7 – Schmidt
Compositor centroeuropeo afincado en Austria cuyo estilo conservador seguidor de la obra de Bruckner, está matizado por cierto modernismo. Su relación con el movimiento imperialista alemán le perjudicó en la divulgación de su obra, siendo poco conocida en nuestros días.
Franz Schmidt (1874-1939) nació en Pressburg, hoy Bratislava, la actual capital de Eslovaquia, el 22 de diciembre de 1874. En aquella época se encontraba en el territorio magiar del Imperio Austro-Húngaro y se llamaba Pozsony en su lengua. Al parecer parte de su familia era de origen húngaro. Sus primeras lecciones de música las recibió del organista de la catedral. Su familia se traslada a Viena en 1888, donde para poder continuar sus estudios musicales debe de trabajar como pianista en una escuela de danza. Recibe clases de uno de los pianistas más prestigiosos de la época, Theodor Leschetizky. Deseaba convertirse en un gran pianista, pero una tontería de su maestro le empujó a cambiar de instrumento. Leschetizky le dijo que nadie llevando el nombre de Schmidt podía llegar a ser un gran artista.
Dos años mas tarde ingresa en el Conservatorio de Viena, teniendo como profesores a Bruckner y a Robert Fuchs, a cuyas clases había asistido toda una generación de compositores vieneses y extranjeros. Entre ellos recordamos a Mahler, Sibelius, Wolf, Schreker y Zemlinsky. También recibía clases de violoncelo de Ferdinand Hellmesberger, instrumento que había escogido en vez del piano.
A partir de su graduación en 1896 y durante catorce años, Schmidt trabajó como violonchelista de la Orquesta de la Opera de la Corte de Viena, cuyo director a partir de 1897 era Gustav Mahler. A petición del maestro, muchas veces actuaba como solista. Esta orquesta se convirtió en la Filarmónica de Viena.
La “Sinfonía Nº 1 en mi mayor” fue empezada en 1896 y terminada en 1899. La presentó al concurso de compositores organizado por la Wien Gesellschaft der Musikfreunde y en el año 1900 fue recompensado con el premio Beethoven que tenía un valor de 1000 guldens. Se estrenó el 25 de enero de 1902 en el recién construido Concertverein de Viena, con elogios de la crítica, especialmente del temido Eduard Haslink, que le profetizó un gran futuro como compositor.
El primer movimiento, sehr langsam, sehr lebhaft, muy lento, muy vivo, empieza brillantemente con las cuatro trompas, avanzando con un tema majestuoso y un segundo presentado por la trompeta más lírico, contestado por las trompas. Su estilo nos recuerda a Brahms y a Bruckner. El tema principal del allegro es optimista y decidido, contrastando con el lirismo del secundario. Una corta sección de desarrollo se forma a partir de los motivos anteriores. Termina con una recapitulación de los temas que nos conduce a una brillante coda.
El segundo movimiento, langsam, en forma de lied tripartito, nos presenta un tema amplio de naturaleza romántica. En la parte central trompas y maderas se intercambian una serie de ideas. Luego se repite la primera parte con mayor expresividad.
El tercer movimiento, schnell und leicht, constituye el scherzo de la obra. Un tema rítmico que en la segunda parte se acelera constituye un buen ejemplo de un seguidor de la línea de Bruckner. Un apacible trio nos proporciona la parte contrastante. Luego se repite la primera parte de modo abreviado.
Termina con un, lebhaft, doch nicht zu schnell, vivo pero no muy rápido. Continúa con el talante optimista de la obra presentando un tema voluntarioso. Un segundo tema es más señorial. Destacan los aspectos de un cierto barroquismo en este movimiento, especialmente en el uso de las formas fugadas durante el desarrollo. Una breve reexposición, combinando los temas en contrapunto, nos conduce a una majestuosa coda.
Entre los años 1902 y 1904 Schmidt completa su ópera “Notre Dame” basada en la novela de Víctor Hugo. Durante los años de trabajo en la Orquesta de Viena tiene diversos problemas con el cuñado de Mahler, Arnold Rosé, que era el concertino de la orquesta. Problemas especialmente causados por su característica de compositor, que le hacía el favorito de Mahler. A su muerte en 1911, Schmidt pide su dimisión como miembro de la orquesta para poder dedicarse a la composición, pues su trabajo como instrumentista no se lo permitía
Después de la muerte de Mahler, Schmidt es considerado como el principal compositor de Viena. Su gran contemporáneo Schönberg estaba bastante apartado de los ambientes musicales.
La “Sinfonía Nº 2 en mi bemol mayor” fue empezada en 1911 y terminada en el mes de agosto de 1913. Se estrenó en el Musikverein en 1917 dirigida por Franz Schalk. Pronto se convierte en una obra de repertorio de la Filarmónica de Viena, pero siempre ha tenido controversia con la crítica.
Utiliza una gran orquesta con cinco clarinetes, ocho trompas y cuatro trompetas, con el resto de secciones ampliadas, pero estos elementos son usados de un modo delicado. Presenta una distribución infrecuente de sus tres movimientos. En el segundo está comprendido el scherzo.
El primer movimiento, lebhaft, vivo, forma una especie de preludio de la obra. Presenta el tema principal de la misma, que se conformará como el centro de su estructura. Un tema que presenta también cierta tendencia barroca con sus figuras pianísticas. El estilo musical es totalmente diferente al de su primera sinfonía. El segundo tema es de tipo lírico pero con un aire más moderno. El desarrollo es más importante que los escritos en su anterior obra, buscando nuevos caminos de expresión. La reexposición nos devuelve los temas en forma variada, terminando con una brillante coda.
El segundo movimiento, allegretto con variazioni, consiste en un tema y diez variaciones. El tema es derivado del principal del primer movimiento y está presentado por la madera, einfach und zart, de manera sencilla y dulcemente. La primera variación, in demselben Zeitmaβ, en el mismo ritmo, es interpretada por la cuerda sola. La segunda, etwas flieβender, algo más fluida, la presenta de nuevo la madera. La tercera schnell und leicht, vuelve a estar dominada por la cuerda imponiendo un ritmo más rápido. La cuarta, schnell, añade mas elementos de la orquesta. La quinta, sehr schnell, emplea un grupo mas reducido, dominado por la madera. La sexta, langsam und ruhig, nos devuelve la calma. La séptima, sehr schnell está interpretada por la cuerda con un ritmo más rápido y ondulante. La octava, sehr leidenschaftlich, nicht zu schnell, es un hermoso movimiento lento, con intervención de toda la orquesta. La novena es la más extensa, llevando el título de scherzo, sehr lebhaft. En ella interviene también la orquesta completa y el tema es tratado de modo animado en forma de danza. La décima, sehr ruhig, corresponde al trio del scherzo, de forma lenta contrastante. Al finalizar se repite el scherzo.
El último movimiento, finale, langsam, corresponde a la coda de la obra. Tiene la forma de un rondó mediante una lenta fuga. El tema principal es tratado contrapuntísticamente. Se inicia con una extensa polifonía de los instrumentos de viento. Luego el tema pasa a la cuerda, seguido por el contrapunto del viento en forma de una obra para órgano. Luego el tema se acelera, entrando motivos de los anteriores movimientos en forma de rondó. Después de una sección central más tranquila, se llega a un intenso climax, con la exposición brillante del tema que nos conduce a la coda final.
Schmidt también colabora en un cuarteto de cuerda dirigido por el amigo íntimo de Schönberg, Oskar Adler. A pesar de sus diferencias estilísticas había una buena amistad entre Schmidt y Schönberg.
En 1914 logra un puesto de profesor de piano en la Academia Estatal de Música, de la cual se convertirá en su director en 1925, llegando a Rector en 1927.
La “Sinfonía Nº 3 en la mayor” fue compuesta durante los años 1927 y 1928, para un concurso organizada por el comité americano para la celebración del centenario de Schubert, en colaboración con la Columbia Gramophone Company. El primer premio lo obtuvo el sueco Karl Atterberg, pero el premio para la mejor composición de Austria recayó en la obra de Schmidt.
La sinfonía, como era su objetivo, tiene un espíritu schubertiano, con una declaración de fidelidad a los principios estéticos de la primera mitad del siglo XIX, pero esto es solo aparente, pues el compositor simpatizaba con las nuevas tendencias de la música y a pesar de no romper con la tonalidad, sigue nuevos caminos, no pudiendo ser clasificado de inmovilista.
El primer movimiento, allegro molto moderato, empieza con un tema presentado por la flauta de sabor pastoral, pero pronto nos damos cuenta que su facilidad es solo aparente al aparecer complicadas armonías. Es quizás de sus sinfonías la de más difícil comprensión. Una obra que no se capta a la primera audición, revelando el fuerte lenguaje personal de su autor, que va evolucionando a lo largo de sus obras. A pesar de la sencillez formal del movimiento en forma de sonata, el desarrollo de sus temas es complejo. La melodía de la flauta en la parte final, nos lleva a la recapitulación de un modo más clásico, terminando con una decidida coda.
El segundo movimiento, adagio, es un estudio de contrapunto. Un tema sencillo se somete a una serie de variaciones. La atmósfera es serena, pero está rodeado de una armonía que lo hace aparecer en un estado brumoso, hasta llevarlo a un tranquilo final.
El tercer movimiento, allegro vivace, corresponde al scherzo. Consiste en una danza enérgica de tipo popular, una adaptación moderna de los ritmos usados por Bruckner. Posee un ritmo bien definido, pero acompañado de una armonía más complicada. En contraste la sección de trio es melódica, pero conservando cierta acidez. Luego se repite el scherzo de forma resumida.
El último movimiento, lento, allegro vivace, empieza con una introducción lenta en forma de coral, que se transforma en un tipo de danza saltarina al iniciar el allegro. Un segundo tema más lírico aparece en la cuerda. En el desarrollo se utilizan amplias estructuras contrapuntísticas. El tema de la coral nos conduce hacia un brillante final.
La vida privada de Schmidt fue bastante desgraciada. Sus dos primeros amores no fueron correspondidos, siendo ambas muchachas de origen judío. Su primera mujer fue ingresada en una clínica mental de Viena en 1919. Después de la muerte de su marido, fue eliminada en 1942 siguiendo las leyes de la eutanasia dictadas por los nazis.
Schmidt se volvió a casar con una joven alumna de piano, que le proporcionó la debida estabilidad, a pesar de sufrir graves problemas de salud a partir de sus treinta años. Este segundo feliz matrimonio le compensa del dolor sufrido.
Su hija Emma, murió inesperadamente al dar a luz a su primer hijo. Esto fue un fuerte golpe para el compositor, que compuso su nueva sinfonía como un réquiem para su hija.
La “Sinfonía Nº 4 en do mayor” fue compuesta durante el año 1933. Una obra trágica, en cierta manera autobiográfica, provocada por la muerte de su hija. Con esta obra se llega a la última etapa compositiva de Schmidt. El estilo es ahora más comprensible y más lírico, pudiéndose considerar a esta obra como la mejor de sus sinfonías.
Se interpreta de modo continuo en un solo movimiento integrado, en el cual se pueden identificar los cuatro movimientos de la sinfonía clásica. Para proporcionar una mayor claridad a la exposición comentaremos los movimientos por separado.
El primer movimiento, allegro molto moderato, empieza con un solo de trompeta cromático que será la base de la sinfonía, la cual es fuertemente concentrada y homogénea. En los últimos compases del solo entra la cuerda, que armoniza el tema de la trompeta, sin definir su tonalidad, hasta llegar a un climax que se resuelve en la tonalidad de do mayor. Un pasaje de transición está formado por dos motivos que se entrecruzan. Luego aparece el segundo tema lírico en la cuerda en una tonalidad definida. El desarrollo se realiza de un modo parecido al de una reexposición. La música se desvanece y el tema principal del principio de la obra es repetido por la trompa y luego pasa al corno inglés. La música en el desarrollo de este tema alcanza un gran climax. De repente el segundo tema se convierte en el dominante, hasta llegar a un nuevo climax frenético, como un gran grito de dolor. Luego la atmósfera se calma para dar paso al adagio sin interrupción.
Intentando dar un sentido autobiográfico a este movimiento, el tema principal del principio significaría el punto de partida de su vida dominada por la música. También recuerda su etapa juvenil en la cual le gustaba improvisar temas con la trompeta. Luego su vida llega a un laborioso climax, produciéndose luego la decadencia que conduce a la muerte. El segundo tema lírico representa un canto a la vida. En la recapitulación de este tema el solo de violín representa el amor que se rompe violentamente en el gran climax como un profundo grito de sufrimiento. Esto puede significar la enfermedad mental de su primera esposa, que como se ha dicho hubo de ser recluida en un manicomio.
El segundo movimiento, adagio, tiene una estructura ternaria, estando formado por una intensa marcha fúnebre. El tema principal consiste en una hermosa y profunda melodía, expresada por el violonchelo y luego tomada por la orquesta. El tempo es lento en forma de elegía. La música, en un calmado climax, desciende hasta las profundidades. La sección intermedia también se basa en el tema del violonchelo. El acompañamiento presenta un ritmo fúnebre, sostenido por los timbales. Se llega a un gran climax marcado por la percusión. Un melancólico solo de trombón nos conduce de regreso a la primera parte, avanzando mediante un amplio contrapunto hacia el siguiente movimiento, que igualmente se interpreta sin interrupción.
El tema de marcha fúnebre nos recuerda el principal motivo de la obra, el dolor sentido por el padre por la muerte de su querida hija. Música intensamente profunda y dolorosa, especialmente en la sección del climax. En el final de esta sección intermedia un melancólico solo de trombón nos muestra cierta resignación. Esto se repite al final del movimiento acompañado del violonchelo.
El tercer movimiento, molto vivace, forma el scherzo de la obra. Empieza como una fuga pero al poco tiempo reconocemos un tema relacionado con el del primer movimiento. Este tema sufre diferentes variaciones en forma de danza, acompañado por el ritmo del contrapunto. La breve sección de trio está relacionada con el segundo tema del primer movimiento. Después de una alegre repetición del scherzo, un brutal climax nos devuelve a la realidad, al cromatismo descendente del primer movimiento. Luego aparece un solo de trompa que nos lleva a una intensa y hermosa sección lenta, con la repetición del segundo grupo lírico del primer movimiento que enlaza directamente con la parte final.
Representa la danza de la vida, con sus alegrías y amores, acabando sometida a un terrible golpe del destino que la aniquila. Esto nos conduce a la catástrofe con una terrible desolación. Aparece finalmente un tema con un sentimiento de redención.
Un allegro molto moderato forma la conclusión en forma de coda de la obra. Continúa con el tema anterior al que conduce a un climax, luego la trompeta interpreta el tema principal de la sinfonía con armonía acompañante, que va desapareciendo hasta dejar desnudo el do final de la trompeta.
El ciclo vital termina del mismo modo como ha comenzado, la nada vuelve a la nada. Ceniza eres y en ceniza te convertirás. Surgido de la eternidad, la última nota de la trompeta lo conduce nuevamente a la eternidad.
En 1934 es nombrado Doctor honorario de la Universidad de Viena, en reconocimiento a su gran labor didáctica. Se retira en 1937 y poco antes de su muerte recibe el Premio Beethoven de la Academia Prusiana de Berlín.
Su última obra importante fue el oratorio “Das Buch mit sieben Siegeln” compuesto entre 1935 y 1937 sobre el tema del Libro de las Revelaciones. Una obra en cierto modo profética, anunciando los desastres de la próxima guerra. Como muchos de sus contemporáneos, parece que Schmidt era un entusiasta en la defensa de la Gran Alemania, no comprendiendo los peligros inherentes a la subida de Hitler al poder. Alabado por los nazis en el estreno triunfal de su oratorio, poco tiempo después del Anschluss, se le vio realizando el saludo nazi. Su última obra es una cantata inacabada, “Deutsche Auferstehung” en honor al nuevo régimen. Estos hechos le habían dejado una mala reputación después de su muerte, acaecida el 11 de febrero de 1939 en Perchtoldsdorf, cerca de Viena.
Su amigo Oskar Adler, que escapó de los nazis en 1938, dejó por escrito que Schmidt no había sido nunca un nazi, ni un antisemita, solo un gran inocente en asuntos políticos. Además muchos de sus amigos habían sido judíos beneficiándose de su generosidad.
Considerado erróneamente como conservador, su música permaneció en silencio después del desastre alemán y solo a partir de 1970 ha empezado a ser redescubierta, valorando sus innovaciones personales en el campo de la armonía y de la orquestación. En 1951 su segunda esposa había fundado la Franz Schmidt Gemeinde para la conservación y popularización de su obra.