Valery Gavrilin (1939-1999) en cirílico Валерий Александрович Гаврилин, nació el 17 de agosto de 1939 en Vologda, una ciudad del norte de Rusia. Su padre murió cuando tenía tres años durante el asedio de Leningrado. Su madre fue apresada sin saber los motivos cuando tenía 10 años y el niño fue enviado a un orfanato en Kovyrino. A los 11 años entró en una escuela de música donde fue descubierto por un profesor del Conservatorio de Leningrado llamado Belozemtsev. A los 12 años ingresaba en la Escuela para niños de Leningrado donde estudió hasta los 16 años.
Ingresó en el Conservatorio de Leningrado graduándose en 1964. Entre sus profesores encontramos a Orest Evlakhov en composición y F. Rubtsov en musicología. Entre sus obras como estudiante se encuentra el "Cuarteto de Cuerda Nº 1" compuesto en 1960.
Pronto se especializa en la música vocal con la composición del "Cuaderno de notas alemán Nº 1" en 1961, un ciclo sobre textos de Heinrich Heine traducidos al ruso. Pero el ciclo que lo dará a conocer es el "Cuaderno de notas ruso" compuesto en 1964, recibiendo al año siguiente el Premio Glinka de la Federación Rusa. En el mismo año también compone el "Cuarteto de Cuerda Nº 3".
Después de su graduación, Gavrilin permanece como profesor en el Conservatorio de Leningrado. Continúa escribiendo ciclos de lieder, como "Tarde" para dos voces y piano compuesto entre 1963 y 1965. Trabaja realizando colaboraciones con la televisión y el cine.
En 1967 compone "Skomorokhs" (Bufones), un oratorio escénico para solistas vocales, coro masculino, ballet y orquesta sinfónica. La obra fue prohibida después de su primera audición a causa de los textos de sus versos, a pesar de que su música está inspirada en el folclore ruso. La obra no pudo representarse hasta 1986 cuando empezó el periodo de la Perestroyka.
Su siguiente obra sinfónico vocal fue "Cartas de Guerra" compuesta en 1974, para solistas vocales, coro infantil, coro mixto y orquesta. Una obra dedicada a las víctimas de la segunda guerra mundial escrita en un emocionante estilo popular, profundamente arraigado en el folclore ruso.
"Tierra" es un ciclo vocal sinfónico para coro, solista y orquesta compuesto en 1974. Una obra que utiliza la música folclórica popular rusa en un estilo neo romántico, queriendo integrar su música en la vida de su pueblo. Destaca el melodismo genuinamente ruso de su última canción que se convierte en un clásico del género.
“Los Repiques" (Sinfonía escénico coral) compuesta entre 1978 y 1982 es una obra de difícil clasificación. Lleva el subtítulo "Después de la lectura de Vasily Shuksin" que luego veremos su significado. Se trata de una obra escénica para solistas vocales, coro mixto, oboe, percusión y narrador.
La obra se estrenó en Moscú el 17 de enero de 1984. Según el propio compositor se trata de un género nuevo denominado representación milagro sinfónica, una mezcla entre oratorio y representación teatral al estilo de los autos sacramentales paganos.
El verdadero protagonista de la obra es un coro de cámara. Está acompañado por tres sopranos, un tenor, una contralto, una cantante folclórica, dos percusionistas, un oboe y un recitador.
Vasily Shuksin (1929-1974) fue un escritor y director de cine. Su muerte repentina impidió la colaboración con el compositor para la música de uno de sus films, pero sus impresiones influyeron en su sinfonía coral.
La llamada sinfonía está dividida en veinte partes que comentaremos ligeramente. No se trata de una verdadera sinfonía, pero la incluimos en este estudio por su particularidad y tomando el término en su sentido más amplio.
La primera parte lleva el título alegría del alma y es interpretada por el coro acompañado por la percusión. Representa el duro camino de la vida, un camino que siempre llega a su final. La segunda parte la muerte de un bandolero, pertenecía a la banda sonora de la obra teatral no producida Stephan Razin. Está interpretada por la soprano principal a la que se añade el coro sin acompañamiento. El recitador añade sus comentarios antes de una nueva canción interpretada por el tenor.
La tercera parte consiste en un intermedio interpretado por el oboe. La cuarta parte Rubbish, es interpretada por el coro. La quinta parte continua el intermedio interpretado por el oboe. La sexta parte Asamblea en círculo, nos presenta una canción popular interpretada por la soprano acompañada por el coro. La séptima parte es otra sección del breve intermedio del oboe.
La octava parte Da-di-da, consiste en una imaginativa canción coral a varias voces. La novena parte continua el intermedio interpretado por el oboe. La décima parte Domingo, es una festiva sección con la canción del coro, con una de sus voces imitando un acompañamiento de campanas. La undécima parte es una nueva corta intervención del oboe.
La duodécima parte, música de la tarde, consiste en una lírica canción coral. La treceava parte es una nueva intervención del oboe. La parte catorce lleva el título, dime, dime, hermosa mía, es interpretada por la soprano. Es la parte más extensa de la obra en la que también intervienen el coro y la contralto.
La parte quince terrible mujer, es interpretada por el coro a varias voces. Consiste en una humorística sección. Termina con la imitación del repique de campanas y el canto del gallo. La parte dieciséis lleva el título blanca, blanca nieve. Una sección poética interpretada por el coro femenino y la contralto. Luego el tenor realiza una patética intervención. El coro termina esta parte, nuevamente acompañado de la imitación de las campanas.
La parte diecisiete, una oración, empieza con un repique de campanas mediante la percusión. Gavrilin utiliza una auténtica canción popular. El narrador añade sus comentarios llenos de dolor. El coro cierra la sección acompañado por el fúnebre tañido de las campanas.
La parte dieciocho titulada vieja Madre Rio, consiste en una dramática sección cantada por el coro. Continúa con una nueva canción folclórica, con la intervención de un solo infantil. Termina con fúnebres repiques del coro que nos llevan a una determinante coda.
La parte diecinueve consiste en el último intermedio protagonizado por el oboe. Separa la parte final de la obra. Esta parte lleva el título el camino. El coro acompañado por la percusión cierra la obra, representando el camino de la vida, un duro camino que a todos nos conduce a su final.
La obra tiene un carácter alegórico, siendo el protagonista el carácter masculino. Un bandido bueno personificado en un tenor y un bajo. No es un personaje histórico ni concreto. Se encuentra en el último instante de su vida y durante la obra se proyecta toda su existencia. La soprano representa a las fuerzas del bien. El repique de las campanas va cambiando de tono a lo largo de la obra simbolizando el reloj de la vida humana.
Estructuralmente podemos considerar la obra dividida en tres partes, el preludio, la exposición y el final. Cada parte se encuentra separada mediante un intermedio interpretado por el oboe, dividido en varias partes y unido en la sección final. Una partitura eminentemente coral, que explota todos sus recursos en un estilo popular ruso. Gavrilin se basaba en la melodía para llegar al alma humana, al alma popular.
Una de las obras más conocidas de Gavrilin es el ballet "Anyuta" compuesto en 1982. Basado en la obra de Anton Chekhov también fue llevado al cine. A partir de su música el compositor realiza una suite sinfónica, Suite Sinfónica Nº 6, siendo el vals el número que se hecho más popular.
En 1984 Gavrilin compone para la televisión el ballet "Una casa cerca de la carretera" del que extraerá su Suite Sinfónica Nº 7 del mismo título. Usando melodías simples realiza una música que va directamente al corazón.
Después de un par de fuertes ataques de corazón muere prematuramente el 28 de enero de 1999 en San Petersburgo. Su amor por su patria rusa le había hecho observar durante decenios su triste destino. Su aparente alegría enmascaraba muchas veces la acidez de la verdad.
La fuerza melódica de su música enmarcada en un neo folclorismo romántico nos conduce al corazón de Rusia. Su estilo es eminentemente vocal especialmente en su tratamiento de la música coral frecuentemente a capella. En el campo de la música sinfónica es una figura menor, sin haber nunca compuesto una verdadera sinfonía. Pero sus obras han sido admiradas por grandes compositores, como Shostakovich que exclamó, esto es música clásica con mayúsculas, después del estreno del ciclo "El cuaderno de notas ruso".