La “Sinfonía Nº 2 en re mayor” Op.43 fue terminada en el mes de noviembre de 1901, pero luego realizó una profunda revisión. La obra se estrenó el 8 de marzo de 1902 en Helsinki dirigida por el propio Sibelius. La obra tuvo gran éxito y Sibelius se convirtió en un héroe nacional. Es su sinfonía mas conocida y una gran obra postromántica.
Está orquestada para pares de flautas, oboes, clarinetes y fagots, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales y la cuerda habitual. Una orquesta algo mas reducida que la usada en su primera sinfonía.
El primer movimiento allegretto, empieza mediante las cuerdas solas con un motivo oscilante, seguido por un tema alegre introducido por los oboes y clarinetes, con un sabor muy propio de su autor. El segundo tema es lírico y tranquilo. Escrito en forma sonata posee un desarrollo bastante peculiar, con una sección en que flautas, clarinetes y oboes presentan su tema bastante agresivo, debido a sus pares de notas alternantes, que Sibelius aprovecha para introducir su climax, con la amplia forma melódica de su tema principal. Luego empieza la recapitulación con el tema de los oboes y clarinetes inicial. El movimiento termina con un diminuendo acompañado por la cuerda.
El segundo movimie nto, tempo andante, ma rubato, empieza con sobriedad con el pizzicatto de las cuerdas, antes de que el par de fagots introduzcan una crepuscular y severa melodía, acompañados por violoncellos y timbales. Los violines entran con un romántico tema animado por el viento. Las fanfarrias de los metales se detienen bruscamente mediante silencios, creando un clima de alto dramatismo. La parte central más tranquila, comprende una serie de variaciones del tema, hasta que el viento repite sus llamadas de protesta en un nuevo climax. El movimiento termina, después de un episodio más calmado, con una última llamada de protesta.
El tercer movimiento vivacissimo es el scherzo de la obra. Está dominado por el frenético ritmo que imponen las cuerdas. Se interrumpe con un silencio, apareciendo el trio en forma de una lenta melodía introducida por el oboe. Regresa el ritmo inicial de las cuerdas hasta que nuevamente el oboe repite su tema melódico, que después de pasar a la orquesta se encadena con el último movimiento.
Termina con un allegro moderato, sin interrupción con el anterior movimiento. Un tema melódico profundo se eleva de las cuerdas, marcado por los timbales y las fanfarrias de los trombones. El segundo tema de carácter lírico es peculiar del estilo de Sibelius. Un tranquilo desarrollo nos conduce hasta un climax, en el cual se repite el tema principal de forma solemne y altamente romántica. Después de la recapitulación, un ostinato de la propia melodía va creciendo hasta llegar a la coda, que termina la obra con gran solemnidad. A pesar de que algunos indiquen que no se trata de una obra patriótica, debido a su composición inicial en Italia, estamos conformes con las ideas apuntadas por Kajanus y además podemos añadir que en el primer movimiento Sibelius hace una pintura del paisaje y de su pueblo, que realmente nos presenta a Finlandia.
Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya
Víctor Pablo Pérez 25/10/2014