Enrique Soro (1884-1954) nació en Concepción, la capital de la región del Biobio situada al sur de Santiago, el 15 de julio de 1884. Hijo del compositor italiano José Soro Sforza que se estableció en Concepción en 1875. Enseñó a su hijo los fundamentos de la música. Gente ilustre se interesa por las cualidades musicales del muchacho. El senado de Chile le concede una beca en 1897 para poder perfeccionar sus estudios.
En 1898 viaja a París donde solicita al ministerio chileno que lo envíe a Italia, al Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán donde había estudiado su padre.
Las primeras obras las compuso en Italia, entre las que destacan la "Romanza para violín y piano" compuesta en 1900 y el "Andante Appassionato" Op.2 para violoncelo y órgano, que compuso en 1901 al finalizar con éxito su curso de contrapunto y fuga con Luigi Mapelli. Realizó una versión orquestal en 1916.
Terminados sus estudios en 1904, obteniendo el Gran Premio de Composición, recorre diversos países europeos dando conciertos en Francia e Italia, destacando el celebrado en la Sala Pleyel a fines de 1904 con el famoso Cuarteto Geloso, en el que tocaban Bloch, Monteux, Tergis y Casella.
Regresa a Chile en 1905 dedicándose a la dirección de orquesta y como pianista, presentando sus propias obras además de estrenar en Chile importantes composiciones europeas. No se dedica a la ópera como era de esperar en su época, componiendo música sinfónica y de cámara.
Una de las obras de este período es la "Suite para instrumentos de arcos" compuesta en 1905, cuyo tercer movimiento, la vibrante "Danza Fantástica" se convertiría en uno de sus mayores éxitos. Interpretada de manera independiente se instrumentó primero para cuarteto de cuerdas y piano y finalmente para orquesta.
En 1906 es nombrado profesor de armonía y contrapunto del Conservatorio Nacional de Música, del cual entre 1919 y 1928 será su director. No se dedica a la ópera como era de esperar en su época, componiendo música sinfónica y de cámara. En 1914 compone la "Suite Sinfónica Nº 1" (Pensamientos íntimos).
Una de sus obras más importantes es el "Gran Concierto en re mayor para piano y orquesta" compuesto en 1918 y dedicado al compositor italiano Ferruccio Busoni. Es una de las obras más interpretadas en el extranjero. Una composición de carácter romántico que sigue la tradición de la obra de Tchaikovsky.
La “Sinfonía Romántica en la mayor” fue compuesta en 1921. Se estrenó en Santiago en 1921 dirigida por el propio compositor. Se considera como la primera sinfonía compuesta en Chile.
El primer movimiento, allegro moderato, empieza con una introducción lenta antes de la presentación del primer tema de carácter melódico. Unos compases de transición lo separan del segundo tema de carácter rítmico. Después de la sección de desarrollo reaparece el tema principal empezando la clásica recapitulación que nos conduce a una conclusiva coda.
El segundo movimiento, adagio. es de carácter lírico siguiendo el estilo de la escuela italiana, mediante el desarrollo de una forma melódica.
El tercer movimiento, scherzo, posee un carácter más original por su tratamiento rítmico y orquestación. La sección correspondiente al trío nos presenta una forma lírica que proporciona el deseado contraste. Finalmente como es habitual se repite la primera parte del scherzo.
El último movimiento, allegro con brío, nos presenta un tema amplio de carácter majestuoso. Un segundo tema de carácter romántico sirve de contraste. Durante el desarrollo se llega a frases grandilocuentes. La recapitulación termina con una solemne coda.
Una sinfonía que sigue las grandes líneas del sinfonismo romántico europeo, acercándose más al ímpetu sensual de Tchaikovsky que a la seriedad germánica de Brahms. Puede considerarse como la única gran sinfonía romántica que nos ha proporcionado la música chilena.
Soro como importante pianista compone muchas obras para su instrumento que emplea en sus recitales. Entre ellas se encuentran sus sonatas. La "Sonata Nº 3 en re mayor" compuesta en 1922 en una de sus más interpretadas. El compositor se casa en 1924 con Adriana Cardemil que le dio cuatro hijos y el apoyo moral que necesitaba.
En 1929 embarca en Buenos Aires junto con el compositor Humberto Allende, delegados expresamente por el Gobierno de Chile para asistir a los Festivales Sinfónicos Iberoamericanos, que la Diputación Provincial de Barcelona organiza para el mes de octubre en el Palacio Nacional.
El 13 de octubre de 1929 en el Tercer Concierto de Gala, Soro interpreta en el Palacio Nacional su "Gran concierto para piano en re mayor" con la orquesta dirigida por Mario Mateo. En el mismo concierto se interpretó el poema sinfónico "Voces de la calle" de Humberto Allende. Adjuntamos el programa[1] de dicho concierto por el interés histórico que posee.
Durante su estancia en Barcelona actuaba la Orquestra Pau Casals en el Palau de la Música Catalana, que estrenó la suite orquestal del compositor italiano Alfredo Casella "La Giara" dirigida por el propio autor.
En aquella época Barcelona se había convertido en uno de los centros culturales europeos, especialmente en el campo artístico. Algo que con la revolución fascista de 1936 acabó repentinamente de un modo trágico.
Poco tiempo después Soro tuvo la oportunidad de interpretar su "Sonata para violoncelo y piano" junto a Pau Casals. En el mismo año se celebra en Sevilla la Exposición Iberoamericana, donde Soro ofreció un recital de piano en el Teatro del Pabellón de Chile.
Alejado del Conservatorio desde el año 1928, Soro se dedica a la enseñanza privada y a su labor como compositor. Una curiosa obra de esta época es "Gatomaquia" (Escenas de gatos) para piano, compuesta en 1930.
Entre sus últimas obras sinfónicas se encuentran los "Tres aires chilenos" compuestos en 1942 en Puerto Montt, en la región de Los Lagos. Inspirada en el folclore chileno encontramos el ritmo de la cueca y el melodismo de la tonada. Es una de sus obras más interpretadas debido a su carácter popular.
La muerte de su esposa en 1944 lo destruyó moral y físicamente, alejándolo de la composición. En 1948 recibe el Premio Nacional de Arte. Soro muere en Santiago el 3 de diciembre de 1954. Un compositor de estilo romántico que abre la puerta hacia un sinfonismo chileno, influenciado por la obra de Tchaikovsky y de Schumann.
Dedicado durante muchos años a la enseñanza, entre sus alumnos se encuentran Domingo Santa Cruz, Adolfo Allende, Juan Casanova y Roberto Puelma.
Reconocido como un gran improvisador en el piano, estuvo vinculado con grandes personalidades de la época, como Vincent D'Indy, Pietro Mascagni, Camile Saint-Saens, Ignace Paderewsky, Pau Casals, Giacomo Puccini y Maurice Ravel, entre otros. Sus honores, cargos y premios fueron múltiples, entre los que destacan el de vice-presidente de la Sociedad de Compositores Chilenos, la Medalla de Oro por el Himno Centenario a Chile (1910) y el nombramiento como miembro de la Sociedad de Compositores de París (1922).
[1] La Vanguardia Domingo 13 de octubre de 1929