5- Sibelius
Se puede decir que es el compositor más importante que ha dado Finlandia. En su ciclo sinfónico desarrolla una fuerte personalidad propia, que partiendo del romanticismo alemán, se eleva mediante sus aportaciones nacionalistas hacia un estilo propio, apartado de todas las corrientes modernistas de su época.
Indice
Jean Sibelius (1865-1957) nació el 8 de diciembre de 1865 en Hämeenlinna, llamada en sueco Tavastehus, capital de la región de Finlandia del Sur (Etelë-Suomi). Una pequeña ciudad militar situada a un centenar de kilómetros al norte de Helsinki. En aquella época el Gran Ducado de Finlandia formaba parte del Imperio Ruso, hasta el año 1917 en que proclamó su independencia, aprovechando la alterada situación política de la época, como se ha relatado anteriormente.
El padre de Sibelius, médico de profesión, murió cuando el niño apenas tenía 3 años, viéndose obligado, por las condiciones económicas, a vivir con su madre en casa de su abuela. Pronto mostró dotes para la música, escribiendo en 1875 su primera obra para violín y violoncello, Vattendroppar (Gotas de agua). Empieza sus estudios de violín con el director de orquesta local, Gustav Levander. En 1885 entró en la Universidad de Helsinki para estudiar leyes, pero un año después lo abandonó para dedicarse a la música. Estudió en el Instituto de Música de Helsinki, actualmente la Academia Sibelius, con Martin Wegelius (1846-1906). Continuó componiendo obras, entre ellas su Cuarteto en la menor estrenado el 29 de mayo de 1889.
En el Instituto conoció a Armas Järnefelt (1869-1958), que llegó a ser director de orquesta especializado en la ópera, además de compositor. En el invierno de 1889 Armas llevó a su colega a su casa familiar. Allí Sibelius conoció a su hermana Aino, de la cual pronto se enamoraría. Aino Järnefelt, era hija del General Alexander Järnefelt, cabeza de una de las familias más influyentes de Finlandia, lo cual le ayudará en su carrera.
La familia Järnefelt era descendiente de una familia militar alemana, que en el siglo XVI se trasladó a Suecia y en el XVIII a Finlandia, en la Carelia. Alexander Järnefelt estudió en la academia de artillería de San Petersburgo y en aquella ciudad se enamoró de Elisabeth Clodt von Jürgensburg, proveniente de una familia noble de Estonia, que había producido una gran cantidad de artistas. Se casaron en 1857 y tuvieron nueve hijos. Todos dotados de talento artístico. Se establecieron en Pulkova, cerca de San Petersburgo. En 1870 se trasladaron a Helsinki, cuyo nombre en sueco es Helsingfors. Ambos cónyuges pertenecían al movimiento Fennomans.
Los Fennomans constituyeron el movimiento político más importante en el siglo XIX del Gran Ducado de Finlandia. En una época dominada por el sueco como lengua culta y oficial, el finés solo era hablado por la gente del campo. Los Fennomans fundaron el Partido Finés después de la guerra de Crimea, luchando para elevar al finés a ser el idioma nacional y lograr una cultura nacionalista. Muchos sueco parlantes llevaron a sus hijos a las escuelas finesas para lograr que la lengua finesa se convirtiera en su lengua madre. El lema de los Fennomans era el siguiente: No seremos nunca mas suecos, nunca nos convertiremos en rusos, dejennos ser fineses. El partido opuesto era el de los Svecomans, partidarios de Suecia y unidos al mundo germánico. Finalmente se llegó a una síntesis de sus ideales convirtiéndose Finlandia en un país bilingüe.
Como se puede suponer, los Järnefelt educaron a sus hijos en las ideas nacionalistas, enviándolos a estudiar a la escuela fineso parlante. El desarrollo de la cultura finesa estaba considerado por la familia Järnefeldt como su más importante objetivo. La madre de Aino, Elizabeth, mantuvo una fuerte amistad con el joven Juhani Aho (1861-1921), un importante escritor finés cuyas ideas también apasionaban a la propia Aino. Cuando esta conoció a Sibelius, el afecto de Juhani Aho pasó de la madre a su hija, pero tuvo que marchar a Paris como corresponsal de prensa para la Exposición Mundial de 1889. Aho vivió en París desde el otoño de 1889 hasta el verano de 1890.
Cuando Aino estaba dudando sobre las preferencias de su corazón, Aho escribió una novela titulada Yksin (Solo) (1890). En ella narraba una dudosa historia de amor en París. El protagonista pasa una noche con una prostituta y esta escena causó mucha controversia. Sibelius que se encontraba entonces en Viena leyó la obra y le estropeó las Navidades. Reconoció entre sus personajes a su novia Aino. A pesar de que ella también recibió y leyó una copia del manuscrito, no le hizo cambiar sus sentimientos por el autor. Se prometió con Jean Sibelius con el que se casaría en el verano de 1892. En 1891 Aho se casó con la artista Venny Soldan-Brofeld.
Sibelius estudió contrapunto en Berlín, recomendado por su maestro Wegelius, con Albert Becker en 1889. Allí conoce la música de Wagner y puede escuchar el poema sinfónico de su amigo Robert Kajanus, “Aino”, escrito en 1885 para la conmemoración del 50 aniversario del poema Kalevala. Kajanus dirigió su poema con la Orquesta Filarmónica de Berlín en el mes de febrero de 1890. Esta obra despertó la inspiración nacionalista de Sibelius, que escribiría muchas obras inspiradas en las leyendas del Kalevala. Sibelius había conocido a Kajanus cuando estudiaba en el Instituto de Música de Helsinki y mantenían una buena amistad. Robert Kajanus (1856-1933) había fundado la Sociedad Orquestal de Helsinki, en cuyo seno nació la Orquesta Filarmónica de Helsinki, la cual estrenaría muchas de las obras de Sibelius.
Cuando Sibelius regresó a su patria en 1890, se prometió con Aino Järnefeldt. Luego viajó a Austria, estudiando en Viena con Karl Goldmark y Robert Fuchs, hasta el mes de junio de 1891. Allí empieza el esquema de la Sinfonía Kullervo, basada en las leyendas del Kalevala.
El finlandés es un idioma que pertenece a la familia de las lenguas llamadas fino-ugrias. Originarias de la región rusa de los Urales, antiguamente se difundieron por Europa y Asia, pero han perdido fuerza frente a los idiomas germánicos y eslavos con los que han convivido. A esta familia de lenguas pertenecen dos grupos separados. El grupo finés, en el que encontramos como más importantes el finlandés y el estonio, y el grupo ugrio de la región del Obi, al que pertenece el idioma húngaro.
Dedicamos este apartado a Carelia debido a la importancia que adquiere en la obra de Sibelius. Carelia, cuyo nombre real es Karelija, comprende los territorios situados al este de Finlandia, cuyos habitantes hablan la lengua finesa. Comprende la salida al mar de Barents en el norte, incluyendo la península de Kola. Después de intensas luchas entre suecos y rusos para su dominio, el tratado de Nöteborg en 1323 dividió Carelia en dos partes, quedando Viborg como la capital de la Carelia sueca. Después de la Gran Guerra del Norte (1700-1721), entre los suecos y los aliados de Rusia, mediante el tratado de Nystadt, Suecia cedió la mayor parte de Carelia a la Rusia de Pedro I el Grande. En 1809 Finlandia pasa a formar parte del Imperio Ruso hasta su independencia en 1917, pero la mayor parte de Carelia queda en poder de los rusos, pese a los esfuerzos de los finlandeses en su recuperación. Después del establecimiento de la Unión Soviética en 1922, la parte rusa de la Carelia se convierte en la República Socialista Soviética Autónoma de Carelia. A consecuencia de la segunda guerra mundial la Carelia finesa perdió su ciudad más importante Viipuri (Vyborg). En el año 1991 se creó la República de Carelia dentro de la Federación Rusa.
La cultura popular finesa había estado relegada durante siglos por la administración sueca. Los bardos, los poetas del pueblo, eran los depositarios de las tradiciones y leyendas de su pueblo. Cantaban acompañados por una pequeña cítara llamada kantele. Elias Lönnrot (1806-1884) recogió esta obra lírica y épica en dos colecciones. En el Kanteletar (1841) recopiló los cantos líricos. Pero su obra más importante era el Kalevala (1835), una colección de cantos legendarios de origen popular, recogidos de los bardos carelianos, que expresan la épica nacional finesa. Esta obra fue una de las inspiradoras del nacionalismo fines para lograr su independencia de Rusia en 1917.
El nombre Kalevala significa país de Kaleva. Generalmente Kaleva se interpreta como el sur de Finlandia y Pohjola como Laponia. Algunos estudiosos localizan el país de Kaleva en el este de Carelia. En 1961 el pequeño pueblo de Uhtua situado en el este de Carelia fue renombrado como Kalevala, acaso para promover esta teoría. Pero para otros se trata de Tallinn, la capital de Estonia, conocida en antiguos textos rusos como Kolyvan.
La obra está dividida, en la segunda edición publicada en 1849, en 50 poemas o runas. En finés poema se llama runo. La obra es una epopeya con personajes dotados de poderes extraordinarios, que viven aventuras a través de las cuales su autor comunica su concepción filosófica del Universo. Reunió todas las leyendas en una obra continua. El personaje principal es Väinämöinen, un shamán que contribuye a la creación del mundo. La obra contiene muchos protagonistas, que serán empleados en las obras de Sibelius. Así encontramos a Kullervo o a Lemminkäinen. Parecidos con el personaje principal se pueden encontrar actualmente en los magos de El Señor de los Anillos
Sibelius regresa a su patria y se dedica a la enseñanza. En el mes de noviembre de 1891 viaja a Porvoo, a unos 50 km al este de Helsinki, para escuchar a la cantante rúnica careliana Larin Paraske. La escritura rúnica era la empleada por los antiguos escandinavos. La canción rúnica es la antigua canción folclórica. Este hecho le influirá en su producción futura, incorporando música folclórica en sus obras como símbolo nacionalista finés. Pero en sus obras nunca utiliza copias exactas si no que le sirve de fuente estilística de inspiración.
En la primavera de 1892 Sibelius dirige su primera gran obra sinfónica, Kullervo, para solistas, coro y orquesta en Helsinki. Nos encontramos con una obra dividida en varios movimientos que está en la frontera entre la sinfonía y el poema sinfónico. Debido a su interés le dedicamos un especial comentario.
"Kullervo" Op.7 fue terminada en el mes de abril de 1892. A pesar de que Sibelius pensaba en términos sinfónicos no la llamó Sinfonía sino Poema Sinfónico, debido a su naturaleza descriptiva y al uso de solistas y coro. Pero la causa principal era que no se atrevía a realizar una verdadera sinfonía. Lo cierto es que el propio compositor la retiró de los programas poco después de su estreno el 28 de abril de 1892 en la sala de la Universidad de Helsinki, a pesar del éxito obtenido colocándolo como el gran compositor nacionalista finés. La obra no se volvió a interpretar hasta 1958, después de la muerte de su autor.
El primer movimiento Introducción, allegro moderato es puramente orquestal. El primer tema nos recuerda al Bruckner de la tercera sinfonía, pero su repetición posee el estilo típico de Sibelius. El segundo grupo temático es presentado por la trompa después de un acorde. Este tema se transformará durante el desarrollo en una melodía con aspecto muy folclórico finés, característico de su autor. La recapitulación termina con una fanfarria del metal basada en el primer tema que se detiene repentinamente, continuando con motivos en las maderas que se van apagando.
La obra está basada en los poemas 31 al 36 del Kalevala que cuentan la historia de Kullervo. En este movimiento Sibelius lo describe como un héroe inmerso en la tragedia. El amplio primer tema nos muestra la grandeza épica del héroe, seguido por el más trágico segundo tema.
El segundo movimiento se titula La Juventud de Kullervo y corresponde al movimiento lento de la sinfonía. El tema principal está cargado de pesimismo, acaso presintiendo el funesto destino de Kullervo. Escrito en forma de balada contiene también reminiscencias de temas rúnicos. La atmósfera se llena de misterio antes de aparecer en la parte central un episodio contrastante más rápido, protagonizado por las maderas, pero en el fondo continúa la atmósfera opresiva que caracteriza la vida del héroe desde su juventud. En la parte final encontramos una escena fuertemente romántica, interrumpida por fuertes llamadas del viento, antes de que reaparezca el tema inicial con que termina el movimiento.
Narra la desgraciada vida de Kullervo, que está con su tío responsable de la muerte de su padre y que más tarde lo vende como esclavo al forjador Ilmarinen. Estos dos movimientos serían los de una sinfonía convencional, pero en el tercer movimiento introduce los coros y solistas vocales, convirtiéndolo en la parte más importante de la obra, apartándose de la forma sinfónica clásica.
El tercer movimiento que lleva el título de Kullervo y su hermana, introduce un coro masculino, una soprano y un barítono. La narración corresponde al poema runo 35 del Kalevala. Kullervo ya no es un esclavo, viste como un poderoso caballero. Montado en su trineo regresa de un viaje realizado para pagar sus impuestos. Encuentra a una muchacha con su rubia cabellera ondeando en el camino, se detiene e intenta atraerla a su trineo. La atmósfera es completamente diferente a la del anterior movimiento. La orquesta mediante un enérgico tema en las cuerdas, describe al arrogante Kullervo, viajando en su trineo arrastrado por un brioso corcel, de regreso a su casa. El coro de hombres relata la escena, con un canto al unísono, pero poderoso, en forma de ostinato. Luego empieza un diálogo entre Kullervo y la muchacha, interpretados por el barítono y la soprano en un modo casi operístico, con los comentarios del coro masculino. El hombre no logra convencer a la muchacha que suba a su trineo. Mas adelante encuentra una segunda muchacha y ocurre lo mismo. Pero al tercer encuentro lo consigue. Fascinada por la riqueza de los vestidos que le muestra, por el reluciente oro que la aturde, la muchacha es finalmente corrompida por el poder del dinero. En este momento el coro se calla y la escena de la seducción es descrita por la orquesta sola, de un modo intenso y realista.
Al finalizar la escena de amor, ambos se preguntan sobre sus orígenes, dando lugar a la trágica escena del descubrimiento. En un largo monólogo, interpretado por la soprano, descubren que son hermanos. La muchacha evoca su infancia, deseando haber muerto y finalmente en un acto de desesperación se suicida. Sibelius logra una música muy convincente acompañando el relato. En la parte final del movimiento Kullervo canta un poderoso lamento, acompañado por fuertes acordes de la orquesta que consiguen realzar la tragedia. Como curiosidad lingüística reproducimos una de las frases cantadas por Kullervo en esta parte final.
Minnekä minua loitte, ¿Para qué me habéis criado,
kunne kannoitte katalan? criado para ser tan desgraciado?
Comprobamos que la palabra finesa katalan significa desgraciado. Podemos sacar nuestras propias conclusiones. ¿Ha sufrido el pueblo catalán una opresión parecida a la del pueblo finés?.
El cuarto movimiento lleva el título Kullervo va a la guerra. La música es impetuosa, en ritmo de marcha. Kullervo se dirige a la guerra para vengarse de su tío Untamo. La música vuelve a ser puramente orquestal y está en forma de rondó. Corresponde al poema 36 del Kalevala. En el primer tema Kullervo se despide de su familia. Luego se dirige hacia la lucha. El viento y la percusión subrayan periódicamente la escena. Pero también encontramos momentos más relajados. Termina con una fuerte explosión del viento acompañado de la percusión.
El último movimiento lleva el título Muerte de Kullervo. Emplea nuevamente el coro de hombres. El relato es trágico como refleja la música que lo acompaña. Después de haber derrotado a su tío, culpable de todos sus males, regresa casualmente al lugar donde sedujo a la muchacha, donde deshonró a la hija de su madre y solo puede liberarse de su culpabilidad suicidándose mediante su propia espada, que le había regalado el dios Ukko. El movimiento está formado por un largo crescendo. Empieza con la entrada del coro cantando misteriosamente en forma salmódica. La música aumenta su impulso cuando los hombres relatan el suicidio de Kullervo. Aparecen temas recordando la juventud del héroe. Finalmente el tema del viento de la introducción aparece en forma solemne, acompañando las últimas palabras del coro en una forma casi wagneriana.
Se oli surma nuoren miehen, Así es como muere el joven
Kuolo Kullervo urohon, Kullervo, el héroe, muere así.
Loppu ainakin urosta, De este modo acaba la vida del héroe,
Kuolema kovaosaista. Así murió el desgraciado héroe.
Kalevala, Runo 36
Con estas palabras se cierra el círculo, terminando la obra. Sibelius había conseguido su primer éxito en el campo de la música sinfónica.
Seis semanas después del estreno de Kullervo, Sibelius se casa con su prometida Aino Järnefelt y realizan el viaje de novios por Carelia, donde continúa interesándose por las canciones rúnicas. El director Robert Kajanus, gran defensor de la música de Sibelius, le pide una nueva obra sinfónica. El 10 de diciembre de 1892 termina el poema sinfónico “En Saga” Op.9, proveniente de obras anteriormente compuestas. La obra final se estrenó con gran éxito en Helsinki el 16 de febrero de 1893. La obra está construida como un movimiento de sonata modificado. Su título, escrito en sueco, significa cuento y al parecer se inspiró en la obra del pintor suizo Arnold Böcklin.
Siguiendo sus ideas nacionalistas, la próxima obra que escribe en 1893 es Karelia. Se trata de una música de escena escrita para la Asociación de estudiantes de Viipuri (Viborg) de la Universidad Imperial Alexander. El título original de la obra es “Viipurilaisen osakunnan juhla-arpajaiset” (Música de escena para un Festival y Lotería para la ayuda educativa de la provincia de Viipuri). El motivo era la celebración de una fiesta, para recoger fondos para elevar el nivel cultural y social de las regiones pobres de la Carelia del este. Recordemos que en aquella época todo el territorio finlandés estaba bajo el dominio del Zar, lo cual no gustaba a los nacionalistas finlandeses.
La ideología del acto era reforzar la cultura finesa en las regiones fronterizas con Rusia. Representaba la construcción del castillo medieval de Viipuri, edificado por el comisario sueco Tyrgils Knutsson, asociado con los fineses para defenderse de los rusos de Novgorod. La obra se estrenó el 13 de noviembre de 1893 en el Ayuntamiento de Helsinki. Mediante una serie de cuadros describe escenas de la historia de Carelia, en forma de un montaje teatral. El éxito de la obra fue nuevamente atribuido por Sibelius, no debido a su música sino a los sentimientos nacionalistas. Por ello destruyó partes de la misma, que actualmente ha podido ser restaurada. La música es fuertemente épica, con baladas rúnicas carelianas y escenas caballerescas, enalteciendo la raza careliana y su lengua. Su obertura se publicó separadamente como “Obertura Karelia” Op.10 y tres de sus partes orquestales se reunieron formando la “Suite Karelia” Op.11.
En el mismo año Sibelius empezó a interesarse por la ópera nacionalista finesa, intentado presentarse a un concurso. Empieza una obra titulada “Veenen luominen” (La construcción del barco). Al cabo de un año abandonó la empresa al encontrar que su estilo se acercaba demasiado a Wagner. Con parte de sus ideas musicales construyó una suite, la “Lemminkäinen Suite” Op.22. El título original de Sibelius era “Poemas Sinfónicos sobre motivos del mito Lemminkäinen”. Las leyendas pertenecen nuevamente al Kalevala.
La obertura de la descartada ópera se convirtió en una de las partes de la obra, quizás la mas conocida por el público, “El cisne de Tuonela”. Nuevamente Sibelius se encuentra influido por las pinturas del simbolista suizo Böcklin, con sus imágenes de cisnes, agua y muerte. El cuadro de Böcklin, Insel der Toten, también sirvió de inspiración a Rachmaninov en su “Isla de la Muerte”.
La obra se estrenó en el mes de abril de 1896 pero fue varias veces revisada, la primera en 1897 y luego en 1900. En 1937 realizó una nueva revisión de una de sus partes. Lemminkäinen es uno de los héroes del Kalevala. Un hombre hermoso y arrogante, cuya madre tuvo que rescatar su cadáver del río de la muerte que lo arrastraba hacia Tuonela, el país de la muerte. Tuonela es una especie de infierno en la mitología finlandesa. Está rodeado por un gran río de agua negra sobre el que flota el Cisne de Tuonela.
La primera leyenda, Lemminkäinen y las doncellas de la isla, está inspirada en la Runo 29 del Kalevala. Relata el viaje de Lemminkäinen al país de Saari, donde como una especie de Don Juan nórdico, intenta conquistar el corazón de las muchachas. Busca a la más hermosa de ellas Kyllikki y como la muchacha lo rechaza repetidamente retorna a su patria.
En segundo lugar encontramos el famoso “El cisne de Tuonela”, el cual se ha comentado anteriormente. En 1947 Sibelius decidió finalmente que este movimiento ocupara el segundo lugar, antes estaba interpretado en tercera posición. Solo añadiremos que el solo de corno inglés nos recuerda al Wagner del Lohengrin y también el principio del tercer acto del Tristán. La relación del cisne con la muerte, llevó al depresivo rey de Baviera Luis II, a decorar con ellos sus castillos, el cual como recordamos pereció ahogado en uno de los lagos.
La tercera leyenda se titula Lemminkäinen en Tuonela. Para conseguir a la hija del País del Norte, Lemminkäinen tiene que matar al cisne de Tuonela, pero es él quien muere en una emboscada tendida por el hijo del Lord de Tuonela. Corta su cadáver en ocho trozos y lo arroja al río de Tuonela. Recogido por su madre, quien gracias a sus poderes mágicos lo devuelve a la vida.
La última parte se titula El retorno de Lemminkäinen. Exhausto por las batallas Lemminkäinen decide regresar a su hogar. Después de un viaje rico en aventuras descubre los lugares donde transcurrió su niñez. Reconoce el valor de su tierra y superados los horrores vividos en los anteriores movimientos, termina amando a su patria, recordando a los fineses el amor a su propia patria.
En la primavera de 1894 Sibelius sustituye al profesor de música de la Universidad de Helsinki, el maestro Richard Faltin (1835-1918), durante su ausencia. Para la Universidad compone su primera cantata, la “Cantata para la ceremonia de la promoción de 1894”. Faltin pide la jubilación en la primavera de 1896 y Sibelius es nombrado profesor auxiliar nuevamente, hasta que el consistorio no decida quién será el titular del cargo. En la primavera del mismo año se le pidió que escribiera una nueva cantata, esta vez en honor del Zar y Gran Duque de Finlandia Nicolás II. Fue la “Cantata de la Coronación”, estrenada el 2 de noviembre de 1896. En ella se expresa la esperanza del pueblo finlandés de lograr su libertad, pero las expectativas no fueron las esperadas y el Zar intentó la rusificación del país. Al parecer el estreno de esta obra no fue demasiado convincente. Su segundo fracaso fue el estreno el 9 de noviembre de su única ópera “Jungfrun i tornet” (La doncella en la torre), una ópera corta en un solo acto que había escrito durante el verano, con un texto en sueco.
Como profesor titular auxiliar, Sibelius pronuncia la lección inaugural del curso académico el 25 de noviembre de 1896, con el título de “Algunos apuntes sobre la música folclórica y su influencia sobre el arte de la composición”, donde en la siguiente frase, extraída de su discurso, muestra su estética musical, “no se puede derribar el edificio antiguo si no existe nada para poner en su lugar. Esto no se puede conseguir construyendo un sistema tonal totalmente nuevo, hace falta encontrarlo vivo en la música popular”. Sibelius prefería trabajar dentro de la tonalidad, como un nuevo medio de expresión basado en la música tradicional.
Sorprendentemente se presentó un nuevo candidato para ocupar la cátedra que el profesor Faltin había dejado vacante. Se trataba de su hasta ahora amigo Robert Kajanus, el fundador de la orquesta de Helsinki, con la cual Sibelius había presentado sus obras sinfónicas. Según el informe dejado por Faltin, Sibelius era presentado como el compositor más importante de Finlandia y la Universidad se sentía orgullosa de tenerlo en sus filas. Después de los trámites burocráticos y de la votación, 25 para Sibelius y 3 para Kajanus, la designación parecía clara.
El 29 de julio de 1897 se produjo la sorpresa, contrariamente a lo esperado Kajanus fue nombrado como profesor titular, por decisión del Rector Woldemar von Daehn. Los rumores eran que Kajanus no conforme con el resultado de la votación había viajado hasta San Petersburgo para hablar con el Rector, nombrado por Rusia. Pero el resultado de esta maniobra terminó favoreciendo a Sibelius y quizás a la historia de la música y a sus amantes.
El Senado de Finlandia, dándose cuenta de la injusticia sufrida por el compositor, pidió una pensión anual para un periodo de diez años. Apoyados por el propio Rector, el Zar le otorgó la pensión en el mes de enero de 1898. Cuando terminaron los diez años, la pensión se transformó en permanente hasta su muerte. Con esto terminó para siempre su trabajo como profesor y pudo dedicar su tiempo a la composición. Muchos de sus grandes estrenos se celebraron en el Aula Magna de la Universidad de Helsinki, que era usada regularmente por la Orquesta Filarmónica, la que más tarde se convertiría en la Orquesta Municipal de Helsinki.
En el mes de febrero de 1898 estrena la música incidental para la obra de Adolf Paul, “Kung Kristian II” (El Rey Cristian II) en el Teatro Sueco de Helsinki. Nace su primera hija Kirsti que morirá en 1900. Empieza un periodo de represión en Finlandia cuando Nikolai Ivanovich Bobrikov es nombrado Gobernador General del Gran Ducado de Finlandia. Mas tarde, en 1904, sería asesinado por un patriota finés.
El año 1899 será muy importante en la vida de Sibelius. En el mes de febrero Rusia publica un llamado Manifiesto de Febrero, que reduce drásticamente los derechos autonómicos de Finlandia, reduciendo la libertad de expresión y de reunión. Además convierte al ruso en segundo idioma obligatorio para las escuelas y prohíbe la libertad de prensa. Sibelius cuyo carácter nacionalista ya conocemos, se convierte en un compositor de protesta. Escribe la “Atenarnes sång” (Canción de los Atenienses),para coro, viento y percusión, publicada mas tarde como Op.31/3, en cuyo texto se encuentran sentimientos de lucha por la libertad. En el mismo año escribe “Islossning i Ulea alv” (El deshielo en el río Ulea), aunque también escrita en sueco, es una obra para narrador, coro y orquesta que ensalza la patria finlandesa. En aquellos momentos sueco y fineses parlantes se unen para luchar por sus derechos nacionales frente a Rusia.
La “Sinfonía Nº 1 en mi menor” Op.39 fue escrita en 1898, en la época que empezaba la opresión rusa y estrenada el 26 de abril de 1899, solo dos meses después del Manifiesto ruso. En el mismo programa se interpretó la “Atenarnes sång” que fue muy bien acogida por los nacionalistas a los que invitaba a la lucha. Igualmente lo fue la sinfonía, que aunque no se trataba de una obra programática, su música tenía un carisma muy nacionalista.
El primer movimiento, andante ma non troppo, allegro energico, empieza con una melancólica melodía en el clarinete sobre un contenido redoble de los timbales. Luego entra la cuerda, presentando el primer tema del allegro, un tema de carácter vivaz. El segundo tema aparece en pianissimo con trémolos en los violines y síncopas en el arpa. La exposición termina con un crescendo en que usa la tuba baja. Sigue la sección de desarrollo que nos lleva a la clásica repetición de los temas en la recapitulación. Un largo crescendo nos conduce a la coda.
El segundo movimiento, andante, ma non troppo lento, está escrito en la forma tripartita de lied. El tema es romántico, expresado cálidamente. La parte central contiene una sección para fagots en contrapunto, que según Sibelius tiene un fuerte sabor finés. Esta sección contiene un largo desarrollo que la lleva hasta un furioso allegro. Termina con la lírica melodía del tema principal que se desvanece lentamente.
El tercer movimiento corresponde al scherzo. Empieza rítmicamente con un tema repetitivo, subrayado por los timbales. La sección es el llamado trío, que tiene un carácter calmado con solos de las trompas y de la flauta. Pero pronto regresa la rítmica primera parte que cierra el movimiento.
El último movimiento andante, allegro molto, está definido por su autor como quasi una fantasia. Empieza con la cuerda interpretando el tema del clarinete, con el cual se abría la obra. Después de una tranquila sección de carácter trágico, que termina con dramáticas llamadas, los clarinetes introducen un melódico tema noble, que es tomado por toda la orquesta. Pero en contra de lo esperado, resurge el clima trágico con llamadas del metal que parecen invitar a la lucha, consolidando la obra como tormentosa. Reaparece el tema lírico interpretado cálidamente por la orquesta, un tema que nos recuerda a Tchaikovsky. Pero como si fuera un tributo al autor ruso, la obra termina trágicamente con fuertes acordes del viento acompañado por la percusión.
Aunque no exista ninguna explicación programática podemos ver a esta obra como formalmente patriótica, celebrando la amarga resistencia del pueblo finés e intentando que se despierte para luchar por sus derechos.
En respuesta a la decisión de los rusos de limitar la libertad de expresión, cerrando cuatro periódicos fineses, estos decidieron organizar una masiva protesta el 5 de noviembre de 1899. Entre las actividades programadas la noche anterior, se efectuó una gala en el Teatro Sueco. La parte más importante del espectáculo fue la representación de una serie de escenas históricas. Para ellas Sibelius compuso la música, “Musiikkia Sanomalehdiston paivien juhlanaytantoon” (Música para recoger pensiones para la prensa), también conocida como “Música para la Gala de la Prensa”. La música comprende un preludio y la música escénica para acompañar las diferentes partes de la representación, comprendiendo diversas escenas patrióticas. Es curioso observar la música que acompaña al tercer cuadro, la escena de la corte del Duque Johan. Esta escrita con el ritmo español del bolero. Pero la parte más importante de la obra constituye el sexto y último cuadro titulado Despierta Finlandia. Esta conocida música comprende un himno que pronto se haría famoso como himno nacionalista finés.
Sibelius extrajo tres números de esta obra y los convirtió en la primera suite de “Scènes historiques” Op.25. Entre ellos el bolero, que usa en su último movimiento, Festivo. La escena final la modificó formando el poema sinfónico “Suomi” (Finlandia) Op.26 del que realizó también arreglos para coro masculino y para coro mixto en años posteriores, cuando Finlandia era ya un país libre. El coro canta un texto patriótico en el himno que se encuentra en la penúltima sección de la obra. Por cierto su música había estado prohibida por el gobierno ruso antes de la independencia, al considerarla como un himno separatista. Entre los cambios más notables realizados en la adaptación encontramos que la coda final es menos rimbombante que en la versión original, escrita para el teatro.
A comienzos del año 1901 Sibelius realiza un viaje a Italia con su familia, concretamente a Rapallo y luego a Roma. Allí empieza a escribir un poema sinfónico basado en la Divina Comedia de Dante. Pero abandonando esta obra conservó diversos temas que incorporó en una nueva sinfonía, la segunda.
La “Sinfonía Nº 2 en re mayor” Op.43 fue terminada en el mes de noviembre de 1901, pero luego realizó una profunda revisión. La obra se estrenó el 8 de marzo de 1902 en Helsinki dirigida por el propio Sibelius. La obra tuvo gran éxito y Sibelius se convirtió en un héroe nacional. Es su sinfonía mas conocida y una gran obra postromántica.
Está orquestada para pares de flautas, oboes, clarinetes y fagots, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales y la cuerda habitual. Una orquesta algo mas reducida que la usada en su primera sinfonía.
El primer movimiento allegretto, empieza mediante las cuerdas solas con un motivo oscilante, seguido por un tema alegre introducido por los oboes y clarinetes, con un sabor muy propio de su autor. El segundo tema es lírico y tranquilo. Escrito en forma sonata posee un desarrollo bastante peculiar, con una sección en que flautas, clarinetes y oboes presentan su tema bastante agresivo, debido a sus pares de notas alternantes, que Sibelius aprovecha para introducir su clímax, con la amplia forma melódica de su tema principal. Luego empieza la recapitulación con el tema de los oboes y clarinetes inicial. El movimiento termina con un diminuendo acompañado por la cuerda.
El segundo movimiento, tempo andante, ma rubato, empieza con sobriedad con el pizzicatto de las cuerdas, antes de que el par de fagots introduzcan una crepuscular y severa melodía, acompañados por violoncellos y timbales. Los violines entran con un romántico tema animado por el viento. Las fanfarrias de los metales se detienen bruscamente mediante silencios, creando un clima de alto dramatismo. La parte central más tranquila, comprende una serie de variaciones del tema, hasta que el viento repite sus llamadas de protesta en un nuevo climax. El movimiento termina, después de un episodio más calmado, con una última llamada de protesta.
El tercer movimiento vivacissimo es el scherzo de la obra. Está dominado por el frenético ritmo que imponen las cuerdas. Se interrumpe con un silencio, apareciendo el trio en forma de una lenta melodía introducida por el oboe. Regresa el ritmo inicial de las cuerdas hasta que nuevamente el oboe repite su tema melódico, que después de pasar a la orquesta se encadena con el último movimiento.
Termina con un allegro moderato, sin interrupción con el anterior movimiento. Un tema melódico profundo se eleva de las cuerdas, marcado por los timbales y las fanfarrias de los trombones. El segundo tema de carácter lírico es peculiar del estilo de Sibelius. Un tranquilo desarrollo nos conduce hasta un clímax, en el cual se repite el tema principal de forma solemne y altamente romántica. Después de la recapitulación, un ostinato de la propia melodía va creciendo hasta llegar a la coda, que termina la obra con gran solemnidad. A pesar de que algunos indiquen que no se trata de una obra patriótica, debido a su composición inicial en Italia, estamos conformes con las ideas apuntadas por Kajanus y además podemos añadir que en el primer movimiento Sibelius hace una pintura del paisaje y de su pueblo, que realmente nos presenta a Finlandia.
El director de orquesta Kajanus estaba entusiasmado con la obra. Escribe una crítica en la que señala la llamada de protesta que significa su movimiento lento. Constituye la protesta más dolorosa contra toda la injusticia, que actualmente amenaza al sol de privarnos de su luz y a nuestras flores de su perfume, según sus propias palabras. Continúa diciendo que el scherzo muestra la férrea voluntad del pueblo, con su trio que explica la razón de esta actividad. Finalmente, la última parte muestra al auditor la esperanza de un futuro más brillante, como nos indica su coda triunfal.
Sibelius compone una nueva cantata “Tulen synty” (El origen del fuego) Op.32, para la obertura del Teatro Nacional de Helsinki el 9 de abril de 1902. Una nueva obra nacionalista basada en el Kalevala. El robo del fuego puede interpretarse como el ataque de Rusia contra la libertad de Finlandia. El triunfal final de la obra era su recuperación por los patriotas fineses.
La fama de Sibelius como compositor traspasa fronteras y empieza a ser conocido en toda Europa. En el verano de 1901 ya había sido invitado para dirigir sus propias obras en el Festival de Música de Heidelberg. En noviembre de 1902 dirige en Berlín invitado por su amigo Ferruccio Busoni, antiguo compañero de estudios.
Entre los años 1903 y 1904 escribe la primera versión de su “Concierto para violín y orquesta en re menor” Op.47 , el único concierto que compuso. Esta obra abre un nuevo periodo de su carrera como compositor. Su estilo se aparta de su anterior producción, dominada por los instrumentos de viento y se inclina hacia un neoclasicismo en el cual predomina la cuerda. Su estreno no fue demasiado convincente debido al solista. Sibelius realizó una revisión del mismo, que fue estrenada en el mes de octubre de 1905 en la Singakademie de Berlín con la orquesta dirigida por Richard Strauss.
En el año 1903 nace su hija Katarina. En dicho año compone la música de escena para una obra de teatro escrita por su cuñado Arvid Järnefelt (1861-1931), “Kuolema” (La Muerte). Se trata de una música para acompañar la obra, dividida en seis escenas, en las que además de la orquesta participan una soprano y un barítono. La música de la primera escena corresponde a la que más tarde se conocerá como “Valse triste”. Acompaña a una mujer moribunda soñando en una danza. Cuando despierta, la danza parece cobrar realidad y se intensifica, hasta que la figura de la muerte llega para llevársela consigo. En el año 1904 Sibelius recuperó esta pieza de la obra, realizó una nueva versión más extensa y la publicó como primera pieza de la Suite “Kuolema” Op.44. En 1906 añadió una nueva versión de la tercera escena para completar su Op.44, la escena llamada de las grullas. En 1911 completó la Suite con dos nuevas piezas publicadas como Op.62.
Es realmente penoso considerar que existan personas que solo conozcan a Sibelius por una obra menor como es su “Valse triste” e intenten juzgar su producción por esta obra, calificando a su música como inmensamente triste y a su autor como un hombre amargado.
En 1904 Sibelius abandona Helsinki para instalarse en su nueva casa, Ainola, así llamada en honor a su esposa Aino, en Järvenpää, pequeña ciudad situada a unos cincuenta kilómetros al norte de Helsinki. Buscaba un lugar más tranquilo para componer y allí viviría durante sus restantes 53 años.
En el mes de enero de 1905 dirige su segunda sinfonía en Berlín, nuevamente invitado por Busoni, siendo recibido como un gran compositor. Mientras revisa su concierto para violín y trabaja en una nueva sinfonía, relajado en su casa en el campo, el Teatro Sueco de Helsinki le pide una música para acompañar a la representación en sueco de la obra del escritor belga Maurice Maeterlink (1862-1949) “Pelléas et Mélisande”. Una revisión de esta música de escena fue publicada en forma de suite de concierto, “Pelléas et Mélisande” Op.46 en el mismo año.
En el mes de diciembre es invitado por el compositor británico Granville Bantock para presentar sus obras. En Liverpool dirige la Primera Sinfonía y Finlandia, con gran éxito. La Royal Philharmonic Society le encarga la realización de una nueva sinfonía, la tercera, para ser presentada en 1907 bajo su dirección.
El 4 de noviembre de 1906 Sibelius estrena en el Teatro Sueco de Helsinki su música de escena “Belsazar’s gästabud” (El festín de Belsazar), para acompañar a la obra teatral del mismo nombre escrita por Hjalmar Procope (1868-1927), un escritor finlandés sueco parlante, pero partidario de la independencia y amigo de Sibelius. La obra triunfó debido especialmente a la música de Sibelius. Al año siguiente realizó una suite con sus principales fragmentos que se estrenó como Op.51, el 25 de septiembre de 1907.
A finales de 1906 invitado por Alexander Siloti, Sibelius viaja a San Petersburgo donde estrena el 29 de diciembre, “Pohjolan tytär” Op.49, (La Hija de Pohjola), dirigiendo la orquesta del Teatro Mariinsky, una obra escrita en su casa de Ainola. La obra está dedicada a Robert Kajanus, el cual realizó en 1932 su primera grabación discográfica. Un poema sinfónico basado nuevamente en el Kalevala, en el cual su personaje principal Väinämöinen, regresa del Norte y encuentra a la hija de Pohjola, la hija de Laponia. Se enamora de ella, pero no logra su mano al no poder cumplir una serie de imposibles misiones.
La “Sinfonía Nº 3 en do mayor” Op.52 fue empezada en 1904 y continuando el encargo recibido en su viaje a Inglaterra la dejó terminada en 1907, pero fuera de plazo. Se estrenó en Helsinki el 26 de septiembre junto con la “Pohjolan tytär” Op.49, obra que había estrenado como se ha visto en San Petersburgo. En el mismo programa se estrenó como anteriormente se ha especificado la Suite del “Belsazar’s gästabud” Op.51. Finalmente la sinfonía fue presentada en Londres en 1908 y dedicada a Granville Bantock.
Emplea una orquesta más modesta que la empleada en las grandes producciones de su época, maderas duplicadas, cuatro trompas, dos trompetas, tres trombones, timbales y cuerda.
El primer movimiento, allegro moderato, tiene dos temas contrastados, el primero más enérgico con timbres nórdicos, iniciado por la cuerda y el segundo más tranquilo de carácter lírico. La exposición termina con una serie de continuas escalas. Sigue con un trabajado desarrollo que nos llevará a la recapitulación, terminando con una coda bastante solemne.
El segundo movimiento, andantino con moto, quasi allegretto, nos presenta una graciosa melodía interpretada por la madera, acompañada por pizzicatos de la cuerda. Esta música fácil de recordar, va ganando en intensidad, hasta que nos lleva a una tranquila parte central para cuerdas solas, participando luego las maderas. Regresa la melodía inicial que continúa con una serie de variaciones hasta la coda final.
El último movimiento, moderato, allegro ma non tanto, empieza como un scherzo. En realidad contiene los dos últimos movimientos de la sinfonía fusionados. Nos muestra motivos de los anteriores movimientos que se lanzan de una armonía a otra. Esto constituye casi la mitad del movimiento. Entonces aparece un tema en forma de himno. El ritmo se repite continuamente mientras va aumentando la participación orquestal, creciendo la intensidad de la música. La fuerza de la música se va elevando hasta conducirnos a su final, prácticamente sin coda.
En esta obra Sibelius ha abandonado las melodías románticas, que le asemejaban a la música rusa de sus anteriores sinfonías, empleando un estilo neoclásico más personal.
Poco después de haber terminado su sinfonía, Mahler visitó Helsinki y habló con Sibelius sobre la forma Sinfonía. Sibelius le indicó que lo que le gustaba más era la relación interna que había entre los temas, lo cual creaba una profunda lógica.
En 1908 Sibelius realiza su segundo viaje a Inglaterra para dirigir su nueva sinfonía en el Queen’s Hall de Londres. Para lograr calmarse antes de subir al estrado Sibelius consumía grandes cantidades de alcohol. “Cuando me encuentro delante de una gran orquesta con media botella de champagne en mi interior, puedo dirigir como un joven dios. De otro modo me encuentro tenso e inseguro y todo funciona en consecuencia”, escribe el propio director a su médico y hermano Christian.
Durante el verano de 1908 es operado de un tumor en la garganta. Sintiendo la muerte cerca Sibelius abandona el alcohol y el tabaco. Se da cuenta de que sin la bebida también puede llegar a conducir admirablemente. Se cree que esta crisis de su salud influyó en la composición de las obras, durante el periodo de abstinencia que duró hasta 1915. Esto se puede comprobar escuchando su único cuarteto de cuerdas publicado, había escrito otros tres anteriormente, “Voces Intimae”, empezado en el mismo año y terminado en 1909 con el título “Cuarteto de cuerdas en re menor” (Voces intimae) Op.56. La obra muestra la angustia vivida por su autor durante su operación quirúrgica. La misma atmósfera pesimista contagiará a su cuarta sinfonía que empezó a escribir en octubre de 1909. Otra de las causas de su angustia fueron sus problemas financieros, con dificultades con las empresas que publicaban su música.
Sibelius realiza un viaje durante el otoño de 1909, junto a su cuñado Eero Järnefelt, a las montañas del norte de Carelia. Sibelius quedó impresionado por el paisaje, según dice el mismo, una de las mayores experiencias de mi vida. Pensó en escribir un poema sinfónico expresando sus sentimientos, pero finalmente realizó una sinfonía, la cuarta. Su primer movimiento lo tituló La Montaña, pero más tarde retiró el título, pues quería que sus sinfonías fueran música pura.
La “Sinfonía Nº 4 en la menor” Op.63 fue escrita lentamente a partir, como se ha visto, de 1909 y terminada en el mes de abril de 1911. La obra se estrenó el mismo año en Helsinki. El público difícilmente comprendió la obra y la recepción no fue tan calurosa como la de sus anteriores obras. Su orquestación utiliza dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagots, cuatro trompas, dos trompetas, tres trombones, timbales, glockenspiel y la cuerda normal.
Se trata de una obra de un intenso dramatismo, difícil de asimilar a la primera escucha. Muy diferente de las melódicas primeras sinfonías, fáciles de comprender para el gran público. Recuerdo que en mi juventud fue la primera sinfonía que escuché de este autor y me pareció en aquella época, que la música de Sibelius era verdaderamente difícil de escuchar. Realmente es una obra que necesita ser escuchada varias veces, para poder comprender la profunda poesía que se desprende de sus enigmáticas notas.
El primer movimiento, tempo molto moderato, quasi adagio, empieza de modo sombrío con una especie de fatal llamada del destino, como decía su autor. Luego el violoncello presenta el tema principal que se desarrolla en forma canónica. Entonces el tema pasa al metal, reafirmándose. El segundo tema presentado por el viento tiene mas fortaleza. Una llamada en eco de la trompa termina la exposición. En el desarrollo los temas son tratados por la cuerda, hasta que fuertes acordes del viento inician la recapitulación en sentido inverso hasta dejar a la cuerda sola con su tema inicial.
El segundo movimiento, allegro molto vivace, corresponde al scherzo. En principio parece ser mas alegre que el anterior, pero al llegar al trio reaparece la atmósfera tenebrosa. La repetición de la primera parte se realiza en forma muy abreviada, terminando de un modo bastante brusco.
El tercer movimiento, tempo largo, está construido en forma tripartita. En un principio se llamaba “Pensamientos de un caminante”, pero Sibelius eliminó todos los títulos al considerar que la obra no era en ningún modo programática. Los pensamientos resultan ser desoladores, creándose una atmósfera extrañamente vaga, como dice Harold Truscott en sus comentarios, como un alma perdida que busca un refugio final. En la parte final parece reflejarse un ligero soplo de esperanza.
El último movimiento, allegro, está escrito en forma de rondó. Empieza con gran energía, con un tema característico por el uso de las cuatro notas del glockenspiel (campanillas). Un tema que aporta algo de optimismo dentro de la oscuridad anterior. El uso del violoncello solista también es peculiar. El tema principal se intensifica, llegando en momentos a iluminar la escena. Pero nunca acaba de definirse enteramente. Al final del movimiento retorna el sentimiento de desolación, terminando con grises acordes de la cuerda.
Sibelius intenta, sin salir de la tonalidad, buscar una nueva forma de expresión en la música. Comprende que no puede seguir por la línea de un neoromanticismo como el de Richard Strauss, pero no comulga con las ideas de la destrucción de la tonalidad que corren en su época.
Por una parte parece describir la atmósfera de las desoladas regiones del norte en el final del otoño, pero además los pensamientos de Sibelius en aquella época eran bastante amargos. Acababa de salir de una grave enfermedad y en el ambiente se encontraban motivos que anunciaban el próximo advenimiento de una gran guerra.
En febrero de 1912 termina la segunda suite de “Scènes historiques” Op.66. En el mes de diciembre de 1913 finaliza la música para “Scaramouche” Op.71 a petición del editor Wilhelm Hansen. Se trata de una rara combinación de danza y diálogos hablados en forma de pantomima.
Durante el verano de 1914 Sibelius realiza su única visita a los Estados Unidos. Invitado por el millonario Carl Stoeckel para dirigir su nueva obra “Aallottaret” (Las Oceánides) Op.73, en el Norfolk Music Festival. La obra había sido encargada por la Yale University el año anterior, a instancias del profesor Horatio Parker, el maestro de Charles Ives. La obra original fue enviada por Sibelius en el mes de marzo. Pero después reescribió toda la obra antes de embarcarse hacia los Estados Unidos. La nueva versión es más extensa, comprendiendo dos fragmentos de una Suite para Orquesta que había empezado el año anterior. Esta es la versión que Sibelius estrenó el 14 de junio de 1914 en New Haven, Connecticut. La primera versión se conoce como la Yale version, la cual había permanecido inédita, hasta su estreno en el otoño de 2002
Debido al gran éxito alcanzado durante su visita a los Estados Unidos fue invitado a volver al año siguiente, pero la guerra europea había empezado y Sibelius quedó encerrado en su patria.
La “Sinfonía Nº 5 en mi bemol mayor” Op.82 fue empezada durante el verano de 1914, al principio de la Primera Guerra Mundial. Su composición se vio interrumpida por necesidad de componer obras menores para su subsistencia. Esta primera versión de la sinfonía se estrenó el 8 de diciembre de 1915, en el día de su 50º aniversario, con gran éxito.
En enero de 1916, antes de su publicación, Sibelius realizó unos cambios menores en su obra, pero no estaba satisfecho y efectuó una segunda versión de la misma que se estrenó en el mes de diciembre de 1916. Pero todavía realizó modificaciones hasta el final de la primavera de 1919.
Comentaremos la versión original de 1915 y luego veremos las diferencias con la versión final. La anterior sinfonía había llegado a los límites de la tonalidad, presentándose obscura y difícil de escuchar en diferentes fragmentos. Ahora Sibelius regresa a una tonalidad mas clara, pero con el nuevo estilo personal de Sibelius. Es el estilo tardío de la música de Sibelius que empieza con esta obra.
El primer movimiento, tempo tranquillo assai, presenta el primer tema mediante la madera apoyada por las trompas en forma expansiva. Un trémolo en la cuerda nos conduce al segundo tema, que será mas adelante ampliamente desarrollado por la misma. Una sección menos definida constituye la parte final del movimiento, que concluye con una breve coda. Nos encontramos con el desvanecimiento de la forma sonata clásica pues desaparece la recapitulación.
El segundo movimiento, allegro commodo corresponde al scherzo, pero desarrollado en forma libre. El tema inicial se abre mediante una rítmica expansión, apoyado por la cuerda en rápidos movimientos armónicos. La parte central se hace mas dramática hasta conducirnos al climax subrayado por los metales, que cierran algo bruscamente el movimiento.
El tercer movimiento, andante mosso, después de unos compases introductorios nos presenta un tema rítmico, interpretado por la cuerda en pizzicato y las flautas en terceras de un modo idílico. Continúa con una serie de variaciones del tema, aumentando su vertiente melódica. Un movimiento de estructura sencilla, pero realizado de un modo muy característico de Sibelius. Después de una última repetición del tema por la cuerda sola en pizzicato termina tranquilamente.
El último movimiento, allegro commodo, largamente molto, empieza con una masiva entrada de las cuerdas, hasta que aparece el tema principal, un tema característico, amplio y expansivo. Luego encontramos un segundo tema complementario en la madera. El tema lírico crece en la parte final impulsado por la cuerda. Después de una sección bastante estática llegamos a la recapitulación con el tema claramente expandido, apoyado por toda la orquesta en forma de una solemne coda.
Veamos ahora las diferencias entre la versión original de 1915 comentada anteriormente y la final de 1919. En primer lugar vemos que se ha reducido en tres movimientos.
El primer movimiento, tempo molto moderato, allegro moderato, agrupa los dos movimientos de la versión anterior. Empieza con una llamada de la trompa que no se encuentra en la primera versión. En ésta, el primer movimiento se constituye como una especie de introducción al segundo, más dinámico. Con la unión de ambos movimientos Sibelius logra una estructura mas compacta, presentando una mayor claridad expositiva. El tratamiento dado al viento también es más brillante que en la primera versión.
El segundo movimiento, andante mosso, quasi allegretto, emplea el mismo tema del tercer movimiento anterior, pero en ocasiones el tratamiento del material es diferente de la versión original. Es importante reseñar el aumento del número de compases con respecto a la versión original. El final también ha cambiado con la interpretación del tema principal por la madera.
El tercer movimiento, allegro molto, conserva todos los elementos de la primera versión pero Sibelius elimina unos 200 compases, especialmente repeticiones, variando también ligeramente la orquestación. La coda final ha cambiado con una serie de acordes orquestales que le dan un aspecto más solemne y triunfal que en la primera versión. Recordemos que Finlandia había logrado su independencia durante el periodo de recomposición de su sinfonía y para un nacionalista como Sibelius esto se debería notar.
Sibelius permaneció en Finlandia durante los años de guerra. En Rusia triunfa la revolución destronando al Zar. Estimulados por los revolucionarios socialistas, el pueblo finés encuentra el momento apropiado para declarar su independencia. El 18 de diciembre de 1917, el Comité de Comisarios del Pueblo Soviético, reconoce la independencia de la República de Finlandia, mediante un manifiesto. La situación empeoró en la primavera de 1918, cuando durante algunos meses el país se encontró envuelto en una guerra civil, entre los rojos seguidores de la revolución rusa y los blancos, mantenedores del anterior régimen, apoyados por tropas alemanas. Las fuerzas rojas toman el control de Järvenpää y Sibelius con su familia debe trasladarse temporalmente a Helsinki.
Cuando Finlandia se encontraba bajo el dominio de Rusia, se había prohibido la instrucción militar de los fineses, para que no pudieran formar su propio ejército. Pero los nacionalistas habían encontrado el apoyo de Alemania que formó al llamado 27º batallón de cazadores fineses. El 20 de abril de 1918 se celebró un concierto en honor del vencedor ejército blanco y de sus aliados alemanes. Sibelius interpretó su “Jääkärimarssi” (Marcha del batallón de cazadores fineses). Esto le marcó como el símbolo patriótico de la Finlandia no socialista.
En 1918 Sibelius vuelve a caer en poder del alcohol. Antes de un concierto donde interpreta “Las Oceanides” y su “Segunda Sinfonía” vuelve a necesitar la bebida para dirigir. En 1919 escribe “Jordens sång” Op.93 (La Canción de la Tierra), una cantata para la inauguración de la Åbo Akademi. En 1921 Sibelius visita Inglaterra por última vez interpretando su Quinta Sinfonía en Londres con gran éxito, continuando su gira en Birmingham para volver a Londres el 26 de febrero para dirigir la Cuarta.
La “Sinfonía Nº 6 en re menor” Op.104 fue empezada en 1918 cuando todavía corregía la Quinta. Según una carta escrita a su amigo y protector Alex Carpelan, le decía que estaba trabajando en tres nuevas sinfonías. La primera de ellas fue completada en 1923 y estrenada en Helsinki el 19 de febrero del mismo año, siendo luego interpretada en Estocolmo y Göteborg.
El primer movimiento, allegro molto moderato, empieza con una amplia melodía en la cuerda llena de serenidad. Se trata de un movimiento claramente modal, en forma de sonata propia de Sibelius, en la cual no se encuentra el enfrentamiento de los temas, ni realmente se puede hablar de temas sino de un desarrollo armónico. Después de una parte central más estática, la última parte recobra su energía con una gran fuerza melódica. El movimiento termina bruscamente, después de alcanzar un clímax, para dar paso al siguiente.
El segundo movimiento, allegretto moderato, sigue con la brumosa atmósfera del anterior movimiento. Escrito en un estilo pastoral envuelto de cierto misterio, parece describir el paisaje del norte envuelto en la pálida luz del principio de la primavera. Un motivo en ostinato nos lleva a la coda final.
El tercer movimiento, poco vivace, constituye el scherzo de la obra. Un movimiento con pocos motivos temáticos pero impregnado de una gran fuerza rítmica, con un breve trio poco contrastado, que al recobrar el ritmo inicial, empuja al metal hacia un desafiante final.
Termina con un allegro molto, cuyo comienzo deriva del tema del principio de la obra. Su desarrollo gana en intensidad, volviéndose la música más luminosa. La parte final nos devuelve nuevamente a la tranquilidad del principio, pasando la melodía a la cuerda.
Sibelius realiza una gira por Suecia acompañado por su esposa Aino. Dirige conciertos con sus obras en Estocolmo y Göteborg. Vuelve a necesitar su botella de champagne antes de subir al podio y su problema se agrava en Göteborg. El primer concierto fue un éxito, pero después del ensayo, durante la mañana del segundo recital, desapareció en la ciudad. Se le encontró a las ocho de la tarde, sentado en un restaurante comiendo ostras y champagne. Se le arrastró a la sala de conciertos en un estado de embriaguez. Subió al podium a la hora fijada para el concierto, pero a los pocos compases paró a la orquesta pensando que se encontraba en otro ensayo. Su mujer, presente en el concierto, quería morirse de vergüenza. Pero el compositor pudo sobreponerse y empezar de nuevo su sinfonía, que tan bien conocía.
Este suceso influyó en la relación entre Sibelius y su esposa. Además el compositor empezó a sufrir un temblor crónico en sus manos y solo un moderado uso de la bebida le producía la calma necesaria para escribir música. Aino estaba horrorizada por lo ocurrido y no quiso acompañar más a su marido durante sus conciertos, por el temor de verlo borracho en público. Durante su segunda gira en Estocolmo, Sibelius viajó solo.
La “Sinfonía Nº 7 en do mayor” Op.105 fue empezada conjuntamente con la anterior y terminada en 1924. La obra se estrenó en Estocolmo en el mes de marzo. Primeramente estaba concebida en tres movimientos, pero siguiendo la corriente integradora observada en sus últimas obras, la condensó en un solo movimiento. En un principio la presentó como Fantasía Sinfónica, pero finalmente la editó como Sinfonía.
El único movimiento de la sinfonía se compone de las siguientes secciones, que se interpretan sin interrupción, adagio, vivacissimo, adagio, allegro molto moderato, allegro moderato, presto, adagio, largamente molto, affettuoso. El movimiento se puede dividir en un adagio inicial, un scherzo y un rondó, terminando con un retorno al adagio inicial. Empieza con un adagio donde introduce el primer motivo temático, un motivo sosegado y tranquilizador, pero rodeado de un ambiente brumoso. Un contramotivo le da un aire dulce y soñador. El tema inicial toma una forma de coral. Termina con un solemne solo de trombón, antes de una especie de recapitulación. El vivo scherzo que sigue a continuación es como una progresión de lo sucedido anteriormente. La atmósfera se vuelve más opresiva, hasta que reaparece el solo del trombón.
La sección en forma de rondó empieza de un modo ligero, con su tema de danza introducido por el corno inglés. El ambiente se va volviendo más sombrío, alternando con el tema principal del rondó, hasta que aparece por tercera vez el solo del trombón en un dramático clímax. Los trémulos de la cuerda nos conducen al adagio final, con reminiscencias de los temas anteriores, que nos llevarán a un desenlace esperanzador.
En 1925 Sibelius realiza un viaje a Italia, donde compondrá la música de su último poema basado en el Kalevala. En 1926 termina como hemos dicho su última gran obra, el poema sinfónico “Tapiola” Op.112, realizada para Walter Damrosch y la Sociedad Sinfónica de New York, que la estrenaron el 26 de diciembre de 1926 sin la presencia del compositor. Una obra totalmente nórdica a pesar de haber sido compuesta en Italia.
En 1925 escribe también la música de escena “La Tempête” Op.109, para la representación teatral de la obra de Shakespeare del mismo título. Se estrenó el 16 de marzo de 1926 en el Teatro Real de Copenhague. En 1927 realizó un arreglo de dicha música, convirtiéndola en un Preludio y dos Suites de Concierto.
La carrera de Sibelius como director de orquesta había llegado a un impresionante declive después del desastre de Göteborg. Uno de sus últimos conciertos tuvo lugar en Copenhague en octubre de 1926.
El 5 de enero de 1927 se estrenó en la Gran Logia de Finlandia su “Música para un ritual Masónico” Op.113. Sibelius había entrado en la Logia el 18 de agosto de 1922. Se le nombró Gran Organista para la nueva Gran Logia, puesto que conservaría durante toda su vida. Entonces se le pidió que compusiera una serie de obras para uso en la comunidad masónica. Esto culminó en la composición de doce piezas agrupadas en su Op.113. La ultima parte de la obra contiene el himno patriótico de “Finlandia” Op.26. Necesitamos hacer una aclaración sobre este himno. A pesar de su popularidad y de su trascendencia como himno nacionalista finés, no es el himno nacional de Finlandia. El verdadero es “Nuestra tierra” con música de Frederik Pacius.
La “Música para un ritual Masónico” Op.113 se conservó en forma de manuscrito, hasta que enviada por Sibelius a la Gran Logia de New York en 1935, fue publicada. Una coral que forma parte de la obra se hizo famosa cuando Sibelius realizó en 1938 un arreglo para coro y orquesta, eliminando las referencias masónicas, que se estrenó en New York durante la Feria Mundial de 1938.
En el mes de agosto de 1927 el Parlamento de Finlandia aprobó una ley sobre la propiedad intelectual. Con ello terminaban sus años de apuros económicos, en los que se vio obligado a componer obras de circunstancia para mantenerse. Ahora con el producto de sus royalties era un hombre rico. Entonces se produjo el silencio compositivo de Sibelius. Durante años estuvo preparando su Octava Sinfonía que nunca dio a luz. Al parecer durante los años de la Segunda Guerra Mundial la destruyó tirándola al fuego. Solo se han podido conservar algunos apuntes sobre la obra.
Sus únicas obras compuestas durante el principio de su jubilación como director de orquesta y como compositor, fueron pequeñas obras para piano y para dúo de violín y piano. Su última obra publicada es una “Suite” Op.117 para violoncello y orquesta escrita hacia el año 1930.
Solo se conserva una grabación de Sibelius como director de orquesta. En el mes de enero de 1939 grabó para un programa de radio su breve “Andante Festivo”, en honor de la Expo de New York. La realizó como un acto extraordinario correspondiendo a una petición hecha por su amigo Olin Downes, crítico del New York Times.
Sibelius llevó una tranquila vida durante el resto de sus años, trabajando únicamente en alguna revisión de sus obras. En 1955 se celebró su 90º aniversario con muchas interpretaciones de su música en todo el mundo. El 20 de septiembre de 1957 moría de una hemorragia cerebral, siendo enterrado en el jardín de su propia casa, Ainola.
Después de la muerte de Sibelius, su mujer Aino continuó viviendo en su casa hasta su muerte en 1969. El matrimonio tuvo seis hijas, la primera Kirsti muerta en su infancia, Eva, Ruth, Katarina, Margareta y Heidi. En 1972 las cinco hijas de Sibelius junto con el Ministerio de Educación y la Sociedad Sibelius formaron la Fundación Ainola, para conservar la casa como un monumento cultural. Desde el año 1974 Ainola está abierta al público. La última superviviente de las hijas de Sibelius, Margareta, murió en 1988.
Podemos realizar una comparación entre los dos grandes compositores nórdicos, Nielsen y Sibelius. Sus vidas transcurren paralelamente, ambos nacen en el mismo año y su vida artística como compositores termina en la misma época. Nielsen es un seguidor de las formas serias, académicas, heredadas de Brahms. No admite formas descriptivas en sus sinfonías, escribe música pura. Realiza una investigación para buscar un nuevo estilo mas libre a la música, sin llegar a la atonalidad, pero empleando las máximas posibilidades de la música tonal, ampliándola en la forma de una tonalidad expansiva, como hemos visto.
Sibelius es más conservador, a pesar de realizar una obra propia moderna, dotada de una innegable personalidad. Continúa el romanticismo ruso, seguidor de Tchaikovsky y Scriabin, dotando de un gran poder de descrpción a su música, mucha inspirada en el folclore finés. Nacionalista, en una tierra que lo necesitaba, al contrario de Dinamarca que ya poseía su propia personalidad. La música de Sibelius es mas fácil de comprensión para el gran público que la de Nielsen, puesto que su estilo es menos arriesgado. Pero lo que es innegable es que Nielsen construye una “Quinta Sinfonía” que se puede considerar como una obra maestra, que influirá notablemente a las generaciones futuras.