La Sinfonía en el siglo XIX
El nuevo siglo ha producido grandes cambios en la sociedad que se trasladan al arte. La Revolución Francesa ha modificado los valores, inculcando una gran fuerza al sentido de libertad. El músico se ha liberado de su servilismo artesanal a la clase dominante y aparece el artista liberal en el sentido moderno. Mozart ha empezado este camino prefiriendo la pobreza a cambio de la libertad creadora. El músico ya no depende, ni de la aristocracia ni de la iglesia. Depende de su público, que pagará para escuchar o comprar sus obras. Su auditorio ya no serán ni las iglesias ni las cortes, aparecen las salas de concierto.
1- Beethoven
Este cambio, que se había iniciado en las últimas décadas del siglo anterior, llegará a su máxima expresión con las obras de Beethoven. La sinfonía llegará a una de sus grandes cumbres. Con Beethoven se abrirán las puertas del romanticismo, que dominará a lo largo de todo el siglo.
Ludwig van Beethoven (1770-1827) nació en Bonn de una familia de origen flamenco proveniente de Malinas. Su abuelo se estableció como Hofmusikus, músico de corte en Bonn. Su primer maestro es Christian Neefe. A los 14 años obtiene su primer empleo en la corte del Archiduque arzobispo Maximilian Franz, como segundo organista. Recordemos que en aquella época Bonn era la capital del Electorado de Colonia y allí se había instalado el hijo de María Teresa de Austria, Maximilian Franz, un gran amante de la música. Beethoven entra a formar parte de la orquesta de la corte en una plaza de viola. Estudia en la Universidad de Bonn, que había sido fundada en 1786 por voluntad del príncipe elector Maximilian Franz. Entre la primavera y el verano de 1787 Beethoven hace su primera visita a Viena, financiado por el príncipe elector. Es posible que hubiera conocido a Mozart durante la breve estancia, ya que tuvo que regresar a Bonn a causa de la enfermedad de su madre, que muere en el mes de julio.
En julio de 1792 Haydn se encuentra en Bonn de regreso de uno de sus viajes a Londres y conoce a Beethoven, al que aconseja que se traslade a Viena, lo cual realiza en el mes de noviembre de 1792. Con una asignación monetaria del príncipe elector, estudia primero con Haydn pero no se comprenden. Beethoven se separa de las enseñanzas de Haydn y tiene como nuevo maestro a Albrechtsberger y esporádicamente a Antonio Salieri. Vive en el palacio del príncipe Von Lichnowsky como invitado, no como siervo. En 1794 los franceses ocupan el territorio del arzobispado de Colonia y su príncipe elector Maximilian Franz es expulsado. Con ello Beethoven pierde su sueldo. Pero sus contactos con la sociedad vienesa le permiten llevar una vida holgada. El príncipe Lichnowsky le concede una pensión anual. Entre sus amigos encontramos al compositor Ferdinand Ries.
El 29 de marzo de 1795 se presenta públicamente como compositor en el Burgtheater, estrenando su “Concierto para piano Nº2”. Entre 1796 y 1798 hace una gira con sus obras, visitando Berlín, Leipzig, Dresde, Praga y Budapest. En 1800 su primera sinfonía provocó entusiasmo y escándalo.
La“Sinfonía Nº 1 en do mayor” Op.21 fue estrenada el 2 de abril de 1800 en el Burgtheater de Viena, el mismo año en que finalizó su composición. El nuevo siglo se inicia con una carrera, que terminará llevando la tonalidad a su disolución. Por ello, el comienzo de la obra evitando la nota tónica es todo un símbolo. Nunca una sinfonía había empezado de este modo, con un acorde de séptimas. Luego el tema principal se afianza con fuerza sobre la nota do, dando un aire característico de la música de Beethoven. El tratamiento del viento también es totalmente personal. Otro de los aspectos a considerar es la influencia de la música de la Revolución Francesa, de la que Beethoven era simpatizante, con sus típicos aires marciales. Esto se puede observar en el allegro inicial. El segundo movimiento, andante cantabile, muestra la influencia de Haydn. El menuetto rompe con la tradición, sustituyendo el movimiento de danza por un allegro con un rítmico trío. El compositor ya no escribía música para los salones con danzas rococó. El menuetto desaparecía de las sinfonías, siendo sustituido por el scherzo. La sinfonía termina con un allegro de aire enérgico.
En el año 1802 empiezan a detectarse los primeros síntomas de sordera, se retira al campo y tiene un periodo de depresión. En Heiligenstadt, cerca de Viena, compone su segunda sinfonía.
La “Sinfonía Nº 2 en re mayor” Op.36 se terminó de escribir en 1802 y se estrenó el 5 de abril del año 1803 en el Theater an der Wien. A pesar de su estructura clásica, derivada de las sinfonías de Haydn, Beethoven se libera del estilo, apareciendo sus propias estructuras, instrumentación y rítmica. Esto se puede observar al escuchar el brillante primer movimiento, que termina con una coda que no hubiera escrito ninguno de sus predecesores. Su adagio molto inicial posee un tema parecido al que usará en su última sinfonía. El larghetto contiene una de las más geniales melodías de Beethoven. Esta música no nace espontáneamente, sino que se logra después de meses de trabajo. Su método ya no es el intuitivo, como en Haydn y Mozart. Es el fruto de un largo trabajo lleno de correcciones, como lo demuestran sus cuadernos de apuntes.
El tercer movimiento ya no tiene el nombre de menuetto sino el de scherzo. Posee rápidos contrastes dinámicos. La sinfonía termina con un allegro molto de carácter alegre y triunfal. En Beethoven no puede observarse una relación entre su estado personal y su obra. Existe una total separación entre el hombre que sufre y la mente que crea. Como decía Goethe ‘el clásico es sano, el romántico se queja’. Al llegar el romanticismo cambiaría el concepto y de los sufrimientos nacerían grandes obras.
Cuando en Francia es abolido el directorio e instaurado el Consulado, Napoleón Bonaparte se convierte en el único cónsul auténtico. El 2 de agosto de 1802 Napoleón por votación popular se proclama cónsul de por vida. El 2 de diciembre de 1804 es coronado como Emperador en la catedral de Nôtre Dame. Con ello traiciona los principios de la revolución de 1789. Beethoven era un hombre formado en las ideas de la Ilustración, como había aprendido en la moderna Universidad de Bonn. Por esto cuando Napoleón llegó al Consulado, pensó que crearía una república de características romanas. Pero el hecho de investirse como Emperador le causó tanta indignación, que tachó el nombre de Bonaparte de la sinfonía que estaba componiendo. Para Beethoven, Emperador era similar a tirano. En cambio respetaba a los emperadores austríaco y ruso, alineándose al lado de la línea moderada y tolerante de los Habsburgo.
La “Sinfonía Nº 3 en mi bemol mayor” Op.55 fue escrita durante los años 1803 y 1804. Su primera interpretación pública tuvo lugar el 7 de abril de 1805 en el Theater an der Wien. Anteriormente había sido interpretada con carácter privado en el palacio del príncipe Lobkowitz en 1804. El origen de la sinfonía fue una demanda del embajador de Francia en Viena, el General Bernadotte. El título inicial era Sinfonía grande intitolata Bonaparte. Al coronarse Napoleón Emperador en el mes de mayo de 1804, Beethoven se sintió defraudado y cambió el título por Sinfonía eroica, composta per festeggiare il sovvenire d’un grand’uomo.
El primer tiempo allegro con brio empieza con dos breves acordes en tutti, un efecto poco convencional en aquellas fechas. También fue una sorpresa el ejemplo de bitonalidad, con la entrada de la trompa con el tema principal, sobre el trémolo de la cuerda en otra tonalidad, al final del desarrollo. El movimiento es de gran vigor y afirmación. Nunca se había escrito un movimiento con tanta extensión. El segundo movimiento es la conocida marcha fúnebre. Se trata de una austera elegía que imprime un dolor majestuoso. Pero esta idea de la muerte pronto es vencida, al contrario del pensamiento de los románticos. Así el scherzo que sigue es la mejor respuesta a la marcha fúnebre. En el trío interpretado por las trompas, aparece un tema de caza. El movimiento final utiliza un tema de su ballet Prometeo. Un tema en principio trivial que Beethoven lo magnifica, transformándolo mediante unas variaciones. La sinfonía termina con una apasionada y triunfal coda.
Austria es derrotada nuevamente por el ejército de Napoleón en Austerlitz, el 2 de diciembre de 1805. Con el tratado de Presburg la ordenación política de Alemania cambia totalmente. Los estados que se habían determinado fieles a Napoleón son elevados al rango de reinos soberanos. Son Württemberg y Baviera. En el mes de julio de 1806 se crea una federación de estados desvinculados del Sacro Imperio Romano. Es la llamada Confederación del Rin, protegida por Napoleón.
El Sacro Imperio Romano, con sus ideales medievales destruidos previamente por la Ilustración, recibió el golpe definitivo. Francisco II renuncia al ya ficticio título el 16 de agosto de 1806, adoptando el nombre de Francisco I como emperador de Austria.
Alemania estaba dividida en varias partes. Prusia en el norte, lo que quedaba del Imperio Austríaco y la Confederación del Rin, protectorado francés junto con los reinos de Wüttenberg y Baviera.
La “Sinfonía Nº 4 en si bemol mayor” Op.60 fue compuesta en el año 1806 y estrenada el 7 de marzo de 1807 en el palacio del príncipe Lobkowitz en Viena. Está orquestada para flauta, dos oboes, dos clarinetes, dos fagots, dos trompas, dos trompetas, timbales y cuerda. La obra fue escrita para el Conde Franz von Oppersdorf, un pariente del príncipe Lichowsky, uno de los protectores del compositor.
Después de una solemne introducción lenta, aparece el primer tema del allegro, marcado por cuatro compases y encomendado a los violines. El segundo tema es presentado por las maderas. El adagio contiene una emotiva línea melódica y está totalmente escrito en un tempo muy lento. El menuetto posee una gran fuerza rítmica.
Termina con un allegro ma non troppo, rápido a pesar de su nombre, cuya breve coda contrasta con la de su anterior sinfonía. Parece que con esta obra, Beethoven quisiera hacer un homenaje a sus predecesores, en especial a Haydn, escribiendo una música solemne y absoluta, con la pureza que reclamaban los clásicos.
La “Sinfonía Nº 5 en do menor” Op.67 fue en parte compuesta en la misma época que la cuarta y su escritura se realiza entre los años 1804 y 1808. Una vez terminada la tercera, Beethoven empieza a trabajar en la quinta, pero abandona la tarea en el verano de 1806 para dedicarse a la cuarta. No vuelve al trabajo hasta el año 1807, siendo terminada en la primavera del año siguiente. Se estrena el 22 de diciembre de 1808 en el célebre teatro vienés An der Wien bajo su dirección. La obra está dedicada a sus mecenas, el príncipe Lobkowitz y el conde Razumovsky.
La orquesta empleada por Beethoven en esta obra consiste en un flautín, dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagots, contrafagot, dos trompas, dos trompetas, tres trombones, timbales y la cuerda habitual. Es la mayor orquesta que hasta ahora se había empleado en una sinfonía.
Se la llama la Sinfonía del Destino, especialmente por su motivo inicial, que el propio Beethoven describió como “Así llama el destino a la puerta”. En la “Sonata para piano Nº 5” (Appassionata) compuesta entre 1804 y 1806, ya aparece este tema. El primer movimiento, allegro con brio se inicia con este motivo. Se trata de cuatro notas, sol, sol, sol, mi con la duración de tres corcheas y una negra, que luego se repite como fa, fa, fa, re con la última nota alargada en el tiempo. Esta sencilla estructura crea un gran efecto dramático, uno de los más logrados en la historia de la música. Con un ritmo típicamente beethoveniano, la cuerda toma este motivo elaborándolo de modo imitativo, con lo cual se convierte en el primer tema de la sinfonía. Es impresionante observar, como a partir de un motivo tan simple se levanta el gigantesco edificio que constituye la totalidad de la obra. Una brillante llamada de las trompas con el motivo inicial, introduce el segundo tema, de tipo melódico y distendido. Después de la repetición de la exposición, empieza el desarrollo, siguiendo la forma sonata. Aquí se logra uno de los momentos más dramáticos de la obra, empleando formas contrapuntísticas. En la reexposición encontramos un breve recitativo del oboe. En el epílogo se llega al clímax, con una densa repetición del motivo principal, que nos conduce a la coda.
El andante con moto contiene dos temas que se van alternando. El primer tema de carácter cantabile es melodioso y elegante. Es presentado por violas y violoncelos. El segundo tema es de tipo marcial y presentado por los clarinetes y fagots. En las repeticiones el primer tema va cambiando, en forma de cuatro variaciones, de las cuales la última termina en un tutti de forma grandiosa. Sigue un allegro compuesto por dos elementos, el segundo es una variante del motivo del destino del primer movimiento. La parte central es un fugato construido con los dos elementos, del modo irónico típico de Beethoven. Este movimiento termina con un poderoso crescendo que lo enlaza sin pausa con el último allegro. Arranca con una exultante fanfarria, que enlaza con un segundo tema también henchido de triunfalismo. Representa la victoria del intelecto y la razón sobre las fuerzas oscuras del destino. En el desarrollo se elabora especialmente el segundo tema y aparece un nuevo tema, presentado por los trombones. El epílogo iniciado por el oboe nos lleva a la coda con un vertiginoso y exuberante stretto conclusivo. El stretto es una forma de notación musical que significa una progresiva aceleración del tempo o sea del ritmo hasta finalizar la obra.
La “Sinfonía Nº 6 en fa mayor” Op.68 fue creada paralelamente con la quinta, durante los años 1807 y 1808. El estreno también fue simultaneo, en el mismo concierto en el teatro An der Wien el 22 de diciembre de 1808. Es la llamada “Sinfonía Pastoral”. En ella Beethoven expresa su amor por la naturaleza y la vida en el campo. Mas que una descripción paisajística, Beethoven quiere mostrar sensaciones. Pero esta obra ha quedado como el origen de la música programática, de la cual durante el romanticismo nacería el poema sinfónico.
El primer movimiento allegro ma non troppo fue descrito por el propio Beethoven como “Despertar de sentimientos felices al encontrarse en el campo”. Beethoven no hace una pintura del campo, sino que hace renacer sentimientos en el oyente, expresando sensaciones en música. El segundo movimiento andante molto mosso se subtitula “Escena junto al arroyo”. Un movimiento en forma sonata, en el cual el oyente es arrastrado a un ambiente de contemplación de la naturaleza. En el primer tema las trompas inician una pauta que se opone al ritmo de las cuerdas, creando un movimiento como el de un arroyo que no para de deslizarse tranquilamente. Al final aparecen las famosas canciones de los pájaros, el ruiseñor, la codorniz y el cuco. Se tiene que entender no como una realidad, sino en sentido metafórico señalando que la música no es totalmente de origen humano, se encuentra en la misma naturaleza.
Sigue un allegro al que Beethoven subtitula como “Alegres juegos de los aldeanos”. Este movimiento muy corto, enlaza con la famosa “Tormenta”. La obra termina con un allegretto que es un rondó “Canción de los pastores” o “Alegría y acción de gracias después de la tempestad”. El hombre representado en su aspecto más humilde y natural, un campesino, da gracias al espíritu de la naturaleza por la lluvia y la desaparición del peligro representado por los truenos y rayos. Es la visión de Beethoven de acuerdo con las ideas de la Ilustración.
La“Sinfonía Nº 7 en la mayor” Op.92 fue compuesta entre el otoño de 1811 y el 13 de mayo de 1812, fecha del manuscrito. Se estrenó el 8 de diciembre 1813 en la Universitätsaal de Viena, dirigida por el propio autor, en un concierto benéfico destinado a los soldados austríacos y bávaros heridos en la batalla napoleónica de Hanau del 30 de octubre. El concierto fue muy bien acogido por el público y la interpretación fue excelente al contar con grandes profesionales como instrumentistas.
Su orquestación comprende dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagots, dos trompas, dos trompetas, timbales y la cuerda habitual.
Wagner la llamó “apoteosis de la danza”, debido al dominio de la estructura rítmica, especialmente en los movimientos extremos. Después de una introducción lenta, con acentos secos de la orquesta, que contiene una bucólica frase del oboe, repetida por los violines, se presenta el primer tema del vivace de modo rítmico e impetuoso. Al final del movimiento en forma sonata, en la reexposición, el tema principal se transforma en una variación serena y hermosa. La coda concluye el movimiento solemnemente. Sigue un allegretto con estructura de marcha, en forma ternaria. Un motivo triste que contrasta con la alegría del primer movimiento, va recorriendo los distintos grupos instrumentales hasta llegar a un vibrante tutti de la orquesta. La parte central consiste en un tranquilo diálogo de los vientos. Llegamos a la repetición de la primera parte. Se producen unos momentos de inquietud cuando se desarrolla un fugato sobre el tema principal.
El ritmo reaparece al iniciarse el tercer movimiento, presto en forma de scherzo. Aquí Beethoven emplea la técnica de la repetición. El tema inicial es brusco y brioso, jugando con la repetición de las notas. El trio usa un tema de raíz popular sobre un pedal (nota larga sin interrupción) de los violines. Este tema se repite dos veces de forma grandiosa y solemne por el tutti de la orquesta. Luego se vuelve, como era de esperar, al primer tema del scherzo, pero la repetición continúa al escucharse de nuevo completamente el trio y volver al scherzo. Cuando todo parece indicar que se va a repetir el trio por tercera vez, es abreviado drásticamente en forma de coda.
La sinfonía termina con un frenético allegro con brio, con el ritmo de una danza húngara. En la parte del desarrollo, el tema principal se presenta quebrado por la inserción de acordes graves y oscuros, pero pronto vuelve a presentarse de modo limpio. Antes de la repetición, la flauta nos anticipa el primer tema. La sinfonía acaba con una coda brillante de una gran fuerza rítmica.
La “Sinfonía Nº 8 en fa mayor” Op.93 fue escrita al mismo tiempo que la séptima, durante los años 1811 y 1812. El manuscrito está fechado en el mes de octubre de 1812. Se estrenó el 27 de febrero de 1814 en la Grosser Redoutensaal de Viena, siendo mal recibida por el público que la comparó con la grandeza de la anterior. Posee una belleza profunda y serena pero su falta de espectacularidad no la han hecho tan famosa como las anteriores. Parece que Beethoven hiciera un homenaje a Haydn con su estructura clásica y formal.
El primer movimiento allegro vivace e con brio es enérgico y alegre. Juega con los contrastes dinámicos, fortissimo frente al pianissimo y los instrumentales. El primer tema es enérgico contrastando con el segundo, una melodía llena de fantasía presentada por la cuerda y luego repetida por el viento. El allegrettoscherzando nos presenta temas de gran ternura. Fue escrito en honor del inventor del metrónomo, Johann Nepomuk Mälzel, amigo de Beethoven. La orquesta imita al metrónomo, ofreciendo la imagen de la danza de un autómata. La música rezuma humor y alegría de vivir. Sigue un tempo de menuetto, como un retorno al clasicismo pero sin el carácter cortesano. La melodía es rústica con un trio expresivo empleando la melodía del clarinete.
Termina la sinfonía con el movimiento más importante, un allegro vivace de gran complejidad pero que infunde un sentimiento de optimismo y alegría. El tema principal es de gran fuerza rítmica y vigor. El tema contrastante es melódico y presentado por los violines. En el desarrollo encontramos el tema principal fragmentado, pero finalmente después de dramáticos silencios se impone reiteradamente, llegando casi al paroxismo. Entonces reaparece el segundo tema melódico. La coda consiste en una larga serie de acordes finales.
Beethoven se encuentra varias veces con Goethe en el mes de julio de 1812 en Teplitz, un balneario de Bohemia. Pese a su admiración mutua, sus relaciones no fueron demasiado amigables. En este mismo año el poder de Napoleón había llegado al máximo, pero pronto empieza su declive. Wellington consigue sus primeras victorias en la España ocupada. El 21 de junio de 1813 los franceses son derrotados en la famosa batalla de Vitoria y son expulsados a los Pirineos. Beethoven escribe para celebrarlo su “Victoria de Wellington o la Batalla de Vitoria” Op.91 que se estrena el 8 de diciembre de 1813 y se publica antes de su séptima sinfonía. Por este motivo su número de opus es anterior, a pesar de ser compuesta mas tarde. Después de la desastrosa campaña de Rusia, Napoleón es derrotado en Leipzig el 18 de octubre. El 11 de abril de 1814 abdica en Fontainebleau. Después de un corto retorno al poder, es derrotado definitivamente en Waterloo el 18 de junio de 1815.
Mientras tanto el Congreso de Viena rediseña la nueva Europa con un tratado entre las cuatro potencias vencedoras, Prusia, Rusia, Austria e Inglaterra, ratificado el 9 de junio de 1815. A pesar de todo, la sociedad había evolucionado, dando el poder a la burguesía. Beethoven compuso una cantata conmemorativa para el Congreso de Viena, “Der Glorreiche Augenblick”, (El momento glorioso) Op.136. El propio Beethoven la dirigió en 1814 y de nuevo en 1815, siendo estas sus últimas exhibiciones en público antes de que la sordera se lo impidiese. En 1819 se queda totalmente sordo y su única forma de comunicarse es escribiendo en los cuadernos de conversación, muchos de los cuales se han conservado.
La “Sinfonía Nº 9 en re menor” Op.125 tiene un largo período de gestación. Beethoven deseaba hacer un cambio en la forma, desde la composición en 1812 de sus últimas sinfonías. Entre 1817 y 1818 esboza el primer movimiento y el scherzo. La Missa Solemnis reclama toda su atención y abandona la sinfonía. En 1822 la Philharmonic Society de Londres le pide una nueva sinfonía y durante el verano reemprende la composición de la obra. Compone los tres primeros movimientos pero continúan las dudas en el cuarto. Finalmente decide intercalar la parte cantada con solistas y coro. Es la primera vez que se emplean las voces en una sinfonía. Terminada en 1824, se estrena en el teatro de Porta Carintia, Kärtnerthortheater de Viena el 7 de mayo bajo la dirección de Michael Umlauf.
La obra empieza con un allegro maestoso en tono menor, expresando profundidad y dramatismo. Los compases iniciales, marcados por intervalos primarios, sugieren el nacimiento del primer tema a partir del caos. Esta técnica mas tarde será seguida por Bruckner. Los dos temas empleados en la exposición crean un clima trágico. La exposición no se repite, siguiendo un desarrollo muy expresivo, hasta llegar a la reexposición y terminar con una coda que remarca el sentido del movimiento. Sigue un scherzo situado en el segundo movimiento, que continúa transmitiendo la atmósfera del primero, una pieza enérgica que prolonga el clima de la anterior coda trágica, pero sin llegar nunca al melodrama. Posee un trio contrastante, en el que se respira una atmósfera de felicidad, antes de que el scherzo se vuelva a adueñar de la tensa situación. El adagio contiene dos temas idílicos con sus variaciones. Destacan unos solos de trompa compuestos expresamente por Beethoven para el instrumentista de la cuarta trompa. En la parte final se escuchan dos compases patéticos del principio de la obra, pero el movimiento termina en un ambiente de apacible calma.
El movimiento final, allegro presto, necesita una explicación suplementaria. Encontramos el famoso tema de la alegría, un tema que por su semejanza se deriva de la segunda parte del lied Seufzer eines Ungeliebten und Gegenliebe WoO 150, compuesto entre los años 1794 y 1795. La “Fantasía para coro, piano y orquesta” Op.80 compuesta en 1808 toma como tema de su segundo movimiento finale, el mismo tema del lied, presentado primeramente por el piano y al que siguen unas variaciones en que interviene la orquesta, para terminar con una brillante intervención de los coros. Esta obra puede representar una fase preparatoria del final de su sinfonía. El tema es sencillo, cercano a la música popular, pero su nobleza lo ha convertido en uno de los temas más famosos de toda la historia de la música.
El movimiento empieza con un presto dramático representado el caos, seguido de un recitativo de los violoncelos. Después de su repetición, siguen las citas a los tres primeros movimientos, separados por el recitativo de los violoncelos. Como cuarto movimiento escuchamos el famoso tema de la alegría. Un nuevo comienzo es interrumpido por los sonidos del caos inicial. Entonces el barítono en recitativo entona la frase “O Freunde, nicht diese Töne!” y al terminar el recitativo presenta el himno de la alegría que luego es repetido por el coro. El recitativo hace de puente entre la realidad terrenal y la alegría celestial. Beethoven pone música a una selección de la oda de Schiller “An die Freude” (A la alegría). Consta de cinco variaciones, a las que añade música turca a partir de la tercera, destacando una doble fuga coral, que une los versos “Freude,... Tochter aus Elysium” con “Seid umschlungen Millionen” (dejadme abrazaros, millones). Termina con una gran coda acelerando el ritmo, en la cual, en la última frase cantada por el coro, Beethoven invierte el texto de Schiller, dejándolo en “Tochter aus Elysium, Freude, schöner Götterfunken” (Hija del Elíseo, alegría, hermosa luz divina), cantando la frase en maestoso, dentro de la coda en prestissimo. Es como si quisiera dirigir a la humanidad hacia Dios.
Finalmente, para terminar el análisis de las sinfonías de Beethoven mencionaremos una última sinfonía inacabada, que aunque su importancia sea muy limitada no deja de ser una curiosidad histórica.
La“Sinfonía Nº 10“ está formada por fragmentos de un primer movimiento inacabado. Mientras estaba componiendo la novena, como era habitual en Beethoven, también trabajaba en otras obras. Empezó los primeros diseños en 1822. Los últimos bosquejos conocidos están datados en el mes de octubre de 1825. Su amigo Karl Holz afirma, después de la muerte de Beethoven en 1827, que lo había escuchado interpretar al piano el primer movimiento. No se sabe nada de lo que había pensado para los siguientes movimientos, antes de que su muerte le impidiera la continuación.
Las investigaciones realizadas hasta el momento, han podido localizar cuatro manuscritos importantes y otros muchos secundarios. A partir de estos fragmentos, que comprenden unos 250 compases, Barry Cooper, un especialista en la música de Beethoven y de sus técnicas de composición, ha podido reconstruir este movimiento. Barry Cooper es desde 1990 profesor del Departamento de Música en la Universidad de Manchester. Terminó la reconstrucción en 1988, siendo estrenada en el Royal Festival Hall de Londres. Walter Weller grabó la obra el mes de septiembre de 1988 con la City of Birmingham Symphony Orchestra.
El movimiento empieza con un andante con dominio de las maderas con un dulce tema, siguiendo un allegro tumultuoso y termina con una variación del andante.
Los últimos acontecimientos de la vida de Beethoven están marcados por el intento de suicidio de su sobrino Karl en el mes de julio de 1826, del cual era su tutor desde la muerte de su hermano. Karl decide, una vez recuperado, incorporarse al ejército. Beethoven angustiado por no haber sido un buen padre para él, quiso pasar un tiempo, antes de su marcha, en la finca que poseía en el campo su hermano Johann. Pero una pelea entre los hermanos puso final a dicha estancia y el 1 de diciembre de 1826 Beethoven regresaba a Viena. Durante el accidentado viaje le sorprendió una tormenta, a causa de la cual contraía una pulmonía. Mas tarde se le complicó con ictericia e hidropesía. El 26 de marzo de 1827 moría. Su entierro fue multitudinario. Entre los presentes se encontraba Schubert.