La “Sinfonía Nº 5” Op.60 (Prometeo: El Poema del Fuego) fue escrita entre los años 1908 y 1910. La instrumentación es compleja, necesitando un piano, coro y un teclado de colores. Se estrenó en 1911 en Moscú bajo la dirección de Serge Koussevitzky, pero sin el teclado de colores. El estreno con los efectos luminosos tuvo lugar en New York en 1915 con la orquesta dirigida por Modest Altschuler.
Emplea una gran orquesta, madera por cuadruplicado, ocho trompas, cinco trompetas, celesta, campanas, glockenspiel, dos arpas, órgano, un piano solista que tiene un papel importante y en la parte final un coro a cuatro voces que canta sin palabras.
Antes del análisis de la obra comentaremos dos temas que tuvieron gran importancia en la vida de Scriabin. Son la Sinestesia y la Teosofía.
La Sinestesia es la facultad que tienen algunas personas de experimentar sensaciones de una modalidad distinta a partir de un determinado estímulo. En el caso particular que aquí exponemos, la sinestesia musical, consiste en oír colores. El estímulo de la música crea la visión de determinados colores asociados a determinados sonidos.
Algunos grandes músicos han poseído esta cualidad, como probablemente Franz Liszt y Nicolai Rymsky-Korsakov. Pero los más conocidos son Scriabin y Olivier Messiaen (1908-1992).
Scriabin quería demostrar la relación entre los distintos tonos y el color. Mediante un teclado de colores se proyectaba en una pantalla del escenario el color que correspondía a cada determinado tono. En la representación efectuada en New York se realizó de un modo muy simple, con la proyección de simples diapositivas en color. La idea de Scriabin era más espectacular. Pretendía inundar la sala de conciertos de colores, terminando la obra con una deslumbrante luz blanca correspondiente al do mayor, con una coda que cierra en fa sostenido mayor, nota preferida de Scriabin, correspondiendo al color azul.
En el grabado adjunto podemos ver la correspondencia entre las tonalidades y sus respectivos colores.
Su sistema de colores se ordena según el círculo de quintas, basado en el sistema de Sir Isaac Newton, expuesto en su libro Opticks.
Scriabin era un místico. Estudió la Filosofía empezando por Kant y especialmente Nietzsche. Transformó el concepto del Arte en una forma de religión. En sus sinfonías expresa que mediante el poder de transformación del Arte se podía elevar el espíritu humano.
Entró en contacto con la filosofía teosófica cuando estaba escribiendo "El Poema del Éxtasis". En 1905 leyó "La Clave de la Teosofía" escrito por Helena Blavatsky (1831-1891), una de las fundadoras de la Sociedad Teosófica en la ciudad de New York en 1875.
La Teosofía es un movimiento filosófico que establece tener una inspiración especial de lo divino por medio del desarrollo espiritual. A continuación transcribimos la definición que aparece en el Concise Oxford Dictionary.
El Teosofismo es una de las varias filosofías que profesan alcanzar el conocimiento de Dios a través del auto-desarrollo espiritual, la intuición directa, o las relaciones individuales especiales. En particular un movimiento moderno que sigue las enseñanzas cristianas, hindúes y budistas y que busca la fraternidad universal.
Scriabin basa su quinta sinfonía en la interpretación teosófica del antiguo mito griego de Prometeo. Desafiando a Zeus roba fuego del cielo y lo ofrece a los hombres.
Como su anterior sinfonía está escrita en un solo movimiento en forma sonata, con una introducción, la exposición, desarrollo, recapitulación y coda. La introducción empieza con un acorde de seis notas conocido como el acorde de Prometeo. Está formado por un hexacordo de cuartas. Consiste en las notas la, re sostenido, sol, do sostenido, fa sostenido, si. Representa el caos primitivo. Entonces aparece el tema del deseo creador, interpretado por las trompas en sordina, usando cuatro notas del citado acorde, seguido del tema de la voluntad expresado mediante las trompas.
La exposición empieza con el tema de la comprensión interpretado por el piano, seguido por el tema secundario más ligero y aéreo. La sección de desarrollo está dominada por los rasgos de carácter cambiantes. Aparece un tema nuevo, el de la autoafirmación, interpretado por las trompas. La recapitulación nos devuelve el tema del deseo de la introducción, pero transformado, llegando a una gran potencia, realzado con el uso del órgano y glockenspiel.
La gran coda empieza con el tema de la autoafirmación, interpretado por cinco trompetas, órgano y coro. Sigue una turbulenta danza cósmica, un instante de reflexión confiado al piano y terminando con el acorde de Prometeo en fa sostenido mayor, como vemos la nota preferida de Scriabin, que corresponde al color azul, interpretado con solemnidad.
Se trata de una obra compleja, cuya interpretación es difícil y puede variar mucho según la versión escuchada. Un estilo postromántico llevado a su final desarrollo. La tonalidad está llevada a su límite. Una obra híbrida entre el concierto, el poema sinfónico y la sinfonía.
La interpretación desde el punto de vista filosófico también es difícil. Prometeo roba el fuego celeste y trae la sabiduría a los hombres. La figura de Prometeo rebelándose contra Júpiter se asemeja a la de Lucifer rebelándose contra Dios. Scriabin se ve a sí mismo como un apóstol del arte divino, al servicio de la liberación de la humanidad. El piano representa al individuo creador en rebelión contra el medio social que le rodea, representado por la orquesta.
Al principio de la obra se representa al caos y a lo largo de la misma se sigue un recorrido progresivo del hombre hacia la ascesis, que significa la liberación del espíritu y el logro de la virtud.
El coro aparece como un elemento más de la orquesta con un carácter simbólico, sus integrantes van vestidos de blanco y el teclado luminoso proyecta los colores relacionados con las tonalidades.
El "Poème-Nocturne" Op.61 compuesto en 1912 es una obra para piano de tonalidad inestable, que busca la creciente expresividad de las últimas obras de Scriabin. Anteriormente a finales de 1911 había compuesto la "Sonata para piano Nº 6" Op.62, obra que siempre se negó a interpretar en público. Una composición demasiado personal, con acumulación de fuerzas misteriosas a lo largo de la misma. Se trata de una música oscura e inquietante.
Los "Deux Poèmes" Op.63 compuestos en 1912 nos llevan hacia la atonalidad. La "Sonata para piano Nº 7" Op.64 titulada por el compositor como Misa Blanca, fue terminada en el mes de enero de 1912. Era su sonata preferida. Posee una gran complejidad rítmica, buscando una nueva sonoridad para el piano, lejos de la música de Chopin y de Liszt. Intenta describir el estado de éxtasis conseguido al final de su quinta sonata, empleando una música casi atonal.
La "Sonata para piano Nº 8" Op.66 compuesta en 1913 es la última terminada por Scriabin. Como todas sus postreras sonatas está escrita en un solo movimiento. Sin poseer un carácter definido sigue el estilo de la producción final de su autor. Utiliza unos acordes pos wagnerianos, como una continuación de la música de Debussy, sin poseer un centro tonal definido.
La "Sonata para piano Nº 9" Op.68 compuesta entre 1912 y 1913 lleva el subtítulo Misa Negra. Este título fue elegido por una de las amigas del compositor, Mme. Podgaetsky, por su naturaleza siniestra. Escrita durante un tiempo invadido por la agitación política en Rusia que anunciaba la próxima revolución de 1917. Presenta visiones terroríficas llenas de horror, evocando el satanismo y las ceremonias blasfemas.
La "Sonata para piano Nº 10" Op.70 compuesta en 1913 lleva el subtítulo de Sonata de trinos. Scriabin la llamaba la Sonata de los insectos, debido a sus frecuentes trinos y trémolos. Compuesta al mismo tiempo que las dos anteriores, refleja un mundo de misterio y de luz. Obra que emplea el cromatismo llevándolo a su máxima expresión, como se puede observar en sus disonancias que nos conducen hacia la atonalidad.
Entre sus últimas obras encontramos los "Deux Poèmes" Op.71 compuestos en 1914 y "Vers la flamme" Op.72 del mismo año, una pieza concebida para orquesta y más tarde pensada como un movimiento de sonata para piano. Empieza sombríamente aumentando gradualmente su tensión hasta alcanzar un luminoso clímax.