Marcel Landowski (1915-1999) nació el 18 de febrero de 1915 en Pont-l'Abbé ciudad del departamento de Finisterre, en Bretaña. Hijo del escultor Paul Landowski, célebre por su Cristo de Corcovado de Rio de Janeiro y bisnieto del célebre violinista Henri Vieuxtemps.
Creció en Boulogne Billancourt, cerca de París. Pronto muestra grandes aptitudes para la música y toma lecciones de piano de Marguerite Long. En 1935 ingresa en el Conservatorio de París, compone sus primeras obras y estudia dirección de orquesta con Pierre Monteux. Un encuentro determinante fue con Arthur Honegger que influirá en sus obras.
Compone el "Concierto para piano Nº 1" entre 1939 y 1940 de estilo neoclásico
La “Sinfonía Nº 1" (Jean de la Peur) compuesta en 1948 y dedicada a Pierre Monteux se estrenó el 3 de abril de 1949 en la Salle Gaveau, interpretada por la Orquesta Pasdeloup dirigida por Albert Wolff.
Como preámbulo tiene escrita una frase del poeta Luc Dietrich, perteneciente a su Dialogue de l'amitié. El que es tan pequeño que ni siquiera concibe el miedo, permanecerá para siempre en la vaina de su pequeñez.
El primer movimiento, allegro moderato, lleva como subtítulo, puesto que nació de los misterios del mundo. el miedo que se levanta y mira a Jean. Consta de dos temas que alimentarán toda la obra de carácter cíclico. De carácter contrastante, el primero frío y el segundo más melódico, se oponen y desarrollan hasta llegar a su clímax para terminar disolviéndose en la coda.
El segundo movimiento, allegretto scherzando, tiene por subtítulo, Jean piensa destruir el miedo matando los misterios. corresponde al scherzo de carácter rítmico, un ritmo que mantiene imparable durante todo el movimiento. Momentos más tranquilos, pero sin olvidar el constante ritmo podrían corresponder al trío.
El tercer movimiento, adagio, lleva como subtítulo, pero lentamente otro miedo se levanta y este miedo le mira desde el interior. De carácter meditativo presenta un tema sombrío nacido de la cuerda, que se desarrolla creciendo en intensidad e incorporando otros instrumentos. Termina con una calmada coral que recuerda un poco las sinfonías de Honegger.
Una especie de poema sinfónico escrito en un estilo neoclásico, que recuerda el famoso cuento de los hermanos Grimm, Juan sin miedo, recordando que el miedo se encuentra en el interior de uno mismo.
El "Concierto para ondas Martenot, orquesta de cuerda y percusión" compuesto en 1954 utiliza un instrumento usado anteriormente por André Jolivet y Oliver Messiaen, mostrando el poder expresivo del mismo.
"Le Fou" es la segunda ópera escrita por Landowski. Compuesta entre 1948 y 1955 en tres actos expresa las preocupaciones generadas por la Segunda Guerra Mundial. El loco es un sabio que posee un arma terrible capaz de asegurar la victoria a su país amenazado, pero refuta poner este instrumento al servicio del Estado. Finalmente será torturado y ejecutado.
La ópera utiliza medios electroacústicos para aumentar la expresividad, llegando a momentos de gran tensión musical. Dedicada a la memoria de Alfred Einstein que había declarado, No hagas nunca nada contra tu conciencia, aunque el Estado os lo pida.
Una de las características del compositor es su resistencia estética frente a la vanguardia serial, que se estaba imponiendo en la década de los años 1950, defendida por Pierre Boulez hasta llegar a la violencia verbal. Negándose a entrar en el campo de los reaccionarios, al no querer adherirse a los principios del dodecafonismo, Landowski realiza una serie de declaraciones en defensa de la concepción abierta de la creación musical, aceptando la herencia histórica y en defensa de la imaginación, pero refutando un sectarismo que define por adelantado las vías fértiles y las estériles.
La “Sinfonía Nº 2" compuesta en 1962 se estrenó en París el 16 de noviembre de 1965, interpretada por la Orquesta Nacional de Francia dirigida por Charles Münch. A pesar de estar escrita dentro de la tonalidad mantiene una gran libertad tonal, llegando en momentos al atonalismo.
El primer movimiento, allegro moderato, empieza con un tema sombrío sobre un fondo rítmico, que se va intensificando hasta llegar a momentos de gran tensión. En la segunda parte parece calmarse pero continuando en una atmósfera obsesiva y lúgubre, que nos lleva a un nuevo clímax en la coda.
El segundo movimiento, adagio, es de carácter meditativo pero siguiendo la gravedad dramática. Un tema lírico se desarrolla de modo esperanzador. Escrito en forma tripartita la parte central es más dramática con obscuros presagios, que nos conduce a la última sección de carácter lírico intenso.
El tercer movimiento, allegro vivace, comienza con dramáticos compases que mediante oscilaciones de la cuerda crean una atmósfera inquietante. Un tema rítmico se va intensificando dentro de un clima obsesivo, terminando sin una clara conclusión mediante un acorde suspendido.
Traducimos la nota escrita sobre esta sinfonía por el crítico musical Antoine Goléa. La personalidad fundamental de Marcel Landowski se puede notar con una fuerza particular. Es una obra grave, patética y sombría, una obra que nos dice que las preocupaciones esenciales, las grandes cuestiones de la vida y de la muerte no cesan de preocupar al músico. Marcel Landowski se toma la vida gravemente, pero a pesar de todo, en esta gravedad, existe un fondo de optimismo, que acaba siempre triunfando ...
Esta sinfonía es eminentemente melódica, su unidad orgánica es profunda, donde apunta la angustia y donde aparece este color de sueño triste, recorrido por llamaradas líricas y además este inmenso sueño que traducen las estructuras rítmicas de una gran complejidad, pero llevadas, pero transfiguradas por el momento melódico.
El "Concierto para piano Nº 2" compuesto en 1963 fue estrenado por su esposa. Una obra de música pura sin ninguna referencia programática.
La “Sinfonía Nº 3 en si menor" (Des Espaces) compuesta en 1964 se estrenó el 24 de junio de 1965 durante el Festival de Estrasburgo, interpretada por la Orchestre Radio-Symphonique de Strasbourg dirigida por Charles Brück. Escrito en dos movimientos para una orquesta que incluye el piano y percusión.
El propio compositor escribe sus comentarios. Las dos partes presentan un gran contraste, una con referencia con la otra. La instrumentación es en grandes líneas concebida como un concierto para orquesta en el cual los grupos instrumentales van ocupando a su tiempo la primera plaza.
El primer movimiento, grave, está orquestado predominantemente para cuerda y percusión. Se inicia desde las profundidades mediante la exposición de amplias líneas melódicas a través de la cuerda. Diversos episodios variados aumentan los planos estáticos. En la sección final la cuerda es acompañada por una delicada percusión.
El segundo movimiento, allegro deciso, está dedicado al metal, la madera y de nuevo a la percusión. Constituido por diversas secciones empieza con una parte rítmica marcada por una sutil percusión, que incorpora primero madera y luego el metal. Sigue una parte más relajada con planos más amplios. Después de un breve redoble de la percusión en la parte central aparece una breve sección tranquila, pronto seguida por el incremento de la actividad rítmica que después de una nueva sección tranquila nos conduce a la breve coda.
Esta sinfonía por su temática voluntariamente amplia y desarrollada, busca fuera de toda idea literaria, encontrar una pulsación musical que permita la evocación de los grandes espacios de la tierra y aquellos de carácter interior que a veces imaginan nuestros sueños.
Para ganarse la vida compone gran cantidad de bandas sonoras para el cine. En 1962 sucede a André Jolivet como director musical de la Comédie Française. En 1964 es nombrado Inspector General de Música del Ministerio de Cultura. Sus cualidades administrativas, su energía e independencia de espíritu, conducen al Ministro de Cultura André Malraux a confiarle la reorganización de la vida musical francesa.
A pesar de su lucha con los elementos progresistas encabezados por Pierre Boulez, en 1966 logra desarrollar los conservatorios, la reforma de la Ópera de París y la creación de la Orquesta de París bajo la dirección de Charles Münch.
Su actividad administrativa hace cesar su actividad como compositor durante unos diez años, hasta que en 1975 regresa a la escritura con una misa y un concierto.
Compuesta entre 1976 y 1977 la "Messe de l'Aurore" para la celebración del décimo aniversario de la Orquesta de París, fundada por el propio Landowski es una obra mística e íntima, que marca su retorno a la composición.
El "Concierto para trompeta, orquesta y elementos electroacústicos" compuesto en 1976 para Maurice André desarrolla libremente una idea poética inspirada en un verso de Paul Eluard, Al final del dolor, una ventana abierta. Una emocionante meditación sobre una cuestión espiritual empleando para ello un instrumento poco habitual. Poco después entre 1976 y 1977 escribe otra obra estrenada por Maurice André, las "4 Pièces pour trompette et orgue".
En 1978 compone la música de ballet "Le Fantôme de l'Opéra" que se estrenó con coreografía de Roland Petit. Emplea elementos expresivos de naturaleza electroacústica, una gran orquesta y una sección cantada.
La última parte de la vida de Landowski está compartida entre una intensa actividad pública y su trabajo como compositor. Su amistad con el violoncelista Mstislav Rostropovich y la cantante Galina Vichnievskaia hace que componga un par de obras para ellos. "Un Enfant appelle" compuesta en 1979 para soprano, violoncelo y orquesta sobre textos de la poetisa francesa Marie Noël.
Dos años después, en 1981, la obra escénica "La Prison", un concierto ópera para soprano, violoncelo, percusión y orquesta. El tema elegido es el de la opresión política. La escena final está presidida por un implacable tic-tac.
La “Sinfonía Nº 4" se estrenó en el Théàtre des Champs-Elysées de París el 15 de octubre de 1988, interpretada por la Orquesta Nacional de Francia dirigida por Georges Prêtre. Cada parte de la obra está acompañada por una cita poética.
El primer movimiento, andante, allegro moderato, lleva la siguiente cita de Marie Noël. Creo muy poco en la alta bondad, inhumana, terrible, que no se comprende. Precedidas por una breve sección lenta, páginas angustiadas alternan con meditaciones más serenas.
El segundo movimiento, allegro vivace, esta precedido por la siguiente cita de Paul Fort. Si toda la gente del mundo quisiera darse la mano. Se aparenta a un estudio de ritmo por sus múltiples cambios. Música con una gran fuerza expresiva que culmina en un solo de percusión y un breve clímax, que nos conducen a la coda punteada por la percusión.
El tercer movimiento, calme, lleva como subtítulo, Los niños de septiembre de Patrice de La Tour du Pin. Consiste en una meditación poética a partir de un tema tan misterioso como su título. Diversos instrumentos solistas sobresalen en pasajeras intervenciones, hasta que el tema conducido por la cuerda nos conduce a una enigmática coda.
El cuarto movimiento, allegretto, está precedido por el título, Las campanas de Brujas. Sonidos lejanos de campana preceden a su posterior expansión. Una estructura parecida a un scherzo contiene una poética sección central iniciada por la cuerda, que después de un nuevo repicar de campanas, tranquilamente nos conduce a la coda.
El quinto movimiento, allegro moderato, allegro vivace, lleva como título, Una búsqueda. Un tema misterioso se va desarrollando. Como el primer movimiento alterna momentos de tensión con secciones más relajadas que culminan en la coral final.
El crítico del periódico Le Monde, Jacques Longchampt escribió después de su estreno las siguientes frases. Es una obra de escritura cerrada, bella y emotiva, que transcribe fielmente el paisaje interior del compositor, ardiente, tierno, idealista, pero con una paz siempre amenazada.
Marcel Landowski aprovechó el estreno de esta obra para exponer sus razones, que explican su fidelidad al género de la sinfonía a finales del Siglo XX. He elegido esta forma, interpretada muy libremente, como un gran poema sinfónico en cinco partes, porque me parecía que era una de las más equilibradas y que cumplía las necesidades. He elegido esta formación musical porque posee, con en algunos casos los aportes nuevos y vivificantes debidos a la música electroacústica, la paleta sonora más rica y la más apta, en el cuadro de las gran salas de concierto, para hacer inteligible un lenguaje contemporáneo con sus posibilidades y sus innombrables combinaciones.
"La Vielle Maison" es un cuento musical en dos actos terminado en 1988 precedido por unos versos de Marie Noël, ¿Has preparado en tu corazón un lugar para la felicidad?. El compositor añade, estos encantadores versos son como un leit-motiv, la canción de amarga esperanza que se desliza cerca del pequeño Marc y Chantelaine a lo largo de este cuento bien real.
Cuenta la historia de un niño que roba el dinero a sus padres para dárselo a un gánster, que se le aparece como un necesitado. La inocencia del niño hace que el ladrón finalmente descubra que en su interior se encuentra todavía un alma de niño.
La "Sinfonía Concertante para órgano y orquesta" compuesta en 1993, es una obra que utiliza los contrastes extremos entre los que el compositor se mueve con velocidad dramática, ternura, insinuación siniestra y gruñidos macabros que además son acentuados por el órgano Cavaillé-Coll de la Basilique Sainte Clotilde, de París.
El primer movimiento, andante, allegro moderato.
El segundo movimiento, andantino.
El tercer movimiento, final: allegro deciso.
La “Sinfonía Nº 5" (Les lumières de la nuit) compuesta en 1998 también posee unos títulos descriptivos que contribuyen a la meditación humana.
El primer movimiento, In soir, nous étions seuls... , presenta una música llena de misterio como nos indica su título, al atardecer, nos encontramos solos. Siniestros solos del corno inglés y de la madera, junto a pausadas frases de la cuerda introducen un ambiente enrarecido, que se desarrolla durante todo el movimiento.
El segundo movimiento, Le silencieux vacarme de l'angoisse, nos presenta una música angustiada de gran expresividad con el empleo de la percusión y frases cortas, que refleja perfectamente el título del movimiento, el estruendo silencioso de la angustia. Una especie de llamadas del destino inician el movimiento. La música con entradas de la percusión es cada vez más inquietante. La tensión va aumentando llegando a un poderoso tutti. Luego continúan las llamadas del destino iniciales para continuar aumentando la tensión.
El tercer movimiento, Chaque nuit, depuis toujours, la nuit a rendez-vous avec le jour, como dice su título, cada noche, desde siempre, tiene un encuentro con el día, cierra el círculo. La música que empieza con las mismas tonalidades obscuras de los anteriores movimientos, se va iluminando progresivamente. Un solo de trompeta de carácter esperanzador parece alejar los temores de la noche. Termina con la cuerda entonando un canto a la esperanza con la trompeta iluminando el ambiente.
Su última ópera "Montségur" estrenada en 1985 por Michel Plasson presenta el choque de dos religiones inconciliables e intolerables que empañará el amor entre dos jóvenes.
El lenguaje musical de Marcel Landowski es de inspiración tonal. El compositor siempre se ha opuesto a los dogmas del serialismo. Su lenguaje está subordinado a las preocupaciones humanistas y filosóficas heredadas de su padre, inseparables de su compromiso político con la educación artística de la juventud. Respetuoso de las formas clásicas, da lo mejor de sí mismo en sus obras orquestales y vocales, nutrido por una sincera meditación sobre las trampas del materialismo y la intolerancia. Fue quizás en la ópera Montségur y en la Misa del Amanecer donde Landowski se expresó con más fuerza. Él mismo reconoció en su música una cierta melancolía, una expresión de alegría imposible.
Marcel Landowski murió el 23 de diciembre de 1999 en París. Con su mujer Jacqueline Potier-Landowski (1917-2012), pianista famosa, tuvo tres hijos. Manon, artista de teatro, bailarina y cantante, Marc, arquitecto y pintor nacido en 1945 y Anne, nombrada Directora Musical y de Danza del Ministerio de Cultura.