Henry Cowell (1897-1965) nació en Menlo Park, California, en aquella época un área rural situada al sudeste de San Francisco, el 11 de marzo de 1897. Sus padres eran escritores con tendencias anarquistas que se separaron en 1903. Su educación se realizó en su casa de manera informal. Se interesó por la música exótica china, japonesa, tahitiana y también por la irlandesa y de los Apalaches. Las formas clásicas europeas le parecían menos interesantes.
Pasó varios años junto a su madre trabajando en humildes empleos mientras ella moría de cáncer. Entonces fue descubierto por Lewis Terman, un profesor de la Universidad californiana de Stanford que apreció sus cualidades artísticas y su inteligencia. Pudo estudiar música con Charles Seeger y otros profesores del área de San Francisco. Allí conoció a Sydney Robertson que más tarde se convertiría en su esposa.
Empezó una carrera como compositor e intérprete de piano. Desde el principio deseó ser un innovador en el campo de la música. En una de sus primeras obras para piano “The Tides of Manaunaun”, compuesta en 1912 incluye los denominados clusters de sonido. Consisten en tocar simultáneamente las notas adyacentes del teclado, utilizando la mano o el brazo. Debutó como compositor pianista el 5 de marzo de 1914.
Después de su servicio militar, durante los años de la primera guerra mundial, trabajó como concertista, utilizando en sus obras sus métodos poco ortodoxos. Su obra “Aeolian Harp” compuesta en 1923 es una de las primeras que requiere que el intérprete manipule directamente las cuerdas del piano, como si se tratara de una guitarra, una técnica que desarrollará su alumno John Cage, la que se conocerá como piano preparado.
La “Sinfonía Nº 1”fue escrita entre 1915 y 1916, sin ser publicada. Tenemos muy pocas referencias del ciclo sinfónico de Cowell, lo que hace muy difícil su análisis.
En su “Suite para violín y piano” de 1925 utiliza el lenguaje barroco acompañado por los clusters en el piano. Hacia el final de la década empieza a componer para conjuntos de cámara. Entre sus obras más modernistas encontramos la “Irish Suite for String Piano and Smalll Orchestra” de 1929. Para ello utiliza técnicas pianísticas especiales de manipulación. Tocando con las cuerdas, utilizando implementos como objetos metálicos, lápices o huevos de madera colocados entre las cuerdas.
Cowen realiza cinco giras europeas como concertista de piano entre 1923 y 1932, además de visitar Cuba en 1930 y sus giras por los Estados Unidos. Su método revolucionario de tocar el piano lo presenta como un provocador, dándole una publicidad internacional. Pero músicos tan ilustres como Bartok o Schönberg se interesan por sus obras.
En 1929 fue el primer compositor americano invitado por la URSS para una serie de recitales. Tuvo dificultades con los conservativos burócratas que no apreciaban su música progresiva, pero recibió la ayuda de la hermana de Trotsky. En 1931 gana una beca Guggenheim trasladándose a la Universidad de Berlín. Allí pudo estudiar miles de grabaciones de música de todo el mundo, popularizando el concepto de música global, o sea música de un mundo sin fronteras.
Charles Seeger en 1936 se encontraba al cargo de la Unidad de Música de la División de Artes Especiales de la Administración. Tomó a Sidney como su asistente, formándola en la grabación de sonidos, empleados en su colección de música folclórica.
En el año 1936 la brillante carrera de Henry Cowell se vio destruida por un desgraciado incidente. Fue arrestado por la policía por haber mantenido relaciones homosexuales con un muchacho de 17 años. Pensando que la cosa no tenía gran importancia, no solo se declaró culpable sino que confesó otras múltiples relaciones homosexuales. Pero el conservadurismo moral de la época en los Estados Unidos, lo vio como un ser degenerado, capaz de realizar acciones inmorales y antinaturales. Por ello se le condenó a quince años de prisión. En el año 1937 ingresó en la cárcel de San Quintín.
En sus años de prisión continuó componiendo y escribiendo. A pesar de ser vilipendiado por la prensa debido a sus inclinaciones sexuales, sus amigos continuaron ayudándole, entre ellos la bailarina Martha Graham y el compositor Percy Grainger. Solo el compositor Ives rompió sus relaciones con él. Su madrastra Olive Cowell y la investigadora de música folclórica Sidney Hawkins Robertson realizaron una vigorosa campaña en su defensa. En el año 1940 se prometió con Sidney y fue dejado en libertad condicional. La propia Sidney escribió una carta para el Gobernador de California.
En aquella época en los círculos ultra conservadores americanos, la homosexualidad y la sodomía eran vistas como desviaciones malignas de la conducta sexual humana. Apoyados por las Iglesias seguidoras de la Biblia, los gobiernos dictaron leyes para combatirlas. Otra de las teorías, estas apoyadas en la medicina, las definían como enfermedades psicológicas que debían ser tratadas por instituciones especializadas para su curación. Si analizamos cuidadosamente la cuestión nos daremos cuenta que el hecho de enamorarse, sin hacer distinción de sexo, es una especie de enajenación mental. El hombre muchas veces pierde su estabilidad natural, viviendo en una especie de locura mental que llamamos amor. Las personas llegan a un estado que podríamos denominar locura amorosa. Este estado se produce tanto entre un hombre y una mujer, como entre dos seres del mismo sexo. Si profundizamos en los razonamientos, llegaremos a un estado espiritual que llega a la locura de amor entre una persona y Dios, como el caso de Santa Teresa. Con este razonamiento pretendemos llegar a la conclusión que todo acto de amor puede ser tratado como una enfermedad. Pero para los conservadores americanos solamente el amor homosexual era considerado como una enfermedad. Traducimos a continuación, un párrafo de la carta enviada por Sidney al Gobernador de California para conseguir la libertad de su prometido Henry Cowell.
“Este era un caso que podía haber sido tratado médicamente desde su principio, pero... fue tratado de otra manera. Sin embargo, actualmente, las actividades profesionales del Sr. Cowell han aumentado rápidamente y nuestro feliz matrimonio me parece que ofrece la prueba suficiente que su rehabilitación es completa.”
El propio Henry Cowell escribe una carta dirigida a la mujer de Ives, Harmony, anunciándole su próxima boda.
“Deseo comunicarte a ti y al Sr. Ives mi próximo matrimonio con Sidney Robertson, que tendrá lugar muy pronto... Estoy seguro que te sentirás feliz por este acontecimiento relacionado conmigo, sobre el cual he puesto mucha ilusión. Sidney también trabaja en el campo musical, toca bien el piano y ha coleccionado canciones folclóricas por todo el país. Tiene mucho éxito con su integración con la gente del pueblo. Tiene 37 años, perteneciente a una estirpe americana, con un poco de sangre francesa de New Orleans.”
En la respuesta de Harmony Ives a su misiva, le comunicaba que Charles Ives había decidido retomar su amistad. También las autoridades americanas se dieron cuenta de su curación, siendo totalmente perdonado, Sidney y Henri se casaron en el mes de septiembre de 1941, trasladándose a New York.
En realidad Cowen era bisexual. Sus primeras relaciones con mujeres habían sido traumáticas, una de sus novias murió en 1922 a causa de un accidente de automóvil. También se relacionaba con hombres desde aquella misma época. Pero dejemos de comentar su difícil vida sexual para centrarnos en su música.
La “Sinfonía Nº 2” (Anthropos)fue compuesta entre 1938 y 1939, durante sus años en prisión, sin que tengamos ninguna referencia sobre ella.
La “Sinfonía Nº 3” (Gaelic)fue compuesta en 1942, siendo la primera escrita después de recobrar su libertad y empezar una nueva vida.
Influenciado por su mujer, amante de los himnos, compone en 1944 el “Hymn and Fuguing Tune Nº 3”, un desarrollo de un antiguo himno en el estilo de la iglesia de estado como Alabama o Georgia, una obra con un carácter muy americano.
La “Sinfonía Nº 4” (Short Symphony)fue compuesta en 1946.
La “Sinfonía Nº 5” fue compuesta en 1948.
La “Sinfonía Nº 6” fue compuesta entre 1950 y 1955.
La “Sinfonía Nº 7” fue compuesta en 1952.
La “Sinfonía Nº 8” (Choral)fue compuesta en 1952, sin haberla publicado.
Cowell compone en 1952 “Set of Five” para violín, piano y percusión. Se trata de una obra de las llamadas de fusión intercultural, empleando técnicas de diversas partes del mundo. Así encontramos una melodía barroca acompañada por el sonido de los gongs, el empleo de las tablas de la India o del Jalatarang indio, consistente en un juego de varios tazones de porcelana o bols, llenos parcialmente de agua.
La “Sinfonía Nº 9” fue compuesta entre 1952 y 1953.
La “Sinfonía Nº 10” fue compuesta entre 1952 y 1953.
La “Sinfonía Nº 11” (The Seven Rituals of Music) fue compuesta entre 1953 y 1954. Se estrenó el mismo año en el Columbia Auditorium de Louisville, Kentucky, interpretada por la Louisville Orchestra dirigida por Robert Whitney. El 20 de junio de 1954 se realizó una grabación discográfica de la misma, siendo una de las escasas grabaciones de las sinfonías de Cowell que existen actualmente.
Su título se refiere a las siete ceremonias rituales que podemos encontrar en la vida del hombre, desde su nacimiento hasta su muerte. Para su interpretación nos basamos en las notas que escribió el propio compositor para el programa de su estreno.
El primer movimiento, andantino, se refiere a la ceremonia de la infancia del hombre. La orquesta interpreta un tema tranquilo para lograr el sueño del niño. La música se vuelve más dolorosa anunciando, como una premonición, la última parte de la vida del hombre.
El segundo movimiento, allegro, empieza con un intenso retumbar obsesivo de los timbales, acompañados pronto por el ritmo de los elementos de la percusión. Los metales interpretan fanfarrias guerreras. Representa la ceremonia ritual del trabajo, con una sugerencia de ceremonias guerreras.
El tercer movimiento, lento, presenta la forma de una canción que insinúa la ceremonia del amor. Unos sugerentes sonidos le imprimen un toque de magia, incluyendo un solo del violín. Es la magia que acompaña al amor. Luego se repite el tema inicial
El cuarto movimiento, presto, presenta una música de un aire más popular, con ritmos danzantes. Representa el ritual de la danza y el juego. Se escuchan nuevamente intervenciones de la percusión, recordando el tema del trabajo. Luego el tema se hace más ligero en forma de danza popular.
El quinto movimiento, adagio, nos presenta la ceremonia de la magia y de la mística. Sus sonoridades nos recuerdan los sonidos mágicos que acompañaban a la ceremonia amorosa. Un aire de misterio acompaña a unos sonidos casi irreales. El violoncello introduce un tema soñador interrumpido por la extraña sonoridad de la percusión.
El sexto movimiento, vivace, es muy breve. Se trata de una danza ritual de preparación para la guerra. Incluye el trabajo del hombre representando una especie de lucha por la supervivencia. Un breve tema de carácter repetitivo representa esta idea.
El último movimiento, andante, empieza con una breve recapitulación de los temas de los seis movimientos anteriores. Esto nos conduce hasta el último ritual en la vida del hombre, la ceremonia ritual de la muerte. Empieza con un lamento que va creciendo en intensidad hasta que la sinfonía llega a su fin.
Una sinfonía con una estructura muy libre, de estilo descriptivo. Una música que conserva siempre las raíces tonales dentro del estilo moderno de su autor.
En 1954 Cowell compone el “Cuarteto para flauta, oboe, violoncello y clave” para la intérprete de clave Sylvia Marlowe. Una obra que realiza una sutil deconstrucción de la música barroca, una pieza retro escrita en clave moderna.
La “Sinfonía Nº 12” fue compuesta entre 1955 y 1956.
Entre los años 1956 y 1957, el matrimonio Cowell realizó un extenso viaje por el mundo, patrocinados por la Rockefeller Foundation y el Departamento de Estado Norteamericano. Durante este tiempo pasaron largas temporadas en Irán, la India y Japón. Parte de la música recogida en estas tierras, se refleja en sus obras posteriores, de las que destacan el “Persian Set” para orquesta de cámara, compuesto en 1957, “Ongaku” escrita en 1957, y su siguiente sinfonía, la Nº 13.
“Ongaku for Orchestra” está basada en la música tradicional japonesa, como una forma de fusión entre dos estilos musicales. Contiene una parte presentando la música ceremonial de la corte llamada Gagaku, y una segunda parte con un estilo japonés más moderno, denominado Sankyoku.
La “Sinfonía Nº 13” (Madras) compuesta entre 1957 y 1958, emplea una orquesta en la que intervienen tablas y jala-tarang, instrumentos populares de la música india. En ella su autor refleja su entusiasmo por la música de los países orientales.
La “Sinfonía Nº 14” fue compuesta entre 1959 y 1960.
La “Sinfonía Nº 15” (Thesis) fue compuesta en 1960. Se estrenó al año siguiente en Louisville, Kentucky, interpretada por la Louisville Orchestra dirigida por Robert Whitney. Se realizó una grabación de la misma en el mes de noviembre de 1961, única existente hasta la fecha.
Su estructura es muy especial. Compuesta por dos movimientos, el primero subdividido en cinco partes. El segundo movimiento escrito en forma de sonata es el que, según el propio compositor, justifica que a su obra denominada en un principio Thesis, decidiera llamarla Sinfonía Nº 15. La sinfonía no posee ninguna explicación extramusical, según explica su autor en las notas escritas para su estreno.
El primer movimiento está compuesto por cinco breves partes. La primera, largo, consiste en una especie de coral, con un breve intermedio. La segunda, andante, nos presenta un tema melódico interpretado por el violoncello, poseedor de un frío carácter, acompañado por aéreos sonidos. La tercera, presto, tiene la forma de un scherzo. Un tema rítmico es interpretado por la madera con especial intervención de las flautas.
La cuarta parte, allegretto, nos presenta una amplia melodía con cierto extraño aire oriental. La quinta parte está dividida en dos secciones. La primera, allegro, posee un ritmo irregular de danza, también con influencias orientales. La segunda, denominada recapitulation, empieza con la coral inicial, en forma de recapitulación de los temas empleados en el dividido movimiento. De este modo se repiten todos los temas de las partes anteriores. El tema rítmico final cierra el movimiento.
El segundo movimiento, moderato, está compuesto en forma sonata. El primer tema está derivado del inicial del movimiento anterior, una forma de coral. El segundo es más agitado, con un aire más agresivo. Después de un breve desarrollo la recapitulación nos lleva a la coda final.
Se trata de otra muestra del modernismo de su autor, sin apartarse nunca totalmente de sus bases tonales. La presenta como una especie de tesis de lo que representa para él la nueva forma de expresión musical.
Cowell vuelve a visitar Irán y el Japón en 1961, como representante del Presidente John F. Kennedy en la International Music Conference de Teherán y en el East-West Encounter en Tokio.
La “Sinfonía Nº 16” (Icelandic) fue compuesta en 1962.
La “Sinfonía Nº 17” (Lancaster) tambiénfue compuesta en 1962.
En 1963 publica su “Homage to Iran”, para violín, piano y tambor. El instrumento de percusión escogido es el zarb persa, un tambor árabe también conocido como tombak, una nueva muestra de interacción entre las dos culturas.
La “Sinfonía Nº 18” fue compuesta en 1964.
La “Sinfonía Nº 19” también fue escrita en 1964.
La “Sinfonía Nº 20” fue compuesta entre 1964 y 1965.
La “Sinfonía Nº 21” fue empezada en 1963 y no pudo terminarla, permaneciendo sin publicar.
El 10 de diciembre de 1965, Cowell moría en New York, mientras trabajaba en su última sinfonía. Dejaba un inmenso legado de obras musicales y literarias. Había abierto el interés por la música no occidental y muchos discípulos entre los que destacan John Cage y Lou Harrison.
Es una lástima que el unificador serialismo hubiera triunfado en los años 1960, dejando abandonada la música de Cowell, renovadora pero sin romper con la tradición histórica. Una música que posee el suficiente interés para ser descubierta nuevamente. El público lo agradecería, pudiéndola comprender mejor que la elaborada mediante la cerebral técnica denominada serialismo, una música que se podría definir claramente como inhumana.
El centenario de su nacimiento se celebró el 16 de marzo de 1997, con un festival y una conferencia en New York, en la cual el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, destacó su contribución en el campo de la música intercultural.