La enseñanza de la música en Brasil
La educación musical en Brasil empezó con la acción de los jesuitas en el periodo comprendido entre 1549 y 1759. Emplearon la práctica musical como método de establecer la religión católica siguiendo los preceptos de la música europea. En este periodo participó una parte reducida de la población.
Un decreto del año 1854 establece que las nociones de música junto a ejercicios de canto deben ser enseñados en las escuelas de primaria y secundaria. En 1890 se establece la necesidad de una preparación específica para los profesores de música.
El compositor Heitor Villa-Lobos (1887-1959) organiza el canto orfeónico entre las décadas de 1930 y 1950 siendo una referencia para las escuelas de Brasil. A partir de ello un decreto de 1931 establece la enseñanza de la música en las escuelas de secundaria brasileña.
La presencia de la música en las escuelas es concebida como un medio capaz de eliminar las diferencias sociales con la exaltación del sentido de colectividad, patriotismo y disciplina. En esta perspectiva, el folclore nacional, los himnos y las canciones patrióticas alcanzaron relevancia como repertorio esencial durante el período de canto orfeónico, en el que se buscaba desarrollar la noción de identidad musical brasileña a través del canto en grupo.
A partir de la década de 1960 el canto orfeónico dejó de hacer parte de las actividades obligatorias de las escuelas brasileñas. En este período se incorporaron, aunque de manera irregular y asistemática, las ideas de estudiosos de la educación musical de diferentes países europeos, tales como Dalcroze, Orff y Kódaly, así como también las propuestas desarrolladas en Brasil por el movimiento de iniciación musical que se desarrollara paralelamente al de Villa-Lobos. En este contexto las artes en general y la música en particular fueron desplazadas gradualmente a un plano inferior en la formación escolar. Consecuentemente, esto provocó la desvalorización de este tipo de contenidos en la escuela.
En la década de 1970 se creó la llamada educación artística, una actividad curricular que incluía las artes escénicas y visuales, el diseño geométrico y la música. Para la formación de los maestros se creó una licenciatura dividida en dos etapas. La primera de dos años de duración preparaba al profesor polivalente de educación artística para desempeñarse en los primeros años del 1er grado, para estudiantes de entre 7 y 10 años. La segunda etapa, denominada licenciatura plena, preparaba al profesor en una de las áreas específicas de las artes para desempeñarse en los años finales del 1er grado, para estudiantes de 10 a 14 años y también en el 2º grado, para estudiantes de 15 a 17 años.
Esta situación transcurrió entre los años 1971 a 1996 sin que la enseñanza de las artes se incorporara seriamente en la formación escolar. En 1996 se aprobó una nueva ley en cuyo texto dice: La enseñanza del arte constituirá un componente curricular obligatorio en los diversos niveles de la educación básica, a fin de promover el desarrollo cultural de los alumnos.
Además establece que cada sistema educacional en las distintas regiones puede y debe respetar las particularidades correspondientes a sus propios universos sociales, económicos, políticos y culturales. No obstante, al mismo tiempo, la libertad de organización permite que los sistemas educacionales mantengan la práctica de polivalencia para la enseñanza de las artes.
Esta libertad de enseñanza ha dejado a escuelas sin enseñanza de la música, prefiriendo otros modelos artísticos especialmente las artes visuales. También se puede señalar una falta de profesionalidad de los profesores encargados de los cursos de música y la idea de que la música se debe enseñar para ser músicos. En otros campos esto no se aplica. Las matemáticas o las ciencias no se enseñan en las escuelas solamente para la formación de científicos.
El mismo texto de ley prescribe la obligatoriedad de la enseñanza del arte en los diversos niveles de la educación básica. Comprende desde la educación infantil, para estudiantes hasta los 5 años, la enseñanza fundamental, para estudiantes de 6 a 14 años, hasta llegar a la enseñanza media, para estudiantes de 15 a 17 años. No obstante, la disposición legal no aclara en cuántos años debería estar presente la enseñanza artística, con cuántas horas semanales, qué tipo de profesor debería ser responsable por la enseñanza de estas áreas ni, qué contenidos deberían impartirse.
Un movimiento coordinado por el Grupo de Articulación Parlamentaria Pro Música (GAP) y contando con la decidida participación de la Asociación Brasileña de Educación Musical (ABEM), fueron los protagonistas de la aprobación de la ley de 2008 que se refiere a la obligatoriedad de la música a nivel escolar. Esta nueva ley cambia la de 1996 en su artículo 26 junto con complementar aquello que está en vigor sobre la enseñanza del arte, pero precisando que la enseñanza de la música también forma parte del currículo. La música deberá ser contenido obligatorio, pero no exclusivo, del componente curricular de que trata el párrafo 2º de este artículo. Es este párrafo se indica específicamente la obligatoriedad de la enseñanza del arte en la educación básica.
La formación de profesores de música es un aspecto fundamental para ocupar el espacio de la educación musical en la escuela. Diversos programas ministeriales han estimulado la ampliación de la oferta de vacantes, así como la creación de nuevos cursos para la formación de profesores y algunas de estas acciones también incluyen la formación de profesores de música.
Es preciso definir con mayor claridad esta política a fin de que más personas puedan incorporarse a este proceso. Junto a la necesidad de más profesores de música, otro de los grandes desafíos para la educación musical brasileña, es que los sistemas educacionales puedan estimular mejor a los profesores a fin de que se sientan motivados a ocupar el espacio escolar. Bajos salarios, malas condiciones de trabajo, cursos sobrepoblados, desvalorización de la música y las artes en las escuelas, son algunos de los aspectos que han desmotivado la presencia de más profesores de música en el espacio escolar.
A partir del año 2008 una nueva legislación establece la música como contenido obligatorio en la escuela brasileña, lo que puede considerarse positivo. .Para el establecimiento de una educación musical consistente y democrática aplicada en todo el territorio brasileño, diversas acciones a corto, mediano y largo plazo deberán ser emprendidas por diferentes sectores de la sociedad.
Las universidades participan de este proceso ya que son responsables de la formación de los profesores que actuarán en la educación escolar. Los cursos universitarios deben mantenerse cercanos a los sistemas educativos, interactuando, dialogando y construyendo asociadamente propuestas que posibiliten una educación musical de calidad. Además de la formación inicial, no se puede ignorar la necesidad de formación continua para profesores y otros profesionales de la educación, lo que también implica una acción conjunta con las universidades.
La enseñanza superior profesional de la música se realiza en las Universidades y en los Conservatorios. Se obtienen los títulos correspondientes a Graduado, Licenciado y Doctor. Terminamos esta sección con un listado de algunas Universidades y Conservatorios donde se enseña música en Brasil.
Universidades
UFPR Universidade Federal do Paraná
UFRGS Universidade Federal do Rio Grande do Sul
UFSM Universidade Federal de Santa Maria
UNB Universidade de Brasilia
UNESP Universidade Estadual Paulista
UNICAMP Universidade de Campinas
UNLAM Universidad Nacional de La Matanza
USP Universidade de Săo Paulo
São Paulo, Allemande Escola de Música
Rio de Janeiro, Conservatório Brasileiro de Música
Tatuí (São Paulo) Conservatório Dramático e Musical “Dr. Carlos de Campos” de Tatuí
Recife, Conservatório Pernambucano de Música
Natal, Escola de Música da UFRN Brasília, Escola de Música de Brasília
São Paulo, Escola Municipal de Música de São Paulo, Instituto Baccarelli, São Paulo State Music School – EMESP TOM JOBIM