a una clase media que se interesó por las artes, entre ellas la música.
Su sucesor Carlos IV (1788-1808) vive en un período de revueltas externas, la Revolución Francesa, por lo cual toma una serie de medidas proteccionistas contra las pretensiones liberales, que también afecta al mundo artístico.
En aquella época la música se dividía en dos grandes campos diferenciados, la música de Iglesia y la música de cámara. La Iglesia era quién más medios poseía floreciendo las llamadas Capillas de Música. El nombre proviene de la parte de una iglesia dedicada a la veneración de un santo, que luego pasó al lugar donde se colocaban los coros, para designar finalmente a todo el conjunto vocal e instrumental que participaba en la música.
El comienzo del género sinfonía se encuentra inicialmente dentro de la música profana conocida como Música de Cámara. Su nombre proviene de su origen, la Cámara Real, o sea la habitación del monarca reservada a su uso particular. Estaba acompañado por sus servidores, entre ellos los músicos, los músicos de cámara.
La música cortesana se encontraba diferenciada en tres grupos, la música de la capilla, la música de cámara y la música de la caballeriza que se utilizaba en el ámbito militar. La parte que analizaremos se encontraba dentro de la música de cámara.
El desarrollo de la orquesta se produce durante la época barroca, formándose las orquestas de la corte o sea de cámara. Para el establecimiento de estas orquestas eran llamados a la corte principalmente maestros italianos, destacando entre ellos Doménico Scarlatti en la primera parte de siglo y Luigi Boccherini en la segunda.
Boccherini había vivido los primeros pasos de la sinfonía cuando participaba en la orquesta de Sanmartini en 1765 y como veremos más tarde se puso al mismo nivel de Haydn y de Mozart en la década de 1770. Otro de los compositores llegados a la corte fue Gaetano Brunetti.
La nobleza es el principal receptor del desarrollo musical, que a imitación de la corte real desea tener sus propias orquestas, siendo la más conocida la de la Casa de Alba. Se organizaban reuniones musicales conocidas como academias.
Entre los músicos más admirados se encontraba Haydn o Hayden, como lo escribían para facilitar su pronunciación. Las mujeres de la aristocracia tenían una gran influencia en los círculos artísticos y literarios. Entre ellas encontramos a la condesa-duquesa de Benavente y a la Duquesa de Alba, María Cayetana.
La condesa-duquesa de Benavente subscribió un contrato en 1783 con el compositor Joseph Haydn para que le enviara sus nuevas obras escritas. La orquesta de la condesa estaba integrada por 17 componentes y dirigida en 1787 por el propio Luis Boccherini. Entre las sinfonías interpretadas se encontraban obras de Haydn, de Boccherini y la sexta sinfonía de Monroy.
El poeta Tomás de Iriarte en un apéndice de su poema La Música nos da una relación de la música sinfónica que se interpretaba en aquella época. Los alemanes y bohemos se han distinguido modernamente en la música instrumental, dando a su estilo nervioso y armónico la gracia y suavidad expresiva del Italiano. Bien conocidos son en el género sinfónico Hayden, Vanhall, Schwindl, Gasman, Juan, Carlos y Antonio Stamitz, Bach, Wagenseil, Filtz, Cannabich, Crámer, Toesky, Vanmaldere, Kammel, Camerlocher, Schmidt, Ditters, Asplmayer, Hueber o Húber, Misliwecek y otros muchos de no inferior mérito, cuyos nombres, por su dificultad y dureza para la pronunciación española, no se han expresado en los versos de la División V del V Canto, destinado a elogiar los compositores alemanes.[1]
Con esto nos explica el porqué en sus versos solo cita a Hayden, pero lo que más nos extraña es la falta de Mozart en su lista de compositores, quizás incluido en los otros. En cambio están bien representados los compositores de la Escuela de Mannheim.
La música de cámara pasó de la cámara real a la de los nobles y luego a la burguesía, las clases adineradas que se la pueden costear. Finalmente pasará al público en general mediante la organización de los denominados conciertos, empezando por las academias que admitían público.
A partir de 1787 se instauran en España los conocidos como conciertos espirituales. En Madrid se abrió en 1786 el Teatro de los Caños del Peral que llevaba mucho tiempo cerrado, uniéndose con representaciones operísticas a los teatros de la Cruz y del Príncipe. Durante las fiestas religiosas como la Cuaresma estaba prohibida la representación de óperas. A imitación de lo que se hacía en Francia, durante estos días se ofrecían conciertos de música vocal e instrumental.
La orquesta del Teatro de los Caños era la más completa, contando con 37 componentes, entre ellos 18 violines. Durante estos conciertos que tenían lugar los martes o jueves, sábados y domingos de las cuatro semanas de cuaresma, se interpretaban sinfonías, obras concertantes y diversas arias de concierto. Pero pronto compitieron también en estos conciertos espirituales de cuaresma los teatros de la Cruz y del Príncipe.
Entre las sinfonías interpretadas se encontraban obras de Haydn, Kozeluch, Mortelari, Salieri, Prati, Janebencks, Pleyel, del español Pablo del Moral, Paer y de otros compositores no especificados.
Estos conciertos se extendieron a otras ciudades como Barcelona, Valencia, Cádiz y Palma de Mallorca entre otras. Compositores españoles empiezan a presentar sus obras como Juan Balado del cual se conserva una "Sinfonía en re menor" y otros actualmente olvidados.
En la Biblioteca periódica anual para utilidad de los libreros y literatos del año 1791 aparecen anotadas 184 sinfonías, muchas de ellas de Haydn y Pleyel. También se encontraban compositores de ascendencia española en el extranjero, como Carlos Ordóñez nacido en Viena en 1734. En la Musikfreunde Gesellchaft de Viena en una de las sinfonías depositadas existe una nota que dice, esta sinfonía no es de Haydn, es de Ordóñez.
Otro ejemplo es el de Mariana Martínez nacida en Viena en 1744 de una familia napolitana de origen español que se trasladó a la corte vienesa. Compuso varias sinfonías, entre ellas la "Sinfonía en do mayor" compuesta en 1770.
Entre los compositores que analizaremos a continuación se encuentran Luigi Boccherini y Gaetano Brunetti. Aunque por nacimiento y tradición se consideran italianos, los incluimos en estas páginas al haber desarrollado gran parte de su producción en España.
Compositores Siglo XVIII
En esta lista se incluyen tanto compositores italianos que realizaron su labor creativa en la corte española, como otros de origen español que trabajaron en cortes centroeuropeas.
Carlos Ordoñez (1734-1786)
Luigi Boccherini (1743-1805)
Gaetano Brunetti (1744-1798)
Mariana Martínez (1744-1812)
Francisco Javier Moreno (1748-1836)
Ramón Garay (1761-1823)
Carles Baguer (1768-1808)
Josep Pons (1768-1818)
Bernat Bertran (1774-1815)
Carles Quilmetas (1775-1834)
Josep Nonó (1776-1845)
Ferran Sor (1788-1839)
Mateu Ferrer (1788-1864)
[1] La Música 3ª ed., Madrid, 1789.