Raúl Cosío Villegas (1928-1998) nació en México en 1928. Estudió Filosofía, Música y Medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México. Entre sus maestros se encuentran Luis Herrera de la Fuente y Rodolfo Halffter.
En 1958 debido al difícil estado en que se encontraba la Música Mexicana Cosío actuó como inspirador del grupo Nueva Música de México. Entre sus integrantes se encontraban Leonardo Velázquez, Manuel Uribe, Rocío Sáenz, Francisco Savín y Joaquín Gutiérrez Heras.
Actualmente las obras de Raúl Cosío han sido injustamente olvidadas, siendo muy difícil poder escucharlas y encontrar información sobre las mismas.
Lo poco que conocemos se reduce a la sinfonía que comentaremos a continuación y a la "Serenata de Otoño" compuesta en 1963. Muy poco para tener una visión de su estilo y de lo que deseaba transmitir a través de su obra.
La “Sinfonía Primavera" ha sido interpretada por la Orquesta de Cámara de Bellas Artes dirigida por Manuel Jorge de Elías. Está orquestada para cuerdas.
El primer movimiento, es un adagio que empieza mediante la exposición de un tema de carácter dramático, que se va desarrollando hacia secciones más líricas. En la parte final aparece un tema de carácter claramente melódico.
El segundo movimiento se puede considerar como un scherzo, presentando un tema con un ritmo obsesivo, seguido de una breve sección central melódica, que podría ser identificada como el trío, para terminar nuevamente con el obsesivo ritmo inicial.
El tercer movimiento es de carácter lírico, presentando un tema melódico muy pegadizo. Como si se tratara de unas variaciones, el movimiento está compuesto por diversas secciones separadas por breves pausas. Algunas poseen carácter rítmico y otras se basan en la forma melódica. Termina con el tema principal melódico de modo destacado.
El último movimiento recupera el dramatismo del movimiento inicial, mediante un nuevo tema de carácter trágico. Su desarrollo nos conduce a una forma melódica lenta, que de un modo bastante amargo nos conduce hacia una coda, al principio esperanzadora pero finalmente llena de incertezas.
Una sinfonía escrita en un lenguaje tradicional, que nos muestra el carácter del compositor, una voz disidente contra las barbaridades que se cometen en nombre de la cultura. Estilísticamente Cosío profesaba animadversión por la música de vanguardia y el atonalismo.
Entre sus obras más conocidas se encuentra "Los gallos", que cuando se presentó fue muy bien recibida, siendo representada en forma de ballet.
Durante unos 30 años el compositor ejerció la crítica periodística en diversas publicaciones. Según recuerda la musicóloga Consuelo Carredano, su estilo era ácido, mordaz, combativo; algunas críticas destacan por su carácter marcadamente crítico, otras por su facilidad por la anécdota o por su matiz irónico, que le era tan propio.
Habló de cuestiones relacionadas con el fenómeno musical contemporáneo. En sus inicios escribió mucho sobre cultura general: cine, teatro, artes plásticas, folclore, pedagogía, enseñanza; pero creo distinguir, entre la variedad de temas y asuntos abordados, uno favorito: el de la política cultural y el de las relaciones entre los diversos sectores de la música.
En el año 2008 la investigadora Citlali Ruiz Ortiz presentó un CD-ROM con el título de Hemerografía de Raúl Cosío Villegas. Durante el acto recordó algunas de las características del maestro fallecido en 1998.
Le disgustaba enormemente la situación en que se encontraban los músicos: mal pagados, que tenían que huesear para completar el gasto, con una educación deficiente y desventajosa, y que tenían que pertenecer a alguno de los grupos de poder para que sus obras, en el caso de los compositores, fueran interpretadas, publicadas o se vieran retribuidos.
Las voces disidentes como la de Raúl Castro son cada vez más necesarias en estos tiempos de poca tolerancia a la disensión, en los que nadie se atreve a manifestar su desacuerdo por temor a perder prebendas o becas.