Alain Krotenberg (1956- ) nació en París el 5 de septiembre de 1956, de una familia de origen judío polaco. Su madre cuando tenía 11 años había sido deportada al campo de concentración de Bergen-Belsen, el mismo en que estuvo Anne Franck y Simone Veil. Apasionado por la música clásica, sin tener ningún precedente en la familia, empieza a los siete años a estudiar piano.
Cuando tenía 11 años quiere ser pediatra o psiquiatra infantil. Después del bachillerato empieza sus estudios de Medicina en París, pero continuando su práctica del piano y perfeccionándose en composición, armonía y contrapunto.
Las obras escritas entre los 15 y los 30 años son esencialmente improvisaciones para piano, que interpreta en público en 1986 en la Salle Gaveau de París. Se casa en 1989 y del matrimonio nacen dos hijos, Gary nacida en 1992 y Clara en 1994, pero se divorcia en 1997.
Entonces a sus 33 años decide iniciar una verdadera carrera de compositor de Música Clásica Contemporánea. Desde 1989 hasta 2016 compone 33 obras numeradas.
Por otra parte Alain Krotenberg trabaja como psiquiatra infantil, siendo jefe médico en el sector médico social. Trabaja en el servicio de urgencias del hospital Robert Ballanger en Aulnay-sous-Bois. También pasa consulta en un centro antidolor.
Autor de varios libros, también ha sido terapeuta de niños y adolescentes que sufren trastornos de conducta, en un Instituto Terapéutico Educativo y Pedagógico. Además es un firme defensor de las terapias conductuales y cognitivas en el tratamiento de trastornos de la personalidad o del comportamiento. Entre sus libros se encuentran "L'Envie d'aller mieux" (Payot, 2001) y "Mon corps et moi" (Payot, 2002).
Como compositor entre sus obras se encuentran diversos conciertos y un par de sinfonías. En 2011, Alain Krotenberg decidió poner fin a su carrera como compositor después de escribir 33 obras, incluidas 20 de música masónica.
El "Concierto para piano y orquesta" Op.1 fue compuesto en 1989 y dedicado posteriormente a su hija Gary. Sobre esta obra el compositor escribe: Tuve muy pronto un particular afecto para los conciertos para piano de Rachmaninov y es bastante natural que la primera obra que compuse hace más de veinte años sea este concierto para piano en homenaje a Rachmaninov. Así que lo pensé como un concierto romántico, construido sobre un diálogo de iguales entre el piano y la orquesta, es decir que el piano propone y la orquesta comenta y viceversa. Es una forma en un solo movimiento, a la manera de los conciertos de Franz Liszt, con un final triunfal.
El "Concierto para violín y orquesta" Op.3 fue compuesto en 1991 y dedicado a su hija Clara Krotenberg. Escrito en un solo movimiento en un estilo neoclásico posee momentos de un delicado melodismo.
"Les 5 lumières" Op.4 es un poema musical masónico compuesto en 1992 dedicado a Charles Sztarkman en cinco movimientos. El número 5 simboliza al hombre místico universal. La estrella de cinco ramas con sus cinco extremos luminosos diferenciando la obscuridad de la verdad. La construcción armónica también está basada en este número sagrado. Debido a la importancia de la masonería en la obra del compositor insertamos una breve explicación sobre dicha institución.
La francmasonería o masonería es una institución de carácter iniciático, filantrópico, simbólico, filosófico, discreto, armónico, selectivo, jerárquico, internacional, humanista y con una estructura federal, fundada en un sentimiento de fraternidad. Se agrupan por medio de las llamadas logias, siendo las más importantes la Gran Logia Unida de Inglaterra y la Gran Oriente de Francia.
El Gran Arquitecto del Universo, expresado habitualmente con el acrónimo GADU, es un símbolo tradicional en masonería cuyo contenido, interpretación y relevancia varían según la corriente masónica de que se trate.
Para la corriente anglosajona, el GADU representa al Ser Supremo, un principio masónico cuya creencia e invocación en la práctica del rito son imprescindibles. Para la corriente continental, establecer la condición de la creencia en un Ser Supremo supone limitar la libertad de conciencia de sus miembros, por lo que ni la creencia en el GADU ni su invocación son preceptivas.
Los masones, como individuos, son en todo caso libres de darle el contenido que mejor se ajuste a sus creencias. Como todos los símbolos, proporciona un marco, pero su interpretación concreta corresponde a cada cual.
Muchos francmasones consideran que el símbolo GADU es igual al Dios creador que determina a su voluntad los planes de la existencia. Para otros muchos, simboliza la idea de un Principio Creador, Alma Suprema que está en el origen del Universo, cuya naturaleza es indefinible. Hay por último masones que, prescindiendo de cualquier enfoque trascendente, identifican al GADU con la sublimación del ideal masónico o que lo interpretan desde una perspectiva panteísta o naturalista.
En resumen el ideal masónico es la libertad de pensamiento y no depender de ninguna idea religiosa o política, pero dando libertad absoluta a sus miembros sobre sus creencias. Este afán de libertad es incompatible con las dictaduras y todas las formas de pensamiento impuestas contra la libertad del individuo.
Por ello la masonería ha sido prohibida por la Iglesia, que impone un pensamiento único y antidemocrático, amparándose en el poder de la fe y por todos los regímenes autoritarios, tanto fascistas como comunistas. En el caso de España fue prohibida por el régimen católico-fascista de Franco, tildando de contubernio judeo-masónico a la unión de los pensamientos masónicos y judíos.
Traducimos a continuación un artículo escrito por Jean-Pierre Thomas, titulado Música y Arte real en la obra de Alain Krotenberg.
El conjunto de la obra de Alain Krotenberg está marcado por el simbolismo, lo cual por una parte le proporciona este color tan particular y también coloca su inspiración estética en una tradición muy antigua, que se remonta al Siglo XVIII, porque esta época vio, por una parte, el desarrollo de la franco-masonería y por otra el resurgimiento de la música masónica.
El compositor es por ello heredero de una corriente artística fuertemente impregnada por el simbolismo esotérico y el pensamiento humanista, que practica desde muchos años y que refuerzan no solamente su judaísmo y el conjunto de valores intelectuales y espirituales que se transmiten después de más de mil años, sino además su profesión de médico psiquiatra apoyándose fuertemente sobre un sólido corpus científico y la fuerza de una intuición que ha colocado a los dos, desde su juventud, al servicio de los otros, o mejor de la angustia de los otros.
Esta triple conjunción de elementos, que para un espíritu superficial a priori podrían pasar por contradictorios, han construido una obra de una riqueza intelectual y artística única, que dibuja su fuerza, su coherencia y su profundidad en la realidad concreta de lo humano y la complejidad de la naturaleza íntima.
Es todo esto lo que es necesario entender, escuchar y detectar en la música de Alain Krotenberg, médico-compositor, como Tchekhov fue médico-dramaturgo o Clemenceau fue médico político, porque este hombre de un gran rigor intelectual, porque es paralelamente un artista inspirado y un creador audaz, sabe mejor que los demás, separar lo sutil de lo espeso y hacer salir la luz del Conocimiento de las tinieblas de la ignorancia, del fanatismo y de la superstición.
La iniciación, cada uno lo sabe, es un comienzo. Alain Krotenberg es un compositor iniciado en este sentido cuya música abre en el auditor el infinito campo de la reflexión y del sueño para conducirlo a un grado superior de conciencia, que es el del hombre libre, completamente liberado de prejuicios.
"Improvisation libre au piano" Op.5 compuesta en 1993 y dedicada a Norbert Goutman muestra su gusto por la libertad de la improvisación.
La “Sinfonía Concertante para oboe, violoncelo, piano y orquesta" (Symphonie Cosmopolite) Op.6 compuesta en 1994 está dedicada a Véronique Cahn.
El primer movimiento, Europe, presenta dos temas principales de carácter sereno, elegíaco, que nos conducen a un motivo más vivo y cromático. Continúa con un desarrollo basado en los temas anteriores terminando con una cadencia para el violoncelo.
El segundo movimiento, Asie, posee un tema principal característico teñido de orientalismo, con melismas repetidos del oboe, martilleos de campanas y piano, acompañados por resonancias metálicas de los gongs y tam-tams. Como el anterior movimiento termina con una cadencia, en este caso para el oboe.
El tercer movimiento, Afrique, que se puede identificar como el scherzo de la sinfonía, es claramente rítmico, salvaje, de encantamiento, con un masivo desborde de la sección de percusión. Bombo, tambores, timbales, campanas, xilófono, platillos, triángulos y maracas actúan como nuevos instrumentos solistas, acompañados por una orquesta que les opone unas obsesivas pulsaciones rítmicas.
Correspondiendo al clásico trío, después de un golpe de platillos, repentinamente este cuadro bárbaro y primitivo se interrumpe en la parte central del movimiento, siguiendo con un tema suave interpretado por la cuerda, con arabescos del piano acompañados por un contrapunto aéreo del oboe y violoncelo con una ligera percusión. Luego recupera el ritmo salvaje inicial. Termina con una tranquila cadencia, en esta ocasión protagonizada por el piano.
El cuarto movimiento, Finale, de carácter cíclico, reúne los diversos temas de los movimientos precedentes. Empieza después de una breve introducción con un recuerdo de los temas del primero mediante los tres solistas, luego sigue el tema asiático interpretado por la cuerda, retorno del tema africano, terminando con una grandiosa coda que empieza con una llamada de los metales y un triunfal final.
Las "Tres melodías" Op.7 para mezzo-soprano y orquesta fueron compuestas en 1995 y dedicadas a Marc Chiche y Mounfok Sebane. Sobre textos espirituales de inspiración claramente masónica.
El "Septeto para cuerdas y viento" Op.8 compuesto en 1996 y dedicado a Léo Benoliel está escrito como tributo a la admiración que siente por Mozart.
"Shoah" Op.9 un quinteto de cuerda con clarinete compuesto en 1997 está dedicado a la abuela del compositor, Chana Jedynak y a sus cuatro niños, Betty, Myriam, Léon y Claude. Su título es el término hebreo que significa holocausto. Evoca los horrores de los campos de concentración nazis, sufridos por su abuela y su madre en Bergen-Belsen. La versión para clarinete y orquesta de cuerdas se estrenó en 1999 en l'Eglise de la Madeleine de París.
El "Concierto para violoncelo y orquesta" Op.11 compuesto en 2002 y dedicado à Alexandra Debit está escrito en un idioma más moderno que sus anteriores conciertos Dividido en los clásicos tres movimientos no abandona sin embargo las líneas melódicas, que se acentúan en las últimas partes de los movimientos, siendo los comienzos más disonantes.
La "Ode à l'Europe Nouvelle" Op.14 para coro infantil, cantando en seis lenguas europeas distintas, solistas, órgano y orquesta de cuerda, fue compuesta entre 2003 y 2004, dedicada a Francis Bardot. Utiliza un texto de Jérôme Touzalin.
El "Cuarteto de cuerda" Op.20 compuesto en 2007 está dedicado a sus amigos, los violinistas Guy y Emilie Comentale.
"La Femme" Op.22 es un sexteto para flauta, cuatro violoncelos y soprano compuesto a finales de 2008. Con texto de Jérôme Touzalin está dedicado a todas las mujeres, especialmente aquellas que sufren la incomprensión por parte de los hombres.
En cuanto a su forma de componer, Alain Krotenberg reconoce haber evolucionado mucho entre por un lado sus primeras obras de la década de 1990, incluyendo los Conciertos para piano y violín, escritos en estilo neoclásico y por otro lado el "Concierto para violonchelo" Op.11 o "Fraternité" Op.13 para 14 cuerdas compuestos en 2002 o el "Cuarteto de cuerdas" Op. 20 compuesto en 2007 o "Chana" Op.21, una rapsodia eslava para 18 cuerdas y vientos o "La Femme" escritos en un lenguaje musical mucho más contemporáneo, manteniendo una línea melódica, aunque reducida, ¡esencial para el oyente!
De hecho, a Alain Krotenberg le gusta citar esta frase de Rachmaninov: Quien no sea capaz de inventar una melodía que se imponga, se imprima y permanezca, nunca será un gran maestro.
El Psiquiatra y el Compositor están estrechamente vinculados: Aunque no me gusta demasiado el término musicoterapia, cada una de mis composiciones, escribe Alain Krotenberg, ha sido diseñada para provocar en el oyente una emoción agradable o no, con el fin de hacerle reaccionar y ayudarle a hacerse las preguntas correctas sobre el significado de su existencia y su futuro.
La “Grande Symphonie" (Symphonie Judéo-maçonnique) Op.33 se terminó el 5 de septiembre de 2016 al cumplir el compositor los 60 años. Compuesta para contralto, narrador y una gran orquesta, está dedicada a todos los niños y adolescentes de la tierra. Es su última obra y en su último movimiento utiliza un texto de Jérôme Touzalin.
Se ha grabado en 2018, interpretada por la Janacek Philharmonic Orchestra de Ostrava bajo la dirección de Henry Wojtkowiak con la contralto Veronika Hajnova y el narrador Gérard Beureux.
Según explica el propio compositor el título de Judeo-masónica es simplemente a causa del carácter ashkénaze de la melodía del final. Pero también nos parece que podemos ver un gesto de desafío, pues la expresión judeo-masónica se usa comúnmente solo para calificar la llamada conspiración imaginada por la literatura.
Una leyenda mantenida por la condena por el Papa Pío IX en 1873 de la Masonería como la sinagoga de Satanás, donde el compositor afirma, ambos con orgullo, sus orígenes judíos y su opción masónica, que representan dos elementos fundamentales de su personalidad, uno innato, el otro elegido. Recordemos sobre este tema la frase de Pétain: Un judío no es responsable de sus orígenes; un masón lo es siempre de su elección.
Es necesario leer sobre este tema el artículo de Pierre-André Taguieff, La invención de la conspiración judeo-masónica. Avatares de un mito apocalíptico moderno, publicado en el número 198 de 2013 de la Revue d'Histoire de la Shoah.
El primer movimiento, adagio, es de carácter meditativo presentando unos temas de intenso carácter lírico con tintes dramáticos, que se intensifican en la sección central, regresando finalmente a la meditación inicial en forma de recapitulación.
El segundo movimiento, allegro moderato, empieza con un tema bastante agresivo con una segunda parte más relajada, que nos conducen a una sección de desarrollo bastante dramática, antes de regresar a los temas anteriores en forma de recapitulación libre.
El tercer movimiento, finale, en el que intervienen la contralto y el narrador, narra la historia de la Masonería a través de los siglos. Es la parte más extensa. Empieza con una introducción orquestal en la que se presenta el tema ashkénaze. El narrador explica el fracaso de la humanidad en busca de la paz. Entonces aparecen los franco-masones entre las brumas inglesas, en un texto cantado por la contralto.
El narrador continúa la historia de la formación de la masonería. La contralto reaparece con su tema melódico. El narrador alterna con la soprano explicando el desarrollo de la hermandad. El proyecto se engrandece propagándose por todo el ámbito humano.
La música se ensombrece y el narrador relata las dificultades que se levantan frente a estas nuevas voces. La contralto canta de modo dramático las siguientes frases. Las iglesias, las monarquías absolutas, los poderes autoritarios, el conjunto de las dictaduras, todos han intentado hacer callar a esta voz nueva.
El narrador nos dice que durante las guerras del Siglo XX los hermanos han ofrecido sus vidas y que su persecución continua actualmente. La contralto inicia la última parte del movimiento con un canto de esperanza.
Canta el tema musical principal con las últimas palabras. La Masonería es definitivamente la feliz unión de la espiritualidad con la razón, la expresión única y pacífica del amor de los hombres.
De lo más profundo de la noche de los tiempos, es de los hombres que se dan la mano y por fin hacen la paz con los hombres. La orquesta termina la obra con frases solemnes y gloriosas.
Se continúan publicando las obras de Alain Krotenberg, entre las últimas "Fraternité" Op.13 compuesta en 2002 para catorce instrumentos de cuerda. "La Sophia" Op.10, una ópera en tres actos compuesta entre 1998 y 2002 dedicada a la Franco-masonería universal.
Los oratorios "La Légende d'Hiram" Op.16 para bajo-barítono y orquesta compuesto entre 2004 y 2005 y "Ténèbres et Lumière" Op.17, para tenor, barítono, bajo y orquesta compuesto entre 2005 y 2006.
"Le Chevalier armé pour le combat de la vie" Op.18 un oratorio para tres tenores, soprano, barítono, bajo-barítono, bajo, coro de siete niños, arpa y orquesta, compuesto entre 2007 y 2008.